Disclaimer: Merlin no me pertenece.
Control
Lo que menos gustaba a Merlin de su trabajo como criado era que apenas le dejaba tiempo para practicar la magia, aunque en ocasiones, como cuando se trataba de ayudar a Arthur a desvestirse después de un torneo, eso dejaba de importar.
Si no fuera porque Arthur lo trataba poco mejor que a un perchero, Merlin hubiera dicho que la tarea era hasta agradable, si es que esa era la palabra adecuada para describir esa extraña sensación de ardor que parecía exigirle continuar arrancando prendas después de retirar las reglamentarias piezas de metal. Impulso, por cierto, que había sido perfectamente capaz de contener hasta ese día en que estaba arrodillado tras él, escuchándole protestar sobre algo que había dicho Morgana, y de repente perdió el control. Perdió el control, y lo único que impidió que Arthur se volviera y lo estrangulara fue un oportuno candelabro que hizo volar para dejar al otro chico inconsciente de un golpe, sin causarle más daño que un pequeño chichón y una ligera, ligerísima, conmoción cerebral.
Por suerte para Merlin, durante los días sucesivos Arthur estuvo lo suficientemente confuso como para no reparar en ningún momento en las recientes marcas de dientes de su trasero.
