A veces

Sinopsis: solo a veces, cuando las fuerzas le abandonaban y Merlin no deseaba seguir luchando, él la veía, igual de hermosa y radiante que el primer día.

Disclaimer: ni la serie Merlin ni sus personajes me pertenecen para mi desgracia, solo hago relatos sobre ellos para entretener a personas como yo sin animo de lucro.

Advertencias: ninguna.


Hacía ya mucho que había perdido la cuenta de todas y cada una de las veces que había salvado Camelot de manos enemigas. Algunas veces, proteger aquel reino y a su rey, era facil. Otras veces era dificil. Otras veces era una tortura.

Porque a veces, y solo a veces, Merlin se preguntaba si hacía lo correcto. Se cuestionaba si sus acciones eran correctas.

El mago aún recordaba las frases del Gran Dragón. Recordaba su voz grave al comunicarle, como quien hablaba del tiempo, su ya tan conocido destino.

Y es que Merlin sabía y, es más, aceptaba que Arturo era su destino, y que su deber era cuidarlo, protegerlo de todo y de todos, y asegurarse de que sus decisiones fueran las correctas. Lo aceptaba, al igual que aceptaba que esto traería nefastas consecuencias.

Pero, aunque supiera en lo más hondo de su ser que no sería capaz de escapar del destino, a veces dolía.

Dolía cada vez que asesinaba a alguien.

Dolía la muerte de Freya.

Dolía la muerte de su padre.

Dolía la muerte de Lancelot.

Dolían las lágrimas de Gwen.

Dolía el odio y el rencor de Arturo.

Dolía la soledad.

Y dolía la traición de Morgana.

Y en ocasiones como esta, cuando Merlin pensaba que moriría de pena, cuando las lágrimas corrían por su rostro, recordaba aquella conversación. Aquellas palabras que había intercambiado con ella una tarde cualquiera, en un bosque cualquiera.

Puedes abandonarlo todo —le había dicho—, venir conmigo. Dejar a Arturo y a Camelot atrás. Dejar el sufrimiento.

La bruja de cabellos negros como el ébano le tendió la mano y sonrió como había hecho años atras. Años lejanos en los que todo era facil.

No puedo —dijo.

Morgana luchó para que una lágrima furtiva no escapara de sus ojos verdes.

Es tu decisión —respondió alejando la mano que anteriormente le había tendido al mago—, puedes seguir sufriendo y viviendo con miedo como Merlin el sirviente, o ser Emrys. Vivir sin miedo, Merlin. Conmigo.

Merlin ahogó un sollozo. No respondió.

Entiendo...

Morgana, si hubiera otra forma, yo ...

No —dijo borrando la sonrisa de su rostro—, seguiría sin cambiar nada. Yo seguiría siendo el enemigo, y tu el mago que protege a Arturo. El mago que debe matarme.

Lo siento, habían sido las últimas palabras del mago.

Era por eso que solo a veces, cuando las fuerzas le abandonaban y Merlin no deseaba seguir luchando, y mucho menos viviendo, que él la veía, igual de hermosa y radiante que el primer día, con aquel vestido color lavanda que tanto le favorecía. Deseando que las cosas hubieran sido distintas. Rezando porque su destino se equivocara. Y reprochandose una y mil veces no haberla ayudado cuando más lo necesitaba.

Porque, a veces, el destino dolía.


No suelo escribir sobre esta pareja, pero siempre hay una primera vez para todo. Se lo dedico a mi amiga Shere porque sé que le encantan juntos, y porque es gracias a ella que este fanfic existe.

¡Gracias por leer!