Isabella Swan creyó vivir en un mundo lleno de seres como vampiros y hombres lobos, pero... ¿Qué sucedería si todo es una mentira de Edward? ¿Qué sucedería si el mundo es normal, pero lleno de tecnología como para jugar con la vida y los recuerdos de una persona?

¿Qué pasará con Isabella al despertar? ¿ Por qué Edward quiso incluirse en la vida falsa de Isabella?

¿Cual es la verdadera vida de Isabella Swan y de Edward Cullen?


Espero que les guste el primer capítulo de esta historia. Es mía, la publiqué en la sala Cullen hace unos años, pero decidí editarla y subirla a acá:)


Capítulo 1:

POV Bella:

Todo en mi vida era absolutamente perfecto. Tenía toda una eternidad para para vivir junto a Edward y Rennesmee y el resto de los Cullen, mi familia.

Jamás pensé que esto me fuese a ocurrir, pero tenía que admitir que tenía demasiada suerte. Realmente valió la pena todo lo que Edward y yo pasamos para poder estar juntos al final. Aunque, seguía en mí la preocupación, el miedo de que los Vulturis vinieran a buscarnos de nuevo, eso no me impedía ser feliz.

Ya habían pasado tres años desde que tuvimos un enfrentamiento con ellos y logramos convencerlos de que mi hija era mitad humana, mitad vampiro, en pocas palabras, que no representaba una amenaza para nuestra especie.

Ah... Nuestra especie. Me encantaba poder considerarme como una vampira. Yo había nacido para serlo y para estar con el amor de mi existencia.

-¿En que tanto piensas?- me preguntó Edward. Ambos estábamos sentados en el sofá de nuestra hermosa cabaña, esperando a que nuestra hija saliera de su habitación para mostrarnos el conjunto que usaría para salir con sus amigas. Ella era una adicta a la moda gracias a Alice y Rosalie-. Deberías dejarme leer tu mente...

-Estoy pensando en nuestra vida- respondí.- Todo es... perfecto

-No todo- masculló.

-¿Por qué dices eso?

-No me gusta que Nessie crezca tan rápido. Sé que estará con nosotros siempre, pero Jacob comenzará a fijarse en ella como mujer

-¡Te escuché!- le gritó Rennesmee desde su cuarto. Me eché a reír.

-Pues puede que tengas razón- dije-. Nessie ya tiene un aspecto de diecisiete años

-Pero solo tienes tres- resopló Edward-. Creo que debo recordarselo al chucho

-¡Papá, no le digas así a Jake!- exclamó mi hija saliendo de su habitación. Realmente se veía linda con su ropa pero a la vez sencilla-. Además tengo tres años con tres meses, pero no los aparento

-Eso no me importa, señorita- le dijo su papá, levantándose- Tú eres un bebé aunque tengas aspecto de adolescente e inteligencia de una

-Te ves genial- le sonreí a mi hija y ella me abrazó.

-Gracias mamá, al menos alguien no piensa que soy muy menor

-Oh, si eres muy menor hija- dije soltándola y mirándola a los ojos.-. Pero... ¿Qué importa? Tienes el aspecto de casi una adulta, sé que también eres responsable e inteligente

-Te quiero, mami- respondió con voz infantil.

-Yo también, Nessie

-Bueno, mamá, papá, me retiro

Antes de que pudiésemos decirle algo, salió por la puerta dejándome a mi y a Edward solos. Mi marido estaba algo tenso todavía así que pensé en algo para tratar de que se relajara. Me quité mi escudo y le dejé ver lo que pensaba. Él sonrió ante mi idea, me tomó por la cintura; me acercó a él y me besó con desesperación.

A una velocidad inhumana- y muy normal para nosotros- nos fuimos a nuestra habitación.

Cuando estábamos por quitarnos la ropa mi vista comenzó a nublarse. Escuché voces desconocidas y ruidos de hospital. Me sentí extraña de repente, pero estaba tan cansada que no podía asustarme.

-Bella... ¿Qué te ocurre?- gritó Edward mientras me sostenía para que no cayera.

-Tengo... tengo sueño- bostecé.

-¿Qué?

-Necesito dormir- gruñí. Me solté del agarre de Edward y me lancé sobre la cama.

-Bella, tú no necesitas dormir, esto es una broma- se rió nerviosamente- Si no querías hacerlo, me lo hubieras dicho

-Pero es que de verdad tengo sueño- Musité-. Y frió

-¿Cómo es posible?- Me preguntó mientras se acercaba a mi. Me tocó la frente- ¡Bella estás caliente!

-¿Eh?- me levanté bruscamente. El miedo fue más fuerte que el cansancio esta vez.

-Tenemos que llevarte con Carlisle, esto no es normal

-Sí

Ambos salimos de la casa rápidamente. Edward quiso correr pero le pedí que no lo hiciera ya que extrañamente yo no me sentía con energía para correr. No me hizo caso y corrió, llevándome en sus brazos.

Al llegar a la casa todos nos veían alarmados, excepto Emmett, quien nos miraba divertido.

-Eh... aquí no es la recámara nupcial- se rió

Edward ignoró a su hermano y le explicó el problema a su padre quien no pudo encontrar una explicación para esto. Mi esposo me recostó en un sofá.

-Oh cariño ¿qué te ocurre?- me preguntó Esme preocupada. Edward no despegaba la vista de mí, podía notar la agonía en sus ojos.

-No me siento bien, es como si fuese humana y estuviera cansada- respondí.

-¡No puede ser!- gritó Rosalie y todos me miraron a la vez.

Sentí como mis mejillas comenzaban a arder y mi familia me miraba con los ojos abiertos como platos.

-¡Sus ojos y mejillas!- exclamó Esme.

-¿Qué ocurre?- cuestioné, confundida.

-Tus ojos son cafés de nuevo, tus mejillas están rosadas también- me explicó una asustada Alice.

-¿Qué?

-Pareces humana de nuevo- dijo Emmett, boquiabierto.

Jasper me miró con pánico, pero no dijo nada.

De repente esas voces se escucharon de nuevo, incluso con más fuerza que antes.

-¡Isabella, tienes que despertarte!- gritaba un hombre-. Tenemos que desconectarla de esto

-Te dije que no le hicieras esto nunca- chilló una chica

Grité por el horror que sentía. Los sonidos eran muy fuertes y las náuseas me invadían; todo daba vueltas a mi alrededor.

-Bella, reacciona- me suplicó Edward-. Te amo, no me dejes

-Mi hija- logré decir en medio de mi agonía-. Quiero verla

Necesitaba ver a mi niña. No sabía lo que me iba a pasar y tenía que verla. Pasó lo que a mi me pareció una eternidad hasta que ella llegó. Estaba bañada en lágrimas cuando entró a la casa, pero agradecí en mi fuero interno a quien la hubiera llamado.

-¡Mamá!- bramó- ¿Qué te ocurre?

-No lo sé

-Luces diferente- dijo espantada- Te ves enferma, mamá. Tú eres inmortal, ¿qué sucede?

Lo último que vi antes de que el cansancio me venciera, fue el rostro de mi pequeña Rennesmee. Presentía que no volvería a verla nunca, o por lo menos en un buen tiempo.

Quise luchar para salir de la pesada oscuridad que me invadía. Quería despertar y por fortuna lo logré, pero no en el lugar que esperaba. Mi mirada se encontró con una luz blanca y dos preguntas se formularon en mi mente casi de inmediato:

¿Cómo pude morir siendo una vampira?

¿Qué estaba sucediendo?


¿Qué irá a pasar? jejeje.