Los tres amores

A la luz de una pequeña lámpara de aceite una hermosa dama de cabellos dorados y ensortijados escribía en un hermoso libro, las pastas estaban cubiertas de un hermoso terciopelo color verde como sus hermosos ojos, en ellos tenía una leyenda escrita en letras cursivas y doradas como su cabello, la hermosa dama sonreía calidamente como siempre lo había hecho, aquel había sido un día muy pesado, pero también, el mas feliz de su vida y no podía dejar de escribirlo en su "vitacora de vida".

-hace mucho tiempo, la señorita Pony y la hermana María me dijeron que el amor era un sentimiento sagrado y único del ser humano, un hermoso regalo que Dios le entrego a los hombres para alcanzar la felicidad, mis amadas madres, tenían tanta razón, pero las pobrecillas, ninguna de ellas, ni una sola, pudo decirme lo que era el amor de una pareja… Mi amada madre la hermana María decidió consagrar su alma cuerpo y corazón a Dios nuestro señor desde muy joven, jamás se enamoro, jamás sintió el amor de un hombre en su pecho, ella amaba a dios sobre cualquier otra cosa o persona desde su niñez, Mi adorada madre, la señorita Pony… bueno, ella si supo lo que era el amor, pero al igual que yo perdió al ser que mas amaba en los tiernos días de su infancia… también ella perdió su primer y gran amor, así las dos, en un cruce de su camino decidieron fundir todo ese amor… en cuidar a los desamparados huérfanos de Chicago, desbordando ese sentimiento en el hogar de Pony… en lugar donde me crié y fui inmensamente feliz, donde también llore y sane las heridas de mi alma tantas veces… el hogar de Pony… recuerdo aquellos días y me parece que son tan lejanos y aun me pongo melancólica al saber que no volverán esas chiquilladas, las careras que Annie y yo hacíamos por la colina de Pony, como la pobrecita lloraba al verme trepar a el gran padre Arbol, los dias en que tuvimos que separarnos… los malos ratos en la mansión Leagan cortesía de Neal y Eliza, los buenos momentos a lado de Archi y Stear…Stear que dios tenga en su gloria, los bellos y dulces momentos vividos con Antony en el portal de rosas, los hermosos dias a lado de albert, quien resulto ser nada mas y nada menos que mi adorado y buen protector el bisabuelo Williams… los días tan hermosos vividos en el colegio de Londres, Paty, pobrecita, sufrió tanto con la muerte de Stear… quien diría que 10 años mas tarde…- la escritura de la rubia fue interrumpida por unos fuertes brazos rodeándola a pesar de que la silla representaba una especie de estorbo.

-¿Qué haces aquí mi dulce candy?- pregunto una voz sensual al oido de la rubia

-santo cielo…amor casi me matas de un susto- dijo ella sonriendo con dulzura

-jajajaja- rió el hombre con esa risa que solo el podía tener, esa risa calida y llena de sensualidad-así debes tener la conciencia – siguió riendo

-¡oh, deja de burlarte de mi cariño!- volvió a decir ella con un gesto molesto

-genio y figura hasta la sepultura… andando amor… esta es nuestra noche… no puedo creer que estés revisando los informes médicos a estas horas- dijo el entre incrédulo y molesto.

-Una Enfermera nunca descansa- dijo ella con una sonrisa satisfactoria, así era, la joven Candy se había convertido en una enfermera ejemplar, digna alumna de Mary Jane

-¿ni siquiera por que es tu noche de bodas y seas la jefa de enfermeras del hospital mas prestigiado de Chicago?- pregunto el hombre de ojos azules

-justamente por eso no puedo descansar, soy el ejemplo de todas esas enfermeras y debo cuidar de mis pacientes… pero lamento decirte que no, no era trabajo del Hospital

-entonces deja eso y ven conmigo cielo- dijo el hombre besando a su recién nombrada esposa- no corrí a Archie y a Annie para verte trabajar

-jajajaja, lo se cariño… solo termino esto y enseguida estoy contigo

-No demores… mi dulce Candy, mi pecosa llorona…- el hombre sale de la habitación dejando a su mujer

-lo siento querido diario…supongo que otro día tendré que contarte mas… por ahora debo volver a lado de mi esposo… mi esposo… ¿Quién lo diría?... después de tanto sufrir por el…tanto tiempo lejos creyéndolo muerto…oh, no quiero recordar eso, ¿en que me había quedado?...!a si!… mis amadas madres, mis queridas madres jamás me dijeron que era el amor de pareja y mucho menos podían decirme que en esta vida podían existir tres amores… tres amores importantes y únicos… tres amores que pasan por la vida de toda mujer…, el primer amor… el amor de tu vida y el amor con el que compartirás el resto de tu vida…y nunca imagine que un dia tuviera que elegir entre los tres…

-¡CANDY!- se escucho el nombre de la rubia

-ooops, lo siento mi amado diario, creo que por ahora tendré que dejarte, mi Amado esposo me esta esperando… Dios… es nuestra noche de bodas… estoy tan nerviosa… querido diario-la rubia deja la pluma como separador y cierra el libro dejando de escribir -¡YA VOY! –grito al momento de cerrar la puerta de ese pequeño estudio para ir a lado del compañero de su vida.