Advertencias:1- A.U. (aunque parte de la historia se conecta con la TVD)

2- Elena tiene una personalidad distinta a la de la serie y ha sido educada sabiendo que es la doble y deberá defenderse para sobrevivir.

Rating: +18
Disclamer: Los personajes no me pertenecen, sino a la autora L.J. Smith y la CW.

Prólogo

Estacionó el camaro azul en la puerta de la mansión, no le gustaba la idea de regresar pero no le quedaba alternativa, se lo debía a Klaus.
Entró para encontrar la casa vacía, su "sobrino" no estaba, pero era mejor así, no tenía ganas de verlo tampoco. Tiró la chaqueta de cuero por el camino y fue directo a servirse un vaso de Bourbon, cuando sintió la llegada de su amigo.

-Buenas tardes, estás en tu casa.- Dijo mordaz ante la falta de modales del recién llegado.

-¿Si me has oído desde que entré a la propiedad para que quieres que toque la puerta?- contestó el joven dejándose caer en el sillón.- ¿Nos vamos a tomar algo y comenzamos mañana?
-Kol, tu hermano llegará al pueblo a la noche, no quiero ponerlo de mal humor tan pronto.- Su acompañante comenzó a reír y un segundo después los dos estaban en el auto.
-Este es tú territorio, sorpréndeme con lo mejor de Mistyc Falls.- Gritó el joven castaño, que como si fuera un adolescente yendo a una fiesta, iba golpeando con un bate los buzones de correspondencia por los que pasaban.- Esto sería más divertido si aquí no viviera tan poca gente.- Bufó sentándose.

Damon aparcó en la entrada de una gran casa, dónde todo indicaba que había una sonora fiesta. Esperaba que allí encontraran algo para cada uno.
El pequeño Mikaelson tenía gustos un tanto peculiares, su fetiche eran las vírgenes y mientras no mintieran al respecto las dejaba vivir, claro que para cuando las dejaba ir ya no lo eran.
A Damon sin embargo, le gustaban las mujeres, desinhibidas, sexys y bastante alejadas de la imagen inocente y virginal que buscaba Kol. Eso era casi lo único que los diferenciaba, porque aunque físicamente eran muy distintos, sus personalidades no lo eran, sabían ser encantadores y despiadados en igual medida y sobre todas las cosas, eran egoístas y sin corazón. No veían más allá de su deseo o satisfacción inmediata, no se preocupaban por nadie más que por ellos, Klaus y Rebakah, eran impulsivos y simplemente llevaban demasiado tiempo sin dejar salir su humanidad.
Poniendo su mejor cara de niño bueno, el milenario vampiro buscó con la mirada desde la puerta a quien pareciera estar más ebrio, y le hizo una seña para que se acercara.
-Hola, trajimos la cerveza. ¿Podemos llevarla a la cocina?- Preguntó y escuchó como Damon reprimía una risa a su espalda.
-Claro, pasen. La cocina está por allá.-Se giró a señalar mientras seguía hablando a media lengua, pero cuando regresó la vista ya no había nadie frente a él.

Los dos vampiros empezaron a recorrer la casa, siempre siendo concientes de dónde estaba el otro, sabían que en el pueblo había un par de cazadores y debían ser cuidadosos, pero nada les impediría disfrutar de su última noche libre antes de comenzar con su trabajo de niñeras.
Kol encontró rápidamente lo que buscaba, unos enormes ojos marrones dulces como el chocolate lo miraron desde el otro lado de la pista, y caminó hacia ella lentamente, disfrutando cada segundo de anticipación.
-Hola- le dijo retirando suavemente un mechón de pelo castaño para colocarlo tras su oreja. Y logrando así que ella lo mirara a los ojos.- No pude evitar ver lo hermosa que eres, haces que todas las demás chicas desaparezcan de la habitación.
La chica se sonrojó y eso envió una punzada de deseo por los colmillos que luchaban por salir a jugar, sabiendo que desde el momento en que sus miradas se unieron ella ya no podría huir de él.
-¿Cómo te llamas?- preguntó mientras la guiaba fuera de la casa
-Elena Gilbert.- Respondió ella sin poder evitarlo y sus gestos daban a entender su gran confusión.
-Dime Elena, ¿has entregado tu virtud?
Ella volvió a sonrojarse y aunque no quería hacerlo respondió sin dudarlo, negando con su cabeza.
-Permíteme mostrarte los placeres que la vida guarda para ti.- Bajó la cabeza hasta cubrir los suaves labios con los suyos y en ese momento sintió la daga cruzar su pecho. Abrió los ojos sintiendo como su cuerpo se secaba lentamente y un joven de cabello castaño, que apenas aparentaba unos 17 años, le sonreía.
La sonrisa de chico quedó permanente en su rostro cuando se escuchó un crujido y su cuerpo cayó sin vida.

-¡Jeremy!- Gritó Elena y fulminó con los ojos a ese hombre de ojos azules que la miraba despectivo.
-No hagas tanto drama, sé toda la historia de tú familia, se despertará en un par de horas igual que él.- Comentó mientras sacaba lentamente la daga del pecho de Kol.
Tomó un cuerpo con cada brazo y comenzó a caminar hacia su auto.
-¿A dónde vas?- preguntó la chica, con mucha más furia en la voz.
Damon se giró y la miró con una sonrisa de lado.
- No voy, princesa. Vamos.


Capitulo 1

-Hansel y Gretel están acabando con mi paciencia. ¿Por qué no la encerramos hasta que llegue el momento y dejamos este circo?- Mientras hablaba, tomaba del vaso de AB pos. que se había servido, para terminar de curar su herida más rápido.
-Debes estar oxidado o demasiado distraído si Jeremy llegó a herirte con su juguete.-
Respondió Klaus alzando una ceja divertido.
-¡Estaba durmiendo!-
Se defendió, aunque ambos sabían que no era cierto.-Además ser niñera es aburrido, esa niña siempre está de mal humor, el otro planeando como matarme y tu hermano no aparece por la casa desde que despertó.
-No conocía tu faceta de quejoso.-
La mirada de Damon dejó claro que no estaba para bromas.- Si la encierro tendrás que quedarte a vigilarla y será más aburrido. Además eso atraerá atención no deseada.
-Bueno, entonces quiero carta libre para corregir su actitud.
-Una sonrisa de lado anunciaba las intenciones del vampiro y prometía problemas para la aprendiz de cazadora de cabello castaño y su hermano.
-Debe llegar viva a la primera luna llena luego del solsticio de invierno, mientras te asegures de que eso ocurra, todo estará bien. Yo regresaré unos días antes, te dejo a cargo de ella.
Dejó el vaso de Whisky ya vacío y tomó su chaqueta de la silla.- Son solo tres meses, ¿crees poder sobrevivir un otoño con los Gilbert?
-Vete a buscar tu famosa piedrita y yo me encargo de tu bolsa de sangre y su hermanito.-
Rodó los ojos exageradamente, remarcando lo mucho que detestaba su nuevo trabajo, pero Klaus sólo sonrió y se de eso Damon hizo dos llamadas, una a la única vampira que querría hacerle este favor, la otra a la única bruja que había en el pueblo.
-¡Buffy!-
Llamó desde el salón cuando terminó de hablar, sabiendo que la chica estaba encerrada en su habitación.- ¡Vendrá una amiga a asegurarse que te portas bien mientras yo no estoy, no la hagas enojar si no quieres tener problemas! ¡Ella no es tan paciente y encantadora como yo!

Una hora después Viky se sentaba a leer una Cosmo en el sofá, mientras Damon iba a ver a Bonnie y Elena buscaba la forma de escabullirse por la ventana, sabiendo que faltaba poco para amanecer y la vampira no podría seguirla.
Había robado una cuerda de la habitación contigua mientras Damon hablaba con Klaus, por suerte para ella, el hermano pequeño de los Salvatore parecía ser de los que acumulan de todo en su habitación. Acumulaba se corrigió con una sonrisa, recordando que Kat lo había matado un año atrás, cuando llegó al pueblo supuestamente a tener una vida normal y dejar su pasado de asesino psicópata atrás. Para lograr eso el vampiro se había anotado en el instituto, donde se había topado con ella, lo que lo llevó a su prematura muerte, al darse cuanta de que era la doble.
Elijah había supuesto que sus hermanos nunca volverían a Mistyc Falls, esa era la razón para llevar a la familia de Kat a vivir allí y más tarde casar a Isobel con un Gilbert, asegurarse que su descendencia estuviese a salvo. Pero si un Salvatore sabía de Elena, sólo era cuestión de tiempo para que Klaus se enterara.
Elijah quiso obligar a Stefan a irse y olvidarla pero Katherine prefirió matarlo, temiendo que si algo le pasase a Elijah, Stefan recordaría a Elena.
Katherine, el recuerdo le dio un poco de nostalgia, esperaba que ahora que Klaus finalmente se iba del pueblo su tatara-unmontóndeveces-abuela, regresara a darle una mano. Si bien sabía que la vampiresa había hecho ya más que suficiente por ellos y que Elijah se opondría a que regrese, tenía esperanzas de que lo más parecido a una madre que le quedaba, apareciera a ayudarla en este momento tan complicado.

Finalmente salió de sus recuerdos, con cuidado abrió la ventana y lentamente dejó caer la soga, que había atado a la pata de la gran cama de Damon. Esperaba que aguantara y sino por lo menos le rompería la cama, por obligarla a dormir allí. Una sonrisa traviesa cruzó su rostro recordando lo que había pasado unas horas antes…

-Vas a dormir conmigo, estoy cansado de que te pases la noche intentando escapar. Hasta un vampiro necesita un poco de descanso.-

Dijo Damon mientras la arrastraba de la muñeca hacia su habitación.- Tu hermano estará en el calabozo, es lo mínimo que merece, por intentar fabricar una estaca con la pata de una mesa de 250 años de antigüedad.
-Ya te dije que si algo le pasa a Jeremy, estoy dispuesta quitarme la vida y arruinar el gran plan de tu jefe.
Dijo altiva, cuando él la tiró a la gran cama de cuatro postes que estaba en el centro de la habitación.
-Nada le pasará al chico emo, Klaus no es mi jefe y deja de hablar que quiero dormir.
-Se acostó y la chica lo miró con una sonrisa, pero Damon abrió los ojos de golpe.
-Casi lo olvido.-
Del cajón de su mesita de noche sacó unas esposas y unió su muñeca a la de ella.- Normalmente no son para dormir, pero servirán. Ahora si, buenas noches princesa.
Elena esperó a que el vampiro se durmiera profundamente y luego sacó de entre la costura de sus jeans un clip de metal que siempre llevaba escondido, con el que abrió su lado de las esposas. Luego con sumo cuidado se arrodilló colocando una pierna de cada lado del torso masculino y tomó los brazos de Damon para subirlos sobre su cabeza y esposarlo a la cama.
Cuando estaba por conseguirlo los ojos celestes se abrieron y una sonrisa de lado le dijo que el vampiro llevaba rato despierto.
-¿Qué tratas de hacer conmigo? Si quieres sexo para dormir mas relajada, sólo debías pedirlo.-
Con un rápido movimiento hizo que Elena quedara acostada de espaldas en la cama y él sobre ella.
La joven lo tomó del rostro y lo besó, sorprendiéndolo completamente hasta que un segundo después sintió la flecha que se clavaba en su espalda, pasando a muy pocos centímetros de su corazón.
Se levantó y esquivó la segunda flecha, ganando fuerza y velocidad por la ira que lo recorría. De reojo miró la mano del chico y vio que no llevaba su anillo, así que en lugar de quebrar su cuello como pensaba en principio, se colocó a su espalda, y haciéndole una llave de judo, lo dejó inconsciente. En ese momento divisó a Elena que había sacado la flecha que estaba incrustada en la pared y venía hacia él, rodó lo ojos y cuando la chica alcanzó su posición la tomó de la muñeca, haciendo que soltara la flecha y le llevó el brazo a la espalda, acercándola hasta dejarla pegada contra su pecho. Tomó su otra mano juntándole los brazos en la espalda, para que quedara inmovilizada y comenzó a bajar la cabeza lentamente, con su mirada fija en la de ella. Elena se arqueó soportando el dolor, para mantener la distancia entre sus rostros, sin bajar la vista, demostrándole que no le tenía miedo.

-Realmente eres exasperante.-Ladeó la cabeza y apoyó la nariz en su cuello.- Pero apuesto que también eres deliciosa.- Dejó salir los colmillos y pellizcó levemente la piel con ellos, tan delicadamente que ni siquiera le dejó una marca, pero hizo que el corazón de la chica se acelerara.

Elena sintió un cosquilleo recorrer su espina y no pudo evitar cerrar lo ojos ante lo seductor de su tono y las sensaciones que la recorrieron con su toque.
-¿Que diablos pasa aquí?-
Preguntó Zach entrando a la habitación con Klaus y rompiendo la burbuja que los había envuelto.
-Nada, alguien soltó al Van Helsing de tercera este y vino a rescatar a la princesa de la torre.-
Damon liberó las manos de la chica y agachándose la cargó al hombro para llevarla hasta la cama. Un quejido salió de su boca cuando la bajó y recordó la flecha en su espalda.
-¿Te importa?-
Preguntó al hibrido, señalándose la espalda.
-Esto me trae recuerdos de un tiempo mejor.-
Comentó Klaus refiriéndose a su visita a Norteamérica en 1880.
-Esa vez me quitaste un tomahawk, no una flecha.

Un ruido en la escalera sacó a Elena de su recuerdo. Un minuto después Jeremy asomaba la cabeza por la puerta.
-Siguen cayendo.-
comentó divertido.- Está amaneciendo, debemos irnos.

-Recuperé mi anillo pero no me servirá si me rompo el cuello por bajar esa cuerda.- Hizo una mueca de disgusto.- Te ayudaré a bajar y buscaré otra forma de salir.
La joven trató de pasar el pie al otro lado de la ventana pero no pudo, lo intentó de nuevo y sintió una pequeña corriente recorrer su pantorrilla. Al tercer intento un dolor insoportable le paralizó la pierna y la chica cayó en los brazos de su hermano.
-No sé que han hecho, pero no puedo salir.

-Parece que el hechizo está listo.- Comentó Viky desde la puerta.- Ya que no tendré que preocuparme más por ustedes, voy a darme un baño y a dormir.- Observó como Jeremy seguía sus manos al desabotonar su blusa y le sonrió.- Si quieres, la tina es suficientemente grande para ambos.- Riendo se perdió en el baño, mientras Jeremy sonreía y Elena bufaba exasperada, sabiendo la debilidad de su hermano por la chica, desde que la conoció meses atrás.

Cuando unos minutos después escuchó a Damon llegar a la casa, corrió a la planta baja roja de rabia.
-¿Qué has hecho?- Preguntó medio empujándolo al llegar a él.
-Sólo conseguir mis merecidas horas de sueño.- Respondió sonriendo y rodeándola para ir a servirse un vaso de Bourbon.
-¡Estoy encerrada en esta casa!-Grito furiosa.
-No exactamente. Me he puesto un poco más creativo con mi pedido. Estás encerrada en esta casa o tienes que permanecer a menos de 5 metros de mí.
-¿Qué? ¿Estoy atada a ti?
-Si quieres salir de esta casa sí. Es tu decisión princesa.- Finalizó con un guiño, que terminó con los nervios de la chica.
-Voy a matarte.- Seguramente si las miradas fueran estacas él ya sería cenizas.
-Si lo haces tendrás que cargar mi cuerpo a todos lados, o quedarte aquí para siempre, el hechizo no se deshará hasta que yo lo quiera.- Giró el líquido de su vaso y la miró por sobre el borde mientras bebía.
-¿Y Jeremy?
-¿Qué pasa con él?
-¿Puede salir?
-Puede irse pero dudo que quiera dejarte aquí, sola, conmigo.- La pausa que hizo entre cada palabra le dio un tono de promesa y amenaza, que erizó la piel de la joven. Casi tanto como el verlo acercarse lentamente con sus hermosos ojos celestes sumergidos en los de ella.
Lo que ella no esperaba es que siguiera hacia la escalera con una sonrisa.
-Voy a dormir.
-Viky está en tu cama.
-Entonces dormiré en la tuya, después de todo ahora debemos acostumbrarnos a estar siempre juntos.-

-Parece que hoy nos toca ir a clases.
-Pero no tengo ni siquiera un lápiz. No me has traído más que una muda de ropa.- La postura de la chica, con lo brazos cruzados en el pecho y el ceño fruncido, además de un semi puchero en sus labios, hizo que Damon la viera como una niña haciendo un berrinche.
-Entonces vamos a tu casa, traeremos ropa y tus materiales de estudio, así mañana retomaras tus clases.

Sin esperar respuesta comenzó a caminar para salir de la casa, pero no escuchó los pasos de la chica.
-Perfecto yo traeré tus cosas, pero como soy muy antiguo sólo traeré vestidos y como también soy distraído, tal vez olvide la ropa interior.-
Le sonrió desde el auto, moviendo las cejas insinuante, ante su nueva ocurrencia.
-¡Espera!- gritó Elena desde la puerta.- Iré contigo.- Dudó antes de dar el paso recordando el fuerte dolor en su pierna.
-Está bien, puedes salir solo tienes que correr hasta aquí.
Cuando la chica se sentó a su lado se colocó las gafas y arrancó el coche.
-Un detalle, si estás a más de 5 metros de mí por más de 2 segundos, sentirás un gran dolor y quedarás inconsciente, hasta que vuelvas a estar en el radio correspondiente.

La chica no le habló en todo el viaje, no podía creer que todo su entrenamiento no le sirviera de nada, Katherine y Elijah los habían preparado para esto, para enfrentare a los vampiros que algún día vendrían por ella. Habían entrenado sus mentes tanto como sus cuerpos, les habían enseñado a resistir la compulsión y a evitar que se metieran en sus sueños.
Los adiestraron en el uso de las estacas y de la ballesta, les enseñaron a abrir cerraduras y les dieron 3 dagas de plata para dejar fuera de combate a los originales. Además Jer tenía el anillo de su abuelo y eso le daba protección extra contra lo supernatural.
Sin embargo, a pesar de todo eso aquí estaba, completamente a merced de Damon Salvatore.
-Katherine me habló de ti, ¿sabes?- Comentó ella mientras comenzaba a recoger su ropa.- Sé que la conociste hace 500 años antes de que se convirtiera y que la ayudaste a escapar con Elijah.
-No digas disparates, yo no la ayudé, ese fue Trevor. Yo jamás traicionaría a Klaus así.- Hablaba tratando de mantener su tono relajado para quitarle importancia a sus palabras, pero Elena sabía la verdad.
La chica iba a contestarle algo cuando lo vio tensarse. Un segundo después vio como sus ojos se volvieron rojos, con pequeñas venas que los rodeaban y sus colmillos se extendieron completamente.
El corazón de la chica corría a gran velocidad, pero el miedo le duró solo un instante, porque una fascinación inconsciente lo opacó rápidamente y sin poder contenerse extendió una mano para tocar con la punta de su dedo uno de los blancos y afilados dientes.

-Hay 3 vampiros acercándose a la casa, son jóvenes y débiles comparados conmigo, pero estoy seguro que no vienen por mi.- Dijo distrayéndola. Se acercó a la ventana y divisó a un joven moreno en la linde del bosque.- Si salgo de la casa te desmayarás y no podrás defenderte.
-Ahora sabes cuan brillante fue tu plan.- Comentó cínica pero él la ignoró.
-Saldremos, te mantendrás pegada a mí y yo me encargaré de ellos. Ese es el más fuerte por eso llegó primero, necesito que ataque antes de que lleguen los otros dos.
Tomó a la chica entre sus brazos y salió de la casa con toda la velocidad de la que fue capaz. Cuando ambos estuvieron parados en el medio de la calle la agarró de la cabeza, dejando su cuello descubierto.
-No te resistas y no te dolerá.- Con delicadeza hundió los colmillos en la suave piel y sintió rápidamente el dulce sabor de Elena en su boca.
Ella soltó un pequeño quejido, pero luego de la sorpresa inicial se relajó y aunque jamás lo reconocería, no le desagradó la sensación. Pero él no planeaba alimentarse de ella sino atraer al otro vampiro, así que la soltó rápidamente.
-Esto hará que ataq…- No terminó la frase porque el vampiro moreno ya estaba a su lado, dominado por el olor de la sangre de Elena. Ella sólo pestañeó y se encontró conque Damon sostenía el chorreante corazón del vampiro muerto, y tras él había otros dos vampiros.
-¡Damon!


Esta historia anda rondando en mi cabeza, y se me cruza cada vez que me siento a escribir. No quería empezarla hasta no terminar con Por Ella pero fue inevitable.

Espero les guste y les interese, un par de veces por semana iré actualizando ;)