Disclaimer: Creo que es obvio que como yo tiendo mi cama, yo lavo los platos y voy a la escuela no soy Rowling. Si un día la poción multijugos funciona, les avisare con gusto.
Sumary: Para que al final Rabastan pudiera imaginárselos por cuenta propia y pudiera torturarse con sus sueños imaginarios, aquellos que no admitiría nunca, en los que ella aparecía completamente suya y de nadie más... Y es que la fidelidad, no a todos conviene.
En realidad no se de donde viene esto. Bella ultimamente me parece un personaje fascinante y he aquí mi historia. One- shot cortito.
"Fiel"
Bella rió. No con esa risa que sueltan las niñas enamoradas al sentir las palabras del novio en el oído, o cuándo este la abraza o le toma de la mano. Bella rió con alevosía, disfrutando cada mirada que Rabastan le mandaba, gozando con el dolor que le causaba.
¿Dolor? Si, ella sabía que le causaba dolor. Y le gustaba provocárselo. Si hubiera podido, lo hubiera invitado a verlos tener sexo, para que pudiera escucharla gemir por caricias que él no provocaba, para verla sacudirse y tensarse bajo un cuerpo que no era el suyo, para que comprobara la pasión que Rodolphus despertaba en ella.
Pero no lo hacía. Prefería sonreírle desde los brazos de "él", lanzándole miradas coquetas y sádicas y jadear largamente, para que al final Rabastan pudiera imaginárselos por cuenta propia y pudiera torturarse con sus sueños imaginarios, aquellos que no admitiría nunca, en los que ella aparecía completamente suya y de nadie más.
Rabastan no quería decirlo. No diría que la amaba. Como es obvio, no diría que detestaba cada minuto que pasaba con su hermano. Por que Bellatrix se reiría en su cara y le recordaría el hecho de que no todos los amores son correspondidos. Ni diría que la deseaba, por que ella volvería a reírse en su cara, está vez sin respuesta.
A Rodolphus no le importaba que él los viese, Actuaba igual que si estuvieran a solas, aprisionando a Bella contra la pared, besando su cuello, antes blanco, ahora marcado por su paso. Parecía Rodolphus quería dejar muy en claro que Bellatrix Black era "suya".
Y siempre se iba, dejándolos solos, diciendo entre bromas y risas que no hicieran cosas malas en su ausencia, aun que tanto como Bella y Rabastan podían ver el brillo de advertencia en sus ojos al decir estas palabras.
Por que claro, dejarlos solos no era más que un prueba.
Una prueba que Bella afrontaba siempre con rotundo éxito.
No importaba cuanto la arrinconará contra la pared, como su hermano antes había hecho, ni como miraba sus labios insistentemente, tentándola a el beso, o que su cuerpo encontrará un lugar agradable en el otro. Nada de esto importaba, por que Bellatrix siempre respondía lo mismo:
-No solo soy fiel a mi Lord, si no que también- y aquí levantaba la mano, mostrando un anillo con un enorme diamante- a mi prometido.
Y el cuerpo de Rabastan se aflojaba, apretando los puños, molesto. Bellatrix era suya o lo sería…
-No, no soy tuya, ni lo fui ni lo seré. Si quieres en verdad saberlo soy de Rodolphus. ¿Escuchas cariño? De Rodolphus y de nadie más.
Y sonreía de lado, apartándose y caminando hacia la puerta, para salir y demostrarle a su prometido que le seguía siendo fiel.
Por que después de todo, la fidelidad no a todos conviene.
