Cerré la puerta con fuerza y puse llave y mi tocador en la puerta para que nadie entrará, ahora lo que menos deseaba era verles la cara a los que alguna vez considere mis amigos.
Mis piernas no pudieron soportar más mi peso y caí a la mitad de mi cuarto.
Las lágrimas no tardaron en salir con más intensidad, ahogue mil sollozos en mi garganta y mordía mi labio para no gritar hasta hacermelo sangrar. Con mi vista nublada mire mi mano con la que había golpeado a Miko. Me ardía y se notaba roja. Por un leve momento me sentí culpable por haber reaccionado así y lastimarla pero de inmediato recordaba lo que me habían hecho y todo remordimiento se iba a la basura. ¿porqué? ¿Por qué hicieron eso? ¿Por que desaparecer cualquier evidencia de mi existencia en mi mundo? ¿Por que matarme?
Recuerdo el beso con Nevra y mi pecho duele, hubiera soportado que la traición fuera de toda Eldarya contra mi pero de parte de él no.
Él era la persona en la que más confiaba y quería, pero hasta el fue capaz de lastimarme.
No podía volver a mi mundo y hacerlo ya no tenía caso, no tenia lugar a donde regresar, familia que me extrañará ni vida que retomar. Estaba confinada a este mundo donde ya no confío en nadie, en el que estaba más sola que nunca. Llena de remordimiento, cólera y tristeza. Pensando en vengarme para que sintieran un poco del inmenso dolor que estaba sintiendo y que ellos me provocaron. Para que pensarán un poco más antes de jugar con la vida de las personas.
Aunque muy en el fondo no quería lastimarles. Algo en lo más profundo de mi me decía que los comprendiera, que lo único que querían era proteger a su gente y que mi dolor era poco en comparación al que, según ellos, los recuerdos de mis familiares sobre mi causaría en Eldarya.
Pero al recordar que solo eran teorías ese deseo de destrucción salía a flote. No tenían pruebas concretas para haber actuado en contra mía. No tenían el derecho simplemente.

Oigo como tocan desesperados mi puerta. Implorando que no haga una locura. Mi mente queda en blanco tratando de no escucharlos y no volver a caer en su amabilidad y mentiras. Recuerdo los momentos en los que llegaba a olvidar mi mundo y adoptar a Eldarya como mi hogar. Lloro con más fuerza y llego a la conclusión de que los odio.
Porque para odiar algo se necesito haberlo amado antes y esto es lo que me sucedió con Eldarya.
Limpio mis lágrimas con furia, estoy hecha un mar de emociones y no se como controlarme.
Me paro del suelo para dar vueltas mientras me abrazo para reconfortarme un poco.
Realmente no se que hacer.

-Simple, sólo desahogate y hazles sentir todo tu dolor. Yo te ayudare.

Salto y giro mi cabeza de manera paranormal. Tras de mi se encuentra el hombre enmascarado. Me quedo en shock y no soy capaz de analizar la situación¿Acaso había leído mi mente?
-Así es pequeña. Se todo lo que estás sintiendo ahora y entiendo que quieras venganza. Y yo tengo la mejor manera de que lo hagas.

Dice con tono mordaz. Lo observo un largo rato. Su pose de seguridad me desconcierta y por un momento creo que él es lo único que tengo en que confiar ahora

-Yo... ¿Puedo confiar en ti?

-Claro¿Tienes a alguien más en quien hacerlo?

Mis piernas tiemblan de nuevo ante la sensación de soledad. Escucho las voces que me hablan desde afuera y me siento enfurecer al oír a Nevra pronunciar mi nombre.

-No, no tengo a nadie más.

-Exacto, estas sola y es por culpa de ellos.

Sabe como hacer que mi tristeza y desesperación aumente. Comprendo así que el de verdad sabe lo que estoy sintiendo o al menos esa es lo que quiero creer. Nevra amenaza con tirar la puerta si no habría en cinco minutos. Él enmascarado sonríe y se acerca a mi. Retrocedo un paso por cada uno que él avanza hacia mi.

-Gardinne, lo siento, voy a tener que tirar la puerta. -Oigo decir a Nevra.

Estoy nerviosa y no se que hacer. Él tiempo corre contra reloj y tengo que tomar una decisión ahora.
Él hombre enmascarado me estira un frasco con una poción roja como el color de la sangre. Lo miro desconcertada y el ríe.

-Tómala ahora si quieres vengarte.

-No quiero lastimar a nadie.

-Oh, no lo harás cariño, solo confía en mi.

Su tono de voz me tranquiliza y tomó el frasco entre mis manos. Lo observo tratando de analizar un poco mi decisión¿Estaba tomando la decisión correcta? Alzó la vista para preguntarle que hace la poción pero ya no estaba. La abro para oler un poco el contenido pero antes de hacerlo oigo como patean mi puerta y esta empieza a romperse. Mis nervios se desatan y sin pensar tomó la bebida roja de un solo trago.
El sabor era dulce y el líquido era caliente. Todo aquel calor recorrió todo mi cuerpo de manera placentera y justo cuando todos lograron entrar, perdí el conocimiento.