Disclaimer: FullMetal Alchemist es de Hiromu Arakawa. Se los digo por si creían que yo era la dueña (mucho sarcasmo), que en serio, Jesús, no sé ni para qué pongo esto en cada fanfic que hago.

Línea Temporal: Universo Alterno.

Nota: Historia tributo a Selena Quintanilla, que hoy cumple 17 años de muerta y que, a pesar de que ella ya había fallecido, fue todo lo que escuché en mi infancia. El título es una canción de ella, quien la haya escuchado sabrá más o menos de qué va la historia la cual va mezclada con el K-Drama de Secret Garden que me acabé de ver ayer (xD). Ya saben, derechos a sus respectivos autores. Y Gracias, de antemano, por leer.


AMOR PROHIBIDO

Capítulo Único

Suele suceder que la sociedad condene las relaciones homosexuales y polígamas, también suele suceder que juzgue el amor de un hombre y una mujer de diferentes razas, condiciones, credos, creencia políticas, por antecedentes en la vida de uno de los implicados o clase social. Winry Rockbell sabía esto muy bien; toda su vida había sido juzgada primero por ser huérfana, después por ser pobre, luego por tener un trabajo "de hombres" y, finalmente, por haber "engatusado (no había manera de que ella hiciera esto)" a un hombre muy rico.

Ella era una entrenadora en un gimnasio al que asistían en su mayoría hombres. Al ser ella bonita y femenina, no se le juzgaba por tener aspecto de "marimacho", sino que se le juzgaba por ser una cualquiera, una ofrecida y casi hasta una prostituta. Claro que ella no era ninguna de esas cosas. Simplemente ella era muy atlética y con una gran condición física, y el deporte y la actividad física eran su pasión, ayudar a los otros para que sintieran ese tipo de placer era una de las cosas que la habían hecho más feliz.

Aún con todos los malos juicios en su contra, Winry era una persona feliz. Sus compañeros la estimaban y cuidaban y sus clientes también, aunque ella no necesitara de esto último. Si algún cliente se propasaba con ella, sus "hermanos mayores" rápidamente la defendían; pero esto sucedía muy poco, gracias a los cielos.

Vivía Winry con su amiga, Sciezska, una bibliotecaria de memoria fotográfica que estaba en planes de una relación con el secretario de una importante compañía de seguros, Vato Falman. Y, oh, el destino, era precisamente con el jefe de este último con el que ella sostenía su relación.

Edward Elric era, con seguridad, el amor de su vida y ella el de él. Su relación había sido un tanto difícil al principio, él no era precisamente un caballero con ella y ella no era una chica convencional. Al pasar el tiempo se habían enamorado, habían peleado y, finalmente, casi habían dado la vida el uno por el otro.

Los familiares de él se habían interpuesto de muchas formas, habían amenazado pro desheredarlo, estaban pensado quitarle el puesto de director de la compañía, pero ellos no habían flaqueado ante los intentos de separarlos. Su amor era más grande por eso y el dinero no le interesaba ya ni a uno ni a otro. Ser pobres y sin un techo qué vivir era una gracia comparado al dolor de estar separados.

Y por eso estaban hoy allí, justo en el registro civil. Sin tener anillos ni vestidos ni invitados ni flores ni nada, sólo dos testigos que atestiguaran la unión. Eso podía ser poco romántico y muy de mal gusto, pero para dos personas que se amaban estar juntos era lo único que necesitaban.

—¿Estás segura? —preguntó Edward a Winry. Posiblemente, después de firmar los papeles, él ya no poseería absolutamente nada. En respuesta, Winry le sonrió brillantemente y aguantó las ganas de golpearlo, si no estuviera segura, ¿por qué estaría allí?

—Sí —y esa respuesta era todo lo que ambos necesitaban.

FIN