Adicción

—Fue cuando todos comenzaron a gritar "¡Cuidado se cae, se cae!" en el último piso—arriba, abajo, izquierda, derecha, en círculos—yo estaba muy muy arriba, no podía correr a él—sigue moviéndose arriba y abajo, parece otra extensión de su boca—no sé cómo logre llegar a tiempo—ese pocky no se caía ni se rompía. De un brusco movimiento Isuke le arranca el pocky de la boca y se lo come en tres mordiscos— ¿eh? ¿Isuke-sama?

—Continua ~3

—Am…ok…como iba diciendo, no tengo idea cómo llegue allí a tiempo, sólo sabía que el idiota de la grúa había dejado—sin notarlo, su mano se encamino a su bolsillo, de un movimiento fluido saco otro pocky y se lo metió a la boca: nuevamente Isuke le quito el pocky y la caja, mordía despacio el palillo mientras observaba a la chica algo desconcertada, pero que inmediatamente sonrió sin darle mayor importancia y volvió a su historia—sentí como si mis brazos se desgarraran por dentro, el hombre gritaba y—de a poco la chica que contaba la historia hacia ademanes exagerados con las manos, movía muy rápido los dedos y su pie golpeteaba contra el suelo—d-de pronto em-em-empesamos a caer, no, no, espera eso no paso—Isuke se comenzaba a intrigar por las reacciones de su acompañante, sus ojos viajaban a cada instante a la cajita roja que tenía en la mano.

A Isuke le molestara que hablara comiendo esas cosas, no podía concentrarse por el constante movimiento del palillo con chocolate, pero ¿Qué comenzara a sentir ansias y tartamudear? Eso ya era algo ridículo.

— ¡Haruki! ~3

— ¿Hai?—se enderezo en un segundo, al siguiente sonrió y alargo la mano que parecía algo temblorosa y con sudor.

—No—dijo apartando más la cajita roja— ¿Qué te sucede? Jamás te comportas así.

—Son los pockys ¿Por qué no quieres que los coma?

—Es molesto verte comiendo esas cosas todo el tiempo y además, me empalaga rápido el sabor que te deja en la boca ~3

—Jeje ¿a Isuke-sama no le gustan mis besos-pocky?—cerro los ojos queriendo dejarse llevar y fue acortando de a poco la distancia que la separaba de los labios de fresa pero una cruel mano en su cara la empujo a su lado del sofá en que se sentaran.

—No, a Isuke no le gustan. Tienes una adicción por los pockys.

—Jeje, no exagere Isuke-sama, no soy adicta a los pockys, sólo me gustan mucho.

— ¿Cuántas cajas van en el día?

—Qué sé yo ¿dos? ¿Tres?—dijo sonriendo.

—Van cinco y de los paquetes rojos.

— ¿Y qué importa que sean de los rojos?—puso los brazos tras la cabeza con una mueca inquisitiva y con un toque de reto en la mirada, no tenía una sonrisa en su cara, más bien una ceja levantada como tratando de decir "¿en serio? Venga, sorpréndeme".

—Es la más grande, salva por el paquete de cien pieza. El cual no compras, sólo porque no te lo permite tu economía.

—Que me gusten los pockys no tiene nada de malo, no le afecta a nadie.

— ¿Segura?—saco una pequeña libreta con lápiz de un cajón en la mesita frente a ellas—la semana pasada Saburo tuvo que escribir 5 ensayos y 10 resúmenes a otros compañeros para costearse un libro de segunda mano; Fuyuka no pudo cocinar a tus hermanos a causa de no pagar el gas; Arashi y Akira fueron a pie una semana para pagar dicho gas, etc. sumando estos gastos nos da...¥10,000. Tus palitos con chocolate cuestan ¥50 c/u compras como cinco y van ¥250 por los siete días de la semana ¥1,750 y eso es sólo una semana—le entrega la hoja con los cálculos exactos; la cara de Haruki se ve afectada, no sabía que podía gastar tanto en sólo una semana, ahora lo notaba, sólo conseguía el dinero y pagaba el precio por sentir el sabor y texturas de sus placeres culposos. Su chica tenía razón, tenía una adicción por los pockys y la satisfacía con dinero que podría servirle a su familia. Qué vergüenza.

—Está bien, tienes razón tengo un gusto insano por los pockys ¿ahora qué?—dijo con desgana analizando cada cuenta, tratando de hallar un error en las sumas y multiplicaciones de Isuke, cosa inútil pues la chica no era tonta, floja pero no tonta.

—Dejaras los pockys ~3

—Vale.

— ¿Sólo así?

—Por supuesto, no quiero seguir afectando a mis hermanos…ni que a Isuke-sama le desagraden mis besos—se acercó a gatas sobre el sofá hasta quedar encima de la chica. —Dejare los pockys…por ti y mis hermanos—encontró los labios de la chica con los suyos y le recordó el sabor a las fresas, seguro y si tenía ese sabor en a boca siempre…podría dejar los pockys en poco tiempo.