Los personajes le pertenecen a la gran Meyer, las ideas y locuras que hay en esta historia on salidas de mi loca cabecita...
Espero que esta nueva historia les guste, esta basada en la canción Por que brillamos de bacilos, cada capitulo tendrá una canción, estas las encontrarán en mi perfil, besos
Me dejan un review?
Por que brillamos
El sonido del despertador era demasiado insistente como para que no hacerle caso, se arremolino en las sabanas, estaba demasiado cansada como para mover un solo dedo, pero aquel sonido era tan insistente que estaba pensando seriamente tomarlo entre sus manos y aventarlo lo más lejos posible, una posibilidad era echarlo por el balcón, pero eran demasiados pasos para su objetivo, así que tomo la almohada y se cubrió la cara con ella para que así el sonido fuera menor.
Por dios!, tal parecía que todo se estaba confabulando en su contra, ahora su celular sonaba de fondo y por si fuera poco, con aquella melodía que bien conocía, Réquiem for a dream, si! Era tétrica, pero era lo más cercano a esa vida que ya hacia un año que había olvidado, pero que cada que podía regresaba y con más fuerza que nunca, ahora si era oficial, tenía que pararse y contestar, sino ya sabía como se pondría su madre si no le contestaba, con toda la pereza del mundo se levanto de la cama y comenzó a buscar con la mirada su teléfono.
- Ahí estas!—dijo entrecerrando los ojos, demasiado lejos, pensó…, en ese momento dejo de sonar, suspiro y volvió a tumbarse, pero por supuesto no iba a dejar de insistir, rodó los ojos y se levanto, apago con un manotazo el despertador y cogió el teléfono de su mesita, tomo aire y trato de sonar lo mas cordial posible.
- Hola mamá—dijo con un falso entusiasmo
- Vaya!, hasta que contestas el maldito aparato, yo no entiendo para que tienes celular si nunca lo contestas—como siempre su madre reclamando
- Yo estoy muy bien mamá y tu?—dijo con algo de sarcasmo
- Isabella Marie Swan, si sabes con quien estas hablando verdad?—ahí vamos de nuevo
- Lo siento madre, es solo que estaba durmiendo—esa era sin duda Rene Swan la mujer que creía que todo giraba a su alrededor, aquella que creía que por el simple hecho de ser su madre le debía pleitesía y obediencia
- Esta bien por ahora no voy a decirte nada, por que necesito que cuanto antes vengas a casa—no, no, no, maldición!
-No creo que…- ni siquiera la dejo terminar de hablar
-Nada de que no crees Isabella, hace 6 meses que no sabemos nada de ti, ya van dos veces que me dejas esperando y en esta ocasión no será así jovencita, así que el jueves te quiero aquí y mas te vale que vengas o me dejo de llamar Rene si no voy por ti y te traigo a rastras—por que la vida se ensañaba con ella de esa manera, por que no podía simplemente desaparecer y dejar de ser Isabella Marie Swan, hija del segundo hombre más rico de Seattle.
-Esta bien mamá, trataré de estar ahí el jueves—maldijo a todo y a todos, ahora que demonios quería Rene, que no le era suficiente con asfixiar a su padre, ahora quería hacer lo mismo con ella?
-No, no trataras, estarás aquí, así que ve haciendo los arreglos pertinentes, por cierto el avión de tu padre te estará esperando en el hangar de siempre a primera hora del Jueves y mandaré a un chofer a que te recoja en el apartamento—
-No hace falta yo puedo llegar al aeropuerto sola, no te preocupes madre ahí estaré—dio por terminada la llamada, ya sabía que no iba a haber un te quiero o un te extraño por parte de su madre, pero eso hacia ya mucho tiempo que no le dolía, es más lo veía hasta normal, sabía que a ella solo le importaba su estatus y lo que pensarán los demás.
Se paro frente al espejo y se observo detenidamente, ya no quedaba nada de aquella Isabella que salió hace un año de aquella casa, aquella que la tenía muerta en vida, sabía que por más que siguiera fingiendo, iba a llegar un momento en que todo se iría por la borda y terminaría siendo como su madre o su hermana y eso si que no se lo podía permitir, las amaba claro que las amaba por el simple hecho de ser su familia, pero no quería ser tan materialista como ellas, al que si extrañaba con todas sus fuerzas era a su padre, el siempre había querido lo mejor para ella, pero sabía que estaba más que dominado por su madre y que en todo terminaría estando de acuerdo con Rene, ese fue uno de los motivos que hizo que ella se replantease el seguir en esa casa, así que una noche, simplemente cogió sus cosas en una pequeña maleta y se fue, tenía la carrera de diseño de interiores terminada, por lo menos tenía con que defenderse, así que dejo todas aquellas cosas que eran de valores exuberantes y partió a la aventura.
Y ahora un año después aquí estaba, pero no era Isabella Swan, ahora simplemente era Bella Dowson, en cuanto llego a Londres supo que tenía que cambiar de apellido por que eso sería más una carga, que una ayuda y aunque trato de esconderse de sus padres, un día simplemente dieron con ella y la llevaron de vuelta a Seattle, acordó con ellos que estaría disponible en el momento que necesitaran de ella si la dejaban marchar a Londres nuevamente, Charlie su padre se lo concedió, pero le hizo prometer que en cuanto su madre llamará dejaría todo para reunirse con ellos y ese día había llegado, tenía que regresar y ver cuales eran los planes que tenía Rene para ella.
Frunció el seño, era oficial ya no podría dormir más, así que se fue directamente al baño, abrió las llaves de la tina para que comenzará a llenarse, se hundió en el agua y dejo su cabeza descansar en el borde de esta, cerro los ojos, ahora los recuerdos eran tan vividos, que volvió a sentirse una niña nuevamente corriendo por el jardín y seguida de aquel cachorro, en ese tiempo se sentía feliz y libre, junto a aquellos ojos azules, esos tiernos ojos que la siguieron por años y que simplemente un día tuvo que olvidar, se incorporo y salió de la tina, necesitaba dejar de pensar, eso era lo único que traía consigo Rene y sus llamadas.
En automático se vistió, sabía que no debía regresar a aquella época, había sido su primera ilusión y también había sido lo que le había roto el corazón, sabía que no necesitaba nada de eso, ahora era independiente y todo ese pasado había quedado atrás, esa niña que se enamoro perdidamente se había quedado en Seattle, encerrada en aquella habitación con todo lo demás, pero ahora tenía que volver y eso era lo que más le dolía de todo, los recuerdos…
Una vez vestida salió al balcón y comenzó a gritar hacia el balcón contiguo, sabía que Alice no había despertado aún y si a ella no la habían dejado dormir, pues su amiga tenía que hacerle compañía.
- Alice!—dio unos fuertes golpes en el barandal –Alice sal, despierta y asoma tu linda cabecita—
- Alice Brandon si no sales en este instante, llamaré a Jenaro para que habrá tu departamento y te sacaré a la fuerza—después de dos largos minutos se abrió la puerta del balcón y apareció una Alice con los cabellos completamente revueltos y los ojos entrecerrados.
- Bella?, que demonios te pasa son las 8 de la mañana y es D-OM-I-N-G-O, si entiendes que uno tiene que dormir verdad?—se veía muy cómica con su pantalón de ositos y sus pantuflas de garras
- Alice como puedes tener ese tipo de pantuflas en tu poder, tu la gran diseñadora, con ese tipo de ropa—se carcajeo Bella a todo pulmón
- Ríete mientras puedas Bella, me las ha regalado Emmett, que querías que se las aventará o que?, siendo regalo de mi hermanito tenía que conservarlas—dijo moviendo el pie de un lado a otro—ahora me puedes decir cual es la emergencia?
- Necesitamos un café URGENTE—Alice la miró concienzudamente
- No me digas que ha llamado la bruja del oeste?—Bella sonrió ante al apodo que Alice le había puesto a su madre
- Si, por eso te veo en el café en 10 minutos y apresúrate que no quiero estarte esperando— tomo sus llaves y su cartera y se dirigió al café.
Apenas abrió y el irresistible olor a café le inundó las fosas nasales – Bella, no pensé verte tan temprano por aquí—Emmett le sonreía mostrando todos y cada uno de sus dientes.
- Hola Emm y realmente serían buenos días si me dieras mi delicioso café—le dijo haciéndole un leve puchero
- Ed!, capuchino pecaminoso para la dama—grito a todo pulmón, a Bella se le enrojecieron las mejillas con el grito de Emmett, pero más aún al ver a aquel chico tras la barra.
- Quien es?—pregunto Bella
- Edward Masen comenzó a trabajar ayer, esta aquí mientras encuentra otro trabajo, ya sabes la renta no espera—
- Y a que se dedica?—Emmett levanto las cejas sugerentemente
- No me digas que te gusta?—le dio un ligero empujoncito con el hombro
- Emmett no digas tonterías, solo es… curiosidad—aunque no sabía por que pero aquel desconocido había llamado su atención y sentía curiosidad por saber de él.
- Pues es actor o por lo menos esta intentando serlo, pero mientras encuentra una oportunidad esta ayudándome con el manejo de este café—Bella formo una pequeña "o" con su boca, nunca pensó que aquel hombre fuera actor, aunque ahora pensándolo bien, si, era del tipo de niño bonito que salía por televisión.
Mientras Edward hacía el café no podía apartar los ojos de aquella castaña, era realmente hermosa, pero aparto la mirada cuando Emmett la tomo en brazos y comenzó a darle pequeños besos alrededor del rostro, para finalmente soltarle uno en la boca.
Bella le daba ligeros golpes a Emmett para que la bajará—Basta Emm, cualquiera pensaría que estas interesado en mi—le dijo en un tono burlón
- Hieres mi corazón Bells, aunque eso quisieras tú, sabes que te quiero pequeña y nada me daría mas gusto que encontrarás a tu media naranja—Bella soltó un resoplido
- Si como no, eso no es para mi y basta de pensar que le estas dando celos a tu nuevo trabajador, el ni siquiera me ha mirado—
- Eso es lo que tu dices pequeña—dijo cerrándole un ojo
- Llegue!—grito Alice desde la puerta
- Vaya!, los duendes nos atacan!—grito Emmett eufórico, mientras Alice le entrecerraba los ojos. Cualquiera que los viera juntos pensaría que son todo menos hermanos, Alice tan pequeña y menuda con facciones delicadas y Emmett enorme como un ropero y con facciones un poco hoscas, pero realmente guapo, solo necesitabas verlos con detenimiento para encontrar sus rasgos tan parecidos, como esos pequeños hoyuelos que a los dos se les hacían cuando reían, o esos ojos azules tan intensos, pero llenos de una infinita ternura.
- Emmett Brandon!, no te golpeo como te mereces, solo por que estoy muy cansada—Alice se desplomo en uno de los silloncitos que ocuparían ese día – Al parecer Bella decidió que hoy DOMINGO nos tendríamos que levantar temprano—
- Señorita su café—dijo Edward, Bella se giró y le sonrió
- Gracias y llámame Bella si!—Edward le dedico una sonrisa torcida
- muy bien Bella, tu llámame Edward—Bella se sonrojo y tomo su mano, cuando la estrecharon los dos sintieron una especie de descarga eléctrica recorrer su cuerpos, ella bajo la mirada, Edward se despidió muy a su pesar y volvió al trabajo.
- ho por dios!—Alice se llevo las manos a la boca—ese chico es tan hermoso, quien es?—Emmett rodó los ojos y las dejo a solas – Y te miraba de una manera que cualquiera pensaría que le gustas—dijo cerrándole un ojo a Bella.
- Alice no digas tonterías, aparte no es de él de quien quiero hablarte—la chica volvió a centrarse en Bella y su problema.
- Esta vez que te dijo?—Bella soltó un bufido
- Lo de siempre, es solo que ahora tengo que ir—se llevo las manos a la cara ante su frustración
- Pero no pudiste decirle que no—
- Alice como si a Rene se le pudiera decir que no, a parte ya van dos veces que no voy y esta vez me amenazo con venir por mi y yo se que lo va a cumplir, así que esta vez tengo que ir a como de lugar, el jueves estaré de regreso en mi peor pesadilla—Alice era la única persona que sabía realmente quien era Bella, solo basto con que se cruzaran en un parque para que las dos supieran en seguida que serían las mejores amigas, tiempo después Bella tuvo que contarle la verdad que tan celosamente escondía y su amiga la había comprendido y ayudado a encontrar un mejor departamento, es por eso que ahora vivían en el mismo edificio, balcón con balcón…
- Y volverás…?—había cierto temor en la pregunta que Alice le había formulado
- Pero… claro Alice, sabes que esa vida no es para mi y así Rene se muera de la rabia regresaré a mi vida aburrida, normal y monótona—suspiró
- Y ya pensaste que harás cuando lo veas nuevamente—Bella se quedo pensativa unos instantes
- Hacer lo mismo que la ves anterior, portarme cordial y amable, sabes muy bien que hace años que guarde cualquier tipo de pensamientos amorosos hacia él—aunque ella se sentía atemorizada en el fondo, sobre todo por que toda su niñez y parte de su adolescencia la había pasado enamorada de aquel…
- Bella?—Alice la saco de sus pensamientos
- Si?—respondió
- Crees que en esta ocasión te pueda acompañar, así nos aseguramos de que regreses—a Bella se le formo una enorme sonrisa en los labios
- Si definitivamente eso ayudaría mucho—Bella la abrazó, sabía que su amiga le serviría para juntar aún más todas sus fuerzas para poder llegar a su destino.
