Notas:

La historia transcurre un año después de finalizar el anime y para entender mejor la historia sería bueno o bastante factible que vieran el capítulo 52 "Conrad upon the earth".

Disclaimer: Los personajes de Kyou Kara Maou no son de mi propiedad y esta historia es con el único fin de diversión.

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Capítulo I

Hermoso Wolfram

¿Cuánto tiempo había pasado¿Unas semanas¿Unos meses? Si… meses que se convirtieron rápidamente en un año… Tiempo en el que el reino se había levantado asombrosamente, como no había hecho en años… tal ves en siglos, todos siendo guiados por su sabio rey, quien les había enseñado a amar a su prójimo, a siempre guardar la confianza en tus seres queridos y uno de sus más grandes logros, la convivencia entre humanos y Mazokus …

Pocas personas estaban enteradas de lo que había sucedido en realidad con las cuatro cajas, y de la presencia del rey original ¿Por qué? A veces… habían cosas y creencias que eran mejor dejarlas como eran, mover la mentalidad y fe de cientos de personas no siempre es la mejor manera.

Constantemente en el castillo se llevaban a cabo fiestas con los reyes de diferentes reinos y gente noble, que tenían la ilusión de conocer en persona a "El maou", aunque por lo general a Yuuri le incomodaba un poco todas esas miradas sobre él… por lo que siempre se terminaba escapando a mitad de la fiesta con su amigo y fiancée Wolfram, porque Greta se la pasaba con Beatrice corriendo por los jardines del lugar o jugando en algún pasillo cercano.

Pero esa noche, había algo diferente, Wolfram llevaba un par de días pensativo y evadiéndolo hábilmente, incluso habían dejado de dormir en la misma habitación con el pretexto de que las pesadillas habían regresado… aunque Yuuri sospechaba que era mentira, y tenía que admitir que era una muy buena porque sus hermanos lo habían mandado al otro lado del castillo por temor a que le hiciera algo a Yuuri.

El rubio apenas si se había encontrado en la fiesta, a los pocos minutos salió del lugar sin avisarle a Yuuri, como hacía siempre, y se había dirigido a los jardines en completa soledad… algo no estaba bien, aunque creyó saber que era al ver pasar a Elizabeth corriendo por ahí en busca del niño bonito…

Hábilmente eludió la mirada de Gwendal y salió por el mismo lugar por el que había visto a Wolfram hacerlo, directo a los amplios jardines que en ese momento desprendían una suave fragancia que era totalmente encantadora y agradable a los sentidos ¿Pero en que parte de ese enorme jardín podría estar? Caminó y caminó hasta que dejó de escuchar la música del cuarteto de cuerdas que tocaban en la fiesta, llegando a sus oídos unas voces muy conocidas… ahí estaba Wolfram y… Conrad, frente a unas flores que se le hacían muy familiares…

- Hermoso Wolfram – dijo Conrad observando la bella flor en las manos de su hermanito.

- ¿Hermoso Wolfram? – murmuró escondiéndose tras unos arbustos cercanos para escuchar mejor – Las flores…

- Ese día me dijo narcisista – comentó el rubio con una forzada sonrisa.

- ¿No lo recordabas?

- Vagamente… Conrad sobre la Tierra - dijo Wolfram arrancando con cuidado una bella flor azul que le entregó a su hermano – Nuestra madre tiene gustos muy extraños para los nombres…

- De flores…

- Si… - río suavemente el menor.

Hubo un instante de silencio en el que Yuuri pensó en acercarse, cuando notó que Conrad volvería a hablar y al parecer sobre un tema serio.

- Gwendal sabe que mientes sobre las pesadillas y no le ha hecho gracia.

- Me lo supuse…

- ¿Por qué lo haces?

Wolfram permaneció en silencio contemplando la flor con su nombre que sostenía.

- Sino quieres decirme está bien…

- No es eso…

- Has estado muy raro últimamente.

- No finjas que no lo sabes… ¡Hasta Yuuri debe saberlo pero ignora que sea eso lo que me tiene así! Aunque Yuuri intenta ignorar todo lo relacionado conmigo… u.ú…

- No digas esas cosas ¿Qué es?

- ¿De verdad no lo sabes?

- Si lo supiera no te estaría preguntando.

- Lee esto – dijo sacando una carta cuidadosamente doblada de la bolsa de su saco.

Conrad la leyó detenidamente y no pudo evitar sobresaltarse un poco al leerla, al parecer no era muy larga y rápidamente miró a Wolfram.

- ¿Qué harás?

- Hablarlo con Yuuri no… - respondió – De antemano sé cual sería su respuesta y solución.

- Dale un poco de crédito.

- Por eso lo digo… - suspiró - ¿No sabías nada al respecto?

- No… parece ser que te ha avisado a ti antes que a cualquiera.

- O… posiblemente también le ha mandado una carta a Yuuri pero no le ha dado importancia.

- Lo dudo, ya me hubiera comentado algo…

Conrad recibió una mirada asesina de los expresivos ojos verdes que decoraban en rostro que parecía de porcelana bajo la luz de la luna… de inmediato comprendió un pequeño error en la frase…

- Nos hubiera comentado, perdón.

- No te disculpes – sonrío con esa sonrisa débil que se comenzaba a volver característica de él – Es verdad, ya te hubiera dicho algo – otro suspiro – No sé ni porque me preocupo en eso…

- Pero no deberías de actuar así, incluso nuestra madre está preocupada…

- ¡Y ni le vayas a decir nada que comenzará con sus cosas!

- Ah… - río – Su adorado hijo siendo asediado por lo lindo que es.

- ¿Asediado por quien? – preguntó son sarcasmo.

- Anímate, Wolfram…

- En la carta no dice cuando vendrá – dijo tratando de ignorar el "anímate".

- ¿No le has respondido?

- Claro que no, fue hace años y no tengo porque hacerlo…

- Tal ves deberías… para explicarle un poco como están las cosas ahora en el castillo… sobre su majestad, ya sabes… para que no suceda ningún mal entendido.

- Ahí no da a entender nada así que no tengo que entrar en detalles personales.

- Pero…

- Conrad – le llamó de manera seca acercándose a donde crecían en su mayoría las flores de Hermoso Wolfram – Fue él ¿Verdad?

- ¿De que hablas?

- Fue Yuuri quien dejó caer los pétalos de Conrad sobre la Tierra

- Si… ¿Cómo te enteraste?

- Los soldados… rumores, conclusiones… yo le di esas flores – respondió desenfundando su espada.

- ¿Qué haces? – preguntó alarmado su hermano.

Nuevamente esos ojos esmeralda se posaron sobre los suyos, pero ahora se veían tan débiles que incluso pareciera que el chico rubio estaba enfermo. Señaló con la espada las flores con su nombre, asimilando lo que haría.

- Wolfram…

Y ágilmente cortó todas las flores con su nombre… Los pétalos volaron por todos lados siendo arrastrados por una suave brisa que los condujo hasta los pies de Yuuri, quien miraba estupefacto.

- Madre se deprimirá cuando vea esto…

- Dile que fui yo, no quiero que empiece a buscar culpables para castigar.

Conrad se veía profundamente triste, miró los restos de flores regados sobre el pasto, en realidad era un paisaje demasiado deprimente.

- Creo que me iré a dormir temprano – dijo Wolfram dejando caer la flor que sostenía aún en sus manos y se conservaba entera.

- ¿Por qué?

- Porque estoy cansado…

- No¿Por qué hiciste eso?

- ¿Y a quién le importa? – dijo mientras enfundaba la espada – Buenas noches, Conrad…

La pequeña figura de su hermano se perdió entre las sombras, justo al tiempo que Yuuri salía de detrás del arbusto… debía fingir, no quería que Conrad supiera que él había escuchado.

- ¿No has visto a Wolfram?

- Se fué a dormir temprano, su majestad.

- ¡No me llames así! Solo dime Yuuri… ya llevo un año diciéndotelo ¬¬

- Perdón, Yuuri

- Y… ¿Qué pasó? – preguntó mirando los pedazos de flores aunque supiera bien que había pasado.

- Creo que Wolfram no se encuentra de muy buen humor… son las flores con su nombre.

Yuuri recogió la flor que él había mantenido entre sus manos, sintiéndola aún calida.

- Ha estado actuando raro…

- Es Wolfram, a veces se pone así… solo necesita tiempo para pensar y volverá a ser como antes.

- Por cierto… Gwendal no me ha querido decir pero… ¿Tú sabes en que habitación está durmiendo Wolfram?

- Yuuri…

- Dímelo… ¡Te juro que no le contaré a Gwendal! – dijo con enormes ojos de borrego.

- Bueno… está en una habitación de invitados…

- ¿Habitación de invitados¿Wolfram durmiendo en una habitación de invitados? – preguntó atónito.

- Es solo mientras deja de tener esas pesadillas, dice que han sido más esporádicas…

Yuuri sabía que Conrad mentía, acababa de escuchar que no existían tales pesadillas… si tan solo pudiera leer esa carta comprendería lo que le sucedía a Wolfram.

- Bien… será mejor que regresemos a la fiesta o Gwendal se dará cuenta de nuestra ausencia…

- Si… vamos – asintió cabizbajo Yuuri sin soltar a Hermoso Wolfram.

Y aunque la fiesta no terminó a horas muy avanzadas… él no pudo dormir, la cama se le hacía demasiado grande puesto que ni pudo pedirle a Greta que se quedará con él, porque ella dormiría con Beatrice… y ahora se encontraba en la infinita soledad de su habitación y la suave fragancia que desprendía Hermoso Wolfram no dejaba de atormentarlo, recordándole ese brillo de tristeza en sus ojos al cortar todas las flores…

Y con todos esos pensamientos pasó la noche.

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Muy temprano, Günter, se encargó de despertarlo para despedirse de algunos de los invitados que se habían quedado a pasar la noche, de mala gana se bañó y se cambió rápidamente para poder desearle un buen viaje a Flurin-san y a Heathcrige o… "el señor de la cabeza brillante"

- Ojala uno de estos días cumpla su promesa de visitarnos – dijo Heatcrige con una agradable sonrisa.

- ¡Eso es seguro! Lo más pronto posible estaré ahí… ¡Y también quiero visitar Caloria!

- Sería todo un honor – se apresuró a decir Flurin encantada con la idea.

Justo en ese momento hizo acto de presencia Wolfram, acababa de salir del castillo llamando la atención de todos por el sonido de la puerta… Yuuri estaba preparado para uno de los ataques de celos del rubio, pero vaya sorpresa que se llevó al acercarse, tomar la mano de Flurin y besarla como todo un caballero ¡Que según Yuuri no era!

- Que tengan un buen viaje – dijo sin poder sonreír.

- ¿Te encuentras bien, hijo? – inquirió Celi sin poder contenerse, no era normal de su pequeño niño arrogante.

- Si… - se alejó un poco manteniéndose al final de los demás.

La despedida no duró mucho más, Greta estaba feliz de poder haber visto nuevamente a Beatrice, pero incluso la pequeña notaba el falto de ánimo en uno de sus padres.

Rápidamente todos volvieron a sus labores rutinarias, dejando solos a Yuuri, Wolfram y Greta en medio de los jardines, mirando aún a los carruajes que comenzaban a desaparecer en el horizonte.

- ¡Ah! Hoy temprano casi le da un infarto a Gwendal – recordó la pequeña alarmada.

- ¿Qué pasó? – preguntó Yuuri alarmado.

- ¡Amaneció la parte trasera del jardín cubierto de flores despedazadas! Y parece que se enojó mucho… igual Celi estaba muy alarmada, pero luego se puso triste…

- Ya veo – musitó Yuuri dirigiéndole una mirada confusa al rubio.

- Fueron las flores de Hermoso Wolfram… - dijo intentando no mirarlos.

- ¿Hermoso Wolfram¿Tienes una flor con tu nombre! – preguntó maravillada Greta.

- No es la gran cosa – respondió levemente sonrojado – Igual Julia, mi madre, Gwendal y Conrad… - el nombre de este último lo dijo con un tono extraño e instintivamente miró a Yuuri – Conrad sobre la tierra… es el nombre completo.

- ¡Que maravilloso! Pero… ¿Por qué cortarían esas flores?

- Alguien que las odia – dijo Wolfram dando un suspiro – Bueno… no importa, nos vemos al rato…

- ¿A dónde vas? – preguntó con curiosidad Yuuri.

- A practicar con los soldados, tiene mucho que no lo hago…

- ¿Podemos ver? – pidió Greta colgándose de la manga del saco azul.

- Mejor no – Wolfram se agachó hasta quedar de la estatura de ella – No es algo muy divertido…

- ¡Pero quiero verte practicar!

- Mejor juega con Yuuri… o busquen a Conrad para jugar béisbol…

- Wolfram – murmuró la niña con tristeza.

- Te prometo que en la tarde pasaré un rato con ustedes ¿Si?

- Bueno… ¡Conste que lo acabas de prometer!

- Si… - dijo sonriendo.

Yuuri lo observó partir sin poder dejar de preocuparse, Wolfram tenía razón, hacía mucho que no iba a practicar como soldado, siempre por estar con él y Greta…

- ¡La carta! – exclamó jalando a Greta hacia adentro del castillo, prácticamente arrastrándola por los corredores y empujando a todos a su paso.

- ¡Su majestad¿Qué sucede! – gritó asustado Günter con su abrupta entrada a la oficina.

- ¡Cartas¿He recibido alguna carta?

- Ha recibido decenas de cartas , su majestad n.n' – respondió señalando un saco lleno.

- Ahhh si n.n'''… Pero… esas son del reino ¿No?

Günter asintió sin comprender.

- ¿No he recibido de algún otro lugar?

- No, su majestad… ¿Esperaba alguna carta?

- Algo así… - murmuró apenado por descubrirse con tanta insistencia hacia el comportamiento de su prometido – Si recibo alguna, avísame ¿Si?

- ¿De quién, su majestad?

- No… estoy seguro…

El hombre asintió con una gran sonrisa y dirigió su mirada hacia la ventana.

- Las flores de Hermoso Wolfram fueron cortadas…

- Si…

- ¿Qué dijo Wolfram? – preguntó con curiosidad.

- Lo tomó bastante bien – mintió el pelinegro, no podía decirle la verdad con Greta ahí.

- Al parecer… Conrad, Gwendal y Celi saben quien es el culpable pero se niegan a decirlo…

Yuuri cerró su puño libre, él también lo sabía pero no diría nada al respecto, Wolfram jamás contaba lo que le pasaba… siempre estaba preocupándose por él, jamás hablaba de sus sentimientos… e incluso prefería ocultar cuando se enfermaba.

- Greta… quédate con Günter un momento ¿Si?

- ¿Qué pasa, Yuuri?

- Nada nada – mintió sonriendo – Nos vemos

Y salió disparado de la oficina en busca de algún miembro de la familia de Wolfram, pero al parecer todos habían decidido ser tragados por la tierra porque era inútil, por más que buscara no lograba encontrarlos. A lo lejos vio a Dorcas cargando un montón de lanzas y se apresuró a preguntarle.

- ¿Has visto a Gwendal, Conrad o Celi?

- ¡Su majestad! – exclamó haciendo una pequeña reverencia llena de acrobacias para que no cayeran las lanzas - ¡El señor Gwendal salió junto con el señor Conrad al pueblo¡Y la señorita Celi está en su habitación… pero…!

- ¿Pero…?

- No está de muy buen humor, anda un poco triste… creo que lo de las flores de Hermoso Wolfram le ha afectado…

- Ya veo… ¡Gracias, Dorcas!

- ¡De nada, su majestad!

Yuuri sabía bien porque era la tristeza de Celi… lo más seguro es que Conrad le hubiera contado del ataque de ira de su hijo más pequeño y ahora estaba deprimida por no saber que le pasaba… ¡Pero es que Wolfram era un chico imposible! Y uno muy apuesto…

- ¿En qué demonios estoy pensando! – se reprendió mentalmente al detenerse frente a la puerta de la habitación de Celi.

Al otro lado escuchó suaves sollozos, algo apenado tocó con suavidad la puerta y aguardó a que le abrieran.

La puerta se entreabrió dejándose ver los ojos esmeralda de Celi, que en esos momentos le recordaron a Wolfram, la mujer le sonrío débilmente y dijo.

- Su majestad… ¿Puedo ayudarle en algo?

- Es sobre Wolfram…

- Uh… adelante por favor… - Celi se alejó de la puerta dejándolo entrar en esa enorme y lujosa habitación, decorada por varios cuadros.

Yuuri no pudo evitar girar sobre su propio eje al ver el cuarto, robándole una sonrisa a la rubia.

- Me gusta conservar todas estas pinturas aunque Wolfram diga que es anticuado…

- Son retratos… ¿Gwendal? – inquirió viendo de cerca una de estas.

- Oh no… es su padre… - le corrigió – ahí puedes ver al padre de Conrad.

Yuuri buscó rápidamente la imagen encontrando a un hombre de cabello largo con la misma mirada dulce que Conrad.

- Y ese es el padre de Wolfram…

El pelinegro se giró quedando de frente a una imagen que… sencillamente era hermosa, vestido como todo un rey, con el cabello recogido en una cola, los mismos ojos esmeralda que Wolfram pero con una mirada más dulce.

- Se parecen mucho…

- Cierto – sonrío – aunque por un tiempo muchos creyeron que era la reencarnación del rey original o algo así…

- Es que también se le parece…

Hubo un instante de silencio, hasta que Celi lo rompió.

- Wolf – musitó – él mismo cortó las flores… y cuando Gwendal le preguntó el porqué solo le ignoró y se marchó.

- Ya veo…

- Conrad sabe algo más, pero se niega a decirlo… él siempre fue así, encubriendo a su hermanito de sus travesuras…

- Creo que… - dudó un momento y miró nuevamente el retrato del padre de Wolfram – Tiene que ver con la llegada de alguien…

- ¿Alguien¿De quien…?

- No lo sé… pero… ¡Por favor no digas que yo te dije! – suplicó hincándose – Wolfram me mataría sin pensarlo dos veces.

- ¡Su majestad¡No haga ese tipo de cosas! – gritó escandalizada.

- ¡Entonces no digas nada!

- De acuerdo… - murmuró ayudando a Yuuri a levantarse – Aunque ahora podré investigar… ¡Muchas gracias, su majestad!

- No hay de que, Nos vemos, Celi…

Al menos ahora contaría con la ayuda de Celi para saber que pasaba… si… ahora por fin sabría, porque le daba demasiada… ¿Verguenza? Bueno… sentía algo extraño cuando le preguntaba cosas de sus sentimientos a Wolfram…

Pero… también podría preguntarle a Conrad… ¿Él le contaría? Camino distraído por los pasillos del castillo, incluso había pensado en dejar a Greta el resto de la tarde con Günter para poder estar un rato solo y pensar… aunque fue sacado de su concentración por el sonido de espadas y gritos a lo lejos. Caminó con curiosidad por un camino pedregoso que conducía a la parte trasera del castillo, donde se encontraban los campos de práctica de los soldados… y a lo lejos divisó al rubio sin el característico saco azul luchando contra 5 soldados.

- ¡Vamos, su excelencia! – gritaban los soldados que rodeaban la práctica echándole porras a Wolfram - ¡Usted puede!

Yuuri lo observó, era hábil… cuando se lo proponía era muy bueno con la espada y en varias ocasiones lo había visto pelear, siempre defendiéndolo… justo después de decirle que si era necesario lo defendería con su vida. Poco a poco los soldados fueron quedando fuera de combate al perder la espada, solo quedaban dos… al parecer los más ágiles de todos, aunque lucían igual de cansados que el rubio.

El rey se acercó un poco más, recibiendo la mirada de varios soldados que gritaron e hicieron reverencias.

- ¡Su majestad!

Incluso contra los que peleaba Wolfram, quien se giró a verlo rápidamente.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó dando por finalizada la práctica y enfundando su espada.

- Escuche ruido y vine a ver - respondió alegremente recogiendo el saco azul del rubio.

Los soldados los miraban, todos sabían acerca del compromiso… y de que había sido un accidente…

- ¿Y Greta?

- Con Günter…

Wolfram le arrebató el saco y se lo puso lo más rápido que pudo, detestaba que lo miraran de esa forma, parecía compasión…

- Vámonos de aquí ¿Si? Quiero darme un baño…

Yuuri asintió sonriente, hacía varios días que no habían convivido por la eficiente evasiva de su prometido… y ahora caminaban lentamente por los jardines, con la suave brisa y el agradable clima; los cabellos rubios de Wolfram meciéndose suavemente… tentando a Yuuri para tocar esas doradas hebras…

- ¡No pienses eso! – se reprimió sonrojado bajando la mirada.

- ¿Sucede algo? – preguntó Wolfram.

- ¡Nada! – exclamó sin dejar de sonreír - ¿Y qué mas hiciste?

- Ah… pues ayer practiqué solo en la mañana…

Todo parecía normal, como si él nunca hubiera intentado alejarse… ¡Y es que estaba tan acostumbrado a tenerlo a su lado todo el tiempo…! Que cuando se iba… sentía que algo hacía falta dentro de él… y en medio de tanta plática amena una idea amenazante surcó su mente… ¿Y si la persona que vendría era alguien especial para Wolfram? Sobresaltado miró el rostro sonriente de su prometido…

¿Qué estaba pasando por su mente!

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Espero que sea de su agrado.

Wolfram B.