AMOR ES PARA SIEMPRE
secuela de: NO ERES TU, ES MI FAMILIA
¿que pasa cuando las cosas no son lo que parecen? ¿cuando las personas que creías muertas reaparecen en tu vida como si nunca se hubieran ido? ¿cuando todo el odio que sientes es injustificado y aun así sigues odiando? ¿cuando diriges ese odio a las personas equivocadas? ¿cuando tu propia familia te da la espalda? les diré que es lo que pasa, te conviertes en alguien sin alma, en alguien que prefiere dañar a cualquier persona antes de que te dañen primero, pero que poco a poco te destruyes, te consumes y solo alguien puede ayudarte a salir de ese abismo en el que te encuentras, pero has dañado tanto a esa persona, que no es seguro que te ayude. Eso es lo que le paso a isabella.
TP(tercera persona)-POV
El día era soleado, claro que cuando te encuentras en chicago eso es normal, eran pasadas las 3 de la tarde, muchas personas caminaban por las calles, caminaban lo mas rápido que su frágiles cuerpos de humanos les permitían, muchos pensaban en llegar a casa y ver a su familia, algunos con mas apuro que otros, pero a pesar de ello, todos estaban tranquilos y felices, ninguno de esos simples humanos pensaba en que entre ellos había un vampiro desesperado, el cual desde hace una semana no veía a su pequeña hermana, porque para el, la vampiresa que lo dañaba a el como a cualquier otra persona, era su pequeña hermana, el no la culpaba, al contrario, la comprendía y es que todas las personas que la chica quería la habían abandonado en el peor momento, al principio fue un clan de vampiros, en el cual su pareja la cambio por una humana, poco después, cuando a la vampiresa la sangre humana le atrajo y se alimentaba tres veces al día de humanos, su familia pensó que seria un problema y dejaron de apoyarla, ese mismo día fue la primera de muchas veces que hirieron los sentimientos del vampiro, a el no le importo en su momento, pero ya comenzaba a cansarse, la vampiresa cuyo nombre es isabella podía llegar a ser muy cruel cuando lo desea.
En el mas lujoso cuarto del hotel intercontinental chicago magnificent mile, se encontraba una vampiresa dormida, su cabello que antes era color caoba, ahora era de un color rubio cenizo, la chica se removió incomoda en la cama, el sol le daba directamente en la cara, soltó un suspiro de resignación, tendría que levantarse a cerrar las persianas, abrió lentamente sus ojos, que eran de un bellisimo azul celeste y lentamente se levanto de la cama, la vampiresa se sentía cansada, la noche anterior casi no durmió, había ido a la nueva y famosa discoteca de chicago, ahí había encontrado a un humano con el cual bailo toda la noche y cuando llego el momento de irse a casa, el joven cuyo nombre no recordaba, se había ofrecido a acompañarla, aunque isabella había notado el doble sentido de su propuesta, el chico no logro su cometido, ya que la chica lo arrincono en un callejón bastante oscuro y lo dreno por completo. Una de las cosas que isabella amaba era el drama, así que para divertirse y al mismo tiempo tapar su crimen, desfiguro al joven y con una navaja que isabella nunca dejaba lo acuchillo mas de 30 veces, lo hubiera echo mas, pero le resulto bastante aburrido. al recordar isabella lo que había echo la noche anterior sonrio, tomo el control del televisor y lo encendió, en todos los canales hablaban del crimen de isabella, claro que nadie mas que ella lo sabia.
- ¿saben quien pudo haber echo eso?- pregunto la reportera a un oficial, el hombre se veía cansado, como si no hubiera dormido muy bien, isabella lo comprendió, pues ella se durmió hasta tarde.
- creemos que fue un asesino en serie, no hay huellas en el área- la vampiresa reía a carcajadas.
- claro que no deje huellas idiota, no soy estúpida- la melodiosa voz de la chica se escucho por primera vez. su voz al igual que su apariencia era tan tierna y dulce que resultaba imposible que ella fuera la asesina que nombraban en la televisión.
La vampiresa había cambiado tanto en el ultimo año, su voz antes era simplemente melodiosa, ahora era mas que eso, su voz cautivaba a cualquiera, inclusive a vampiros, su apariencia seguía igual, excepto por su cabello y color de ojos. Isabella dejo de ser la dulce vampiresa que todos conocían, ahora era un demonio disfrazado de ángel, cualquiera que la viera e incluso que hablara con ella pensaría que no mata ni a una mosca, pero la vampiresa podía hacer creer a los demás cosas que no eran, incluso si ella dijera que los gatos vuelan en japón, todos lo creerían, ella era la mejor mentirosa y manipuladora, aprendió por las malas que siendo lo que los demás quieren que seas, no ganas nada, al contrario, lo pierdes todo.
Isabella tomo su celular, el cual tenia apagado desde hace una semana, tenia mas de 50 llamadas perdidas y todas eran de una persona, Garrett, el no se cansaba, por mas que isabella lo tratara mal, el seguía insistiendo, aunque a isabella le entretenía bastante, bastaba un "lo siento" para que el vampiro cayera a sus pies, siempre era lo mismo, isabella desaparecía, el la buscaba, isabella se aburría y regresaba con el y con dos palabras de ella era suficiente para que el vampiro la tratara como a su familia, al pensar en Garrett la vampiresa sonrio, pero no era una de sus ahora típicas sonrisas, era una sonrisa real, aunque no duro mas que unos segundos, el vampiro era lo único bueno que le quedaba, pero ella no quería que pasara lo mismo que con todos a los que ella llego a querer, todos la abandonaron, le dieron la espalda, por eso ella ahora era así, una persona sin sentimientos. La vampiresa marco números que estaban en su cabeza, presiono el botón para llamar y espero a que contestaran, que por cierto, no tardo mucho, al segundo tono contestaron.
- ¿isabella? ¿donde diablos estas?- una voz varonil se escucho al otro lado, isabella sonrio.
- hola, Garrett, estoy en un hotel, ¿crees que podrías venir?- la voz de la vampiresa se escuchaba triste, el vampiro no pudo negarse, nadie podría.
- claro pequeña, envíame la dirección, iré lo mas rápido que pueda- Garrett ya no estaba nada molesto con la chica, no podría estarlo después de escuchar su voz.
- gracias, te enviare la dirección, hermano- el vampiro se sentía feliz, vería a su hermanita y ella lo llamo hermano, un minuto después el mensaje con la dirección del hotel en el que la vampiresa se quedaba llegó, el corrió a gran velocidad, nadie lo veía y entre mas rápido la viera, mas tranquilo estaría.
Isabella se cambio a una ropa mas colorida, había aprendido que a su "hermano" no le gustaba verla con ropa de colores fuertes, así que cuando estaba con el, usaba ropa de la que usaba en otros tiempos, colores pasteles eran los que mas usaba, al terminar de cambiarse se observo en el espejo de cuerpo completo que había en la habitación, la vampiresa sonrio orgullosa, se veía imposiblemente bien, incluso si a la humana mas hermosa se le convertía en vampiresa quedaría en vergüenza a su lado. Fue en el momento en que isabella dejo de admirarse en el espejo, que golpearon la puerta, la vampiresa se preparo, garrett había llegado, fue directo a la puerta y la abrió, ahí estaba Garrett, se veía cansado, no bien alimentado, siempre que se reencontraban el estaba en mal estado, en cambio ella, siempre estaba bien alimentada y perfecta.
- isabella- Garrett la envolvió en un abrazo el cual isabella se vio obligada a responder, al separarse isabella le regalo una de sus mas inocentes sonrisas.
- Garrett, te extrañaba- en momentos como esos garrett no podía permanecer enojado, en ese momento solo pensaba en nunca dejar a su hermanita y en que nunca mas volvería a estar alejado de ella, en cambio isabella pensaba en cuan difícil seria el que Garrett le dejara mas dinero y diversión claro.
- ¿como has estado pequeña? ¿nadie te ha tratado mal? ¿quieres irte de aquí?...- Garrett no paraba de preguntar cosas y a isabella comenzaba a fastidiarle, era lo que le molestaba de el, siempre hablaba mucho, antes a isabella eso le encantaba, pero ahora, no.
- Garrett, estoy bien, me gusta este lugar y como ahora nosotros no brillamos, me gustaría quedarme, ¡oh! y nadie me a insultado- "y ha salido vivo" pensó la vampiresa, en su angelical rostro se instalo una sonrisa por su pensamiento, el vampiro pensó que así la vampiresa parecía a la que el conoció, a la dulce y cariñosa isabella.
- bien, entonces nos quedaremos, creo que deberíamos comprar una casa y...- isabella dejo de escuchar al vampiro, Garrett haría muchos planes humanos, para que al final, ninguno se hiciera, a ella no le gustaba creer ser humana, se sentía una basura haciéndolo, mas bien le gustaba jugar con los humanos, aunque a los minutos la aburrían- quizá podamos ir con unos amigos que tengo en texas, sus nombres son Peter y Charlote- eso hizo a isabella volver a la "conversación", Garrett nunca había nombrado amigos o si lo había echo, ella no lo recordaba.
- háblame de ellos- pidió isabella abrazándolo, en su interior quería cuestionarle el porque no había hablado de ellos, pero como había mencionado anteriormente, no recordaba mucho de lo que Garrett le hablaba.
- como una vez te dije isabella, a ellos los conocí en las guerras del sur, aunque solo los ayude a escapar de ahí, nos encontramos un par de veces después y nos hicimos amigos, hace unos días llamaron y me invitaron a pasar unos días con ellos, así que si lo deseas, podemos ir- isabella estaba pensativa, podría divertirse muchísimo si iban a texas y en chicago no tenia nada, simplemente a Garrett arruinando la diversión.
- esta bien, iremos con tus amigos- Garrett sonrio, el creía que isabella lo hacia por complacerlo, lo que el no sabia es que isabella solo pensaba en como poder divertirse con ellos, Peter y Charlote, sus nuevos juguetes.
