La guerra entre Nerima y la comunidad vecina se había desatado la causa conflictos meramente políticos.

En la lejanía en una hermosa casa de campo, propiedad de la familia Tendo se encontraban dos entrañables amigos Genma Saotome y Soun Tendo.

El motivo de la reunión el compromiso de los hijos de ambos, los pequeños Ranma y Akane contaban con tan solo tres años cuando el pacto quedó sellado, al crecer el debería cuidar de ella, el señor Tendo quería que la menor de sus hijas estuviera protegida y que mejor que con la familia Saotome.

-Ranma, a partir de ahora la pequeña Akane será tu prometida, quizá no la vuelvas a ver, hasta que tengan la edad suficiente para casarse, ella será una hermosa mujercita. -Vociferaba Genma mientras reía y palmeaba la espalda de su unigénito.

-¡Pero papá! ¡Guacala es solo una mocosa llorona! Me niego. -Ranma estaba totalmente inconforme podría ser un niño aún, pero comprendía perfectamente las cosas.

-Vamos señor Saotome no presione al muchacho. -El señor Tendo soltaba una sonrisa.

El tiempo fue pasando lentamente, las hijas del señor Tendo se fueron de casa, al contraer nupcias con los mejores partidos de Nerima, ahora solo quedaba la pequeña Akane, lo único que quedaba era esperar a que ella cumpliera los dieciocho años para poder casarse con su prometido.

En la vereda del campo se encontraba una hermosa joven, de piel blanca, pelo negro y ojos negros como la noche, recolectando arroz con los campesinos de aquel lugar, si algo amaba Akane Tendo era poder pasar tiempo con su gente, ella era una chica demasiado sencilla.

-¡Señorita usted debería estar en casa! Sus manos son demasiado delicadas, este es trabajo para campesinos. -Decía un simpático anciano mientras recolectaba lo que podía.

-Y usted debería estar en casa, vamos abuelo, usted ya no esta para estos trotes. ¿Digame como esta Shinnosuke? -Akane llevaba un largo tiempo sin saber de su compañero de infancia.

-¡Hay mi querido Shinnosuke! El esta bien apenas me envió una carta, y de igual manera me pidió que te entregara una.

La chica pelinegra tomo de la mano al anciano, para poder encaminarlo a su humilde hogar, su mente se inundo de recuerdos, los mejores momentos de su infancia los vivió ahí, junto a su mejor amigo.

La carta fue entregada y Akane procedió a leer.

¡Mi querida Akane!
Espero que te encuentres muy bien, sabes la vida aquí no es sencilla, he visto la muerte por todos lados, hay demasiado dolor, y todo por una estúpida guerra sin razón, me cuesta tanto tener que luchar, pero como soldado es mi deber luchar por mi comunidad, sabes tendré un descanso de dos meses, iré a ver al viejo y de paso a ti, tengo tantas ganas de charlar contigo y de poder llevarte a la playa.

Mi querida Akane espero y puedas esperarme.

Con cariño. Shinnosuke.

-¡Mi querido Shinnosuke! Por fin podremos vernos. -La chica bailaba de felicidad mientras una sonrisa base escapaba de sus labios.

La tranquilidad acabaría esa misma tarde cuando Genma y Ranma aparecerían el plazo se había vencido, era hora de acordar los preparativos para el enlace matrimonial.

Akane continuaba recolectando arroz en el campo cuando un Joven de cabello trenzado, piel blanca y ojos azules apareció montado en un caballo, el iba demasiado rápido, sin importar que podría lastimar a quien se encontrará en frente.

-¿Quien demonios se cree ese idiota? Ahorita mismo sabrá que aquí hay reglas y debe respetarlas. -La chica se recogió el pelo, se dispuso a encararlo.

Estaba justamente en la orilla de un barranco, esperando a qué aquél inconsciente pasará ahí para poder reclamarle su desconsideración, tenía demasiadas ganas de golpearlo, tantas que no se dio cuenta de que ella podría caer ahí.

Y como lo tenía planeado el chico estaba apunto de pasar por ahí cuando, ella perdió el equilibrio estaba apunto de caer, sin mas una mano la levantó antes de caer y la subió a su caballo, Akane tenía los ojos cerrados, al abrirlos se percató de que ahí estaba ese idiota, sus miradas se perdieron por un momento Ranma acercó su rostro al de la chica.

El corazón de Akane latía demasiado rápido cuando.

-Eres una niña demasiado imprudente, ¿a caso las campesinas de aquí son tan tontas como tú? ¡Ya bajate de mi caballo.! -Ranma aventaba a Akane de su corcel.

Para colmo de la chica, su caída se vio amortiguada por un charco de lodo.

-¡Eres un maldito imbécil! -Gritaba con demasiada irá mientras el chico se alejaba.

Como pudo se las ingenió para llegar a casa, el camino fue demasiado humillante, pero logró su cometido.

Al llegar a casa se encontró a su padre bastante feliz mientras tomaba una copa de licor con un señor nada conocido por ella.

-¿¡Pero que te paso!? Anda arreglate y quitate todo ese lodo antes de que llegue tu prometido. -Gritaba soun algo alterado.

-Vamos, no la presiones Ranma quizá tarde en llegar ese muchacho es muy obstinado.

-¿Pero que pasa aquí papá? -Akane estaba algo extrañada.

-Tu compromiso hija, estas apunto de casarte.

-Pero yo.. Yo no pienso entregarle mi vida a un desconocido.

-¡No será un desconocido el será tu esposo!- Soun estaba molesto por la actitud de su hija...

Akane acató las órdenes de su padre, se arreglo lo mejor que pudo con ayuda de una de sus damas, cuyo nombre era Shampoo una chica demasiado atractiva y que opacaba la belleza de Akane.

Al salir de su habitación, le contó a su padre y al tío Genma el motivo de su apariencia al llegar a casa.

-Fue un estúpido, ese imbécil se creé superior solo por traer ropa fina y un caballo de raza pura, pero deja que lo encuentre y te juro que lo mato. -Mientras la chica pelinegra maldecía por la puerta principal su prometido hacía presencia.

"Aveces el destino te lleva por distintos lugares, el amor llega en distintos momentos, en distintos tiempos y es cuando el corazón tiene un

"Encuentro" con quien será tu verdadero amor...