Disclaimer: Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K. Rowling, yo simplemente los utilizo con fines de entretenimiento.

Estaba eliminando documentos con historias que nunca escribí, mientras eliminaba me encontré con este pequeño one-shot. ¡Espero que les guste!


—¿Podemos ir, mamá? —Preguntó una curiosa Hermione de once años.

—Aún falta mucho tiempo para ir —respondió la mujer.

—Ya lo sé, sé que es hasta Septiembre del siguiente año. Lo dice la carta de Hogwarts y me lo explicó la Profesora McGonagall, pero tengo curiosidad sobre cómo va a ser. Casi nunca hemos tomado nosotros el tren en King's Cross. Por favor, mamá.

Jane Granger miró a los ojos color marrón de su hija, la sonrisa que tenía en su rostro decía más que nada. Y ellos no le podían negar nada, en una semana iban a visitar el famoso Callejón Diagon, por insistencia de Hermione, quien ya tenía toda su lista de libros y quería comenzar a leerlos para entender mejor todo lo que iba a aprender en ese Colegio de Magia.

Ella estaba atemorizada, sentía miedo del peligro que podía correr su niña estando allá, pero confiaba tanto en ella, que sabía que su Hermione iba a saber defenderse de cualquier cosa, ser una gran bruja, tiene un gran conocimiento, es muy inteligente, por algo siempre la felicitaban en la escuela a donde asistía.

No les iba hacer daño visitar el lugar por donde desaparecerían, según lo que dijo la bruja que las visitó, iban atravesar una barrera.


King's Cross estaba repleto de gente, como todos los días, Hermione y su madre caminaron tomadas de la mano por todas las plataformas ante de llegar a la 9 ¾, no existía tal plataforma. Solo estaban las intersecciones nueve y diez.

Hermione se soltó de su madre y caminó hasta pararse frente a la gran pared de ladrillos. Puso su mano, queriendo pensar que podía traspasarla, cosa que no iba a pasar ahora. La profesora McGonagall también les confió que la Plataforma sólo se abría dos veces al año y la primera ocasión fue hace menos de un mes y para que volviera abrirse faltaban ocho meses. Sería raro para las personas normales ver a una niña tocando una pared que no la llevaría a ningún lado, pero Jane sintió una opresión en el pecho al recordar que a partir del nuevo año y seis más en adelante, se despediría de su hija por todo un año.

—¿Cruzarás conmigo cuando llegue el momento? —Hermione volvió a tomar la mano de su madre e iniciaron el recorrido a la salida para volver a casa.

—Por supuesto.