DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo

Abril 1945

Entro enseguida al local y pidió como de costumbre un whisky para beber en la barra mientras revisaba su libreta y leía algunas anotaciones que allí tenía para distraer su mente.

-Tenías razón.- le dijo el barman distrayéndolo.

-¿En qué cosa?.- pregunto confundido.

-En todo lo que dijiste cuando viniste por primera vez. Lo de Hitler y la guerra.

-Aún no acaba.- dice para su pesar.- Pero probablemente pronto llegue a su fin.

-Ya falta menos.

Vuelven a quedarse en silencio, hasta que Jean viene en busca de una botella de licor para un cliente que esta frente al escenario. Sus ojos se desvían un par de segundos hacia ella, para contemplar sus risos castaños, su cuerpo menudo, hasta verla alejarse otra vez dejando impregnado el ambiente con su perfume.

-Sigues siendo un misterio para todos aquí.- dice el barman llamando su atención.

-Muchos creerían que soy un libro abierto, sobre todo hoy.

-El hombre que se llama Ron, pero solo bebe whisky, hojea su libreta y se marcha. Por cierto ¿Qué llevas ahí escrito?

El pelirrojo le da una pequeña sonrisa.

-Esta libreta Duncan.- le dice agitándola en su mano.- fue lo que me mantuvo cuerdo cuando lo necesitaba. Y hoy necesito mantenerme cuerdo para tomar la decisión más importante de mi vida.

-¿Vas a volver a hablar con tu hermano Charlie?

Él niega con la cabeza y aprieta los dientes al recordar cuanto odia a ese bastardo ya que toda la desgracia de su vida proviene de él.

-Es el mayor hijo de puta que puede existir.- responde con rencor.- Sí vuelvo a verle…

Deja el pensamiento en el aire. El barman se pregunta qué historia esconde detrás de esas palabras.

-Pareces muy triste todo el tiempo, pero hoy te has excedido.

Desde que sentía que sus miedos y pesadillas se hacían reales, no podía dejar de pensar que si hubiera tomando otras decisiones en su pasado todo sería diferente y mejor. Muy atrás quedaba el muchacho que fue alguna vez fue, ese que creyó que podía cambiar el mundo, pero que finalmente consiguió todo lo contrario.

-Es porque lo estoy.- confiesa por primera vez en voz alta.- No soy la persona que esperaba ser antes. El mundo terminó por ganarme.

-Eres aún muy joven para quejarte.- terció el hombre.- Mírame a mí en este lugar, ¿Crees que fue mi sueño ser el barman de un prostíbulo? Claro que no, pero es lo que lleva pan a mi mesa y lo respeto.

Ron otra vez niega con la cabeza.

-Antes de esta guerra, yo era una persona diferente. Tenía ideales, creí… creí que era posible cambiar el mundo. Creí que sería feliz siempre. Y…- se detuvo.- temo que mi padre tenga razón.

Y en ese momento recuerda las palabras de su abuelo, ¿sería que él había sido de la misma manera con su padre, tal como Arthur lo era con él?.

-No conocí al mío.- responde su interlocutor encogiéndose de hombros interrumpiendo sus pensamientos.- Probablemente era un canalla.

Ron pide otro Whisky y el barman se lo sirve enseguida.

-He visto como miras a Jane.- dice mientras le entrega un vaso.- Ella también lo ha visto.

-¿Te lo ha dicho ella?

-Sí. Me pregunta por ti, por el sujeto de la gabardina que la mira con disimulo.

-Hay cierta inocencia en ella.- confiesa agitando el vaso.

Duncan suelta una carcajada.

-Esto es extraño.

-No lo sé, tal vez si lo es.- acepta riendo también.

Vuelven a caer en el silencio que es llenado por la música del espectáculo en el escenario.

-Ya no volveré.- anuncia finalmente bebiendo lo que resta de su vaso.

-¿Es por lo que he dicho?.

-No.- niega enseguida.- Me marcho de Coventry.

-¿A dónde iras?

Se encoje de hombros.

-Londres o Yorkshire por un tiempo, o a algún lugar en la costa, todo depende de lo que decida esta noche.

-Extrañaré charlar contigo. Eres el único con el que se podía tener una conversación real en este lugar.

-La vida da muchas vueltas, quien sabe si no nos volvemos a cruzar en algún momento.

Duncan le sirve otro vaso del mejor whisky que tiene en el lugar.

-La casa invita, si esta es una despedida.- hace una pausa para agregar.- Probablemente eres el único sujeto que nunca ha pedido un privado.

-Sigo sin querer uno.

-¿Ni siquiera con Jane?.- se atreve a preguntar tentando al destino.

Ron levanta su mano izquierda señalando su sortija de matrimonio que reposa en su dedo.

-Estoy casado, aunque supongo que ya te has dado cuenta.- dice enseguida.- La amo más de lo que puedo amarme a mí mismo, no podría engañarle. Ni ahora, ni nunca. Al menos creo que es la única promesa que puedo cumplirle.

Duncan asiente con la cabeza satisfecho con la respuesta.

-Creí que eras divorciado.

-No, pero tal vez lo esté muy pronto a futuro y luego de eso moriré lentamente.

-No eres el primero al que no le resulta el matrimonio, no debes irte a los extremos.

-Lo sé, pero ella era la razón de mi vida. Todo giraba en torno suyo, ella era como la tierra y yo la luna.

-Resultaste ser todo un poeta.

Ron sonrió.

-Lo fui por ella.

-Entonces si solo profesas amor ¿qué te atrajo de este lugar?

-La primera vez fue la lluvia, luego se hizo costumbre. Pero en ningún momento cruzo por mi cabeza hacer algo más.

-Y dices que no eres un misterio.

Comparten una breve conversación por cinco minutos, antes de que Ron se levante de su banco y se despida del cantinero que está al otro lado de la barra. Camina a la puerta ajustándose la gabardina y el sombrero cuando una voz suave y que reconoce lo detiene.

-¿Quieres un privado?.- pregunta ella con las mejillas sonrosadas por la vergüenza. Por debajo del delineador y la sombra que cubre sus parpados él puede ver la timidez en sus ojos castaños.

Se queda estático por unos segundos hasta que recobra la voz. Sería muy fácil ir a una pieza con ella, besarle y tener sexo. Podría hacerlo… de alguna forma se siente demasiado tentando a hacerlo y así sacar todo el dolor que carga encima. Pero no puede, no puede desquitar la rabia que siente de esa forma.

-No, lo siento.- responde siendo amable.- Ya voy de salida.

Jane asiente con la cabeza y da la media vuelta. Él por impulso sujeta su brazo. No se necesita ser Sherlock Holmes para saber que ella no está a gusto con lo que hace y que probablemente llora tras cada noche que pasa en aquel lugar donde vende algo más que su cuerpo.

-Lo siento.- vuelve a disculparse.- Lo siento.

No sabe específicamente de que se disculpa, pero de todas maneras lo hace. Pareciera que es posible purgar todos sus errores a cambio de disculparse con aquella desconocida.

-Lo entiendo.- responde ella bajando la mirada.- No debe preocuparse.

Suelta su brazo y enseguida saca su libreta del bolsillo de su gabardina y arranca una hoja que ha sido escrita hace años.

-Toma, es para ti.

-¿Qué es esto?.

-Esperanza.- responde él guardando otra vez la libreta.- Lo siento mucho, pero no puedo ser tu Freddie.

Ella lo mira como si hubiera perdido la cabeza.

-No entiendo de que habla.

Él le da una última sonrisa triste.

-Adiós Jane.

-Adiós Ron.- responde ella. No se sorprende de que sepa su nombre, Duncan le ha dicho que ha preguntado por él.

Sale del lugar al frío y la oscuridad de otra noche en Coventry.

Mira al cielo, nuevamente sin luna. Exhala un suspiro y niega con la cabeza ¡vaya! Como odiaba esa ciudad y como se odiaba a si mismo por dejar que su vida quedará sentenciada esa noche. Inconscientemente toca la sortija en su dedo… y piensa nuevamente en que esto no puede terminar un domingo por la noche, pero simplemente ya no tiene la fuerza de seguir intentando.

Finalmente el mundo le ha ganado.


Este es el prefacio de esta historia. Fue triste poner a Ron y Hermione bajo estas situaciones en el contexto de la segunda guerra mundial, las fechas y eventos que usaré serán reales porque soy una apasionada por la historia universal. Quise experimentar en el drama por primera vez y espero quedar conforme con este resultado.

Actualizare dentro de la semana! xx