~Capitulo 1~

Un nuevo día comenzó, de hecho el numero veinticinco. Juvia se maquilló tenuemente, mientras acomodaba su ropa recién planchada y se colocaba su bello gorro de color azul. El motivo era simple. Como todas las mañana intentaría conquistar al amor de su vida, el querido Gray Sama.

Dio un portazo de despedida y corrió por el extenso pasillo. Al llegar a la baranda, busco a su amado por todos lados. Por desgracia no se encontraba en el salón del gremio. No, allí estaban los habitué de siempre.

Descendió con paso lento por la escalera, derrotada por no poder ver a la luz de su vida.

—Buenos días, Juvia.

La persona que la saludó era Mirajane, que como siempre, descansaba sobre la barra, mientras contemplaba a los recién llegados con su típica sonrisa de boba.

—Buenos días—Replicó Juvia en voz elevada, para no tener que saludar uno por uno.

Se sentó en una mesa vacía. Apoyó su cabeza sobre sus brazos y esperó a que su día mejorase por sí solo. Un ligero golpe la obligo a alzar la vista. Lissana apoyó una taza de cerámica con té de hierbas. La infusión humeaba mientras inundaba el lugar con su dulce aroma.

—¿Comenzaste el día de malas?—Interrogó Lissana.

—Sí, Juvia no vio a Gray Sama por ningún lado. ¿Está lejos?

Lissana se encogió de hombros. Pero al ver qué pasaba Mirajane con una bandeja de plata, la detuvo y le preguntó algo al oído. Mirajane miró de reojo a Juvia y negó con la cabeza y luego le dijo algunas palabras en el oído a su pequeña hermana. Tantos secretos, sacaban de quicio a Juvia.

—No. Parece que esté en Magnolia. Pero nadie lo vio últimamente. Quizás debas ir a buscarlo.

—¡¿Tú crees?!

—Si…

—¡Entonces Juvia lo hará!

Juvia se incorporó de un salto. Se acomodó su pesado abrigo de color azul, mientras le daba un ligero golpecito al gorro. Una vez lista, caminó con paso firme hacia la puerta.

Por el rabillo del ojo observó el tablón de misiones. Leyendo los carteles se encontraba su ex compañero de gremio, Gajeel. El musculoso dragon slayer rebuscaba una misión que pudiera serle complicado a un tipo duro como él.

¿Una misión? ¿Cuánto tiempo hacía que no realizaba una misión? No lo recordaba con exactitud. Tanto tiempo que no compartía algo de tiempo con sus compañeros de gremios que quizás pensaban que era una rara. Bah, eso no le interesaba a ella, pero tampoco le quedaba mucho dinero. A lo mejor…

Pero nada vencía a su querido Gray. Así que continuó caminando, esta vez de forma dubitativa. Pero casi estaba saliendo, ya lo tenía, una búsqueda de su amado Gray Sama y luego, quizás, los amantes terminasen en la cama enzarzados en una frenética escena sexual. Ah, Gray Sama, sin dudas eres increíble.

—Oye Juvia, ¿Qué haces?

La hechicera elemental se volteó y se percató que estaba hablando en voz alta. La sangre se le subió al rostro y se lo cubrió por la vergüenza.

—Oye, no te preocupes. Solo yo te oí—Dijo Cana mientras se acercaba.

La abrazo con una confianza que no tenían. La morocha olía a alcohol, a pesar de que sean las ocho de la mañana. Juvia intento alejarse, pero la fuerza del abrazo era tal, que poco a poco se le iba acabando el oxigeno.

—Dime una cosa Juvia, ¿Estas ocupada?

—¿Ocupada?—Preguntó mientras se deshacía del abrazo—Pues…

—Es que tengo una tarea que realizar. Si puedes ayudarme sería algo bueno y terminaríamos antes para tomar unos tragos. ¿Qué dices?

¿Una tarea? Pensó Juvia. Realmente Juvia tenía tiempo libre. Aunque estaba interesada en ir a buscar a Gray. Aunque por otro lado, también le hubiera gustado realizar una misión de las tantas que hay en el tablón. ¿Pero ayudar a Cana? Siempre podía existir esa posibilidad. ¿Qué haría?

Juvia lo siente, pero tiene que ir a buscar a Gray. Nos vemos luego. *(Ir hasta el capitulo 2)*

Pues Juvia iba a realizar una misión con Gajeel. Eh, Gajeel, ¿Verdad que Juvia y tu tenían algo juntos? *(Ir hasta el capitulo 3)*

Está bien, Juvia te ayudara. *(Ir hasta el capitulo 4)*