Antes que nada. Buenas Noches. Hace unos días dije que si salia foto Achele escribiría un one-shot Monchele, así que acá lo tenemos.

Consta de tres capítulos, acá esta el primero y los otros dos se subirán esta semana.

Como no puedo dejar de ser Achelette, los comentarios míos que voy dejando alrededor del fanfic están con negrilla. Y cuando la narradora me responde esta entre asteriscos. (Sí, es un lío, pero lo siento. No podía dejar de ser Achelette y hacer mis notas de página).

Supongo que eso es todo, ¿no? Solo me queda decir que disfruten de la lectura. -Risa Malvada-


Era un soleado día de Nueva York, la brisa soplaba y mecía suavemente las copas de los arboles. Había pocos días como aquellos en esa ciudad, así que cuando se presentaban la gente salía a aprovecharlos haciendo diversas actividades como pasear por la ciudad, hacer las compras o simplemente salir a trotar. Y ese era el caso de la morena Lea Michele, que después de una agotadora jornada matutina de ejercicios que ya completaba dos horas, decidió que era hora de terminar por hoy. Entró a su acostumbrada cafetería a la que siempre iba desde hacia dos años, después de terminar su rutina. Pidió al chico de la caja su rutinario café vegano. pagó y se fue a sentar en una apartada mesa, mirando hacía el exterior y pensando en sus asuntos mientras esperaba que le trajeran su pedido.

El joven que atendía tras la barra la miro con el ceño fruncido y con cara de no entender nada (¡Tan raro en él!), la verdad es que no sabía que era algo "vegano". Era su primer día en la cafetería y no tenía ni idea de que le debía servir a la chica. Apretó los puños, respiro hondo y se armo de valor para ir a preguntarle directamente a ella.

Disculpe señorita, soy nuevo trabajando en esta cafetería, es mi primer día en realidad—sonrió con nerviosismo y se rasco la cabeza—así que si usted me explica amablemente que es un café vegano con gusto se lo puedo servir.—Finalizo.

Lea volteo a mirarlo. Estaba tan perdida en sus pensamientos que se giro sorprendida por la interrupción. Cuando había pagado su café no se había fijado en el chico, pero ahora que este estaba parado frente a ella lo detallo delicadamente. Tenía buen porte, era alto y poseía una sonrisa que podía conquistar a cualquier persona. (Menos a Lea porque a ella le iban las rubias. Jajajajajaja. Menos en este fic :c). —Eh, por supuesto.—Respondió con amabilidad—Un café vegano es un café que no tiene leche de vaca, sino leche de soja. Preguntale a tu encargado cual es y lo preparas con esa.

El problema es que el encargado no esta—replico Cory—¿Podrías acompañarme a la cocina y tal vez allá reconozcas el empaque en que viene y pueda hacértelo con esa?

La morocha se quedo callada unos segundos, sopesando la respuesta. Era cierto que apenas acababa de conocer al chico pero también era verdad que había algo que lo atraía fuertemente a él. Le inspiraba confianza, respeto y una curiosidad que nunca antes había sentido por nadie.

Bien—contesto al cabo de unos treinta segundos. —Te acompañare—Se levanto de la silla y lo reto divertida con un dedo—Pero solo porque eres nuevo y me caíste bien.

Por cierto, soy Cory . Es un placer—le extendió la mano y empezó a caminar hacia la cocina—¿Cuál es tu nombre, pequeña dama?

Lea, Lea Michele—le estrecho la mano y sonrió ante el contacto.—Y el placer es mío, Cory.

El muchacho abrió la puerta de la cocina y entro seguido de la chica. Quien empezó a buscar en los escaparates, absorta en su tarea no se daba cuenta de la mirada penetrante que le daba el joven. Él no entendía porque pero sentía que podía quedarse observándola por siempre. Se perdía en el contorno de sus pechos, en su cintura, en sus piernas, en su rostro, en el ceño fruncido que ponía debido a la concentración, en su dedo repasando delicadamente cada envase y en la cara de frustración cuando creía haber encontrado la leche, pero en realidad no era. Cada detalle de Lea era un nuevo descubrimiento para Cory. Y fue en ese momento en que hizo otro más importante aún. Se había enamorado. (JAJAJAJAJAJA, ¿Se enamoro en dos segundos? Pero vaya que es rápido el muchachon este)*Tú callate, que tú fuiste la que lo escribiste. ¬¬. Yo solo soy la narradora. Bueno dejando de lado la interrupción de Luisa, sigamos*

Sí, Cory se había enamorado. Así como escucharon. Y tan concentrado estaba observándola (con su cara de niño con gases me imagino) y también impactado por su nuevo descubrimiento que no se dio cuenta cuando ella se acerco con una radiante sonrisa y con el tarro de leche vegana en la mano.

Acá lo tienes, Cory. La leche —se la entrego—Me ha costado un poco pero esta por el costado de allá—señalo un lugar en la estantería.

¡Ah! Claro, gracias Lea—salio de su ensimismamiento y le sonrió de vuelta—Entonces...un café vegano marchando.— Abrió la puerta y dejo que la morena saliera primero. Todo un caballero.

La morocha empezó a caminar dispuesta a sentarse de nuevo en la mesa, después de haberse despedido de su nuevo amigo. Camino unos diez pasos, cuando se giro de nuevo hacia Cory.

Me preguntaba a que horas...—exclamo, provocando que varias personas que se encontraban en el lugar, voltearan a verla.

A las ocho—replico el muchacho amablemente—A las ocho termina mi turno.

Lea sonrió nerviosa y se fue a sentar. Emocionada porque el chico le había correspondido.

Ahora tenía una estúpida sonrisa en su rostro y no entendía el porqué o bueno sí, pero no quería reconocerlo, aún.


Ocho de la noche.

Cory salía apresurado mientras se ponía la chaqueta. Cerro la cafetería y respiro hondo mientras se acercaba a la morena que lo esperaba con una sonrisa inigualable.

Lo siento, ya viste que la señora no se quería ir hasta que le diera su pastel de manzana—se disculpo el joven. —Pero acá estoy. Así que...—se acerco con una sonrisa coqueta—¿Qué quieres hacer hoy, Lea? Estoy a tu disposición. Por cierto, estas más hermosa que esta mañana si eso es posible.—le rodeo los hombros con un brazo—¿Qué te parece ir a tomarnos un trago al bar del frente?

Lea se sentía feliz. Plena y completa. No entendía como había podido haber sobrevivido 26 años sin esa corriente eléctrica que la había recorrido cuando Cory la abrazo. Se limito a asentir, aún consternada por lo que había sentido en tan poco tiempo. —Me parece perfecto—le dijo—a tu lado sera perfecto—susurro esto último, rogando que Cory no hubiera escuchado nada.

Pero si lo hizo. No la cuestiono, simplemente sonrió y escucho como los sonidos de su corazón se aceleraban.