Ella, había tomado la determinación de acabar con su vida, de la manera más vergonzosa, para así, dejar a sus padres en la palestra de las habladurías, él se ha enamorado de ella y lucha para hacerla cambiar de opinión.
Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.
Tejado de vidrio
A veces ser una Swan, te abre muchas puertas, mis padres son dueños de la más prestigiosa firma de abogados, mi madre… su socia y aunque están divorciados hace ya ocho años, en temas financieros son una gran dupla.
Podrías pensar que mi vida era perfecta ¿pero qué te hace pensar así? Autos lujosos, ropa de diseñador, invitaciones a las mejores fiestas, de la alta sociedad, puras frivolidades.
No, mi vida no era perfecta, mi madre, René Swan, era la mujer más frívola que pudieras imaginar, solo preocupada, de mantener el status, el trabajo, las amistades del club ¿y su hija? Su hija solo existía en los eventos donde las cámaras estaban atentas, para captar su sonrisa y sus abrazos hipócritas.
Y mi padre, Charlie Swan, por otro lado, compró un departamento cerca de la oficina, cuando se divorció de mamá, entonces, desde esa aquella vez, le he conocido una lista de mujeres, que harían sonrojar hasta el mismo Hugh Hefner. Ser el abogado, más prestigioso, le permitía tener contratos no solo con las grandes empresas del país, si no también, con personas muy famosas del mundo del espectáculos.Para mis padres, su trabajo era lo más importante y claro, se olvidaban de algo tan importante, como que, a su lado, tenían una hija, universitaria, a un solo año y medio de terminar la universidad.
Pero estaba tan cansada, de tener que aparentar algo que no era, que había comenzado a explorar, el lado equivocado de la vida, no solo por alterar los nervios de mi madre, si no también, para acabar de a poco y de la manera más vergonzosa, lo que era mi vida, así, terminarían en lo que ellos siempre habían evitado, ser el chisme del día, portadas de revistas de espectáculos de bajos presupuestos y la habladuría de todos sus disques amigos.
Había tomado una determinación y estaba decidida hacerlo. Soy Isabella Swan y esto es lo que queda de mi vida.
