【Una cosita que se me ocurrió mientras veía imágenes hard de estos dos.. por alguna razón】

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Momotarou llegó corriendo y empujó la puerta. Hakutaku se sorprendió un poco y se tambaleo sobre el banquillo en el que estaba subido mientras acomodaba algunos libros en una repisa.

-Hakutaku-sama, está bien?!- preguntó Momotarou con preocupación.

-Sí, sólo me sorprendi un poco.- contestó Hakutaku con rostro sonriente.

-Espere.. Qué hace ahí arriba?!-

-Eh? Acaso no lo ves? Estoy acomodando algunas cosas.-

-Me refiero, es peligroso que usted lo haga.-

-Pero sí siempre lo hago.-

-Pero ahora es diferente.. me acabo de enterar, Hakutaku-sama. Es importante que se cuide.-

Hakutaku enarco una ceja, no entendía lo que Momotarou le estaba diciendo. A pesar de que le gustaba andar de rama en rama, jamás había tenido mala salud.

-Tao-Taro-kun. No tengo idea de lo que hablas, pero te aseguro que estoy bien.-

-Entiendo que quiera ocultárselo a los demás pero no debería hacerlo con sus subordinados, en una de éstas podría darle algo que le haga mal.-

-Eso suena como una advertencia.. No es como sí fuera a morir pero igual no quiero que me envenenes.-

-Es una suerte que haya escuchado la noticia aunque sea entre chismes. No me imagino cómo se pondría Hoozuki-sama sí algo le pasa a su hijo.-

Hakutaku se paralizó al oír el nombre, la enorme sonrisa que tenía fue borrada al instante y la mirada le quedó clavada en el ayudante.

-Qué?-preguntó entre dientes.

Momotarou se sintió mal por exponer a su jefe de ésa forma pero estaba seguro de que era lo mejor.

-Debería bajarse de ahí y descansar.- sugirió Momotarou mientras se colocaba detrás de Hakutaku y creaba una valla con sus brazos por sí tropezaba al bajar.

-Tao-Taro-kun. Antes, me podrías decir qué es lo que oíste?-

-Eh.. Mientras estaba en el infierno, haciendo los mandados, unas señoritas se acercaron a mi y me preguntaron que "Qué tal iba el encargo?". Al principio no entendí pero después Hoozuki-sama se acercó y dijo "Ya tiene varios meses esperando". Una de ellas gritó "Hoozuki-sama que felicidad" y él contestó "Por supuesto"-

-Ah.. Tao-Taro-kun acaso crees que estoy embarazado?-

-Ya que Hoozuki-sama lo dijo..-

-Tal vez ése bastardo quería joderme de nuevo.- dijo Hakutaku con alivio.

-He?-

-Tao-Taro-kun, deberías poner más atención a las cosas. Yo no estoy encinta.-

-Qué? Pero.. ella dijo.. y Hoozuki-sama.. dijo..-

-Podría encajar con cualquier cosa en realidad, no sólo un embarazo.-

-Eso es verdad pero.. Hoozuki-sama lo dijo!-

-No se refería a eso. Claramente la chica era una de mis clientas, debió pedir algo que por alguna razón no he traído y él sólo le hizo segunda porque ha de conocer la situación. Y la otra sólo estaba emocionada de ver al idiota ése.-

Momotarou se quedó callado y Hakutaku volvió a sonreír mientras continuaba colocando sus libros.

-En serio es así?-

-Realmente no existe razón para ocultar lo otro, además, no hay forma de que quede preñado por ése imbécil.-

Momotarou lo meditó por unos minutos hasta encontrar razón en las palabras de la bestia.

-Siento haber confundido tal cosa.- se disculpó.

-Haha, está bien, no es la primera vez que me cuelgan algún tipo de relación con ése bastardo.-

-Debería recoger el pedido de la señorita nuevamente?-

-Por favor.-

Momotarou se inclinó ante la bestia y se despidió, salió de la habitación y fijó rumbo al infierno nuevamente. Hakutaku continuó con los libros hasta que escuchó los pasos del hombre alejarse. De pronto paró y comenzó a reír descontroladamente.

Estaba seguro de que Hoozuki había dicho ésas frases a posta, porque no era del tipo de persona a la que le gusta hablar por problemas ajenos.