Disclaimer: Los personajes de Hawaii Five-0 no me pertenecen.
Capítulo Único:
Porque Steve no era un hombre precisamente cuerdo, por mucho que su pareja quisiera convencerlo de lo contrario. Las explosiones, heridas de bala y los enemigos acumulados con el paso del tiempo no ayudaban mucho tampoco a la hora de plantear un punto de vista inexistente.
Por lo cual, Danny en realidad no se siente sorprendido cuando, bajo una lluvia de balas contra un grupo de narcotraficantes colombianos, su compañero saca un anillo blanco simple y se arrodilla ante él; como si en realidad no tuvieran a toda un jodida banda de hombres insultandolo en español a pocos pasos de ellos.
Chin, como buen hombre de confianza que era, no duda en cubrir las espaldas del jefe del Five-0 mientras Steve sonríe como si en cualquier momento fuera a orinarse. Kono, desde el auricular en su oreja a medio poner, ahoga lo que se supone es un suspiro.
- Cásate conmigo.
Danny no sabe si se lo está preguntando o era una orden sin derecho a replicar, como si la respuesta fuera una sola. Los disparos a su alrededor merman de tal manera que incluso todo se había acabado, o éstos no tienen la suficiente importancia como para distraerlo y quitar su vista de Steve que aún se encontraba de rodillas ante él.
- ¿No crees que es inoportuno? Digo, teniendo en cuenta de las miles de veces que pudiste pedirmelo crees que la mejor seria durante un caso -dice con sarcasmo el detective de Jersey- ¿Qué sucede, no pudiste esperar a que al menos terminase ésto para hablar? ¿El hospital era demasiado romántico para ti? -se burla, aunque está convencido de que eran los nervios hablando por él.
- Danno... -murmura Steve, bajito e íntimo. Él espera una respuesta, con el anillo entre sus dedos y la sonrisa que amenaza con desaparecer.
Mal momento.
Danny le sonríe de vuelta a su maldito animal aún con las balas como música de fondo, porque aunque le sacara de sus casillas y ésta no era la proposición más memorable de todos los tiempos, seguía siendo su Steve. Y si Steve creía que éste era el mejor momento para pedirle matrimonio, entonces el rubio no podía más que creerle.
- Acepto, idiota -susurra Danny antes de inclinarse y unir sus labios en un beso demasiado rápido para su gusto.
Steve sonríe amplio mientras coloca el anillo en su dedo con una mano mientras que la otra se ocupaba de disparar a los narcos colombianos, jodido ninja.
- Bien, Señor McGarrett, tenemos una misión que acabar -dice Steve sonriendo cual Cheshire.
Danny niega rotundo.
- Oh, no. Nada de señor "McGarrett" ¿Oíste, Steven? -replica Danny a su lado como los compañeros que eran- No voy a cambiarme por tu apellido.
- Ya veremos.
- No, nene. No.
