-¿Solo o con leche?

-Con leche.

La camarera apuntó el pedido en la pequeña libreta amarilla y se dirigió a la barra para prepararlo. Stefan se acomodó en su asiento. No necesitaba beber café pero serIa extraño sentarse en una cafetería y no tomar nada. Además le gustaba fingir normalidad,le hacía sentirse más humano. Mientras esperaba,miró por el cristal la gente ir y venir mientras se encogían en sus abrigos por el viento frío de Portlandá. Sonrió para sus adentros. La verdad es que no había nada que le llamase la atención en esa ciudad pero le había prometido a Lexi que iría allí para empezar de cero. Lexi...el simple hecho de pensar en ella le traía recuerdos que le dolían como si le hubieran clavado una estaca en el corazón. Pero esos recuerdos habían estado atormentándole todo el día desde que recibió el mensaje pidiéndole que la esperase en esa cafetería.

-Su café.

La camarera depositó la taza humeante de café encima de la mesa. Stefan la cogió,probó la bebida y volvió a dejar el vaso en la mesa con una mueca de disgusto. Empezaba a entender por qué el local estaba tan vacío.

-Stefan-le llamó una voz femenina.

Se giró e inmediatamente una sonrisa afloró a sus labios. Estaba exactamente igual que la última vez que se habían visto. Su cabello rubio caía sobre los hombros y sus ojos oscuros le miraban con viveza mientras sonreía de oreja a oreja. Tiró el abrigo negro en el respaldo de la silla y se sentó sin pedir permiso,como siempre.

-Hola Caroline-contestó Stefan.-Me alegro de verte.

-¡Y yo también!¡No has cambiado nada!

-Caroline eso es...-empezó riéndose.

-ridículo-dijo con un suspiro.-Por supuesto que no has cambiado al igual que yo. Bueno,¿qué tal está el café?

-Horrible. Podrías haber escogido otro sitio.

-Tú eres el que vive aquí,yo llegué anoche y esta cafetería está cerca de mi hotel.

-Bueno,entonces tendré que enseñarte la ciudad.

-¿Mucho que ver?

-Lo cierto es que no. Pareces nerviosa.

Cuando vio la expresión de sorpresa de Caroline supo que había acertado. Se alegraba de ver a su amiga pero había tenido muchas oportunidades de visitarle,incluso en las vacaciones de verano tras terminar el curso en la universidad Whitmore,pero siempre se había comformado con charlas por teléfono o a través de la webcam. Tenía que haber sucedido algo importante para venir hasta aquí.

-¿Por qué lo dices?-preguntó Caroline.

-Porque ya nos conocemos. ¿Qué pasa,Caroline?

-Han encontrado a Liv.

Stefan se congeló. Liv y su hermano Luke,ambos brujos,eran personas que había maldecido desde aquella noche. Si Liv hubiese aguantadc el hechizo de resurrección un poco más,las cosas serían distintas ahora.

-Eso no cambia nada-contestó-¿Qué van a hacer con ella?

-Cuando la encontramos...Elena casi la mata,Stefan. Nunca la había visto así ni siquiera cuando apagó su humanidad. Estaba tan llena de ira.

Suspiró. A él no le sorprendía la reacción de Elena,él mismo habría actuado igual. Al fin y al cabo ella tenía la mayor parte de la culpa.

-La cuestión es que-continuó Caroline-cuando la cogimos nos dijo que podría encontrarlos.

-¿A quiénes?-preguntó Stefan aunque ya conocía la respuesta.

-A Bonnie y Damon.

Stefan bajó la mirada a su taza de café. El corazón se le había encogido de dolor y los recuerdos de esa noche pasaban a toda velocidad en su cabeza.

-Seguramente está mintiendo.

-No lo sé,quizás tiene razón y podemos recuperarlos.

-O quizás haría cualquier cosa para salvarse Caroline. Si tpdo es mentira entonces,¿qué?

-Pero...

-¡Pero nada!-gritó Stefan levantàndose de su silla-¡Están muertos,desaparecieron y el otro lado ya no existe!Ha pasado un año si ya estuvieran en algún lado ya habrían vuelto.

Caroline se levantó y puso un mano en su hombro. Stefan se estremeció ante su contacto. Él solo la veía como una amiga pero siempre había sentido una conexión especial entre ellos.

-Haz lo que consideres mejor pero creí que debías saberlo.

Agarró el abrigo y caminó hasta la puerta para marcharse pero antes de tocar el pomo se giró y dijo:

-Si cambias de opinión Elena y yo seguimos viviendo en Whitmore.

Cuando Caroline se fue,Stefan se sentó de nuevo y se cubrió la cabeza con las manos,exhausto por las emociones. Se había obligado a aceptar que su hermano estaba muerto porque no estaba seguro si podría soportar la idea de crearse esperanzas y que resultanse falsas. Pero aún así su mente le obligó a preguntarse¿y si no hubieran simplemente dejado de existir?¿Dónde estarían?