A los que se les caducan los infinitos.

Si «Harry Potter» me perteneciera, todos habrían muerto al final.


DIES IRAE

(Día de la ira)


«Dies irae, dies illa,

Solvet saeclum in favilla»

Os voy a contar la historia de un hombre que se perdió camino a encontrarse a sí mismo.

Uno que lo fue todo, a veces incluso demasiado. Que guardaba la ira en el corazón y el amor en la polla, como solía decir entre carcajadas que partían en dos el aire. Uno que nació en la mierda y se encargó de volver a ella antes de morir. Que quiso hasta la locura —y que odió de la misma manera— a una sola mujer, aunque follara con muchas más. Que pintó con sangre la memoria de todos nosotros y con alihotsy su propia nariz.

Uno con la vida llena de instantes infinitos que tenían fecha de caducidad.

Rosier, al que el apellido le quedaba pequeño.

Elric Rosier.


NOTA

Llevaba días pensando en cómo participar en el Drabblectober de este año. Encontré varios temas en la red interesantes (gracias de nuevo, María), pero no terminaba de conectar con ninguno. Al final decidí poner a trabajar a mis colegas más imaginativos (os adoro: Andrea, Zaira y David), pedirles "prompts" de esos y hacer un mix con mis favoritos.

Después barajé escribir sobre varios mortífagos (los primeros, los que me gustan), incluso sobre Manny... Hasta que me vino la gran tragedia que fue la vida (en mi headcanon) de Elric Rosier. Estoy a tope con esa historia que aparqué sobre "Tom" y tenía muchas ganas de hablar de este tío en boca de Emmanuel Nott, mi narrador de cosas sórdidas favorito.

Para los nuevos: Elric (nombre inventado por mí) Rosier fue uno de los primeros mortífagos de Voldemort (junto a Mulciber, Dolohov, Nott y Avery), uno de los que esperaban en el Cabeza de Puerco mientras Tom le pedía trabajo como profesor a Dumbledore. El padre de Evan Rosier, el chaval que le arrancó el ojo a Moody poco antes de que este le arrancara la vida.

No sé qué tal me irá eso de escribir drabbles (entre 2 y 499 palabras) porque soy de enrollarme como una persiana, pero haré el intento.

Os leo por ahí, como siempre.