Disclaimer: Gravity Falls no me pertenece.


Desde que tengo memoria pasabas días enteros encerrado en el laboratorio y de noche gritabas por las pesadillas que te atormentaban sin cesar. Nunca supe que era lo que te perseguía. Y prefiero no hacerlo.

Nunca conocí a mi madre. Según tú fue cosa de una noche, ella no quería hacerse cargo y no podías dejarme. Vivíamos solos pero a veces sentía que era el único en esa casa.

En ocasiones me asomaba por la puerta a ver tu trabajo, la gente del pueblo decía que eras un genio. Yo me imaginaba que eras como los científicos de las películas que pasaban por la tarde. Al principio, me sorprendía al encontrar la habitación hecha un desastre, con papeles esparcidos por el suelo y las paredes escritas con palabras de auxilio, luego me acostumbré. Te encontrabas a punto de perder la razón así que te ayudaba a calmarte y comer, ya que pasabas días sin probar bocado sumido en tus experimentos.

Al hacerme mayor preferí pasar más tiempo fuera de casa, cerca del lago donde una familia me cuidaba como si fuera su hijo. Allí aprendí a pescar y todo lo que sé ahora. Necesitaba distraerme y el lago me calmaba bastante.

Con cada año ibas empeorando hasta el punto de que te olvidabas mi nombre y tenía que repetirlo al menos tres veces. Más adelante olvidaste como pronunciar palabras sencillas e incluso como vestirte solo.

No faltaba un día que no escuchara a alguien murmurar a mis espaldas con lástima:"Pobrecito, no tiene una madre que lo cuide y su padre está loco".

Cuando cumplí la mayoría de edad decidí marcharme, no podía soportarlo más. Empecé a trabajar como guardabosques y así pasé los siguientes años de mi vida. Raramente te veía, vivías en la basura o escondido con animales. A veces me llamabas y yo te ignoraba.

Pasaste de ser un gran científico a ser el loco del pueblo. En ocasiones me pregunto como eras antes de perder la cabeza.

Ese verano en el que el triangulo parlante apareció vi todo desde otro punto de vista. Si algo cercano al raromagedon era lo que te atormentaba cuando yo era un niño, puedo comprender porque tenías tanto deseo de olvidar pero en el proceso te olvidaste de mí, tu hijo.

Ahora que tus recuerdos volvieron me pediste perdón y te perdoné. Nunca tuve a mi padre junto a mí, quizás era tiempo de arreglar las cosas. Te enseñé a pescar y pasamos más tiempo de padre e hijo. Volvimos a vivir juntos en lo que es tu nueva casa y con tu esposa mapache.


McGucket empezó a borrar sus recuerdos hace treinta años, su hijo tiene treinta. Fiddle no fue el único que sufrió...

Espero que les haya gustado, saludos ^^