los personajes de Harry Potter no me pertenecen todos sabemos que son obra de la grandiosa J.K. ROWLING


EL DIARIO DE LILY

PROLOGO

La carta que recibió Lily el día que cumplió 11 años le cambio la vida.

Desde siempre ella se había considerado "fuera de lo normal" y nada parecida a su hermana Petunia. Solo bastaba con el ver el cabello para darse cuenta que Lily no era una persona del todo normal.

Pero de considerarse diferente a saber que era una bruja había sido algo de magnitud insospechable.

Cuando atravesó aquella pared hacia el callejón Diagon y vio todas esas cosas que solo aparecían en cuentos de hadas tuvo que retroceder y analizar todo aquello preguntándose una y mil veces "¿Es esto posible?"

—Vamos Lily, andando—le dijo su madre quien la tomo de la mano y jaló de la pequeña niña.

—Increíble… —susurro ella —¿Mamá de donde sacaremos dinero para esto… nosotros no tenemos monedas de oro— dijo Lily.

Su padre no había venido porque Petunia se había negado rotundamente a ir a "ese lugar"

—No te preocupes Lily, el profesor Dumbledore nos ha dado un poco dinero—mostro la bolsita—Ya lo pagaremos después— sonrió —Ahora… ¿por donde comenzamos? —

Túnicas, calderos, libros, fotografías movibles y un montón de cosas nuevas que abrumaban a la pequeña pelirroja

—Falta… una varita—dijo su madre

Caminaron hasta una tienda de aspecto bastante gastado y entraron. Un anciano con una agilidad sorprendente apareció del fondo de la tienda.

—Primer año en Hogwarts ¿Tu nombre preciosa? — preguntó el anciano mientras hacía las mediadas correspondientes

—Lily Evans— dijo ella mirando el montón de cajas apiladas

—Creo que la tengo…— el anciano casi corrió hasta el primer estante y buscó en la segunda hilera. Saco una caja de color café y volvió hasta la muchacha —Tómala—

Lily tomo la varita que estaba dentro y la agito ligeramente, chispas rojas y doradas salieron

—Si… lo sabía. Sauce, veinticinco centímetros, elástica. Buena para encantamientos— dijo Ollivander.

Lily abrió los ojos y contemplo la varita, su varita, no había duda. Lily Evans era una bruja.

Salió de la tienda con una enorme sonrisa.

—Aun queda un poco de dinero… ¿Por qué no vamos a comprar algo para ti? —

Lily asintió gustosa y caminaron por el callejón Diagon. Cuando habían comprado los libros en Flourish y Blotts no notaron que a la entrada de la tienda había un pequeño apartado

"Diarios Mágicos, en oferta. Solo 5 galeones"

Lily los miro detenidamente —Mamá… uno de estos— dijo Lily. Su madre asintió gustosa y la muchacha escogió un diario de tapa dura y roja.

—¿Qué tienen de mágicos estos diarios? — pregunto Lily.

La anciana miro a la muchacha con una sonrisa como si la respuesta fuera obvia pero contesto.

—Bueno pequeña pelirroja… este diario guardara tus palabras hasta el día en el que mueras y solo alguien de tu propia sangre podrá leerlo, algún día— sonrió la anciana

Lily tomo el diario y lo apretó contra ella maravillada por el objeto. Su mamá pago y la anciana dio la vuelta para irse.

—¡Espere! — grito Lily. La anciana se detuvo y la miro —No me dio llave para abrirlo— dijo señalando el broche para introducir la llave.

—Basta una gota de tu sangre y solo tú podrás abrirlo—dijo la anciana y siguió su ritmo.

Lily miro el diario de color rojo intenso como su cabello, aquella sería su última noche en casa.

Tomo un pequeño alfiler y se pincho el dedo dejando escapar una gota de sangre que cayo de inmediato en el broche del diario y este se abrió. Solo para ella.

—A limpiar— dijo Ginny sonriendo. Harry levanto una ceja y miro a su futura esposa.

Limpiar la casa de los Black, ahora su casa… sería algo en verdad agotador.

—Comencemos en el cuarto de Sirius… estoy seguro de que debe tener telarañas— dijo Harry.

Ambos muchachos subieron las escaleras. Tiraron aquellas cosas que simplemente no servían y guardaron todas las que significaban algo a Sirius.

—¿Harry y que haremos con los libros? — pregunto Ginny

—Bueno… seguro tiene muchos libros de Hogwarts, metámoslos en una caja y subámoslos al almacén—

Habían decidido hacer todo eso manualmente por respeto a las cosas de Sirius. Dentro del armario Ginny tomo un paquete envuelto.

Para Harry

—Harry… creo que esto es para ti— dijo Ginny entregándole el paquete al muchacho

Harry quito la envoltura, dentro había una radiante libreta color rojo y sobre ella una carta

"Lily siempre dijo que si algún día tenía un hijo quería que este diario llegara a sus manos, nadie sabe lo que contiene porque solo tu lo puedes abrir… seguramente para cuando lo encuentres yo estaré muerto, pues de otra forma no estarías leyendo esta carta. Disfrútalo Harry contenga lo que contenga"


Bueno este es el inicio de esta historia espero les haya gustado. gracias por leer y por comentar.

nos leemos luego ^.^