PRIMERA NOTA: Confirmo que cualquier relación que esta historia parezca tener con la serie o sus películas por cualquier supuesta razón es una completa confusión, por tanto, esta historia NO es ninguna secuela de la serie ni sus películas por mucho que lo parezca.

SEGUNDA NOTA: Si piensan buscar drama o realismo negativo en esta historia, búsquenlos en otra historia entonces y lean las mías con perspectiva de fantasía, pues en la mayoría de las mías pongo drama y realismo negativos solamente si de verdad resulta necesario y nunca es mucho porque no me gustan, sino, uso la fantasía para ignorar y reemplazar al realismo negativo, uso al realismo positivo junto con la fantasía y no uso nada de drama triste, pues toda la libertad que la mayoría de escritores le dan siempre a la expresión total del drama triste y realismo negativo, yo siempre se la doy a la felicidad y la fantasía.

Una potranca rubia y con ojos amarillos de apenas 8 años estaba sentada bajo la sombra de un árbol, alejada del resto del mundo, en sus ojos se denotaba alegría a pesar de que éstos parecían ser únicos. La pequeña sólo sentía el viento mientras observaba a los demás vivir. De pronto, un trío de potrancas se acercaron a ella y la miraban con sonrisas amistosas. La pequeña las conocía muy bien, pues ellas le hacían la vida agradable día tras día. Una de ellas de cabellos azules con turquesa y ojos rojos empezó con los aprecios.

- Vaya, vaya. Parece que la linda está bonita de nuevo. ¿Por qué crees que sea, Octavia?.

Le preguntó a otra potranca de su misma estatura, pero la diferencia era que su cabello era diferente, lo mismo que su pelaje corporal y el color de sus ojos.

- Lo más seguro es porque tiene amigas que la quieren hasta por sus ojos bonitos, Vinyl. ¿No lo crees así?... ¿Carrot Top?.

Ambas chicas voltearon a ver a la tercera. Ésta tenía el cabello naranja y diferente, unos ojos verdaderamente tranquilos de un color verde muy diferente, de todas las presentes era a quien la potranca más admiraba y quería.

- Será mejor que le enseñemos cuánto es querida. - dijo Carrot.

- ¡A sus órdenes, jefa Carrot!.

Eso gritaron ambas chicas al unísono mientras de sus alforjas sacaban bolsas llenas de muffins, luego dulcemente, se las arrojaron a la pequeña de cabello amarillo y ojos únicos. La potranca estaba tan rodeada que no se notaba si era una tranquila o mucha alegría lo que reflejaba por su cara. Vinyl y Octavia se despidieron y se alejaron de la escena a felicidad pura, pero Carrot Top se quedó un poco más viendo lo que habían hecho, se sintió muy feliz, dio media vuelta y se dispuso a alcanzar a sus otras compañeras. La pequeña rubia se puso de pie, metió todas las bolsas en su alforja y salió del parque rumbo a casa, donde seguramente su padre la elogiaría por llegar con regalos, aunque no había sido la primera vez que él siempre le creía lo que había pasado. Tan sólo con conocerla personalmente por un solo momento, cualquiera diría y vería desde un principio que ella era totalmente más hermosa de lo que nadie imaginaría nunca.

La chica despertó de su sueño al pasado. Hace años que no soñaba con su infancia, de eso ya habían pasado 10 años. Bostezó, estiró su cuerpo y se sentó entre todo el silencio, pero poco le duró el silencio, pues justo en ese momento, alguien entraba a su habitación silenciosa y alegremente.

- Derpy, querida, despierta que el sol ya salió.

La mujer, ya algo mayor, iba por la habitación de la rubia mientras abría las cortinas y le daba su beso de los buenos días a su preciosa hija.

- Buenos días, mamá.

- Hoy empiezas tu último año de preparatoria y no quiero que llegues tarde... siempre puntual... estamos en una nueva ciudad, será una nueva escuela y ambas necesitamos un nuevo comienzo.

- Yo ya quiero comenzar.

Eso dijo ella sonriéndole a su mamá. Era cierto que habían llegado hace un mes a esa ciudad, a Ponyville, así que también iría a una escuela donde no conocía a nadie, a la prestigiosa Academia Equestria y a pesar de todo eso, ella sólo quería comenzar. La señora pone su cara frente a su hija y sonríe dulcemente, pero lo que estaba a punto de hacer era aún más dulce. Toma la cara de su hija y le besa la nariz, haciendo que la rubia caiga a su amor, terminando su cometido, sale de la habitación. Ya alejada dice.

- Apúrate en arreglarte o los muffins se van a enfriar.

Derpy se puso de pie ante el mencionar de su comida favorita en todo el mundo. Otra excelente razón para levantarse temprano. Entró al baño de su habitación para ducharse rápida y ordenadamente. Cuando salió, se contempló un momento en el espejo. Sus grandes y eternamente hermosos ojos amarillos aún tenían ese único mirar, su cabello era más largo que cuando era potranca pero seguía igual de precioso, sólo debía cepillarlo más, aunque no estaba nada despeinada, pero le gustaba hacerlo verdaderamente. Abrió su armario y sacó la alforja que su madre había comprado para su nueva escuela, ésta era un tipo mochila color verde oscuro. Le metió lo que necesitaría. Estando lista, bajó a la cocina para comer los muffins que había preparado su madre y guardar algunos otros para la hora del almuerzo, aunque sabía que sus amigas de toda la vida le llevarían otros más. Se despidió y salió de su bella casa mucho más animada. Durante su camino, planeaba cómo iba a pasar su último año de preparatoria. Ella prefería que fuera como todos los años, pues así disfrutaría la compañía de sus amigas y a las que cotidianamente adoraba porque adoraban la especialidad de sus ojos. Ya estaba a un par de cuadras de su destino, se felicitaba mentalmente porque en todo el camino había ido relajada y animada, como todos los años. Lo admitía, tal vez era más animosa que otras veces, pero aún así, siempre sonreía todo el tiempo. Cuando estaba a punto de llegar a la esquina antes de la escuela, seis yeguas le cerraron el paso.

- ¡Miren, muchachas!. ¡La especialidad de la escuela!. - dijo una.

El sexteto de bondadosas empezaron a rodear a la bella rubia que miraba a la que quedó delante de ella. Ni había llegado a su destino y ya la estaban alegrando.

- Muy bien, rubiecita, danos todo tu aprecio y te acompañaremos desde ahora.

- Sí, claro, yo lo hago ahora. - dijo Derpy.

Derpy sentía que se moría de la alegría, tal parecía que su vida iba a estar llena de alegradoras en favor de su bella persona. Lo que más le gustaba, era que se había equivocado con lo de que no conocía a nadie. Sus amigas de hace tantos años habían venido a esta escuela también. Cuando estaba a punto de hacer lo que pedían con decisión de que la apreciaran, una bolsita chocó contra sus cascos posteriores. Tanto la chica como las otras se giraron para ver la causa de esto, y detrás de ellas se encontraban dos chicas que también portaban las alforjas de la escuela. Una de ellas tenía su cabello esponjoso y ondulado con un color naranja, sus ojos eran verdes y tenía su alforja puesta, descartándola de que ella fuera quien le envió esa bolsita. Junto a ella estaba otra chica de cabellos rubios claros terminando en punta redonda, ojos morados y tenía cara de haber despertado de buen humor. Tenía su alforja abierta en el suelo delante de sus cascos, sin duda la que arrojó la bolsita. Eran Carrot Top y otra amiga.

- ¡Ustedes, bondadosas, igual que hace diez años!. - exclamó Carrot Top con toda alegría.

- Sí, así es, cabellos de princesa. - dijo una.

- Verán los elogios que sé dar. - dijo la yegua al lado de Carrot.

Eso dijo la otra chica con su casco en su corazón y poniendo buena cara (más de la que ya tenía). Las alegradoras se miraron entre sí sonriéndose mucho, luego miraron a su compañera linda y una habló.

- Adelante, linda, queremos aprecios.

Derpy accedió.

- Todas son tan lindas como hace años. Su belleza se mantiene intacta sin importar cuántos años pasen. Las quiero a todas, son hermosas y todas seguirán siendo por siempre mis adorables y más amadas mejores amigas.

Derpy estaba que amaba lo que acababa de pasar. Esas chicas llegaron a recibir sus elogios incluso antes de llegar a la escuela. La de cabellos naranjas se acercó y puso su casco en el hombro.

- ¿Cómo estás, linda Derpy?. ¿Lindas apreciadoras tienes ahora, verdad?. - preguntó Carrot Top.

- Sí, sí. Y a ustedes, gracias por serlo también.

- Por nada, Derpy. No nos agradecías desde un mes después de iniciar nuestra amistad. Aunque en realidad no lo sea, para ella y para mí es una completa prioridad hacer que cualquiera que entre a nuestro grupo te elogie siempre. No nos quedaríamos sin hacer que te elogien. Y dime, ¿cómo éstas?.

- Bien, Carry.

La otra chica se acercó a la preciosa Derpy.

- Yo soy Cherry Berry. Un gusto.

Derpy se fijó en la chica que le sonreía cargando de nuevo su alforja.

- Hola. Soy Derpy Hooves. Mucho gusto.

- Derpy, ¿por qué le llamas "Carry" a Carrot?.

- Porque es un apodo que yo misma le puse el día que ambas nos conocimos.

- ¿Ella te dejó?.

- Sí. - dijeron Carrot con Derpy.

Cherry siguió sonriendo.

- Es un apodo lindo. Supiste bien cuál elegir.

- Gracias, aunque siendo sincera, no tuve que pensar en cuál elegir, porque se me ocurrió en el momento en que ella me dijo su nombre.

- Oh, pues es igualmente lindo.

- ¿Qué dices de mis ojos?. - le preguntó Derpy.

Cherry se había perdido en un mar de alegría al ver los ojos de la preciosa.

- Tus ojos son los más hermosos que nunca vi. Y dime, ¿ves bien?.

- Sí.

- Ah, que bien. Y díganme las otras, ¿cómo se llama cada una?.

- Yo me llamo "Vinyl Scratch".

- Yo soy Octavia Melody.

- Yo me llamo "Bon Bon".

- Yo soy Lyra Heartstrings.

- Yo me llamo "Twinkleshine".

- Y mi nombre es "Colgate".

- Un gusto conocerte, Cherry Berry. - dijeron cortés y gentilmente todas.

- Igualmente.

- Carry, ¿tú y Cherry ya se habían conocido?. - preguntó Derpy.

- Sí.

- ¿Cuándo?.

- Cuando me inscribí aquí el primer día de verano.

- ¿Nos puedes contar cómo se conocieron?.

- Claro que sí.

Flash Back

Es el 21 de Junio de 2010. Carrot Top ya tiene su matrícula hecha y ya está dispuesta a irse, pero ve a alguien que le llama la atención. Una yegua rubia está sentada en una de las cinco bancas que se colocan cada año fuera de la oficina para que los estudiantes o padres se sienten cuando hay inscripciones o renovación de matrículas. Carrot se acercó a esa yegua llevando su imborrable y cotidiana sonrisa.

- Hola.

La yegua la miró.

- Hola.

- ¿Eres nueva en esta escuela?.

- Sí, empezaré mi año escolar en Septiembre de este año.

- ¿Te importa si me siento a tu lado?.

- No, adelante.

- Gracias.

Carrot se sentó a la izquierda de esa yegua.

- ¿No deberías estar ahí dentro para inscribirte?.

- No tengo que hacerlo, mis padres me están inscribiendo.

- Ah, bueno. Soy Carrot Top. Dime, ¿cómo te llamas?.

- Soy Cherry Berry.

- Gusto en conocerte, Cherry.

- Para mí también.

- Oye, si no te molesta, ¿quieres ser mi amiga?.

- Claro que sí.

- Gracias.

- De nada. ¿Por qué dijiste "si no te molesta"?.

- Porque se me hizo costumbre, aunque siéndote sincera, no había hecho esa pregunta otra vez hace diez años.

- Oh, bueno. ¿Eres nueva en esta escuela o llevas más tiempo?.

- También soy nueva.

- ¿Cuántos años tienes?.

- Dieciocho.

- Ah, igual que yo.

- ¿También tienes dieciocho?.

- Sí. ¿Cuándo los cumpliste?.

- Hoy.

La expresión de Cherry se volvió de sorpresa.

- ¡¿Hoy?!.

- Sí.

- En ese caso, feliz cumpleaños.

- Gracias.

Cherry la abrazó y Carrot le correspondió.

- ¿Cuándo cumpliste los dieciocho?. - preguntó Carrot.

- El catorce de Junio.

- Ah, bueno.

- ¿Tienes otros amigos en esta escuela?.

- Sí, pero en mi caso, son amigas.

- ¿O sea que solamente tienes amigas?.

- Sí.

- ¿Desde cuándo es así?.

- Desde hace diez años.

- ¿Tienen a alguna como líder?.

- Sí, soy yo.

- Ah, excelente. ¿Cuántas amigas son ahora?, incluyéndote.

- Somos ocho.

- ¿Desde cuándo han sido ocho?.

- Desde siempre.

- Vaya, es la primera vez que me hago amiga de una yegua que durante años ha sido líder de un grupo en el que hay yeguas y ningún corcel. ¿Me puedes contar más sobre ti y cada una de tus amigas?.

- Todas nos conocimos en Canterlot porque nacimos allá. Cuando vivíamos allá, llegamos a la misma escuela en el mismo año. Casi todas tenemos dieciocho años ahora, porque dos de ellas aún tienen diecisiete. Desde que somos amigas, entre todas han reinado interminablemente la amistad, la lealtad, la honestidad, la bondad, la generosidad, la humildad, la sinceridad, el respeto, la confianza, la unión, la igualdad, la paz, la armonía, la valoración y la aceptación. Todas nos valoramos por lo que somos y nunca dejamos que ni la más pequeña diferencia de ninguna se interponga en nuestra amistad. Siempre hemos usado todos esos valores con todas, pero principalmente con una. Desde nuestro primer día como grupo, ha habido una yegua a la que siempre hemos querido mucho más que a todas. Es considerada por todas como la más especial. Algo que amamos de ella tanto como su persona, son sus ojos. Ella tiene hermosos ojos bizcos. Sus hermosos ojos son especiales y únicos. En nuestro grupo, tres somos terrenales, cuatro son unicornios y nuestra amiga preciosa de ojos bizcos es la única pegaso del grupo.

- Perdona que te interrumpa, ¿pero me puedes decir los nombres de todas tus amigas y de cuál raza es cada una?.

- Nuestra preciosa y amada amiga pegaso de ojos bizcos se llama "Derpy Hooves", las unicornios se llaman "Lyra Heartstrings", "Vinyl Scratch", "Twinkleshine", y "Colgate", y las terrenales se llaman "Bon Bon", y "Octavia Melody".

- ¿Qué edades tenían cuando se conocieron?.

- Todas teníamos ocho.

- Ah, bien. ¿Quiénes son las dos que todavía tienen diecisiete años?.

- Vinyl y Octavia.

- ¿Cuándo serán sus cumpleaños?.

- El de Vinyl será el cuatro de Julio, y el de Octavia será el catorce de Agosto.

- ¿Todas van a los cumpleaños de todas cuando son invitadas y tienen la oportunidad de ir?.

- En realidad casi todas, porque Vinyl y Octavia festejan sus cumpleaños con sus familias. Ellas nunca tuvieron la costumbre de celebrar invitando amigos.

- Me siento un poco extrañada. Es la primera vez en mi vida que me entero de alguien que sólo festeja sus cumpleaños con sus familias. Nunca supe de un caso así.

- Entiendo que no te suene familiar, porque yo también me sentí como tú cuando nos lo dijeron. Los festejos cumpleañeros son cotidianos cuando se invita a los amigos.

- Gracias por entenderme.

- De nada.

- Oye, hay algo que quiero pedirte.

- ¿Sí?.

- Ya que eres la líder de tu grupo, ¿me dejarías unirme?.

La respuesta de Carrot Top fue inmediata.

- Claro que sí. Bienvenida al grupo.

Cherry sonrió aún más, (si eso era posible).

- ¡Muchas gracias!.

Cherry la abrazó. Carrot siguió contándole un poco más antes de que los padres de su amiga salieran de la oficina. Continuaron juntándose unas cuantas veces durante el verano, hasta que se inició el año escolar.

Fin de Flash Back

- Cuando Carrot me describió cómo eres físicamente, incluyendo tus ojos, ya me imaginaba lo hermosa que creí que eres, pero ahora que estás frente a frente conmigo, veo que en realidad eres totalmente más hermosa de lo que nunca pensé y de lo que nunca me hubiera podido imaginar. Tus ojos son tan especiales y únicos. Antes estudié en tres escuelas diferentes y nunca vi ojos así como los que tienes tú. ¿Eres nueva en esta escuela?.

- Sí, lo soy, y todas también.

- Ahora seré yo la que te elogie, hermosa Derpy. - empezó a decir Cherry. - Eres la yegua completamente más hermosa que nunca vi, eres absolutamente más hermosa que todos los corceles y yeguas que he visto en toda mi vida. Toda mi vida he conocido yeguas con caras bonitas, pero tú eres totalmente más que sólo eso. Tu belleza total supera por completo todo límite existente de hermosura. Eres totalmente más hermosa de lo que el mundo se imaginaría. Si te describieran físicamente, como ya lo hizo Carrot, no importa cuánto intente alguien imaginar lo hermosa que eres ni qué tan bien intenten describirte, porque tu hermosura total está totalmente más allá de todos los límites existentes de la imaginación. Eres totalmente más hermosa de lo que nunca nadie sería capaz de imaginar y comprender. Ni siquiera yo hubiera podido imaginar ni comprender lo total y verdaderamente hermosa que eres. Ni la más detallada, específica y perfecta descripción lograría acercarse ni un 1% a lo verdadera y totalmente hermosa que eres. Sé que eres así de hermosa porque así naciste y siempre seguirás siendo la misma yegua totalmente más hermosa de toda Equestria. Y eso es todo lo que tengo para elogiarte.

- Gracias, Cherry, muchas gracias.

- Por nada, yegua hermosa. ¿Saben qué salones les asignaron?.

- Sí, a todas nos pusieron en el salón 3A.

- Esto debe ser el destino. Yo también fui asignada a ése. Y les digo a ti y a todas que aunque las acabo de conocer, y aunque sólo unas cuantas veces pude juntarme con Carrot en el verano, desde ahora, las considero a todas como mis mejores amigas por siempre, y a ti, Derpy, te considero como mi amiga eternamente más amada.

La bella Derpy estaba tan verdaderamente contenta, que abrazó a Cherry y ella le correspondió.

- ¿Nos vamos a nuestro salón, chicas?. - les preguntó felizmente Cherry.

- Sí. - dijeron todas ellas.

Después de eso, las nueve chicas por fin llegaron al salón designado. Sorprendentemente, eran las primeras en llegar, y era sorprendente para ellas, porque en todos estos años, nunca llegaron primero a sus salones. Todas seleccionaron sus asientos y se ubicaron. Derpy se ubicó una silla antes del final junto a las ventanas. Carrot se sentó a su derecha y Cherry se sentó a la derecha de ambas. El salón no tardó en llenarse, todo ya estaba ocupado, incluso el asiento que Derpy había dejado justo detrás de ella. A los pocos minutos que sonó la campana, entra una maestra, ésta era una cebra, algo que ellas nunca vieron.

- Bienvenidos sean, mis pequeños, sé que es su último año, así que muy atentos. Soy su profesora Zecora, algunos ya tendrán el placer pero a otros no los había conocido al parecer. Hay caras que nunca vi en mis siete años como profesora de esta escuela.

La profesora Zecora señaló a cada una de las chicas.

- Ustedes, las nueve chicas de esas filas, veo que son nuevas porque no recuerdo haberlas visto, sobretodo a la más hermosa de ustedes, así que pasen al frente y preséntense. Y que también venga el chico que está al final.

Todas más ese chico pasaron en fila al frente.

- Mucho gusto, soy Derpy Hooves y me mudé a Ponyville hace poco.

Las demás y el chico dijeron sus nombres junto con que también son nuevos en la ciudad. Luego de eso, se volvieron a sentar, pero el chico detrás de Derpy también había notado lo hermosa que es. Él tenía cabello café y alborotado. La clase siguió divertidamente normal como cualquier otra. Al sonar la campana del receso, la gran mayoría salieron como rayo. Derpy se encontraba guardando sus cosas, mientras sus amigas las guardaron antes y se quedaron a esperarla, como muestra de la lealtad y amistad que le tenían. Pero no eran sólo ellas las que se quedaron. El chico detrás de Derpy también se quedó. Él la observó hasta que ella terminó de guardar.

- ¿Lista para almorzar, Derpy?. - le preguntó contentamente Carrot.

- Claro que sí.

Eso contestó alegremente la rubia mientras tomaba su bolsa de papel llena con muffins de la mañana. Las nueve salieron del salón siendo seguidas por el chico. La profesora esperó hasta que él saliera, y cuando eso fue, ella salió y cerró la puerta. Mientras la profesora fue a dejar el libro de clases, el chico estaba parado fuera del salón mientras se iban al patio. Por un momento, él pensó en lo que quería decirles, sin tener el valor de hacerlo.

- Yo quiero ir con ustedes.

Al momento de pensar, Colgate se paró, dirigió su mirada al chico y se le acercó. Él no entendía por qué ella se devolvió ni por qué iba hacia él.

- Tú quieres venir con nosotras. - dijo ella sin notarse ninguna duda en lo que afirmaba.

Eso sorprendió al chico.

- ¿Cómo lo sabes?. - preguntó él.

- Soy psíquica.

La sorpresa se le convirtió en impacto. Nunca había estado en una escuela donde hubiera alguien que fuera psíquico.

- Sí, es muy poco cotidiano encontrar a alguien con esa habilidad. Adelante, puedes venir.

- ¿No deberías preguntarles a ellas si me dejan?.

- No tengo que hacerlo. Todas aceptamos en nuestro grupo a cualquiera que desee unírsenos o que quiera acompañarnos aunque sea por un momento.

Él sonrió un poco.

- Gracias.

- De nada.

Colgate retomó su andar y el chico la siguió.

- Siendo psíquica, supongo que nunca te ha sido ni un poco difícil averiguar dónde está cualquiera de ellas, ¿verdad?.

- Exactamente.

Colgate ubicó por dónde estaban sus amigas. Salieron al patio y ellas estaban sentadas en una de las tantas mesas que hay por diferentes partes. Ya notaron la ausencia de su amiga cuando se sentaron, pero sabían que las encontraría.