Okay...

Con ya varios Fic's sin terminar... seguiré agregando más a la colección...

No sé que mosca (rosa) me picó para querer escribir sobre Vocaloid... Pero bueno, está aquí y espero que les agrade...

D: Vocaloid ni sus Pjs me perteneces en ningún sentido, solo escribo por diversión, sin ánimos de lucrar... para nada...


Primer encuentro, primeras impresiones...


El lugar era decente, no podían negarlo. Buena música, buen servicio, buenos tragos, buen ambiente. Había sido buena idea de Kaito el ir a aquel bar.

Gakupo, sobrio como pocos con cinco tequilas encima, pidió un licor de chocolate caro, al tiempo que Len pedía el tercer Martini y Kaito el cuarto trago, siempre probando cosas nuevas, aquella vez, un "Piel de Iguana".

El barman afirmó y señaló las espaldas de los tres. Una mesa se había desocupado. Avanzaron tomando, asiento por fin. El silencio ante la espera de las bebidas, estaba relajado por el fondo musical de buen rock setentero. Se escuchaban un par de conversaciones, de vez en cuando alguna que otra risa.

De pronto, se abrió una de las tres puertas del lugar, haciendo que una brisa helada presagie a quien entró con paso firme hasta la barra, adornando la sensualidad de su caminar con el sonido de las botas de tacón fino que llevaba. Apoyó ambos codos en la madera, y afirmó sin siquiera mirar al barman, quien de inmediato le dio el licor de chocolate, que supuestamente Gakupo veía como suyo. Levantó una mano y tomó la copa, mostrando un perfecto esmaltado negro en sus largas y, al parecer, filosas uñas. Lo olió, suspiró y llevó a sus labios el líquido, bebiendo solo un poco, degustando.

- Gakupo, será mejor que te sientes, llamas la atención así – dijo de pronto Len, con su habitual calma.

- Cállate, no me digas qué hacer –como autómata respondió, notando que estaba de pié mirando a la recién llegada. Se sentó con poca ceremonia y bufó. Ese era su trago.

- Vaya, se ve peligrosa – dijo Kaito antes de dar un silbido, algo asombrado. El barman, lo miró por el rabillo del ojo, habiendo oído el sonido, para retroceder un poco, algo temeroso, sin perder de vista a la mujer.

- No te preocupes, Nayan, esta noche estoy… – se encogió de hombros, como si no tuviese remedio su desconocido estado actual.

- ¿Me escuchó? – preguntó Kaito, algo inocente, mirando a sus dos colegas.

- Es lo obvio, hasta el barman lo hizo – masculló el pelimorado, mirando hacia otro lado.

El silencio volvió a reinar en el lugar, siendo un tanto diferente al anterior, ya que un murmullo se escuchaba y no las charlas relajadas pasadas. De pronto un celular sonó, brutalmente haciendo vibrar su parlante con una canción de Metállica.

La recién llegada, en dos segundos, tenía el celular en el oído y soltó un estoico: "Hable". Unos gritos agudos se escucharon del otro lado, a lo que la chica se colocó de pié y caminó a prisa hacia la puerta. "¿Dónde están?" preguntó con los dientes apretados y eso fue todo lo que se alcanzó a escuchar antes de que salga. El aire frío que dejó su partida, fue más como un suspiro de alivio del bar completo.

- Pero qué mujer ¿No, Gakupo? – bromeó Kaito, al ver lo pendiente que había estado el mayor, incluso parecía que sin notarlo en realidad.

- Una palabra más y no respondo – dijo serio y vio al barman acercarse con las tres bebidas. Aceptó la suya y debió de brindar con los otros, obligado por el peliazul. Bebió, notando lo bueno que era, para ingerirlo al seco, pidiendo otro de inmediato.

- Gakupo, no creo prudente que sigas bebiendo – dijo Len, sin querer hacerlo en realidad, pero viéndolo algo necesario, pese a ser el menor, tenía sus -momentos de madurez ocasional.

- Tsk. – simplemente dijo poniéndose de pié, para dirigirse al baño. Y, el beber así tiene ciertas consecuencias.

Unos cinco minutos había estado allí dentro. Salió, mirando alrededor desde el extremo de la barra, donde se encontraba la entraba del necesitado baño, para volver a escuchar la puerta y aquellos tacones, más esa vez iban acompañados por otros dos pares. Vio de nuevo a la muchacha de negro, a la que acompañaban dos chicas más, una cubierta por un tapado blanco, y la otra con una chaqueta de piel, bastante pomposa. La de negro a la cabeza, guió a las otras dos hasta la barra, donde las dos nuevas se quitaron de inmediato sus abrigos, dejando al descubierto faldas cortas y remeras sin hombros.

- Vamos, te toca – dijo la de blanco, la de estatura medie entre las tres, con tono calmo, pero desafiante, observando con un par de ojos oscuros a la mayor.

- Nosotras cumplimos, te toca – dijo la otra, vestida llamativa pero combinada con un tono verde aguamarina.

- Déjense de joder ¿Quieren? – bramó la otra, asegurando su tapado largo a su alrededor, dando a entender que se sentía mejor con ello puesto.

- Pero... lo prometiste Luka – dijo la de tacones blancos, haciéndole un puchero, la verdad adorable.

- Déjala, Miku, no es lo suficientemente mujer, sabe que no nos podrá superar en las vestimentas de esta noche – dijo la otra, burlona, cruzando sus piernas largas con las cintas de sus sandalias de tacón. La de negro suspiró, y desabrochó los botones de la prenda que la cubría, para descubrir dos pares de breteles, seguido de una espalda casi por completo al descubierto, surcado por unas finas tiras de encaje. Hizo a un lado, finalmente el tapado, para mostrar unos pantalones de cuero negros, que develaban parte de sus piernas, pero solo parte, ya que hasta sobre las rodillas llegaban las botas negras que llevaba. Las otras dos quedaron en sepulcral silencio por unos instantes, así como todos los del bar.

- Estoy soñando ¿Verdad, Miku? – dijo Meiko, parpadeando, confundida.

- ERES TERRIBLEMENTE SEXI – gritó Miku dando saltitos a su lado, para tomarla de la mano, obligándola a dar una vuelta, mostrándose.

- Ya basta – dijo algo incómoda la chica, poniéndose de pié, queriendo caminar al baño, chocándose de frente con alguien, al no ver dónde iba, por hacerle un mal gesto con la mano a sus amigas. Un par de manos tomaron su cintura y sintió un agradable aliento a su licor favorito de chocolate. Alzó la vista y dos zafiros violáceos le hicieron quedarse prendida.

- Ten cuidado – susurró el chico, viendo aquellos ojos azules como dos astros magníficos.

- S-suéltame – dijo alejando bruscamente sus manos de su cintura, para pasarlo.

- De nada – masculló el de cabellos morados, más antes de partir, escuchó un grave y sensual.

- Gracias – Volteó con brusquedad viendo la cabellera rosada de la chica entrar en el baño para damas.

- ¿Estás bien? – preguntó alguien a su lado, era la de blanco.

- ¿A qué va esa pregunta? – dijo cortante.

- A que Luka no te hizo nada, o sea – dijo la otra rodeándolo, inspeccionándolo – No, al parecer está sanito – le sonrió, alzando las cejas – Es increíble, tocarse su cintura… Que envidia – dijo algo recelosa.

- ¿Qué dices? – preguntó confundido, queriendo largarse de allí antes de que la chica vuelva.

- Gakupo ¿Por qué no invitas a tus amigas a la mesa? – preguntó de pronto Kaito detrás suyo, para guiñarle un ojo a la chica de sandalias rojas en cuanto ésta se giró para verlo.

- No son mis amigas – dijo de inmediato Gakupo.

- Esto… Meiko, no creo que Luka quiera estar simpática esta noche – advirtió la otra, peliacua, viendo el baño con algo de temor.

- ¿Por qué tienes miedo? – preguntó el peliazul, dirigiéndolas sutilmente a la mesa en la que Len bebía su quinto Martini.

- Es que…. Perdió una apuesta y debió de vestirse así – explicó, y antes de darse cuenta, esta tomando asiento frente a un muchacho rubio de ojos azules intensos y sonrisa confiada. Ladeó la cabeza, extrañada, pero en cierto modo curiosa. Len notó su escrutinio y la miró haciendo que corra el rostro por inercia.

- Así que… ¿Se llaman Luka, Miku y Meiko? – preguntó Kaito apoyando los codos sobre la mesa, bastante galante.

- Si…

- No… - respondieron al unísono, para mirarse entre ellas, dándose cuenta de que habían metido la pata. – Esto… - trató de hablar Miku, pero alguien la interrumpió.

- Cómo nos llamamos no es su inconveniente ¿O si? – dura, algo aguda e imponente, Luka hizo acto de presencia. - ¿Me pueden explicar? – preguntó a las chicas.

- No te preocupes, que ya nos juntamos… pueden llamarnos Gakupo, Kaito y Len – presentó sonriente. Señalándolos a cada uno en la presentación, se le notaba animado. La chica de cabellos rosado rodó los ojos y tomó asiento frente al de cabellos morados, quien fijaba sus ojos sin descanso sobre ella

- ¿Te debo algo, acaso? – preguntó al notar la mirada sobre si.

- Vamos, Luka, relájate… dijeron que pagarían los tragos… - dijo Miku y supo la mayor que no era verdad por la mueca de los tres varones, pero quiso joderlos, por joderle a ella la noche.

- ¿En serio? – parpadeó con calma, batiendo sus largas pestañas al varón frente a ella. – Lamento haberte tratado de ese modo… Con quien invita no hay que meterse jamás… - dijo del modo más angelical que pudo y llamó a un mesero.

- ¡Yo quiero un Piel de Iguana! – pidió la de cabellos verde agua, tentada por el color de la bebida del chico con quien comenzaba una amena charla sobre el clima de la última semana.-

- Yo quiero Sangría… - dijo la castaña, entusiasmada siendo dos los pedidos por el joven rubio, quien se animó a probarlo, por aquella absurda tendencia de los Machos humanos a demostrar cosas sin sentido frente a cualquier fémina.

- ¿Quieres pedir algo? Supongo que correrá por mi cuenta – dijo el fanático de las berenjenas a la chica de rosa.-

- Pantera Rosa – dijo algo cortante al mesero quien no le despegaba la vista de encima. Luka sabía que era la mayor, pero aún así le fastidiaban las miradas indiscretas sobre su cuerpo. - ¿Qué miras? – volvió a llamarle la atención al hombre frente a ella, sentía su mirada sobre sí desde hacía rato.

- Lindo color de ojos… - murmuro el chico, corriendo la vista, por lo que no notó la mirada incrédula por parte de la alagada. ¿Un cumplido a sus ojos? Siempre era a sus piernas, busto, trasero y burlas hacia su cabello. Parpadeó dos veces, media sorprendida aun y quedó con la vista fija en él. Quién sabe qué mirada, solo quedó estática con los ojos en él. Gakupo, no era tonto, sentía aquella bella mirada azul clara sobre si, pero prefería hacerse el tonto, parecía bastante fácil de fastidiar, y él sabia exactamente como hacer para llamar la atención de aquella… traviesa pantera rosa.


Pantera Rosa y Piel de Iguana son tragos de verdad que venden en una disco de donde vivo...

En fin... primer capítulo listo...

Agradeceré sus comentarios... Y debo recordar escribir los reviews de la gente que está subiendo más Fics de estos dos... Ya me siento obsesionada con ellos y he leído todos y cada uno de los Fic en Español, me da fiaca en otro idioma...

Besotes...

Ayiw...

25/02/2013