Se encontraba en una amplia habitación de su palacio mirando algunos pergaminos, al lado derecho en una pequeña mesa había más por leer; mientras disfrutaba leyendo como sus enemigos se rendían a sus pies una sonrisa de satisfacción se formaba en su rostro. Algunos pequeños golpes lo sacaron de su lectura, pocas personas solían interrumpirlo una de ellas era un pequeño demonio rana.

-Amo bonito traigo noticias de la bestia- dijo entrando y haciendo una reverencia

-Qué quieres jaken- dijo con su usual tono frio y desinteresado.

-La bestia se casa, lo encontré en una aldea humana y escuche la conversación de dos mujeres, hablaban que la bestia se enamoró de una sacerdotisa y su ceremonia seria en una semana, como vera amo me toma 3 días en regresar de esa mugrosa aldea, así que la ceremonia será en 4 días

-Jum, creo que finalmente me vengare del inepto de Inuyasha.

-¿Qué planea hacer amo bonito?, acaso matara a Inuyasha en su matrimonio; decía un pensativo Jaken con una mano en su barbilla.

-No seas imbécil, de nada me servirá matarlo, yo solo deseo el Colmillo de acero que me pertenecía.

El único ser que se percató de la visita inesperada de uno de los sirvientes del Lord en la aldea humana donde vivía Inuyasha fue Mioga, al ser una pulga su tamaño era perfecto para escabullirse de peleas, estar al tanto de todo sin que lo notaran. Mioga escuchó atentamente la conversación del Lord con su sirviente, por supuesto no estaba dentro del salón con ellos, el que fuera diminuto no quería decir que el lord no lo sintiera, así que escucho todo desde la puerta; Cuando escucho lo suficiente salió en busca de algún animal que le sirviera de transporte para llegar rápidamente a la aldea.

-Me retiro amo, buena noche- decía la rana inclinando su cabeza, salió del salón y se fue en busca de Azusa, debía darle algunas instrucciones que le ordeno su amo. Cuando llego donde se encontraba la vieja youkai le ordeno preparar una habitación en el ala sur del palacio cerca donde se encontraban los establos.

-Es muy raro que el amo ordene preparar alguna habitación en ese lugar, ¿algún prisionero?

-No seas metiche Azusa y cumple con lo que el amo ordena.- Luego de algunos golpes a Jaken finalmente lo soltó y dejo que este se fuera a seguir con los oficios que tenía a cargo, ella también tenía varias cosas que hacer.

-¡AMO INUYASHAAAA!, ¡AMOOOO INUYASHAAAAA!- gritaba la pulga cerca de la aldea donde vivía Inuyasha.

-Han pasado casi 6 días desde que no te veía Mioga, ¿Qué sucede?, dijo una linda chica de unos 17 años, piel clara, cabellos largos hasta su cintura y oscuros como la noche, ojos color miel y un cuerpo delgado pero con curvas y algunos buenos atributos de más.

-Lamento ser portador de malas noticias, señorita Rin pero debo advertirle al amo Inuyasha.

-No está, salió con el señor Miroku a una de las aldeas cercanas, al parecer un espíritu estaba causando estragos.

-Puedes contarnos a nosotros Mioga, podemos ayudarte. Decía un lindo chico de cabello color entre Cataño y naranja, lo llevaba recogido en una moña alta y en su cara algunos mechones caían por su frente, ojos color verde y piel un poco bronceada y cuerpo bien formado por sus largos entrenamientos; con una leve inclinación saludo a Rin y regreso su mirada a la pulga.

-Está bien vera joven, hace 6 días mientras bebía sangre de algunas mujeres de la aldea, sentí la presencia de la rana, es decir del sirviente del amo Sesshomaru.

-¿Te refieres a Jaken?, ¿Eso que tiene que ver? Contesto Shippo

-Mucho, vera la rana escucho la conversación de las mujeres, ellas hablaban de la ceremonia de la señorita Aome con el amo Inuyasha, cuando escucho en cuanto tiempo seria la celebración se marchó inmediatamente, así que lo seguí hasta llegar al palacio del joven Sesshomaru.

-¿Qué demonios tiene que ver ese maldito de Sesshomaru?. Decía un moreno de cabellos castaños y algo oscuros, su peinado era un tanto parecido al de Shippo sin embargo su cabello era más corto; vestía un traje de exterminador. Bajando de una enorme gata blanca se acercó al pequeño grupo a indagar más.

-Déjalo que termine Kohaku, explícame porque estas tan asustado pulga si el lord de las tierras del Este es el medio hermano de Inuyasha.

-¿Quién es Sesshomaru? Pregunto una curiosa Rin

-Es un demonio perro sangre pura, es orgulloso y frio como las noches de invierno- Dijo kohaku.

-veras Rin, Sesshomaru es el Youkai más poderoso que existe, ni Inuyasha con su colmillo de acero podría vencerlo- Dijo Shippo.

-Así es, como decía cuando seguí a la rana dentro del palacio, se reunió con Sesshomaru y le hablo del matrimonio del amo Inuyasha, entonces decidieron que el día de la ceremonia secuestraran a la señorita Aome en venganza por el colmillo sagrado que le dejo su padre.

-ESE MALDITO CREE QUE PODRA HACER ESO, LO VOY A MATAR. Dijo con enojo Shippo

-Cálmate Shippo, tenemos que pensar con claridad y ser más astutos que Sesshomaru. Decia la pulga, -tengo que informarle al amo Inuyasha para que se prepare.

-ESE DEMONIO PIENSA QUE PUEDE CON NOSOTROS, YA VEREMOS. Dijo un muy enojado Kohaku

-Esperen ustedes 3, no van a decir nada, Mioga estoy segura que ese tal Sesshomaru no conoce a Aome ¿estoy en lo correcto?, Además el cree nos tomara por sorpresa pero esa ventaja la tenemos nosotros.

-La señorita Rin tiene razón, el joven Seshomaru no sabe que yo escuche su conversación así que él cree los tomara por sorpresa.

-Es verdad, dime Mioga ¿cuánto tiempo te tomo ir y regresar de las tierras de Sesshomaru? -Dijo Rin

-3 días en ir y 3 en regresar, sin embargo como Kohaku y Shippo saben el amo Sesshomaru es un demonio completo y no solo eso posee grandes habilidades a él le toma 1 día en ir y volver.

-Pulga no le digas nada a Inuyasha. Shippo y yo enfrentaremos a ese demonio. -Dijo Kohaku

-Lo dudo joven Kohaku, puede que usted sea un excelente exterminador, sin embargo Sesshomaru no es un simple espíritu o un ogro con los que te has enfrentado, incluso no llegarías a ver su verdadera forma antes de que te mate y de paso destruya la aldea.

-¡Mioga tiene razón, lo mejor es decirle a Inuyasha! Puede que lo solucione. –Dijo Shippo.

-Aguarden un momento no le van a decir nada a Inuyasha, están olvidando algunos detalles.

-Explícate mejor Rin- Dijo la pulga.

-Según lo que usted dijo señor Mioga, el sirviente de Sesshomaru escucho la conversación de las mujeres eso quiere decir que él no conoce a Aome, estoy segura que el demonio tampoco; simplemente irán por la mujer que este vestida con un kimono, incluso si saben que Aome es Sacerdotisa no es un problema ya que no es la única en la aldea.

-Eso que importa Rin, debemos avisar a Inuyasha. –Dijo Shippo.

-Cómo eres de lento Shippo, Lo que Rin está pensando es hacerse pasar por la señorita Aome. Dijo la pulga.

-¡Estás loca!, no lo permitiré, prefiero enfrentar a ese desgraciado solo antes que ponga las manos sobre ti- dijo Kohaku.

-No les estoy pidiendo permiso, solo necesito me ayuden, debemos evitar que alguien sea lastimado o algo mucho peor, no se preocupen por mí siempre he estado en deuda con Inuyasha por salvarme de aquellos ogros es hora de hacer algo por él.

-Concuerdo con Kohaku definitivamente estás loca Rin, ¿crees que por ser mujer Sesshomaru será amable?, si quiere te matara en un segundo debemos pensar en otro plan. –Dijo Shippo.

-La idea no es tan descabellada, Sesshomaru se llevara a la novia a su palacio, nunca dije que la mataría. Afirmo la pulga.

-Además a diferencia de Aome yo entrene con Inuyasha no soy ninguna inútil puedo defenderme sola, necesito que me ayuden. Kohaku tu tendrás que conseguir algún carruaje para mí, Shippo tendrás que conseguir un kimono de novia, Mioga tú me ayudaras a convencer a Inuyasha y Aome que tomen otra ruta que no sea la principal.

-No es tan simple Rin si ese desgraciado se enterara te va a matar, además que dirán Inuyasha y Aome cuando no te vean en la ceremonia, no solo eso que vas a decir a Kaede para justificar el que estés ausente por un tiempo indefinido y lo más importante como vas a regresar, por si lo olvidaste no eres una invitada serás un simple medio para el fin que es tener a Inuyasha; ¿Qué sucederá cuando Sesshomaru se desespere al no llegar Inuyasha?, y no solo eso puede que venga en busca de Inuyasha para pelear, entonces de que servirá tu sacrificio.

-Tienes razón Kohaku, una de las grandes habilidades del Amo Sesshomaru es su astucia, el sospechara luego de algunas semanas, en cuanto vea que no le eres útil se librara de ti y dudo te deje ir. Él es conocido por ser despiadado y más con los humanos, puede que te mate.

-Tratare de buscar su debilidad, todos tienen una, estoy segura incluso alguien como él; por eso Mioga tu iras conmigo me ayudaras a buscar y en cuanto la encontremos acabaremos con ese demonio; como última medida si no logramos encontrar nada lo sellare con una flecha para siempre.

-No ayudare en esta tontería. Se giró para marcharse cuando Rin lo tomo de la mano para detenerlo.

-Sabes que es una gran idea dame algo de crédito Kohaku no soy alguien que puede ser derrotada tan fácil, incluso si pierdo la vida y pude hacer algo por la felicidad y tranquilidad de todos estaré más que dispuesta a darlo todo.

-lo llevas todo a los extremos, lo que más me enferma es tu deseo por morir tan fácilmente; Inuyasha te lo dijo muchas veces no le debes nada. –Dijo con enojo Kohaku.

-Lose pero si no lo hago o lo intento no me lo perdonare, no me hice sacerdotisa para ver como mis seres queridos sufren, si algo puedo hacer no me detendré cuente o no con tu ayuda. Sin decir más Rin lo soltó para regresar con la pulga y Shippo.

-En ese caso yo estaré cerca del palacio, Mioga deberá informarme tu condición, 2 pueden más que uno, no te dejare hacerlo todo sola- Dando por finalizada la plática se encamino a la aldea, llevaba algunas semanas sin ver a su hermana y sobrinos debido a sus entrenamientos y trabajo como exterminador.

Shippo se fue en busca del kimono, ningún humano podría tener uno preparado en tan poco tiempo, él sabía a qué demonio recurrir solo esperaba regresar con vida, su cuerpo tembló de solo pensarlo no esperaba tener que visitar a su vieja amiga tan pronto. Tanto Rin como Mioga se fueron a la cabaña de Inuyasha y Aome.

-Pasa rin. Dijo una joven de unos 20 años cabello negro hasta media espalda, delgada, sus facciones eran algo fuertes al igual que su temperamento.

-Vine para ayudarte con los baños de esta noche.

-Es cierto, lo había olvidado todo me tiene tan nerviosa y tan feliz mañana me casare con el amor de mi vida, siempre pensé que Inuyasha no me lo pediría sabes. Él odia estas cosas.

-Lo sé todos estábamos muy sorprendidos y felices por ustedes. Dijo con una sonrisa Rin, estaba más segura que antes por su decisión, no permitiría que alguien arruinara el día tan especial de Aome e Inuyasha. Rin miro su manga y susurrando le dijo a la pulga que se fuera, ella ya sabía qué hacer para convencer a Aome, La pulga entendió y se alejó.

-Sabes Aome estaba pensando, puede que algunos demonios traten de hacerte daño sabes lo mucho que nos odian por nuestros poderes espirituales, creo sería mejor evitar que vayas por el camino principal.

-No lo había pensado tienes razón, debí haberle hecho caso a Inuyasha y hacer la ceremonia acá pero yo de terca insistí en hacerlo en el monte sagrado.

-No es para que te culpes por algo, el monte sagrado es un lugar hermoso, en cuanto llegues ningún demonio se atreverá a acercarse serian purificados en segundos.

-Incluso Inuyasha siente un poco los poderes del monte, es bueno que tenga parte humana. Ahora que lo pienso el bosque será un poco más peligroso; seguiré tu consejo me iré por las aldeas.

-Es una idea sensata. Dijo un albino de cabellos largos, ojos ámbares y orejas de perro.

-Es de mala educación escuchar conversaciones privadas Inuyasha, en fin tengo que irme a hacer unos baños Rin me ayudara.

-¿Baños? Para qué demonios te haces eso hoy te bañaste y no hueles mal. Dijo mientras se acercó un poco para oler el cabello de ella.

-¡ABAJO!, eres un tonto Inuyasha. Aome salió corriendo de la cabaña, Mientras él quedo de cara contra el piso. Esos dos no cambiaban sería una de las cosas que más extrañaría.

-¿sucede algo enana?, estas rara. Dijo Inuyasha mientras se levantaba para encararla.

–Normalmente estarías muerta de la risa luego de ayudarme a levantar no con esa cara de funeral, no me digas que estas triste porque me vas a perder para siempre, sabes no puedo corresponderte eres como una hermana para mí.

-¡NO SEAS TONTO!, yo no siento nada de eso por ti, además no eres mi tipo. Dijo riéndose, nunca se cansaría de las ocurrencias de Inuyasha sería algo más que extrañar.

-Ya estas riendo de nuevo, sin embargo estoy seguro que sucede algo, no olvides que te conozco desde que eras una mocosa llorona.

-¡Eh!, al parecer el golpe fue más fuerte de lo que pensé, iré a ayudar a aome; por cierto el que ella quiera verse más hermosa para ti es algo bueno no debes despreciar de esa forma lo que ella hace, debes disculparte. Sin decir más salió de la cabaña con una yukata y algunas esencias para el baño.

-Sí que eres valiente Shippo eso lo reconozco, venir tan pronto a tu muerte. Dijo una youkai de cabellos negros recogidos en una cola alta, ojos color carmesí. Vestía como un guerrero sin embargo sus curvas resaltaban por encima de la armadura.

-Soten, he venido a verte y traerte unos duraznos que recolecte de las tierras del sur mientras entrenaba.

-He estado esperando por ti estúpido zorro, con unos duraznos no evitaras que te mate. Decía mientras sacaba una daga de una de sus mangas.

-Tenía que ser un demonio completo para poder venir por ti, tengo orgullo sabes, no puedo seguir siendo un animalito asustado, quiero ser alguien digno de ti, incluso ahora no soy lo suficientemente fuerte. Dijo mirándola fijamente mientras se acercaba a ella, sus mejillas estaban algo sonrojadas.

-S.. Digamos que te creo entonces a que has venido si no es para casarte conmigo, ¿realmente quieres morir?

-Necesito que me ayudes a conseguir un kimono de novia.

- ¿Te casaras con otra? Dijo con tristeza

-Rin va a sacrificarse por la aldea, lo único que puedo hacer por ella es conseguirle un kimono.

-¿Desde cuando el matrimonio es un sacrificio?, si no quiere que no se case y ya está, los humanos se complican por todo.

-Si me ayudas te contare todo.

Se dirigían nuevamente a la cabaña ambas mujeres, iban platicando alegremente cuando cierto albino salió de la nada quedando a unos cuantos metros frente a ellas.

-Es hora de irme a descansar, iré a darle las buenas noches a la señora Kaede. Dijo Rin mientras le daba una sonrisa de cómplice a Aome.

-¿Qué quieres Inuyasha?- El tono de Aome era de frustración y enojo.

-No sabía que los baños eran tan importantes para ti, para ser sincero eres hermosa y hueles bien sin ellos, ¿me perdonas Aome?

-Eres un tonto, pero te amo. Dijo mientras corría a abrazarlo, seguramente Rin lo había hecho entrar en razón, luego le daría las gracias a ella.

Era de madrugada cuando Sesshomaru se estaba colocando su katana, según Jaken la ceremonia seria en la tarde en un monte sagrado, tendría que ir por la humana antes que llegara al monte, era la mejor oportunidad ella estaría desprotegida en el camino, el inútil ese sufriría un tiempo averiguando quien sería el captor de su novia, realmente iba a disfrutar su venganza. Tomo forma de un círculo resplandeciente se elevó por los cielos, en segundos dejo el palacio con rumbo a la aldea.

Era un día bastante agitado para Rin no solo tenía que ayudar a Aome con su kimono y peinado también con otros baños de esencias, Fue a darle comida a los caballos sería un viaje de una hora hasta llegar al monte; Kohaku había hecho su parte y tenía un carruaje para ella, era igual al de Aome de dos ruedas con una silla, tenía 2 barras de madera largas que sujetaban los caballos.

Al mediodía Inuyasha y los aldeanos se fueron al Monte a preparar algunas cosas; mientras Sango y Rin ayudaban a Aome con el kimono, cuando terminaron quedaron impresionadas se veía hermosa con un kimono blanco con rojo adornado con rosas, el obi de color rosa y el haori negro con flores blancas y rosas, el peinado era una cola alta con varios mechones cayendo en su frente, estaba adornado por 2 rosas blancas a cada lado de su cabeza.

-Estas preciosa Aome. Dijo una mujer de cabellos castaños largos, ojos color marrón.

-Gracias Sango por ayudarme, Rin tu igual no sé qué hubiera hecho sin ustedes. Mientras las 3 mujeres seguían hablando entro Shippo a toda velocidad interrumpiendo la charla.

-¡RIN! NECESITO QUE VENGAS CONMIGO AL SUR.

-¿Que sucede Shippo por que tanto escándalo?- Dijo Sango.

-En una de las aldeas necesitan de una sacerdotisa por unos días es urgente, la anciana Kaede no puede debido a su condición de salud.

-P… Pero mi boda-. Dijo una melancólica Aome

-Lo lamento Aome sabes que me hice sacerdotisa para ayudar a las personas, sabes que estoy contigo de corazón y se hace tarde vete. Dijo mientras las lágrimas salían sin poder controlarlas, sin poderlo soportar abrazo a Aome y le deseo que fuera muy feliz.

-Parece que te despides, como si no fueras a regresar.

-No sé cuánto tiempo demore.

Luego de varias lágrimas y abrazos entre las mujeres, finalmente Aome y Sango subieron al carruaje y partieron. Rin corrió a su cabaña seguida por Shippo; este se quedó fuera de la cabaña junto a Kohaku y Mioga esperando. Cuando Rin salió todos quedaron estupefactos el kimono era blanco con flores de sakura rosa, el obi de color rosa y el haori rosa con flores blancas y rojas. El cabello lo traía recogido en un moño y varios mechones sueltos alrededor de su cara, el peinado lo traía adornado con una rosa al lado derecho.

-Estas linda Rin, pareces una novia de verdad.

-Gracias Shippo.

Kohaku no dijo nada, aún estaba en contra del plan, sin embargo sabía que ella no cambiaría de parecer, por lo menos había aceptado que él la ayudara. Ayudo a subir a Rin al carruaje, Shippo dirigía los caballos, Mientras Kohaku monto en una enorme gata blanca; comenzaron su camino hacia el bosque.

En el medio del bosque se encontraba el lord Sesshomaru sentado sobre una gran piedra, estaba con los ojos cerrados, esperando la presa llegara a la boca del lobo se podría decir. Luego de varios minutos escucho a lo lejos el carruaje, una sonrisa de medio lado se dibujaba en su cara el estúpido medio demonio era demasiado confiado; lentamente comenzó a abrir los ojos ya era hora de su venganza.

-Está todo muy tranquilo Mioga-

-No te confíes pequeña, Lord Sesshomaru es conocido por ser cauteloso, silencioso y letal.

Se escucharon algunas hojas crujir ¿sería Sesshomaru?, ¿acaso no era silencioso?, ¿podría ser que lo hacía con el fin de atormentarlos?. También estaba la posibilidad que fuera algún animal del bosque.

-¡CUIDADOOO!- Se escuchó la voz de Kohaku sobre ellos, todo transcurrió demasiado rápido, un momento estaba sentada en el carruaje y luego un segundo después estaba dando vueltas en el aire dentro del carruaje. Podía escuchar algunos gritos de furia por parte de Shippo y Kohaku, ¿Qué estaba pasando?, ¿sería posible que el demonio de Sesshomaru cambio de idea y prefería matarla?, si era así debía poner en marcha sus piernas y ayudarlos; no dejaría que sus amigos resultaran heridos por sus ideas.

-¿Niña estas bien?, Respóndeme.

Era la pulga que trataba de despertarla del todo y funciono, reacciono como pudo y trato de colocarse de pie pero la madera del carruaje la tenía atrapada; Batallo lo más que pudo para tratar de quitar el peso sobre ella pero estaba demasiado adolorida. Lentamente el peso sobre ella fue disminuyendo, shippo había corrido a ayudarla, la tomo de la mano y la ayudo a salir, cuando Rin miro que los había atacado se espantó no era el medio hermano de Inuyasha era un ogro gigante.

-Toma tus flechas y corre. El ogro comenzó a correr en dirección a ellos sosteniendo de su mano un gran mazo; con una de sus manos golpeo a Shippo lanzándolo a unos cuantos metros, se acercó a Rin y esta no lo dudo y en segundos estaba apuntando al ogro con una de sus flechas, cuando lanzo su flecha esta nunca llego a su objetivo, debido un lazo verde que partió la flecha en dos. Busco con su mirada de donde había salido y pudo ver la sombra de un hombre alto. Estaba sorprendida por no haber sentido antes su gran presencia demoniaca.

-Es el amo Sesshomaru, será mejor que corras- Dijo la pulga en su oído, ella realmente quería ayudar a sus amigos pero probablemente aquel demonio iba a matarla; no solo eso al parecer el ogro también estaba tras ella, decidió correr e internarse en el bosque y ayudar de esa forma a Kohaku y Shippo. No estaba equivocada, efectivamente el ogro comenzó a correr tras ella, el kimono no la ayudaba mucho ya que tropezaba seguido, algo que la aterraba era que el demonio no la seguía solo el ogro, tampoco escucho a Kohaku ni Shippo esperaba estuvieran con vida.

Aquella mujer había vuelto las cosas más interesantes la siguió de cerca y pronto el ogro la alcanzo a lo que la mujer tuvo que defenderse con una de sus flechas, pronto estaba esquivando los ataques del ogro con gran dificultad ya estaba cansada, sin fuerzas y lastimada, al parecer iba a terminar pronto. Todo se volvió blanco y resplandeciente por segundos una energía de purificación se sentía y provenía de la flecha, sabía que la mujer era sacerdotisa, pero su poder espiritual no era cualquier cosa y tal como lo predijo el ogro cayó al suelo con una certera flecha en su cabeza; Miro a la mujer como caía lentamente al suelo hasta quedar apoyada de sus manos y piernas no tenía fuerzas para disparar otra flecha. Con su estoico caminar llego frente a la mujer a escasos 5 metros. La vista de Rin ya comenzaba a ser borrosa tratando de enfocar su vista levanto la mirada y pudo ver aquel demonio de manera borrosa a diferencia de Inuyasha este vestía de blanco y traía armadura; con sus últimas fuerzas se puso de pie, saco una daga de su kimono y se lanzó contra aquel ser.

Todo fue tan sorpresivo incluso para alguien que había vivido tantos siglos, aquella sacerdotisa no dejaba de luchar incluso en su situación, los ojos color miel tenían tanta determinación que su daga logro rasguñar su rostro provocando algunas gotas de sangre salieran. Estaba enfadado había sido descuidado por un segundo y ahora aquella mujer estaba sobre el sin poderse mover, agarro la mano que sujetaba la daga y cuando la alejo de su cuerpo ella dijo en un susurro (Es más de lo que esperaba lograr hacerle) y cayo inconsciente, si el no estuviera sosteniendo su cuerpo hubiera caído al piso, detestaba a los humanos eran tan frágiles y efímeros, sus vidas terminaban con un suspiro, creían tener el poder de controlar y gobernar no entendían su lugar, sin embargo aquella mujer resultó ser una gran sorpresa, la tomo de la cintura y la cargo con una mano como si fuera un simple trapo, estaba por convertirse nuevamente en un resplandeciente circulo cuando una voz lo detuvo.

-Suéltela, ella no le ha hecho nada.

Ni siquiera respondió, él no tenía que darle explicaciones a nadie menos a un patético humano, sin esperar más se elevó en los cielos dirigiéndose a su palacio. Algunas veces sentía a la chica susurrar cosas sin importancia. Luego de algunas horas por fin llegaron al palacio donde una rana salió a su encuentro.

-Amo bonito, que gusto ya regreso, trae la asquerosa mujer del medio dem- No logro terminar la palabra cuando un pie de Sesshomaru estaba sobre él.

-Amo no sabía que ahora secuestra damiselas- Dijo un demonio de cabellos negros largos y ondulados, ojos de color azul; vestía un kimono negro con hojas moradas.

-Seiya lleva a la humana al ala sur Jaken sabe dónde- Sin decir más dejo a la mujer en el suelo y comenzó a caminar al interior del palacio.

-Es una muchacha muy bonita, pero ¿por qué fue raptada?

-No es asunto tuyo- Fue lo último que dijo el lord antes de perderse por uno de los pasillos.

La cargo con sumo cuidado mientras seguía a Jaken por los pasillos, algunas veces Seiya miraba a la chica estaba demasiado lastimada, ¿Cómo termino en las manos del Lord más frio y cruel?, las heridas que tenía ¿las causaría Sesshomaru? Y si fue así sería el primer humano en sobrevivir por tal osadía, incluso si esa teoría era cierta ¿Por qué seguía con vida, la humana tenia valor para el lord? Era imposible sin embargo tampoco creía que continuara con vida en un acto de compasión del lord.

-Déjala en ese cuarto, Azusa preparo un futón para la humana, date prisa que debo encerrarla

-¿Van a atender sus heridas? Además dudo pueda caminar no es necesario encerrarla.

-Son órdenes del amo no te metas. Seiya entro al cuarto para dejar a la mujer descansar, cuando la dejo en el futón toco la frente de ella y se percató de lo fría que estaba, una temperatura muy inusual en los humanos además el kimono de ella estaba rasgado y lleno de barro. Decidió salir del cuarto y de paso patear a Jaken –No olvides cuan diferente es tu posición a la mía- le dijo a la rana antes de ir en busca de sesshomaru.

Llego finalmente frente al cuarto donde estaba la mayor parte del tiempo Sesshomaru atendiendo pergaminos; nunca golpeaba o pedía permiso para entrar, era el único que se atrevía a hacer eso.

-Amo debe dejar que la muchacha sea atendida o va a empeorar y en unos días será un lamentable cuerpo sin vida. Los huéspedes en este castillo no eran tratados de esa manera.

-¿Qué te hace pensar que es una invitada? Es un simple humano.

-Entonces si va a dejar que muera ¿Por qué se molestó en traerla?

-No es asunto tuyo- Dio por terminada la plática y regreso de nuevo su vista a los pergaminos, Seiya entendió el mensaje y sin más salió, debía ocuparse de su trabajo ser la mano derecha del Lord no era cualquier cosa, tomo la forma de un gran cuervo negro y salió del palacio a vigilar algunas tierras que habían estado dando problemas.

Después de unos minutos en que se marchó Seiya, estuvo pensando en lo que él había dicho, si bien era cierto que la mujer estaba lastimada no era razón para que alguien como Seiya se preocupara era una insignificante humana; esperaba que la humana se largara en cuanto tuviera el colmillo de acero; finalmente luego de varios minutos decidió salir en busca de la humana, no era necesario mantenerla con vida. Cuando entro al cuarto donde estaba ella, se sorprendió al no verla en el futón estaba tan despistado pensando que se había hecho que no se percató que ella estaba justo tras él, cuando la sintió cerca ella logro colgarse en su cuello por detrás, además sostenía un trozo de madera con punta.

-Estaba segura iba a venir pronto a matarme, que bueno desperté a tiempo.

-Adelante mátame con ese patético pedazo de madera te daré la oportunidad. Dijo con una risa tan escalofriante que le helo la sangre a Rin, ese demonio estaba seguro que ella no podía hacerle daño, sin embargo sin las flechas ella no tenía oportunidad lo sabía, pero no dejaría que acabara con ella tan fácilmente. Sin pensarlo más enterró el trozo de madera con todas sus fuerzas en el cuello del demonio, la sangre de este comenzó a fluir, pero tal como lo sospecho él no se lamentó ni siquiera trato de esquivar el ataque, una de sus garras sujeto sus manos y la lanzo contra una de las paredes.

-Levántate sacerdotisa aún no acabo contigo. Dijo sesshomaru mientras sacaba la madera que estaba en su cuello.

-Ni yo con usted, Inuyasha siempre me preparo para una situación como esta no lo voy a decepcionar. Tomo del piso otro pedazo de madera nunca lograría hacerle daño al demonio a este paso pero era mejor a nada. Esta vez el demonio ataco tomándola del cuello asfixiándola, un olor a Sakuras y melocotones comenzó a salir de la humana, y en ese momento ella clavo la madera en su brazo, la lanzo nuevamente contra la pared esta vez ella no se pudo levantar era su fin, comenzó a acercarse a ella mientras sacaba el pedazo de madera de su brazo; la levanto por el cuello presionándola contra la pared, lentamente comenzó a acercar su rostro al de ella hasta estar a unos pocos centímetros. Era una visión escalofriante para ella, ese demonio tenia apariencia de ángel su rostro era delicado sin embargo sus facciones eran marcadas, tenía dos marcas a cada lado de sus mejillas, eran 2 líneas gruesas de color violeta y en su frente una medio luna de color morado; sus ojos eran de un ámbar claro, a diferencia de Inuyasha que sus ojos estaban llenos de vida y brillo los ojos de Sesshomaru eran dos muros de hielo no reflejaban nada mínimamente parecido a sentimientos. En definitiva estaba viendo a un ángel con los ojos de un demonio.

-Me alegro ser la única humana que tuvo el placer de hacer sangrar al gran lord. Dijo con una sonrisa de satisfacción lo cual solo logro enfurecer más a Sesshomaru, sus ojos se volvieron rojos y sus pupilas de un color azul.

-Y parece ser que veré su verdadera forma, después de todo hoy no fue tan mal día-

Acerco su rostro hasta casi rozar sus narices quería ver como ella perdía lentamente la vida no le daría el gusto de verlo en su forma más poderosa, gozaría ver cómo era destruida por sus garras nunca antes había deseado tanto acabar con alguien. Comenzó a presionar su cuello y a la vez soltaba veneno de sus garras, sabía que ella estaba sufriendo del dolor pero no le dio en el gusto de llorar o quejarse por ello, solo le sostuvo la mirada con tanto orgullo, tal parecía que ella creía haber ganado. Con su otra garra comenzó a rasgar el haori, este cayo y continúo con el obi, estaba por desgarrar el kimono cuando ella cambio totalmente su mirada, los sollozos se comenzaron a escuchar y ahora temblaba, aquella mujer no tenía miedo a morir pero se aterraba de solo pensar en quedar desnuda, disfrutaría humillándola ya sabía que hacer así que soltó un poco el agarre de sus garras y dejo de expulsar veneno de estas.

-No lo haga, no me toque más; solo máteme de una vez- a pesar de sus lamentos el no mostraba intenciones de obedecer lo contrario se acercó hasta rozar sus labios la miro con tanto odio y mordió sus labios y estos comenzaron a sangrar, la sangre comenzó a resbalar, Sesshomaru la lamio mientras sonreía con maldad –Esto apenas comienza la muerte es un premio que no dejare que tenga tan fácilmente- comenzó a abrir el kimono lentamente disfrutaría torturarla.

...

Aclaraciones

Ningún personaje me pertenece, son de la grandiosa Rumiko.

Comencé este fic hace mas de un año por un concurso, sin embargo no lo pude terminar en un solo capitulo; así que hoy les traigo el primer capitulo. Espero sea de su agrado y todos los comentarios son mas que bien recibidos -Gracias por leer-