Disclaimer: Los personajes de CCS no me pertenecen, son de la propiedad exclusiva de CLAMP. La trama y la utilización de personajes originales son míos. Hago esto sin fines de lucro, únicamente por mera diversión.
-Las cuatro estaciones-
Flores en primavera, la luna en otoño, una brisa fresca en verano, nieve en invierno. Si tu mente no está ocupada de cosas innecesarias, ésta es la mejor estación de tu vida. (Wu Men Kuan)
-Prólogo-
Esta historia nadie se la espera, porque tampoco me la había esperado yo. Llegó a mi vida gracias al destino. Como más de alguna vez le oí decir a un viejo amigo: No existen las coincidencias, sólo lo inevitable. Creo que esa simple frase tiene mucha razón en eso, porque de no haber sido así no podría estar relatando en estos precisos instantes esta historia.
Decir mi nombre entorpece la historia y le quita todo el misticismo que quiero lograr, así que si son capaces de llegar conmigo hasta el fin sabrán quién soy. Tampoco hablaré de tiempo, pues es tan relativo que en un momento estamos ahí y al siguiente ya no existiremos más. Para ubicarnos nombraré a cada periodo con una estación del año, cada estación tendrá sus momento buenos y malos pero es labor de cada quién distinguir cual es cual.
Antes de comenzar debo advertirles que esta no es otra de esas típicas historias de amor puro e irreal con el todos hemos soñado alguna vez, no. Esta es una historia de amor real, del que se sufre, del que se llora, del que se disfruta y celebra, del que tiene cosas buenas y cosas malas; de ese amor que te hace ver el mundo diferente, un mundo más cercano, un mundo más enorme, un mundo en el que se puede vivir en paz; ese amor que te hace ver la vida con otros ojos, que te complemente y que te hace pensar; ese amor que te acompaña a ver caer las hojas en otoño, que te ayuda a resistir el frío del invierno, que disfruta del olor de las flores en primavera y que te ilumina con el sol del verano; ese amor… ese amor que se da una vez en la vida.
Es hora de hablar de ellos. Si, son ellos. Son los dos. Los dueños de cada pasadizo que se esconde entre estas simples letras. Él. Ella. Ellos. Abran los ojos y presten atención porque esta puede ser la última vez que se cuente esta historia…
Shaoran Li pateaba las piedras que se atravesaban en su camino por el parque llamado Pingüino mientras se dirigía al instituto. El frío empezaba a hacerse presente y, a pesar de llevar el uniforme de la estación, podía sentir las ráfagas de aire fresco chocar contra su piel. Si tan sólo su madre entendiera que él no estaba listo para todas las imposiciones que acarreaba ser un Li no tendría que haberse autoexiliado a este país con un clima tan extremadamente marcado.
Sin duda, si alguien en su familia lo hubiese comprendido no habría tenido que viajar cerca de 4 horas en avión desde Hong Kong a Tokio junto a fiel mayordomo Wei, tampoco tendrían que haber llegado a parar a la pequeña y tranquila ciudad de Tomoeda y mucho menos tendría que haberse inscrito en un instituto japonés en el que utilizan kanjis tan complicados para él.
Suspiró resignado. No podía hacer nada por ahora. Tenía que pensar muy bien que haría en el futuro porque puede decidir ser libre y hacer lo que se le venga en gana, quizás estudiar una carrera con gran esfuerzo, ateniéndose a las consecuencias de que se quedaría sólo en la vida sin el cariño ni el apoyo de su dinastía, o podía cumplir con el destino que se le había impuesto, cumplir con el deber militar que su madre pretendía para asegurarle su propia calma y seguridad y luego casarse con alguna de las herederas que más beneficie al apellido Li, y desde ahí atenerse sobrevivir patéticamente pero contando con el apoyo de su familia. Gracias al cielo que aún tenía tiempo suficiente para tomar una decisión.
Siguió caminando mientras observaba las nubles amenazantes en el cielo. Para suerte de él, Wei iría a recogerlo en el auto que habían conseguido mientras estén en Japón. Articuló una pequeña sonrisa. Por fin algo bueno dentro de su mar de confusión.
Es sábado. Recordó. Ese día en particular parecía burlase de él. Tener que ir a la escuela el último día de clases no le hacía mucha gracia pues bien podría haber empezado el lunes pero no. El director había insistido en que se integre ese día para que pueda conseguir todo el material que necesitaba con sus compañeros porque estaba, un mes, retrasado en el instituto. Un mes perdido, querrá decir. Rodó los ojos e hizo una mueca de disgusto. Si otra fuese la situación esa noche se reuniría con sus amigos y se irían a beber unas cervezas mientras observaban a las chicas reunirse para ir a alguna fiesta a la que de seguro lo arrastrarían. Luego la chica más guapa lo escogería para bailar porque él era un muchacho guapo, 1.85 mts de altura, ojos color ámbar con una mirada misteriosa, piel bronceada, cabello castaño que cualquiera podría jurar que es chocolate, un cuerpo marcado por el entrenamiento en artes marciales, unos labios carnosos y una sonrisa perfecta. Cuando ya estén bailando la besaría un poco, ella le permitiría ir más lejos con sus manos, se dejaría llevar para conseguir un buen polvo, lo disfrutaría y hasta la vista. Ninguno de los dos se buscaría ni intentaría nada con el otro. Ese hubiese sido un buen sábado. Pero no, claro que no. Él está en un pueblito pequeño, donde no tiene puta idea de en que lugar está qué, en donde no conoce a nadie, lejos de su familia, de sus amigos y de las chicas fáciles que le habían alivianado la vida durante su adolescencia.
-¡Mierda! – dijo en perfecto japonés mientras pateaba lejos la última piedra que había conseguido seguir. Claro, podía hablar de corrido y entender con claridad el idioma oral mientras pateaba piedras pero escrito era una proeza enorme.
-¿Qué dijiste? –Una voz femenina, dulce y suave, que no supo de donde provino, lo hizo detenerse y mirar de derecha a izquierda en busca de su dueña. Como no vio a nadie a su lado pensó que tanto darle vueltas a la idea de su sábado perfecto lo estaba volviendo loco así que se encogió de hombros y siguió caminando -¡Hey espera!
-¿Eh? –Dijo confundido, más para si que para alguien lo escuche. Sintió que le picaban el hombro y se volteó rápidamente.
-¡Boo! –Gritó una preciosa muchacha castaña sobresaltándolo y haciéndolo caer al piso. Ella comenzó a reí mientras él seguía sentado en el piso, con el ceño fruncido mientras la observaba. ¿Cómo no observarla? Ella era bonita. No, bonita no. Era preciosa. Tenía unos brillantes y puros ojos verdes con largas pestañas que escondían una mirada amable, su cabello castaño con reflejos dorados enmarcaban con suaves líneas su rostro, una boca carnosa color cereza, dientes perfectos, la piel levemente bronceada y sonrojada por la risa. Esbelta, con pechos perfectamente redondeados bajo el abrigo, caderas anchas que se marcaban con la falda blanca, largas piernas bien torneadas. Podría jurar que medía 1.70. Y ahí estaba ella riendo aún frente a él con una voz totalmente suave con los mechones de su cabello libre y al viento y con un uniforme muy parecido al suyo ¿Serían compañeros? Cuando la muchacha logró controlarse le tendió una mano para ayudarlo a ponerse de pie –Lo siento, no quise asustarte, por favor discúlpame por eso.
El castaño se quedó viéndola aún con el ceño fruncido. Rechazó su mano y se impulsó con sus propias manos para ponerse de pie.
-¿Te pareció divertido? –preguntó molesto el muchacho mientras se limpiaba con las manos los restos de tierra del pantalón –No debería comportarse así con un desconocido.
El muchacho comenzó a caminar nuevamente porque si no se le haría tarde y si había algo que odiaba era ser impuntual. La bonita muchacha también decidió moverse al ver que él lo hacía. Parecía un muchacho agradable, algo serio, pero se veía que era alguien amable.
-Lo siento mucho –Ella hizo una leve reverencia –Es que me pareció que habías dicho algo y no fue mi intención asustarte –Volvió a tenderle una mano pero esta vez para saludar –Mi nombre es Sakura Kinomoto, mucho gusto –completó con una sonrisa amable. El castaño volvió observarla pero esta vez estaba sorprendido.
-Eh… Yo… Eh… –Balbuceó sin estar muy seguro de como contestar y vio como ella fruncía levemente el ceño.
-No es muy amable de tu parte no presentarte –Suspiró y volvió a sonreír – ¿Me puedes decir tu nombre?
-Oh… Eh… Lo siento –dijo nervioso y levemente sonrojado el muchacho. El había salido con muchas chicas, había bailado con muchas chicas, había besado a muchas chicas y se había acostado con muchas chicas, pero ninguna, y que quede claro, ninguna había logrado ponerlo en ese estado de idiotez. Estaba seguro que no era porque era guapa, porque él había tenido tantas chicas guapas como se le había antojado, pero algo en ella lo ponía nervioso. Quizás era su personalidad que lo incomodaba. Sí, eso debía ser. Él no estaba acostumbrado a tanta euforia y vida a su alrededor. Luego de hacer su análisis por fin le estrechó la mano y sintió un cosquilleo extraño que ignoró de inmediato –Mi nombre es Xiaoláng Li y vengo de China.
-¡Oh, eso es increíble! –Acotó Sakura mientras sonreía – ¿Puedo llamarte Syaoran? Así es tu nombre en japonés. Aunque si lo prefieres puedo llamarte Li.
-Eh… mm… Como quieras –se encogió de hombros percatándose que seguía estrechando su mano y suavemente la quitó –Eh… Tú… ¿Cómo deseas que te llame?
-Simplemente Sakura –Ella lo miró por unos segundos y notó su uniforme – ¿Vas al instituto de Tomoeda? Jamás te he visto por allí.
-Pues no realmente, soy nuevo –Dijo restándole importancia –Tú vas allí ¿Verdad?
-Ajá –respondió mientras ponía un dedo en su barbilla con una expresión muy pensativa – ¿Sabes en que salón estás? Yo podría ayudarte a encontrarlo, si quieres claro está.
-Eh… La verdad se que es el del último año y el maestro es un tal Tarado o algo así –La miró expectante a la espera de alguna expresión por parte de ella. Ella comenzó a reír nuevamente y su rostro pareció iluminarse.
-No es Tarado –dijo sencillamente mientras reía –Es el profesor Terada y es mi maestro. Parece que seremos compañeros.
-Oh, ya veo –respondió sin emoción aunque le parecía bueno conocer a alguien en ese estúpido instituto –Me parece que por fin me sucede algo bueno –murmuró.
-¿Has dicho algo? –preguntó distraída y el sólo negó con la cabeza volteando hacia otro lado para que no descubra que realmente si había hablado –Oye ¿Puedo preguntar porque estabas tan molesto cuando te encontré?
-No es nada, realmente –se encogió de hombros –Es sólo que pensaba en algo que no me agrada –Claro, no podía decirle que estaba molesto por no poder salir a ligar con sus amigos. Ella lo consideraría un pervertido y él no quería eso. No, claro que no lo quería. Sakura era la única persona que conocía es ese cochino pueblo y no iba a permitir que ella se espante, por lo que una verdad a medias era la mejor opción –Oye tú… –Él quería preguntar, tenía la intención pero de un momento a otro se percató de que Sakura ya no estaba a su lado si no que observaba uno de los árboles al que le quedaban unas cuantas hojas. Se acercó con lentitud hasta su lado y se quedó parado junto a ella mientras veía su perfil. La sonrisa amable que tenía la castaña en sus labios desapareció y su semblante se volvió serio, incluso parecía molesta o triste pero el no pudo distinguir bien porque no la conocía. Syaoran se dijo que debía hablarle porque definitivamente tenían que seguir caminando si querían llegar algún día a clases – ¿Qué te ocurre? ¿Te encuentras bien?
-No es nada –murmuró –Simplemente este árbol me trae muchos recuerdos. ¿Sabes? Cuando yo era pequeña mi mamá murió. Ella era joven y hermosa. Mi papá dice que me parezco mucho a ella sobretodo… –sus ojos comenzaron a brillar por las lágrimas que se acumularon en sus ojos. Dio un pequeño suspiro para liberar la tensión y continuó –Cuando tenía once discutí con mi hermano. Él estaba molesto porque me quedé jugando hasta tarde con mi amiga Tomoyo aquí en el parque pingüino. Comenzó a regañarme y me dijo que mamá estaría decepcionada si hubiera visto que me comportaba de esa manera. Eso dolió. Le grité que yo no tenía mamá y que ella jamás me conoció. Tomé mis cosas, salí de la casa corriendo y llegué hasta aquí. Me trepé en este árbol que en esa época estaba lleno de flores de cerezo. No supe cuanto tiempo estuve ahí arriba llorando. Luego apareció mi papá con una sonrisa dulce y bajé hasta llegar junto a él y lo abracé. Le pedí disculpas por haberlo asustado pero el no dijo nada y simplemente me besó la frente. Nos quedamos en silencio unos momentos hasta que mi papá me comento que este árbol fue donde conoció a mi mamá. Ella estaba trepada y cayó sobre mi padre. Fue amor a primera vista. Luego me miró y me dijo que era muy parecida a ella, no solo en lo físico si no que también en el carácter y la forma de pensar. Por eso supo que me encontraría en este cerezo porque a ella la calmaban. Fue entonces que descubrí que aunque mamá no estuviera junto a mi, seguía estando conmigo en mi corazón – secó el par de lágrimas que no había podido contener y lo miró de frente – Ella murió durante el otoño por una extraña enfermedad, nunca supimos que fue pero al parecer fue mejor así. Luego volví a casa y me disculpé con mi hermano. Él hizo lo mismo. Desde ese día, este lugar es mi favorito en el mundo pero detesto cuando está así. Triste, desolado, sin vida. Me hace pensar que mamá se sentía de la misma forma antes de que su vida se termine.
-Entiendo como te sientes con eso –dijo con simpleza Syaoran mientras observaba las hojas amarillas que estaban regadas por el suelo –Mi padre murió cuando yo tenía cinco años en un accidente automovilístico y desde entonces no he pensado mucho en él –Fue sincero, como jamás lo había sido con nadie. Él jamás había hablado de su padre con nadie, ni siquiera su familia o amigo, y ahora, de la nada habla con una extraña sobre alguien tan importante para él. –A veces también lo extraño pero sé que está en un lugar tranquilo lejos de todos los deseos insensatos de algunas personas –recordó a su madre y un dolor en su pecho apareció así que decidió que era mejor olvidarse de ello como tantos años llevaba haciéndolo –No te sientas triste, realmente las cosas pasan por algo. El que ella no esté ahora aquí sólo quiere decir que se marchó para estar contigo en todo momento…
-Gracias –susurró ella con una sonrisa sincera –Realmente eres un muchacho muy agradable. Creo que por eso quise hablarte esta mañana porque pareces ser alguien diferente a lo que estoy acostumbrada y también muy parecido. Puede sonar loco y hasta confuso pero eres igual y diferente. Sé que quizás no nos conocemos pero sé que tras esa seriedad y formalidad que pareces tener hay una persona pidiendo a gritos vivir. Estoy segura de que lo lograrás algún día, de eso no tengo dudas.
-Yo… No lo entiendo –Respondió él levantando la mirada para observarla con calma por primera vez. Algo dentro de él pareció prenderse en llamas porque un calor que jamás había sentido en su vida lo embargó. Una sensación de placer que no se comparaba con el sexo casual que lograba tener los fines de semana. Este, sin dudar ni pestañear, era un placer simplemente mucho mayor. Eso lo golpeó como una ola. Ella logró leerlo a pesar de los muros que había puesto a su alrededor, lo hizo sentir comprendido por primera vez en su vida, ella parecía confiar en que él podía hacer lo que se propusiera. Ella hizo que algo naciera dentro de él pero no sabía que.
-No es necesario que lo entiendas, lo vivirás y yo estaré contigo para felicitarte cuando lo hagas –dijo con calma volviendo a caminar. Cuando notó que él seguía pensando se detuvo y giró la cabeza para comprobar que la veía confundido. De esa manera y con esa mirada anonadada le parecía bastante guapo y tierno. Ella sólo sonrió antes de hablarle sin detener nuevamente su marcha. – ¿Sabes? Hoy es un día especial porque es el inicio del invierno. Me encanta esta estación porque es diferente a las demás y hace parecer a todas las otras muy diferentes. Todas son cálidas y salta a la vista su hermosura por el simple hecho de ser coloridas y de tener miles de posibilidades para hacer esto o aquello. Pero el invierno es especial porque a pesar de ser una estación que se muestra fría tiene miles de matices escondidos en su interior, simplemente hay que aprender a reconocer la belleza que mantiene oculta. Quizás tiene mucho más que ofrecer que lo que pensamos –Mientras ella decía cada frase él parecía estar más confundido que antes y sólo la veía fijamente marcharse. Ella se giró nuevamente y con una risita le gritó antes de doblar pues estaba a punto de llegar al instituto – ¿Vienes a clases o te quedarás parado allí?
-Sí, ya voy –El castaño se apresuró a llegar hasta donde estaba ella que justo había volteado para comprobar si venía y fue tanta la rapidez que utilizó al correr que al doblar chocó con ella haciendo que se desestabilice en su caminar y casi caiga al suelo. Y cuando digo casi es porque alguien logró atraparla.
Ahí estaba Sakura con los ojos cerrados esperando el golpe que jamás llegaría. Sintió unos brazos fuertes tomarla por la cintura evitando que su cuerpo alcanzara el suelo. Cuando logró abrir los ojos lo vio ahí mirándola y lejos de estar nerviosa o asustada se sentía tranquila. Podría decirse que el contacto que provocaban sus brazos se sentía, incluso, agradable.
Syaoran por su parte la abrazó con fuerza por la cintura. Por ninguna razón la dejaría caer. Cuando notó que abrió los ojos vio los ojos de ella clavados en los suyos pero continuó con su máscara de seriedad observándola. Sin duda ella era muy bonita pero no, ella estaba fuera de sus ligas. Jamás intentaría una técnica de conquista con ella porque era muy amable y dulce. No la dañaría. Después de todo ella había sido la primera persona que había intentado comunicarse con él desde que llegó y eso la convertía en su amiga ¿No?
Ella siguió observándolo y curvó sus labios en una perfecta sonrisa. Un calor suave alcanzó su rostro y se sintió nervioso y temeroso de que ella podría haberlo descubierto. De pronto ella comenzó a reír y el poco a poco la fue soltando luego de acomodarla en el suelo para que pudiera sostenerse por si misma.
-Eh… Yo… Eh… Lo siento –dijo el muchacho de la manera más coherente que pudo –No fue mi intensión chocar contigo.
-No te preocupes, yo soy un poco torpe pero… –Ella se acercó un poco más para tener una visión más clara de su rostro y comenzó a reír con suavidad para luego comentar –Te sonrojaste ¿Acaso estás nervioso?
-No, no estoy sonrojado –dijo cruzándose de brazos y observando hacia otro lado y comentándole su actuar –No deberías decir cosas como esa.
-Lo siento –dijo ella apenada –No quise incomodarte –Le sonrió -¿Entremos? Será mejor que corramos porque si no el maestro nos castigará.
-Si, vamos –respondió él una vez que el sonrojo abandonó su cara –Lo siento Sakura, no fue mi intensión hacerte tropezar.
-No te preocupes, Syaoran –Sonrió ella –Estoy segura que no querías chocar conmigo. Bien, ahora corramos para que te presente con Tomoyo. Estará encantada de que tenga un nuevo amigo.
-E…es… está bien –dijo corriendo junto con su nueva amiga. Antes de entrar al salón la miró por última vez y ella le dedicó una sonrisa. Una extraña sensación llenó su pecho haciéndolo sentir bien por primera vez en años. Entró al salón pensando que quizás no había sido tan mala idea ir a ese país y, definitivamente, el primer día de invierno lo estaba haciendo feliz como nunca antes hubiera imaginado.
Por primera vez en años, ese muchacho frío y distante encontraba una persona que pudiera hacer nacer el calor en su pecho. Cualquiera que hubiera conocido a Syaoran podría decir que él jamás se había comportado cercano con una chica, tampoco que hubiera desaprovechado una oportunidad de besarla y mucho menos que se hubiera disculpado por algo, ni siquiera con sus hermanas o su madre había sido tan cordial. Yo, conozco ese tipo de emociones, conozco el frío que puede sentir una persona en la soledad y también puedo decir que conozco lo maravilloso que puede ser conocer personas que pueden hacernos sentir diferentes, raros y eso es lo que Sakura había logrado con ese témpano de hielo en tan poco tiempo.
La verdad aún no entiendo bien como fue que ellos se encontraron pero el destino es caprichoso he hizo que ese día, ese singular día se encuentren.
A cualquiera le puede parecer extraño o loco que ellos se hayan conocido de esa manera, que ella haya abierto su corazón y que él haya podido ser, aunque sea un poco, sincero con una completa desconocida. A mi no me lo parece. ¿Qué hay más sincero que hablar con alguien que no te conoce? ¿Qué no te juzgará? Yo estoy de acuerdo.
Por primera vez, desde que conocí esta historia, estoy siendo capaz de contar todos los detalles. Por primera vez también, me doy cuenta de cuan intenso es cada momento. Nosotros nos asombramos de tener un día con lluvia en verano, pero jamás nos detenemos a medir que tan importantes pueden ser las miradas, las palabras o las emociones para una persona. Como hasta un carácter frío puede derretirse ante el calor que te da con tan sólo una sonrisa la persona adecuada.
Para mí, esta historia es muy especial pero no es momento de hablar de eso ahora. Yo sé que cada persona que se entere de esto compartirá cada sentimiento, cada promesa, cada situación. Porque ese día, el primer día del invierno se cruzaron dos caminos, dos personas que tenían que cruzarse… Es por eso que ahora al hablar de este preciso momento me siento feliz, porque sé que es posible que entre todo lo malo que existe alrededor de alguien, también se puede encontrar la pieza que falta en nuestro destino, y al hacerlo las cosas cambiarán.
Sakura fue esa pieza y logró, de una manera que nadie se explica, que Syaoran por primera vez descubriera como era realmente VIVIR un invierno…
Y yo por fin puedo sentirme libre de contarlo…
Continuará...
Nota de la Autora
¡Hola! Esta es una de las primera historias que escribo de CCS porque estoy trabajando en paralelo con otra llamada Opuestos e iguales, que por supuesto les invito a leer.
Fue una idea que llegó a mi en una de mis locuras del momento y me dije ¿Por qué no escribirla? Y como ven en este prólogo tomó vida propia. Será una historia cargada de emociones, eso se los prometo. No por nada algunas personas me conocen como la Drama Queen.
Espero que les haya gustado este pequeño inicio porque sólo es el principio de algo bastante emocional y lleno de sensaciones. No hay una manera correcta de hacer las cosas y los protagonistas de la historia lo demostrarán poco a poco. Por eso invito a todo el que lea que me acompañe en esta aventura que se dio por casualidad.
Quiero informarles la época en que se desarrolla la historia es la actual y que si las fechas de inicio de las estaciones no concuerdan con el inicio de las clases u otras cosas me disculpen. Intenté acomodar la estaciones de otra manera pero no quedaría como esperaba así que me dije ¿Y si mejor acomodo las fechas a mi manera? Después de todo es un universo alterno y puedo ocuparlo como sea. Además, si se lo preguntan, la época en a que se desarrolla la historia es actual, no es el pasado ni nada por el estilo, así que si ven que aparecen cosas modernas no se asusten. También aprovecho para comentarles que el nombre de la persona que cuenta la historia quedará en secreto hasta el último capítulo así que no se compliquen por eso y si lo descubren antes será porque son muy perceptivos.
Quiero agradecerle de manera muy especial a FrutillaConLecheCondensada: Nee-san, gracias por darme tu apoyo para crear esta idea. Si no me hubieras dado tu opinión desde el primer momento no me habría atrevido a lanzarme con esto que parece ser un proyecto grande. Espero que me acompañes a lo largo de la historia porque es muy importante para mi. Ojalá te guste y me des tu opinión.
Aprovecho la oportunidad para agradecer a todos los que hayan llegado a esta altura de la lectura y los invito a participar en la Comunidad Sakuriana, en donde soy Co-Moderadura de FrutillaConLecheCondensada. Esta semana estaremos realizando una votación para que se elija el reto que se realizará durante el mes de enero. A partir del 11 estará publicado el resultado de la misma y procederemos a entregar las reglas para todo aquel que se anime a participar.
Bien, muchas gracias por haber leído hasta aquí y espero sus comentarios.
Si les gustó, si no les gustó, si quieren que continúe, cual fue la parte que más les gustó, quienes quieren que aparezcan, si se les ocurre quién narra, todo eso y mucho más pueden comentarlo en un review. Se los agradecería bastante.
Nos leemos en una próxima oportunidad (:
