Aclaraciones:

AU (Universo Alterno), pero con muchas referencias y aspectos que provienen originalmente del juego (especialmente de la ruta de Morphine del re:code).
Fic "largo", pero cada capítulo tendrá la extensión aproximada de un drabble/viñeta (entre 500 y 1000 palabras, un poco más, un poco menos).
Pareja: SlyNoi / NoiSly

Advertencias:

Violencia. Lenguaje vulgar. Lime/Lemmon.

Summary:

Ninguno de los personajes de DRAMAtical Murder me pertenecen. Todos son completa propiedad de Nitro+Chiral.


Prólogo

Los pasos del vencedor estremecían el cuerpo del vencido, golpe por golpe, impacto por impacto, como clavos siendo enterrados en la tapa oscura de su ataúd, conteos lentos que parecían volverse eternos con cada par de percusiones; y aquel, yacido en el suelo, inmóvil, hundiéndose en la propia impotencia de su derrota, deseando que la danza fúnebre del contrario terminase de una vez, lo miraba acercarse con la inmutes que su propio estado le propinaba cual crudo y fuerte golpe con guante de metal. Para él, para el vencido, perder era un nuevo sentimiento que experimentaba por primera vez, una nueva forma de saborear la existencia del mundo y la suya propia. Sentía algo insólito en el pecho, como un novato inexperto en las cosas tan diarias y comunes del sentir, sobre su pecho y su garganta se ceñía el amargo sabor de la derrota, la agonía y el dolor de la humillación que eso le provocaba. ¿Pero cómo él, una criatura monstruosa del mundo incapaz de sentir algo tan simple y físico como frío o calor, como dolor o suavidad, pudiera saber precisamente lo que era experimentar el tortuoso sinsabor de la derrota? No lo sabía, en realidad no. El dolor físico y artificial que solía sentir gracias a Rhyme no se comparaba en nada con el sufrimiento de un ego destruido y hecho trizas. Agónica, sí, pero maravillosa de una forma enfermiza y lunática. No había sentido nada igual en toda su despreciable existencia, y justo en ese momento se sentía extasiado, como si sus venas fuesen abiertas y a carne viva se les vertiera una cantidad inhumana de aceite hirviendo. Agonizaba, chillaba, se retorcía y excitaba, pero su cuerpo seguía inerte e inmóvil sobre el suelo, sentando, mirando a su mercenario acercarse paso a paso, golpe por golpe, impacto por impacto.

Para él, para el vencedor, aquella victoria era solo una estrella más en su cielo incandescente, un grano de arena fundido en la playa interminable de ocasiones en que se acercaba al enemigo derrocado y lo miraba desde arriba con desdén, como el rey mira al leproso del pueblo, con la burla e ironía graficada en la curvatura de sus labios simétricos. Eso era una sonrisa, sí, pero una sonrisa de emperador a la nación recién conquistada, una sonrisa de asesino al jurado que lo ha declarado inocente en su juicio de condena, una sonrisa de esposo a esposa después de haber besado la mejilla de su amante enfrente de ella. La melena verde azulada del vencedor se tornaba a su azul natural conforme el escenario verde y negro se desquebrajaba a su alrededor. Los reflejos desaparecían de su cabello al igual que el campo virtual, y, a cambio, ambos cuerpos físicos eran teñidos con las penumbras del callejón donde en realidad se encontraban dispuestos. Sly se relamió gustoso los labios al llegar ante su contrincante vencido. Había ganado y era hora de reclamar su premio, de alzar el trofeo a lo alto para que todos lo observaran, para que todos los espectadores, en especial aquellos que revoloteaban a su lado, tan humillados y derrocados como su líder, pudieran degustar del aire acerbo del fracaso.

Noiz no se movió del suelo donde se encontraba sentado, ni aunque el contrario se inclinó sobre su persona y volvió a relamerse los labios como si la situación le fuese deliciosa y se le estuviese antojado su sabor amargo, pues no existía mejor premio que humillar y desenmascarar frente al público presente el rostro del guerrero derrocado. Los dedos de Sly no perdieron tiempo y se apresaron como garras de buitre en las orejas de conejo que finalizaban la cabeza que Noiz utilizaba para ocultar su identidad. No tenía planeado defenderse ni evitar su desenmascaramiento, lo mejor que podía hacer era preservar su palabra aunque el orgullo le fuese arrancado junto con aquella cabeza. Sly, impaciente, pero no demasiado como para mostrarse desesperado y no poder disfrutar de cada segundo la siguiente parte de la humillación, comenzó a alzar con lentitud la cabeza de animal y dejar al descubierto, centímetro a centímetro, el rostro humano oculto tras ella. Mas, justo en ese instante, justo antes de que sus orbes enmielados pero llenos de ponzoña y deseos pudieran clavarse en el rostro oculto y relamerse en la vergüenza de sus facciones, sus ojos reales, los actuales, se abrieron de golpe mostrándole una situación muy diferente a la que había estado soñando: el cuarto oscuro de un motel.

Sly chasqueó la lengua en una falsa frustración. Estuvo cerca, demasiado cerca de desvelar en sueños la identidad de aquel ser inferior que había hecho perder con sus manos y postrarse ante sus pies, pero no era como si aquello fuese a robarle las preciosas horas de sueño que aún podía disfrutar antes del amanecer. Podría volver a dormir con tranquilidad sin ser atormentado con la duda de conocer la fisionomía del rostro oculto tras la cabeza de conejo porque, en realidad, sí la conocía y mucho más allá de una simple nariz, una boca, un par de ojos y miles de cabellos. Conocía el cuerpo y la carne de ese hombre, cada parte oculta e inexplorada de su persona ya que ese ser que había humillado deliciosamente frente a decenas de espectadores era, precisamente, aquel sujeto que se encontraba en ese momento durmiendo desnudo a su lado.

—Noiz… - susurró su nombre, aun cuando supiera que solo los ruidos del otro manto onírico serían los capaces de penetrar por sus oídos dormidos. Era lo mejor, que aquel no lo escuchara, pues lo había llamado con odio y repugnancia, pero, al mismo tiempo, con un deseo y una locura desbordante por su carne y su alma. Le daba asco, pero lo necesitaba, como el adicto ama y necesita del alcohol, pero detesta y vomita la resaca del día siguiente.


Muchas gracias por su tiempo dedicado a leer. Saben que los reviews son hermosamente recibidos.