El Potterverso pertenece a J. K. Rowling.

Este fic ha sido creado para los Desafíos 2.0 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.


Bajo ningún concepto

o—o

I. Porque es muggle

—Muggle, y además un cretino.

Bob enarca una ceja.

—¿Cómo? ¿Crees que es bonito que una dama diga eso?

Isla no sabe en qué momento decidió que sería buena idea responder a sus provocaciones. Tampoco sabe por qué aún no le ha tirado el oboe, que sostiene con rabia entre sus manos blancas. Y lo que menos entiende es qué diablos hace metida en ese enorme caserón muggle.

Lo cierto es que desde que terminó Hogwarts está más mezclada con los muggles de lo que gustaría a su familia. Empezó cuando acompañó a Rosalie a un concierto de su primo squib porque su amiga no quería ir sola. A Isla le apetecía; pese a que desde los siete años tiene un tutor para que le enseñe lenguaje musical y oboe, en el mundo mágico no abundan los espectáculos de ese tipo.

Lo que no esperaba era que a su lado se sentara un muggle insolente que no hizo más que criticar la interpretación de Richard Greengrass con la guitarra, asegurando que era impersonal. Ella no sólo no lo ignoró –el mejor trato que los muggles y sangre sucia pueden recibir de un Black–, sino que le replicó. Empezó así una acalorada discusión entre ambos, que terminó cuando ese maleducado de Hitchens, tras comprobar que Isla sabía de música, le invitó a acudir a su casa para tocar a dúo.

Y ella fue. Tocaron juntos, él con el piano, ella con el oboe. Y, pese a que acabaron discutiendo después, Bob la invitó a volver. E Isla aceptó.

Cuando tocan juntos es el único momento en que se llevan bien y se entienden; aunque en ocasiones Isla atrasa el pulso, Bob la espera y recupera el ritmo poco a poco, para que no sea muy brusco. Y cuando Bob corre, ella lo sigue, fallando alguna nota, y lo retiene para que no acabe haciendo de un Moderato el Prestissimo más alocado de la Historia.

—¿Decir qué? —replica Isla finalmente—. ¿Muggle? Porque lo eres.

Bob entorna los ojos. No sabe lo que significa la palabra, y pese a que lo ha preguntado en muchas ocasiones, Isla no piensa decirlo. Apenas ha pasado un mes desde que lo conoció, pero se ha dado cuenta de que no le gusta no saber de qué se habla. Sobre todo si se refiere a él.

—No —aclara Bob—. No soy un cretino.

Isla enarca una ceja oscura. Como para reafirmar su frase, Bob toca unos cuantos acordes con séptima que crean un ambiente de tensión en la habitación. Sentado en la banqueta, con un traje tan negro como su pelo lacio, que le cae hasta los hombros, y los ojos verdes brillando entre ofendidos y divertidos, parece un niño enfurruñado, pese a que Isla descubrió hace dos visitas que Bob Hitchens es mayor que ella, sólo que tremendamente inmaduro.

—Lo eres —lo contradice Isla. Sin embargo, sabe que sus ojos cálidos delatan que le enternecen un poco Bob y sus rabietas esporádicas—. Pero eres bueno al piano —quizá sea por eso por lo que aguanta sus continuos desplantes—. ¿Lo cogemos al principio? Se te ha ido el ritmo.

—Y tu re se ha quedado bajo —contraataca Bob—. Parecías un gato moribundo.

Isla opta por ignorarlo y darle la entrada. Bob tarda dos compases en cogerla, pero luego no se queda atrás. Ella sonríe mientras mueve los dedos sobre el oboe. Le gusta tocar con Bob porque, mientras suena la música, mientras hacen música, le da igual que él sea un muggle y ella no deba ni mirarlo y todo esto esté mal.

Y quizá, sólo quizá, la música esté uniéndola a Bob más de lo que ella misma cree.


31/10/2013

Notas de la autora: Me apetecía que algún mago fuera músico. Porque obviamente la tienen: Celestina Warbeck, Las Brujas de Macbeth... Además, la música es algo común a todas las culturas. De hecho, me gusta imaginar que fue eso lo que les unió, más que ninguna otra cosa. Por algo dicen que la música es el idioma universal. También me gustaría pensar que incluso los puristas, sobre todo los más "elitistas", tenían cierta "debilidad" por el arte, lo cual implicaría que supieran apreciar la música y otras formas de arte, hasta las hechas por un muggle. Considerarían a los músicos, pintores, escultores, etcétera... algo así como un muggle superior al resto. Lo cual les daría la excusa perfecta para conocer algo del arte muggle.

Otra cosa: evidentemente, Isla no proclamó a los cuatro vientos que iba a tocar a dúo con Bob. Supuse que se sobreentendía.