Hola! He aquí que vengo a traer la traducción de la obra de una maravillosa escritora que es deanandhisimpala, una joven con gran capacidad para lo que hace: hurtDean! Sus historias plenas de brotherly love, reflejan la relación tan especial de estos dos hermanos que tanto amamos y lo hacen desde el punto de vista de un Dean enfermo, herido, preocupado, cansado, triste, etc. Son varias historias cortas, que iré subiendo a medida que sus reviews me motiven a seguir traduciendo. He elegido ésta para comenzar –a pesar de que no es la primera en ser publicada por la autora- porque me parece tan linda, tierna y maravillosa, que no pude resistir la tentación de traducirla primero. Están situadas a lo largo de las seis temporadas y no tienen un orden cronológico específico. Y cada una es independiente de la siguiente.
Título: JAQUECA
Autor: deanandhisimpala
Traductora: selenewinchester (con los debidos permisos de la autora en mis manos)
Serie: SUPERNATURAL (¿hay otra serie?)
Personajes: Sam y Dean (¿quién más?)
Resumen: muy corto, pero Dean padece una jaqueca por primera vez en su vida…
Spoilers: no.
Disclaimer: todo de kripke… y de deanandhisimpala…yo sólo traduje.
JAQUECA
Dean ve a Sam limpiar el puñal de plata y guardarlo en su bolsillo.
"Malditos cambiaformas," dice y Sam asiente, su cabello oscuro salpicado de copos de nieve.
Ha sido una larga cacería. Ellos sabían que era un cambiaformas cuando llegaron, pero siguiéndole las pistas el ser se hizo difícil de ser atrapado. Pero una vez que lo hallaron, el bicho se equivocó y tomó la apariencia de su padre.
Ahora, Dean mira al cuerpo de su padre –otra vez- que yace con la cara hacia abajo en la nieve. "Aún no puedo creer que pretendiera atraparnos transformándose en papa." Dice Dean con la voz un poco temblorosa. Está contento de poder ver el rostro del ser, pero diablos, la espalda, los hombros fuertes de su padre son suficiente para recordárselo.
"Me imagino que lo arruiné," responde Sam. Se para cerca del baúl del Impala y saca una bolsa para cadáveres. "Creí que papa estaba vivo. De todos modos, mejor cortamos esta cosa y la arrojamos por ahí."
Dean casi vomita con esa idea. No puede hacerle eso al cuerpo de su padre. No importa si no es su padre. Se ve como su padre.
Sam lo mira. "¿Estás bien?"
Dean lo piensa un instante. Tiene una sensación indefinida de nausea en su estómago, y siente una presión entre sus ojos. Y no hay manera de que él pueda hacer esto. Sacude su cabeza, retrocediendo un poco.
"Hey – está bien. Yo lo haré," dice Sam, adelantándose y tendiéndole una mano a Dean como si este necesitara que lo sostuvieran.
Dean sacude su cabeza otra vez. "No deberías hacer esto."
Sam se encoge de hombros. "Nosotros no deberíamos estar haciendo esto, Dean. Pero alguien tiene que hacerlo. Y no voy a dejar que tú lo hagas. Ni siquiera puedes mirarlo a la cara."
Dean cierra sus ojos con fuerza, presionando su frente con la palma de su mano. Todo esto está tan mal. ¿Por qué? ¿Por qué ahora?
"¿Dean?"
Abre los ojos otra vez, mira a Sam. Se ve raro, con una especie de aureola contra la nieve. Le molesta a su vista mirarlo. "¿Hmm?"
"Ve y espera en el auto,¿ okay?"
"No, no es..."
"Dean. Vamos." Sam le toma el brazo, sobresaltándolo un poco, y comienza a caminar. "Sólo siéntate en el auto, relájate, terminaré en unos pocos minutos."
"¿Terminarás de rebanar a papá?" Ahora siente un gusto amargo en su boca.
"No es papá, Dean," responde Sam brevemente, y Dean no discute. Sam abre la puerta del Impala, ayuda al rubio a sentarse en el asiento del acompañante. "Espérame aquí, ¿okay?"
"Ok." Cierra sus ojos, esperando oír las pisadas de Sam alejándose del automóvil, pero no hay nada.
Abre un ojo, Sam está apoyado en el vehículo, mirándolo. "¿Qué?" pregunta el mayor.
"Nada. Regresaré pronto." luego Sam se va.
Dean espera. El dolor entre sus ojos está cediendo, ahora le duele la cabeza, pero solo del lado derecho. Como si alguien lo hubiera encantado. Trata de apoyar su cabeza en el asiento, pero esa clase de movimiento lo empeora. Oye la sierra que se enciende, se estremece con el sonido. No puede creer que Sam esté haciendo esto. Otra cosa más que puede hacer y que antes no podía. Rebanar miembros de la familia sin mirarlos a la cara. El gusto amargo en su boca empeora, y debe abrir la puerta del Impala para vomitar en la nieve.
Se estremece, pone algo de nieve en su boca. La deja disolverse, luego la escupe. El maldito frío le taladra la cabeza. Dios, ahora el dolor está empeorando. ¿Qué diablos le está sucediendo? Debe ser el dolor de cabeza. Pero jamás ha tenido uno tan severo. Y nunca se le había producido tan rápido.
"¿Dean?"
El pecoso se sobresalta, mira. "¿Qué?" su voz está ronca.
"¿Por qué estás de rodillas en la nieve?" pregunta Sam, y Dean piensa que Sam debe ser un poco tonto.
"¿Qué crees? ¿Porque me gusta? Vomité, Sam." Estira sus manos y las manos de Sam están allí en un segundo, tal como él había esperado.
Sam lo ayuda a incorporarse. "¿Cómo es que has vomitado? ¿Es ... a causa de ese estúpido monstruo?"
Dean sacude su cabeza, no quiere hablar de ello. De nada, especialmente de ese estúpido cambiaformas. "No. No, no lo sé. ¿Podemos irnos? ¿Por favor?"
"Si, si," responde Sam, que se oye sorprendido. Ayuda a su hermano a regresar al vehículo, y cierra la puerta. Dean se sobresalta con el sonido, poniendo una mano en su oído. Sam se sienta en el asiento del conductor un instante después, mirándolo preocupado.
"Me duele la cabeza," responde Dean, presionando con su palma entre sus ojos otra vez. No ayuda, pero siente que necesita hacer algo.
"¿Jaqueca?" le pregunta Sam compadecido, y Dean asiente. "Así que sabías porqué habías vomitado. Bien, tienes que dormir. Sólo voy a enterrar el cuerpo en algún lugar y luego regresaremos al motel."
Dean siente asco nuevamente y respira con dificultad. Se había olvidado por complete del maldito cuerpo. Aún más tiempo para esperar. Diablos. De todos modos, se duerme luego de que el Impala se ha puesto en marcha.
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Dolor. Su cabeza que parece querer estallar. Su estómago que se rebela. Sus oídos silban. Abre un solo ojo. El automóvil no está moviéndose. Al principio está un poco desorientado, Sam no está en el asiento del conductor, y afuera todo se ve amarillento. Aún está nevando. Se sienta en el asiento y casi grita. Su cabeza le duele miles –billones- de veces más que cuando se durmió. Hace una mueca, se oprime la frente con la palma de su mano y lo único que logra es empeorar el dolor.
Le cuesta abrir la portezuela del automóvil, finalmente lo logra. Está desesperado por hallar a Sam. Él tiene dolores de cabeza todo el tiempo, él le podrá decirle qué hacer, Sam hará que no le duela tanto. Es todo lo que puede pensar mientras está apoyado en el vehículo, con los ojos fuertemente cerrados.
Afuera está helando, son cerca de veinte grados bajo cero y el aliento se transforma en espesas nubes de vapor, grandes nubes blancas que abandonan su boca y desaparecen en el aire helado. "¿Sammy?" susurra. Todo el mundo está igual, salvo por la nieve que sigue cayendo. Las luces del Impala son la única fuente de luz y son las que hacen que el mundo se vea amarillento. Mientras las mira siente que el dolor le oprime la cabeza. "¿Sammy?" repite, pero aún hablar duele.
Se concentra, tratando de adivinar dónde puede estar Sam. Debe estar enterrando el cuerpo. ¿Dónde puede haber ido? Lejos del camino. Puede ver la ruta desde donde está, bastante cerca. Da vuelta la cabeza, hacia el otro lado del Impala. Allá está Sam, no demasiado lejos, arrojando paladas de nieve por encima de sus hombros.
Dean se esfuerza, camina en la nieve con dificultad, concentrándose en llegar hasta Sam. Unos instantes después, casi es golpeado por una palada de nieve que Sam ha arrojado muy lejos. Malditos brazos largos. "¿Sammy?" susurra otra vez. Sam no lo oye, sigue cavando. Dios, ¿está sordo? Lo alcanza, le toca el hombro y la siguiente cosa que recuerda es estar tirado en la nieve, sobre su espalda, la nieve cayendo sobre su cara.
"¿Dean? Dean, ¡¿qué diablos te pasa? ¿Qué estabas pensando? ¿Qué tal si dices algo primero?" Sam suena enojado, pero todo lo que el rubio puede hacer es tomarse la cabeza y tratar de ahuyentar su dolor. "¿Dean?" Sam suena preocupado ahora.
¡Haces bien en estar preocupado! Piensa el pecoso enojado, pero no tiene fuerza para que las palabras salgan de su boca.
Sam está de rodillas a su lado ahora, una mano cálida sosteniendo su brazo, la otra quitándole su mano izquierda de su cabeza. "Lo siento, Dean. ¿Estás bien? Dios, lo siento tanto. No te oí llegar. Vamos, te ayudo a levantarte." Y lo ayuda a sentarse.
El mayor de los Winchester baja su mano, la nieve helada le empapa sus ropas más rápido de lo que imagina. "¿Sammy?"
"¿Si?" Sam se oye aún preocupado.
"No me siento bien." Cierra los ojos con fuerza, luego los abre y trata de mirar a su hermano.
"Lo sé, Dean. Ven aquí." Sam toma sus manos, tira de él hasta que está de pie a su lado, pero se tambalea, una oleada de náusea lo invade. Se inclina y vomita de nuevo, esta vez Sam lo sostiene con una mano y con la otra le palmea la espalda. Cuando termina, Sam toma su mentón y lo mira de cerca.
El rudo cazador se siente demasiado enfermo para quejarse, y deja que Sam lo examine cuidadosamente, luego toca su frente con la palma de su mano, controlando si tiene fiebre. "Estás afiebrado," le dice Sam.
"Más que afiebrado," no puede resistir Dean y lo dice, aún con la mitad de su cerebro partiéndose del dolor.
Sam lanza una carcajada, luego lo ayuda a sentarse sobre la bolsa en la que trajeron el cuerpo. "¿Me esperas un segundo? Debo poner eso en el hueco."
El Winchester espera, su cabeza apoyada en sus manos, le cuesta tragar. Comienza a sentir náuseas otra vez y va a poner su cabeza entre sus rodillas cuando de pronto la mano de Sam está allí, deteniéndolo. "No hagas eso, Dean. Debes mantener tu cabeza levantada."
Por un instante Dean cree que Sam le está revelando alguna clase de secreto confidencial. Pero luego Sam continúa. "Si bajas la cabeza, solo te duele más. Debes mantenerla levantada, y no te muevas demasiado, ¿okay? Si quieres apoyarte en algo, pon tus manos en tu cabeza y apóyate. No del otro modo ¿Has entendido?"
"Ajá." Le responde el rubio, y tiene razón su hermano. No duele tanto. Sabía que tenía que mantener cerca a ese chico, piensa con satisfacción. Y cierra sus ojos otra vez.
Cinco minutos después, Sam ha terminado y está ayudando a Dean a incorporarse. "Vamos, hombre. Regresemos al auto. Luego haremos que te acuestes y podrás descansar."
El hermano mayor se sostiene de la chaqueta de Sam todo el camino, luchando desesperadamente contra la náusea y el mareo. Su cabeza se siente como si hubiera sido puesta entre dos rocas y a cada instante empeora.
Unos minutos después, está de regreso en el automóvil, y Sam le está diciendo otra vez que "mantenga su cabeza en alto", y luego el vehículo está en movimiento. Se las arregla para dormitar un poco.
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Sam le ayuda a quitarse su chaqueta y luego Dean se mete a la cama.
El rubio tiembla, a causa del dolor que lo invade. Se sienta, tratando de mantener su cabeza levantada, luego se recuesta sobre su espalda. Aún le duele. Se pone de lado, quejándose un poco. Aún duele. "¿Sammy?"
"¿Si? Estoy aquí, Dean." Sam se sienta en la cama, cerca de él y Dean traga con dificultad cuando siente que el colchón cede.
"Me duele la cabeza, Sammy – No puedo... por favor..." sabe que se oye patético, sabe que casi está suplicando, pero de verdad él necesita algo de alivio porque no cree poder aguantar ese dolor mucho más tiempo. Creyó que se iba a sentir mejor una vez que estuviera en la cama, pero es casi peor.
"Okay Dean. Escucha, ¿está bien? Ponte boca abajo." Siente la mano de Sam en el hombro una vez que ha girado. "Eso es. Ahora tienes que buscar de qué lado te duele menos la cabeza. "
Dean gira su cabeza hacia la izquierda –hacia Sam- y se siente un poco mejor. La almohada está maravillosamente fresca en su mejilla. Se relaja, agotado.
"¿Mejor?" pregunta Sam, pasándole su mano por la espalda.
El pecoso ni siquiera se queja, está tan cansado. Además se siente tan bien. Tú no piensas eso, se dice Dean a sí mismo. Luego no le importa más. "Sí. Gracias, S'mmy." Está exhausto.
"Bien," dice Sam, pero no se va.
Dean se hunde en un sueño oscuro, maravilloso y sin dolor.
