Hola! al final explico, Aclaraciones:

*-NaruHina

*-AU

*-Lemon

*-OoC(un poco)

*-Romance

creo que es lo más importante.

Disfruten!


Conocí a Hinata en el Brixton Academy, en un concierto de Black Rabel Motorcycle Club. Lo recuerdo bien porque en el instante que la vi, Whatever Happened to My Rock and Roll sonaba por todo el lugar. Entre el ajetreo de los fans emocionados logré acercarme a ella. Era más bajita que yo, con la poca luz pude notar un cabello azulado y atado en una coleta alta, bailaba con otras dos chicas a las que apenes les preste atención.

Cuando logre captar su atención iniciamos una plática a gritos, por las exclamaciones de los fans y la música a todo volumen. Hinata Hyuga es su nombre completo y venía de Japón a pasar una temporada aquí en Londres por sus estudios.

La persuadí para escaparnos a la mitad del concierto e ir a mi casa. Entre risas cómplices y besos llegamos a mi cuarto, al instante la acomode en mi cama y empecé a disfrutar de su cuerpo. Al principio había sentido cierta urgencia por saber lo que escondía bajo su blusa o de qué color serían sus pantis, pero después se volvió una necesidad tomarla, hacerla mía.

Le saque la blusa y el pantalón, y entre movimientos torpes por la excitación ella hizo lo mismo con mi playera y abrió el botón de mi pantalón. No pude evitar reír un poco al ver su ropa interior, era lago infantil pero muy tierna; tanto sujetador como pantis eran de un azul oscuro con rayas horizontales blancas. Me amenazó con darme una patada en la ingle como siguiera riéndome. No me arriesgue a seguir riendo.

Abrí el broche del sujetador y ella se apuró a quitárselo. Mientras bajaba las pantis disfrute de la suavidad de su piel en mis manos. Aun que estábamos a oscuras, la poca luz que se filtraba de la ventana tras mi cama, me ayudo a grabar los detalles de su cuerpo en mi memoria; esa inmaculada y atrayente piel blanca, sus grandes pechos moviéndose al compás de su respiración, la delicada curva de su cintura hasta sus caderas. Solté el nudo de su coleta y su cabello se rego por la almohada, resaltando su piel blanca. Fui directo a su boca y empezamos con un beso, sabia a brillo labial y caramelo. Pase mis manos por las curvas de su cintura y me pareció perfecta su forma. Baje mis labios a sus senos y me entretuve un momento tentándolos, mientras le abría las piernas y mis dedos se aventuraban a tocar su sexo y sentir la humedad de este.

—Por favor… tómame—suspiró mientras sujetaba mis muñecas y posaba mis manos sobre sus senos.

— ¿Qué pasaría si no lo hago? —disfrute del placer que me provocaba el que me rogara. Lamí suavemente sus labios y ella volvió a hablar.

—Te atare a la cama… —paso sus brazos tras mi cuello y los cruzo, me rasguño la espalda. —Y yo te tomare por la fuerza.

— ¿Me violaras?

—No, si haces lo que te digo. Tómame.

—Entonces tendré que hacer esto— sin darle tiempo de reaccionar, ate sus muñecas a uno de los barrotes de la cabecera de mi cama sin dificultad alguna, años de experiencia. Mientras se divertía tentándome con sus palabras, aproveche y me había quitado el cinturón de mi pantalón.

— ¿P-pero que…?—movió sus brazos y la hebilla del cinturón golpeo contra el metal de la cabecera.

—No pienso arriesgarme, linda.

—Naruto-kun…—suspiró cuando mis dedos se hundieron en su interior y besaba uno de sus pezones. Estuve un rato así, solo estimulándola. Cuando la necesidad de poseerla se volvió insoportable, la bese.

Baje mi bóxer, me puse el preservativo, me acomode entre sus piernas, y antes de penetrarla la mire a los ojos. Sus ojos perla brillaban de ansiedad y deseo.

—Pídemelo, Hinata, pídemelo una vez más.

—Naruto-kun, por favor, hazme tuya…—a sus palabras le siguió un movimiento de caderas, incitándome. Me incline sobre ella, la bese y deje que mi cuerpo se extasiara con la sensación de su interior acoplándose a mi miembro.

Inicie lento pero cuando el placer empezó a esparcirse por mi cuerpo, los movimientos fueron más rápidos y un poco agresivos.

Jadeábamos y suspirábamos el nombre del otro. Era increíble. Me sonreía como si lo que hacíamos fuese la travesura más divertida y placentera, y es que lo era. Por momentos sentía que perdía el control de mi cuerpo.

—Más fuerte… hum—su voz delataba el placer de su cuerpo.

En un intento de que ambos disfrutáramos más; me acercaba a sus labios para besarla y ella me mordía el labio inferior, me susurraba una de sus fantasías con lujo de detalle y lo mucho que le gustaba mi cuerpo. Sutilmente me pidió que le pusiera un poco de atención a su cuello; lo bese, chupe y mordí. La hebilla del cinturón golpeo varias veces contra la cabecera de metal. Inconscientemente, ella intentaba liberarse.

—Ah… Hinata, linda, te sientes genial…

Las palabras sobraban cuando no eran suficientes para describir el placer que nos hacía estremecer en esos momentos.

Sus gemidos dejaron de tener coherencia cuando ella alcanzo el orgasmo. Verla enfrascada en su placer y regalándome sensaciones indescriptibles, fue lo que hizo bullir mi sangre y desenfocar mi consiente cuando fui yo quien se corrió.

Me sonrió aun agitada. Después de quitarme el preservativo y limpiarme un poco, desate sus muñecas. Me disculpe al ver como rascaba un poco y después se sobaba la marca rojiza que le había provocado el cinturón. Dijo que no era nada y que había valido la pena.

— ¿P-puedo usar tu baño? —se sonrojó. ¿Qué era ese repentino tartamudeo?

—Claro…

— ¡Gracias! —un poco entusiasmada salió de la cama en dirección a mi cuarto de aseo. Qué chica tan extraña. De una actitud atrevida y pervertida pasaba a una tímida y tierna.

Cuando escuche el ruido del agua en la regadera, decidí ponerme ropa limpia. Estaba por meterme bajo las cobijas cuando ella volvió. Verla con una de mis playeras me desconcertó un poco. ¿Se quedaría a dormir? Qué curioso, la mayoría de mis parejas preferían irse antes del amanecer, aun que sabían que eran bienvenidas a pasar la noche entera conmigo.

—Tome prestada esta, no te molesta, ¿verdad?

—No, tranquila.

—Qué alivio…—suspiró. Se recostó junto a mí, dándome la espalda, musitó un «Buenas noches» y todo quedo en silencio. Tarde un poco en conciliar el sueño pero cuando apenas empezaba a perder la conciencia y sentir lenta mi respiración, algo empezó a picarme la mejilla. Era ella y estaba muy cerca de mi rostro.

— ¿Pasa algo?

—Dis-disculpa que te moleste, pero… ¿puedo a-abrazarte? —bien, lo admito; eso me sorprendió.

—…Si, creo que si—abrí los brazos y deje que se acurrucara en mi pecho.

Esa noche dormimos abrazados.

A la mañana siguiente desayunamos juntos. Dijo que tenía tarea que hacer y que debía volver pronto a su departamento, me ofrecí a acompañarla. Ella se negó la primeras dos veces que me ofrecí, pero acepto a la tercera, la convencí con el pretexto de pasar al supermercado cuando yo regresara a casa. Frente a la puerta del edificio donde vivía se despidió con un beso e intercambiamos número de celular.


Nuestra primera cita fue una semana después. La invite a tomar un café. Platicamos y nos conocimos un poco más. Le gustaban los rollos de canela y el cappuccino con mucha espuma. Coincidíamos en gustos musicales y muchas opiniones personales sobre diversos temas.

En nuestra segunda cita fue un poco más Kinestésica. Fuimos a un parque acuático. Verla en bañador es un recuerdo que mantengo seguro en mi memoria. Fue una tarde muy divertida.

En nuestro tercer encuentro ella insistió cenar en mi casa, termine aceptando. Me esforcé mucho en la cena y crear un ambiente agradable y ameno.

—Delicioso—casi ronroneó.

—Me alegro que te gustara. No sabía si prepararte algo dulce o picante, así que me decidí por algo agridulce.

—Pues de ahora en adelante solo quiero comer lo que Naruto-kun preparé—sonrió antes de llevarse un trozo de manzana a la boca. Charlamos de cómo había sido nuestra semana; la mía un poco monótona y la de ella muy atareada, entre la escuela y su trabajo apenas encontraba tiempo para ella. Brindamos por nuestra nueva relación.

No estoy muy seguro de cómo, pero cuando me cuenta estaba sentado, y desnudo, en el sofá de mi sala con Hinata sobre mí quitándose su vestido moteado. Reíamos y nos besábamos.

—Me haces cosquillas—dije riendo cuando hizo un camino de besos muy suaves desde mi frente hasta mi cuello.

Se frotó contra mí. La excitación que se estaba liberando por nuestros cuerpos era casi insoportable. Pasaba mis manos por la curva de su cintura hasta su espalda, sentí las puntas de su cabello. La sujete de la nuca para mantener su boca pegada a la mía, mientras mi otra mano presionaba uno de sus pechos. Se enderezo un poco y restregó su sexo sobre el mío. Las sensaciones eran casi embriagadoras.

Me puso el preservativo y se auto penetró. El placer me cegó. Empezó a moverse y yo no quise mover mis manos de sus caderas. Inclinada sobre mí, jalaba débilmente de mi cabello. Gemíamos en la boca del otro. Por momentos quería bajar la mirada y ver como mi cuerpo y el suyo se unían, pero ella no me lo permitía; me sujetaba de la quijada y me hacía sostenerle la mirada.

Sentí que en cualquier momento me correría, pero ella detuvo el movimiento de su cuerpo.

— ¿Por… por qué paras? —me alegro que mi acelerada respiración no me permitiera expresar mi frustración.

—Ven—me hizo levantarme y me llevó hasta mi cuarto. En mi cama me indico que me recostara de espalda y ella sobre mí, de nuevo. Volvimos a los besos y las caricias.

—Hinata…

—Shh…—sentí dos de sus dedos sobre mis labios, entendí al instante el doble sentido de la acción. Abrí mi boca y chupe sus dedos, ella los metía y sacaba un poco intentado ensalivarlos cada vez más. Lleve mis manos a sus cadera y quise guiar su sexo al mío, ella no lo permitió. Sacó sus dedos y las llevo hasta su sexo, yo jadee por la ansiedad. Volvió a introducirme dentro de ella y la sensualidad con la que suspiró me erizo la piel. Los papeles se invirtieron, ahora era yo quien estaba bajo su control.

Sus movimientos eran mejor coordinados que antes y más placenteros.


El molesto timbre de llamada me despertó. Hice una exclamación sin abrir los labios para que se callara. El cálido cuerpo entre mis brazos se separó de mí para atender al celular, eso me irrito.

—Entiendo, voy para allá. Gracias, Carrie—terminó la llamada y empezó a vestirse; se puso una playera blanca y unas pantis rosas.

— ¿Te vas?

—S-si—y ahí estaba, de nuevo, esa otra faceta de niña inocente. —Trabajo, ya sabes.

Seguí con la mirada sus movimientos hasta que termino de vestirse.


Que tal?
bueno, primero que nada aclaro: esta historia no es mia, es de mi mejor amigo, compañero y casi hermano Naru-chan!
Él tuvo la idea de escribir esto.
Esta historia es una especie de adaptacion de la pelicula para +18 "9 Songs" de Michael Winterbottom. También conocida como "9 orgasmos" en Hispanoamérica y como "9 canciones" en España.

Yo solo soy Beta-reader y publico la historia en mi cuenta(Naru-chan tiene flojera para abrir una cuenta XD), aun que si voy a escribir una o dos escenas en los próximos capítulos ;)

creo que es todo de mi parte. Aquí dejo un mensaje de Naru-chan para ustedes :)

""Hola! primero déjenme decirles gracias por darle una oportunidad a esta historia. Aun que esta historia es entre un 75% y 80% solo lemon, el otro 20% tiene una temática muy simple pero cierta; el desarrollo de las relaciones y las diferentes etapas por las que pasa una pareja(romance, tristes, conflictos, locuras) y menma acepto ayudarme a compartir con ustedes la reflexión que nos dejo la historia: No existen los amores eternos, pero si los amores inolvidables.

Déjenos saber su opino, si les gusta o no este nuevo proyecto en un review, por favor. Yo y mi hermanita menma nos deprimimos mucho cuando no recibimos reviews u.u""

MATTA NE

ATT: menma uzumaki y Naru-chan