Cambios inesperados

Capítulo 1:

"esto no me lo esperaba"

La vida de Rei Hino no era en general tranquila, pero estaba bastante bien con ella.

La mujer proveniente del país del sol naciente trabajaba en una firma de abogados, estaba a dos pasos de volverse socia y su nombre atemorizaba a más de un abogado cuando sabía que tendría que enfrentarse con ella en los juzgados.

Esa mañana se despertó como todos los días, a las ocho en punto para darse una ducha y enfundarse en su traje Carolina Herrera y sus zapatillas loui vuitton . Tomó las llaves de su coche deportivo y salió al Buffette de "Johnson &Deller" Solo un café Latte con leche de soya se atravesó en su camino ¿para qué necesitaría comer más? Esa sería una mañana pesada, como todos los viernes cuando tienes que dar el último esfuerzo para merecer el fin de semana libre.

La guapa joven de largo cabello negro entró con solo el ruido de sus altos tacones escuchándose en todo el piso, las personas la miraban, unos con miedo, otros con ¿compasión?

Un "El jefe la espera" fue lo último que esperó escuchar al entrar, pero fue lo primero y eso no era buena señal.

- Rei Hino- Nombró un hombre de cabello platinado y gesto severo.

- Luces serio, Malachite. - Dice indiferente la pelinegra que se sienta sin esperar la invitación que nunca llega.

- Lo estoy. ¿has escuchado las noticias?

- ¿sobre el divorcio de los Sweeney? Claro. ¿quién no? Se supuso que eso pasaría desde su discusión en la fiesta de fin de año de inversionistas en el Ritz. Cuentan que la señora Sweeney lo planeaba por años, al menos eso es lo que comentó la señora Smithen el salón de belleza al que yo considero que le paga una fortuna, yo no pagaría todo ese dinero por un peinado tan infantil, pero bueno… Si, lo sé.

El peliplateado puso mala cara pero eso no pareció molestarle mucho a la de ojos amatista.

- ¿qué hay con eso?

- La bruja te pidió a ti para que te hagas cargo de su caso

- ¿en verdad? ¿La bruja Sweeney me pidió a mi?

- Eres sanguinaria y supo de ti por el caso de la cadena Miller.

Una sonrisa se mantuvo en el rostro de la de ojos amatista.

- Eso no te mantendría preocupado…

- La bruja Sweeney no es la única que se ha fijado en tu trabajo. También mi padre.

- Entonces si gano….

- Te hará socia.

- ¿quién defenderá a mi víctima?

- Haruka Tenoh

- No será problema. Mi fleco es más agresivo que ella. Cuenta con ese caso, Mal . Ganaremos.

El hombre sacó un montón de papeles que le entregó a la joven que lucía confundida.

- ¿y esto?

- El expediente del matrimonio. Tienes mucho por leer el fin de semana. Quizás te gustaría ir a tomar una copa conmigo para charlarlo mejor

- Lo lamento. Debo ir a Canterbury con mi hermana y su familia.

- Claro…Entonces creo que sería bueno que vayas para allá y tomemos una copa en la semana. Claro…si a tu novio no le molesta.

- Por supuesto. A él no le molesta, sabe que son cosas de trabajo. Voy a mi oficina. Te veré más tarde.

Rei Hino pasó el resto del día leyendo todos esos papeles y pensado en la forma de sacar hasta la última libra a ese pobre hombre "Artemis Sweeney" un inversionista griego que había hecho mucho dinero en todo reino unido. Debía encontrar todos los secretos sucios de ese hombre que aparentaba ser tan bueno y utilizarlo en su contra.

- ¿y de eso es lo que vives?- Interroga una alta y morena mujer de cabellos obscuros y ojos rubí mientras da un trago a su margarita que disfruta desde la cocina.

- Claro. Es mi naturaleza, Setsu. ¿no recuerdas que en la escuela siempre conseguía ganar todos los juegos y todas las apuestas? Es mi espíritu, hermana- Explicaba la pelinegra- voy a hacerme socia de esa firma cueste lo que cueste.

- Rei…debes dejar de hacer esas cosas. ¿cómo puedes dormir por las noches haciendo cosas tan terribles para vivir?

- Fácil. Solo compras un exquisito colchón suave con almohadas de plumas y metes a un chico sexy en ella. Así si no puedes dormir haces algo con el tiempo libre.

- tu chico sexy….

- ¿qué hay de malo con él?

- Nada

- No, no, no. Dilo. Te conozco, sé que algo no te agrada sobre él, lo veo en tu mirada ¿qué es lo que pasa?

- Lo que me pasa es que ese no es un buen hombre, Rei. Solo quiere divertirse y pasarla bien. No lo veo sentando cabeza.

- ¿y quién te ha dicho que yo pretendo sentar cabeza?

- Algún día lo querrás…

- Setsu…no es por ofender pero…no me veo en una casa fuera de Londres teniendo una familia, hijos…¡perro!

- No es una mala vida, Rei. Soy feliz…

- Yo también soy feliz.- responde respetuosa la pelinegra aunque luce turbada.

- Por ahora lo eres. Pero algún día te cansarás de eso, hermana. No me gusta como haces las cosas.

La de ojos amatista frunció el ceño y bebió su copa.

- Setsu….es tu cumpleaños ¿tienes que sermonearme? Está bien que seas feliz. Está bien que a ti te haga feliz tener una familia, una casa a los suburbios y haber renunciado a tu carrera, pero yo no.

- ¡tía Rei!- entra un niño de cinco años a la cocina y se abraza a su tía que lo besa en ambas mejillas.

- ¡Luke, qué guapo estas!- saluda ella al pequeño de cabellos plateados y ojos rubí, como los de su madre.

- Gracias tía. Tengo un sapo ¿quieres verlo?

- no, no, no. Así está bien, Luke . Gracias

- ¿dónde están tus hermanos, Luke?- interroga la madre

- No sé- minimiza el niño que ve las galletas a mano y corre tomando el paquete y saliendo hacia el jardín.- ¡voy con sansón!

- ¡Luke, trae eso de regreso! ¡y lávate las manos!- ordena la morena.

- La vida perfecta, hermana- ironiza Rei cuando le salta encima la rana que deja caer el niño cerca de su madre- no puedo esperar por ello.

- Rei, No te burles. No es una vida perfecta, pero es una vida real y tiene sus lados buenos, en serio.

La pelinegra puso los ojos en blanco y dio otro sorbo a su bebida.

- ¡mamá, Nozomi huele feo!- grita u niño de ojos celestes y cabellos platinados, parece tener siete años y carga en brazos una niña de cabellos obscuros y ojos rojizos, como su madre, aparenta un año de edad aunque puede ser aun más pequeña, tiene una bala de ventosa en la frente, la niña llora desconsoladamente.

-oh, Han. ¿la despertaste?

- Por accidente- dice el niño que entrega a su madre el pequeño bultito.

- ¡Han!

- ¿qué pasa aquí?- Interroga un pálido hombre con camisa a cuadros que entra sucio por el carbón de la parrillada que organiza en el jardín- Han ¿por qué Nozomi tiene esto en la frente?

- Porque jugaba con Luke y ella se interpuso.

- Mmhhmm, huele a problemas- deduce el padre que huele a la niña haciendo mal gesto, Setsuna se encoge de hombros- Descuida, yo la cambio. Es tu cumpleaños. Tu no te muevas. ¡Hola, Rei!

- Hola, Diamante. Linda camisa.

- Es el look de parrillero. Me queda bien ¿no?

- Por supuesto.

- Bueno, las dejo. Alguien aquí huele MUY MAL ¿verdad, princesa? y tú Han, ven conmigo. Aprenderás a cambiar pañales.

- ¡Rayos!

El hombre platinado salió de la cocina con la pequeña en brazos y el niño de cabellos como los suyos de la oreja, sabía que junto con el cambio de pañales venía una buena reprimenda sobre no usar a la pequeña Nozomi de escudo humano

- Como cambian las personas. Recuerdo como era Diamante cuando comenzaron a salir. Un obsesivo compulsivo fanático de la limpieza que jamás usaba ropa a cuadros.

- Es un regalo de Han del día del padre. Le encantó.- cuenta orgullosa la morena- Por cierto, quizás te visitemos en la semana. Diamante me regaló de cumpleaños un par de entradas a la ópera. ¡hace años que no vamos!

- No querrás que…

- No, no, no. Sé que tienes complicada la semana. Contrataré a una niñera.

- Excelente- sonrió aliviada la pelinegra de ojos amatista.

- Rei sobre tu novio…

- Setsuna. No. Cada que hablamos de ese tema terminamos discutiendo. Sé que no es un hombre que esté hecho para formar una familia, pero lo amo y no es formar una familia lo que deseo- explica Rei.

- ¡ni siquiera te ha pedido que se casen!

- No me interesa casarme. Te lo he dicho siempre.

- No porque nuestros padres….

La pelinegra entrecierra los ojos y la mayor sabe que se ha extralimitado, de pronto su celular suena.

- Debo irme, hermana.

- ¿pero no te quedarás al asado?

- Lo lamento…tengo una cita

- podrías invitar a tu cita a quedarse.

- No lo creo. Sé que no te agrada y yo prefiero no reunirlos en el mismo salón, al menos en un buen tiempo. Quizás algún día.

- Reiko…

La pelinegra se puso de pie besando la mejilla de su hermana mayor.

- Te veré pronto. Llámame cuando vayas a Londres. Nos vemos

La pelinegra solo sonrió y vio alejarse a su pequeña hermana menor de la cocina. Una breve despedida de cada uno de los miembros de la familia y luego se había ido.

Rei Hino siempre había sido así. No había conocido una familia funcional y tener una jamás le atrajo, no así a Setsuna, la mayor de las dos que siempre soñó con tener una linda familia. Al final luego de varios años y muchos intentos fallidos, una de ellas lo había conseguido.

Al llegar a casa Rei estacionó su auto en el estacionamiento y tomó el ascensor. Llegó hasta la planta alta de aquel edificio y dejó sus zapatillas en la entrada.

La bella joven encendió la música de fondo y se sirvió una copa. Amaba la paz de su hogar y amaba poder estar en un lugar silencioso, tranquilo, sin sapos y sin perros.

- Creo que alguien está feliz de volver a casa.- Escucha una voz tras de sí.

- de verdad no sabes cuánto- dice sonriente la muchacha de ojos amatista que se gira y encuentra con un alto y rubio hombre de ojos de hielo. Al verlo le sonríe y lo besa apasionadamente, él responde a sus labios y la toma en brazos para llevarla al sillón. Cuándo ambos consiguen separarse de ese beso y toman un poco de aire él respira.

- ¿y cómo está mi cuñada favorita?

- aterradoramente feliz, como siempre, querido. Y te sigue apreciando igual que la última vez.

- Aterrador- dice él que trae una cerveza en la mano- ahora entiendo porqué volviste antes.

- Todo eso….me da urticaria. No sé si algún día podría vivir así, como ella.

- No podrías, linda. Por eso estamos juntos. Tu y yo somos el uno para el otro.

- Jeditte, yo amo a los chicos.

- Claro, te entiendo. Pero una cosa es que los ames un par de días al mes y otra muy distinta que seas madre y te dediques a cambiar pañales y llevar chicos a la escuela. No serías tu.

- Tienes razón. Creo que jamás podría hacer algo así.

- El mundo no está listo para eso, linda. Mejor deja de pensar en eso- pide él mientras masajea los pequeños pies de la joven de ojos amatista.

- Adoro cuando haces eso- cuenta la pelinegra agradecida.

- Te amo, linda…

- y yo a ti…- confiesa ella y el rubio se incorpora para besar la comisura de los labios de ella. Una sonrisa aliviada aparece en su rostro.

- Salud…por nuestra maravillosa vida- brinda él

- Salud. Porque las cosas no cambien en mucho tiempo…

Si. Esa noche luego de pasar el día acompañada de la "familia perfecta" Rei Hino valoraba más que nunca su vida. Su bello departamento en el piso más alto de aquella codiciada Zona de Londres, su lindo auto deportivo y a ese sexy chico rubio que tenía a su lado.

Sí. Quizás la vida no era perfecta, quizás ella no iba por el mejor camino como opinaba su padre, tal vez su forma de vivir no era la más común y la favorita de cualquiera, pero a fin de cuentas y a su manera, ella era feliz, muy feliz…

Aquel miércoles por la tarde y luego de pasar la tarde con la señora Sweeney dialogando sobre sus propiedades, Rei se dio una vuelta por el supermercado. Necesitaba hacer unas compras importantes y luego ir a casa, a su amada casa.

Al llegar se fue directo a la cocina y sacó todo de sus bolsas. Se sirvió una copa de vino rosado y respiró. Un día más había terminado. Pronto se iría de vacaciones a la Riviera francesa con Jeditte. La pasarían bien, se divertirían y saldrían de ese clima tan terrible de Londres. Si…por fin unas merecidas vacaciones.

Rei sintió unas manos posarse en sus caderas y sonrió sin prestarle la mayor atención. Luego esas manos se metieron por debajo de su blusa acariciando sus senos sobre el encaje del sostén.

- llegas temprano- susurró ella mientras cerraba los ojos para perderse en aquel sentimiento.

- el ensayo terminó pronto y quise venir a ver a mi chica.

- ¿tu chica?- se ríe la pelinegra que se gira para encontrarse con esos gélidos ojos que la miran con lujuria, luego los fuertes brazos de él la toman por la cintura sentándola en la barra.

- sí, "mi chica"- acepta él mientras desabotona la blusa de la joven frente a él descubriendo su piel desnuda- mi sexy y ardiente chica.

Ella estrelló sus labios apasionadamente contra los de él. Le gustaba la pasión desenfrenada que se generaba entre ambos, él conseguía sacarla de su rutina y poner algo de pimienta a su vida, eso era fascinante.

- ¿qué trajiste del supermercado?

- Fresas, vino y….crema batida- responde la joven- ¿se te ocurre una idea para darle un buen uso a esto?

- por supuesto que sí- responde él tomando a la joven entre sus brazos que aferra sus piernas al torso del rubio. Ambos se dirigen hacia la habitación, en el camino la camisa de Jeditte y la blusa de Rei caen al suelo.

El teléfono del departamento suena, pero ninguno de los dos tiene el menor interés en contestarlo. La contestadora recibirá el mensaje, y así es. Luego del mensaje de "Está hablando al departamento de Rei Hino, por favor deje su mensaje después del tono" puede escuchar:

- "Señorita Hino, Soy el Doctor Leonard Grey del hospital St Jones. es necesario que se reporte de inmediato con nosotros, es sobre su hermana y su cuñado. Ellos tuvieron un accidente y…."

Rei no esperó a que el mensaje terminara de grabarse y se apresuró a contestar el teléfono, Jeditte no pudo escuchar bien, pero no eran buenas noticias.

Esa noche los planes cambiaron totalmente, Rei salió corriendo al hospital St Jones para encontrarse con la noticia de que su única hermana y su cuñado habían muerto en un accidente de auto cuando iban de regreso de la ópera. La muerte fue casi inmediata y no hubo mucho por hacer, Setsuna y Diamante habían muerto.

La joven pelinegra tuvo que pedir un permiso en el trabajo para estar junto a sus sobrinos en los funerales y los primeros días luego de la muerte de sus padres. Takahashi Hino viajó desde Tokio para estar presente, el único hermano de Diamante se encontraba de viaje por Canadá cuando todo sucedió. No tuvo oportunidad de llegar a tiempo, solo lo suficiente para la lectura del testamento la cuál dejaba a Rei Hino como la única encargada de la custodia de sus tres sobrinos.

- ¿yo?

- Si. Usted. Ambos estuvieron de acuerdo.

- ¿pero cómo va a ser Rei la encargada de cuidar de mis nietos si ni siquiera se puede cuidar ella misma?

- Ya lo he dicho, señor Hino. Fue una decisión que tomaron los señores Black hace años y ambos estuvieron de acuerdo en ello.

- ¿por qué no Zafiro? Es más prudente

- Porque yo viajo por todo el mundo la mayor parte del tiempo, señor Hino- explica el pelinegro apenado- Ambos sabían que yo no podría dedicarles el tiempo necesario a los chicos.

- ¿no puedo impugnar su decisión? Mi hija menor no está preparada para cuidar de ellos.

-No, es una buena idea, señor. Pero…si en un mes la señorita Hino decide que no es apta para ello…cualquiera de las otras dos partes podrán reclamar la custodia.

- ¿un mes? ¿pretende que mis nietos vivan un mes con la demente de mi hija?

- Otou San. No soy una demente y tampoco una incompetente- interrumpe por primera vez la pelinegra.

- Rei. Renuncia a la custodia de los chicos. Conseguiré una niñera capacitada para Nozomi y un buen internado para los chicos. Tendrán la mejor educación.

La joven de ojos amatista frunció el ceño. Recordó su infancia y la "mejor educación" que le dio su padre cuando era pequeña. Recordó que Setsuna siempre quiso tener hijos y darles el hogar que ellas jamás tuvieron.

- Acepto la custodia- explica la pelinegra ganándose la sorpresa de todos- ¿dónde firmo?

- ¡Pero, Rei!

- Otou San. Puedo hacerme cargo de mis sobrinos.

- ¡No puedes ni hacerte cargo de ti misma!

- Impugna entonces. Solo no olvides que soy una de las mejores abogadas de Londres y que la ley está de mi parte.

El señor Hino se puso de pie y caminó hacia la puerta con evidente molestia.

- Terminarás llamándome para que me haga cargo de esos chicos, Rei. Tarde o temprano te cansarás de jugar a "La casita" y como siempre yo tendré que venir a hacerme cargo.

La joven muchacha de ojos amatista terminó de hacer el papeleo necesario y volvió a casa en un Taxi con tres habitantes nuevos para su departamento en St James.

- ¿Qué tú hiciste qué?- Interroga sorprendido el rubio cuando ve llegar a los nuevos huéspedes.

- Chicos, vayan a la cocina. Hay algo de jugo y galletas.

- Pero Oka San no nos dejaba comer golosinas de noche- interviene el pequeño Han.

- Solo por hoy pueden hacerlo- permite la pelinegra haciendo que los dos pequeños niños corran emocionados hacia la cocina del departamento.

- ¿por qué no me consultaste? Yo también vivo aquí, Rei- refunfuña el rubio

- Porque no tenía otra opción. No iba a dejar que mi padre enviara a los chicos a un internado como lo hizo con mi hermana y conmigo. Bastante han sufrido ya, Jedittte.

- Rei…no estamos listos para hacernos cargo de tres chicos. Nuestra vida cambiará y estaremos encadenados a una vida aburrida, como esa que jamás has querido y…

- Escucha. Entiendo que es un cambio que ninguno pidió y para el que no estamos preparados, pero es lo que yo debo hacer. Si tu no deseas hacerlo…lo comprenderé.

El rubio joven se quedó helado al igual que sus ojos. Jamás, ni en sueños imaginó una respuesta como esa de su novia, Rei detestaba la vida familiar.

- Bueno…creo que no perdemos nada con intentarlo ¿no crees?

- verás que no es tan malo- sonríe la pelinegra besando los labios del rubio, un pequeño murmullo entre ellos rompió el momento.- Creo que iré a ver qué están comiendo los chicos. Cuida a Nozomi ¿quieres?

Aquella noche les fue casi imposible dormir. Han y Luke tenían demasiadas energías debido a las galletas de chocolate y los caramelos que comieron en la cena, Nozomi tampoco la pasó muy bien, parecía que algo no le agradaba ya que lloró toda la noche y todo esto ocurrió en la misma cama ya que el departamento solo contaba con una habitación.

- ¿y vamos a ir a trabajar contigo?- interrogaba Luke

- Claro. Creo que debo buscarles escuela o algo así pero no me dio tiempo así que por hoy lo mejor será que me acompañen.

- excelente, Tía.- Se entusiasma el pequeño Han- Siempre quise ver como despedazabas a las personas

- ¿cómo?

- Eso es lo que Oka San decía que hacías, despedazar personas. ¿lloran mucho?

- Que ocurrencias de Setsuna…no hagan mucho ruido ¿de acuerdo?

- Prometido.

Los pequeños niños de cabellos platinados entraron a hurtadillas y en silencio, la pequeña Nozomi dentro de una caja de cartón que aparentaba ser un montón de papeles, Rei cerró las ventanas de su oficina en cuanto estuvieron todos adentro, jamás había hecho algo tan extremo.

- Chicos. Se supone que ustedes no deben de estar aquí así que deben guardar silencio y hacer el menos ruido posible ¿de acuerdo?

- Si, tía- dicen al unísono los dos pequeños niños que se tiran en la alfombra a jugar con sus nintendos DS. El sonido de los juegos comienza a hacer ruido inmediatamente.

- Chicos…sin ruidos

- Si…

La guapa muchacha de cabellos negros comenzó a leer en silencio un par de expedientes cuando unos pasos conocidos se escucharon acercarse, luego un par de golpes en la puerta.

- Chicos, escóndanse. ¡También escondan a Nozomi!

Los pequeños colocaron una caja de cartón sobre la pequeña y se metieron bajo el escritorio de su tía; un alto hombre castaño entró inmediatamente después.

- Me dijeron que llegaste tarde.

- Un pequeño contratiempo. Nada de problema

- Jamás has llegado tarde en cinco años que llevas aquí. Debe ser algo importante.

Simples detalles técnicos para trasladarme. Eso es todo.

- Claro, supe lo de tu hermano, lo siento.

- Era hermana y gracias…

- Rei, sobre la señora Sweeney. Ella llamó y….- La caja de cartón se desplazó por la oficina de la pelinegra llamando la atención del hombre sentado al escritorio- ¿esa caja se movió?

- ¿caja? no…claro que no. Debes estar cansado

- Si, claro. Se movió ¿qué hay adentro?- El peliplateado se pone de pie caminando hacia la caja de cartón pero sus cintas estaban atadas una a la otra y el dueño de uno de los despachos más prestigiados de todo Londres cayó de bruces sobre el suelo descubriendo el contenido de la caja de cartón- ¿qué es esto?

- Bueno…lo que pasa es que…mis sobrinos se quedarán conmigo a partir de hoy. Mañana les buscaré escuela pero aun no encuentro nada y no tenía con quien dejarlos y pensé que…

- El despacho no es una guardería, Hino.- Dijo el castaño levantando a la pequeña Nozomi del suelo.

- Ni siquiera los notarás- minimizó la joven mientras los dos pequeños traviesos salían de debajo del escritorio. Malachite meditaba la posibilidad cuando la niña de ojos rubí vomitó sobre su traje Armanni.

- No lo creo. Tómate un par de días, Hino. Cuando resuelvas este asunto vuelve a la oficina. No antes y no quiero a estos niños de nuevo en mi edificio.

- Pero Malachite…

- Agradece que te doy un par de días y no te estoy despidiendo. Solo soy bondadoso porque eres la mejor abogada con la que cuento. Ahora sal de aquí antes de que recuerde lo que me costó este traje.

- Si…claro…te veré en un par de días…yo…revisaré los casos.

- Largo, Hino.

Si. Esa no fue la mejor mañana para Rei Hino, pero no fue menos complicado que regresar a casa en su auto de dos plazas con tres niños en él. Una hora después la joven abogada estaba de regreso con tres niños, pizza y suficiente comida de Mcdonalds para una semana. Los pequeños veían televisión en la habitación de su tía mientras esta intentaba alimentar a Nozomi que se negaba a comer las papillas de la tienda.

- Vamos, Nozomi…come.- Suplicaba ella pero la niña lloraba a mares negándose a comer. Terminó dándole la fórmula y lanzándose sobre el sillón de la sala- Maldición…¿cómo voy a hacer que comas?

La pequeña lo observaba como intentando adivinar qué pasaba por la cabeza de su tía.

- Si, si. Ya sé que tu mamá era la mejor. Pero yo ni siquiera sé preparar café, Nozomi… ¿cómo vamos a salir de esta? ¿será que Otou San tenía razón y no debí siquiera pensar en hacerme cargo de ustedes? ¡Gran Kami, mándame una señal de qué hacer!.

La pequeña Nozomi rió al ver el drama que armaba su tía y ésta se relajó un poco y decidió encender el televisor. Una mujer casi tan atormentada como ella intentaba hacerse cargo de un enjambre de niños rubios. Los de ella no eran rubios y eran solo tres, pero se sentía identificada con la pobre mujer del comercial.

"¿estás desesperada? ¿necesitas ayuda? Llama a nuestra agencia de niñeras. Contamos con las mejores y más capacitadas cuidadoras del todo Reino Unido"

Antes de ese día Rei jamás hubiera hecho caso a un comercial de la televisión, pero cierto era que necesitaba ayuda y urgente.

Ella no podría quedarse en casa a cuidar a los chicos y era más que evidente que Jeditte no era gran apoyo para eso así que anotó el número telefónico y llamó de inmediato a la agencia de niñeras, prometieron mandar a la niñera más capacitada que tuvieran al día siguiente a primera hora. En cuanto escuchó eso se sintió relajada. Solo tendría que sobrevivir un par de horas más, solo un par de horas más….

La noche fue terrible en el perfecto departamento de Rei Hino. Los pequeños sobrinos de la pelinegra terminaron durmiendo de nueva cuenta en la habitación ya que se negaron a pasar la noche en la habitación improvisada que habían acomodado por la noche, para su mala suerte Luke mojó la cama y terminó empapando la pijama de Jeditte. Han se levantó un par de veces por la noche y todos descubrieron que el primogénito de los Black era sonámbulo. La pequeña Nozomi no se quedó atrás y decidió dar una serenata a su familia con su llanto, se quedó dormida casi a las seis.

Por la mañana Rei se encontraba en la cocina. Recordaba que alguna vez alguien le había regalado una bolsa de café y no debía ser tan difícil usar la cafetera ¿o sí?

La pelinegra arrojó el contenido de la bolsa en el depósito del agua y llenó el pequeño aparato eléctrico con suficiente agua para tomar café el resto de la mañana, lo necesitaría.

- ¿tomarás café?- Ofreció Rei al rubio que salió de la habitación con mala cara. El rubio dio un sorbo a la taza de la joven de ojos amatista e hizo mala cara.

- No, estoy bien. Compraré uno en el camino.

- ¿te vas ya?

- Si. Tengo ensayo con los chicos. Te veré por la noche

- Creí que me acompañarías a encontrar escuela para los chicos.

- No puedo, linda. Debo irme. Te amo- Se despidió el rubio besando la frente de su pareja, luego salió de prisa sin esperar una respuesta, al azotar la puerta la pequeña Nozomi despertó a gritos.

- Genial…

Los pequeños niños Black despertaron también con el llanto de su hermanita y se hicieron presentes junto con su hermana en la cocina. Han entregó a la niña a su tía y corrió al refrigerador.

- Tía, tenemos hambre.

- Y Nozomi huele mal- completó Luke.

- ¿no tienes algo que no sea yogurt?

- Podemos comer hamburguesas.

Para alivio de la pelinegra el timbre del departamento sonó, una idea iluminó la mente de la pelinegra "La niñera".

Rei no respondió a las palabras de sus sobrinos y fue a abrir la puerta. Se sorprendió al ver ante ella a un alto joven de cabello negro y ojos color zafiro, se sintió apenada al abrir apenas cubierta por su bata y su camisón de seda.

- ¿sí?- Articuló Rei cuando consiguió hablar

- Busco a la señora Hino. Me mandaron de la agencia de niñeras. Soy Darien Shields...

- ¡¿tú...tu eres el nano?!

Continuará...

¡Feliz cumpleaños, Clararinaaa!

Este es tu regalito de cumple que hice con mucho cariño, este año la patria estuvo pobre pero el deseo de festejar no se va y aunque sea con este detallito quiero agradecer al kami contar con una amiga tan especial como tu. Como debe de ser, tu fic lo partiré en cachitititos pequeñitos "pa´darle sabor" Espero te guste y también sea del agrado de las Mars Fans TKM amigaaaaa.

Abrazos :D

La maga