Era muy tarde o tal vez era pronto. La noción del tiempo no existía. Caminaba como un viajero errante sin rumbo alguno. Llevaba así días y días. El destino final era la nada. Solo sabía una cosa. Había muerto envenenado pero en el fondo ya llevaba tiempo muerto en vida. Todo había pasado tan rápidamente. La muerte había llamado a su puerta y se lo había llevado con ella. Tal vez había sido una liberación para el. Ya no tendría que fingir mas. Le habían arrebatado a su padre, a su novia y todos habían muerto con el. Seguía su camino cuando de pronto se cruzó con una cara conocida. Se paró, se la quedó mirando y continuó. No quería ver mas a este rostro que le había causado tanto dolor durante su vida terrestre. Pero la silueta le siguió y le llamó.
-¿Hijo, porqué te alejas de mi?
Se giró y miró fijamente quien le llamaba pero no habló. Su mirada era una mezcla de rabia y tristeza.
-Hijo, Hamlet, Por favor háblame, dime algo.
-No tengo nada que decirte, madre si algún día lo has sido.
-¿Qué te he hecho?
-¿Osas preguntarme que me has hecho? Casarte con el asesino de mi padre, mi tío y juntos destrozarme la vida y la de la única mujer a la que he amado nunca, Ofelia.
-Pero si yo no hice nada, no lo sabía.
-Te lo dije, te advertí, te mostré el verdadero rostro del hombre con el que te habías casado. Es que ni siquiera tuviste la decencia de esperar al menos un año para volver a casarte. No, apenas mi padre enterrado vas y te casas con su hermano, su asesino.
-No lo sabía.
-Pero luego si lo supiste y seguiste adelante. ¿No tenías remordimientos mientras estabas en la cama con el? ¿Ehh contesta! ¿No te reconcomía por dentro de saber que dormías cada noche junto al asesino de tu marido, mi padre?
-¿Y que podía hacer?
-Al menos no seguir en su cama, buscar cualquier excusa para alejarte de el. Pero no, día tras día juntos en la misma habitación. Y poco a poco me hundiste en la miseria.
-Te hundiste tu solo, te volviste loco
-No madre, no me volví loco, me lo hice. Os hice creer a todos que la locura me había poseído pero por desgracia para mi la jugada al final no me salió bien y entrené a mucha gente conmigo. ¿Pero para que contarte la historia, la has vivido tu también o no te acuerdas?
-Todo está muy lejos hijo.
-¿Que pronto olvidas, no? Y no me llames hijo, para mi ya no eres mi madre, dejaste de serlo el día de tu boda con mi tío, con este monstruo.
-¿No crees que no he pensado en ello, cada día?
- Ahora es demasiado tarde, era cuando estábamos vivos que tenías que pensar en ello, hacer algo. Ahora ya es tarde. Estamos todos muertos,
-Y te lo vuelvo a decir, no pude hacer nada. No podía.
.Si que podías. Pero no, era mejor seguir con el antes que escuchar a tu hijo. Mira estoy cansado muy cansado de eso, de repetir siempre lo mismo. Déjame y vete.
-¿Hamlet?
-¿Qué?
-¿Algún día me perdonarás?
-¡Jamás!
-¡Hijo!
-No me llames hijo, ya no lo soy. Dejé de serlo hace mucho.
-Por favor Hamlet, Te lo suplico, perdóname.
-Nunca. Olvídate de mi, de que algún día he sido tu hijo y de que has sido mi madre. Me voy.
-¿A donde?
-A donde no te vuelva a ver jamás. Adiós.
Se fue mientras a lo lejos los gritos de su madre suplicándole de volver se iban oyendo cada vez menos.
