Aunque no esté seguro


Disclaimer: Este fic usa los personajes del mundo creado por Fujimaki Tadatoshi

Pareja: AoKi


El despertador sonó a las 7:20, la blanca mano se extendió para a pagarlo, se desperezo en su cama sintiendo que sería un gran día, y es que hoy lo tenía todo planeado.

–auch– se golpeo al caer al piso pues cuando quiso levantarse cayó al suelo, gracias sus reflejos evito golpearse la cara, no se había dado cuenta que tenia las sabanas enredadas, era tanta su emoción por ese día que paso casi toda noche girando sobre su cama.

–¿estás bien Ryouta?– el golpe se escucho desde la planta baja

–si mamá, no paso nada– quito las sabanas con dificultad, y con ganas renovadas se levanto, no permitirá que algo tan insignificante le impediría disfrutar este día.

Durante la ducha, se dio cuenta que un moretón se formaba en su antebrazo, el dolor era leve y podría ocultar el golpe con cualquier playera.

Otra cosa que preocuparse, pero como no todo viene solo.

–waaaa– un grito de sorpresa, el agua se puso helada

–¿hijo te estabas bañando?– vaya pregunta

–si mamá, ¿Qué paso con el agua caliente?– dentro de la regadera huía del choro de agua con el cuerpo lleno de espuma.

–te avise que vendrían a reparar la tubería, cortaron el gas para evitar accidentes–

Se golpeo mentalmente, recién se acordaba.

–¿te faltaba mucho?–

–no, casi terminaba– y de a poquito entro a la caída de agua helada para terminar de quitarse el jabón; para después refugiarse en su cálida toalla.

Se visito con un atuendo casual, y dejo lista otra muda de ropa un poco más formal para la noche, sonrió con picardía al recordar porque quería verse genial esa noche. Quería que todo fuera genial, no solo porque él lo organizaba, sino porque lo hacía para alguien especial.

Tomo su celular y mando un mensaje de felicitación

..

Para Aominechi

¡Feliz Cumpleaños!

Sabes que te deseo lo mejor

Y aunque ya quiero estar contigo para darte tu abrazo, será para después

Así que te veo al rato

..

Tenía una sesión de fotografía esa mañana, no era un gran proyecto y le dijeron que era rápido, pues se llevaría a cabo en tres tomas, en tres días distintos. Así que acepto el trabajo pues él requería de algo más de dinero.

..

Aunque llevaba tiempo de sobra trotaba por las banquetas, porque la emoción no le dejaba estar tranquilo. La tormenta de la noche había dejado un cielo despejado y varios charcos de agua que iba esquivando al igual que la poca gente que caminaba por ahí.

La luz verde de los autos tintineaba indicando que pronto cambiaria, Kise se detuvo en la orilla junto con otros transeúntes esperando el pronto cambio de luz, distraído no se dio cuenta que venía un sujeto corriendo detrás de él, éste apurado sujeto empujo para abrirse paso y salpico con agua sucia cuando su pie golpeo el charco que se formo en la calle, el sonido de un claxon y el presuroso sujeto salió apenas librado.

Pero el rubio y otra persona terminaron afectados, Kise golpeándose con el poster del semáforo y una mujer en el piso.

–ite– exclamo adolorido, pues el golpe lo recibió justo donde se formaba su moretón

La otra persona –maldición– la palabra le llamo la atención, y olvidando su dolor se apresuro a ayudar a levantar a la mujer que era inútilmente auxiliada por su pequeña hija

–¿está bien?– ya otros se acercaban a ayudar.

–…si– dijo mientras en un vano intento se quitaba el agua de encima pues termino empapada, Ryouta solo recibió el agua hasta su rodilla

–¿y usted?– le pregunto al ver como al estar ella de pie, el rubio ponía su mano en su antebrazo adolorido en un acto de reflejo

–¿ah?, si estoy bien, solo fue un golpe– una de sus típicas sonrisas

–¿Cómo puede haber gente que no se fija?– reviso a su hija –¿tu estas bien?– un asentamiento de cabeza de la pequeña –y ni se disculpo– buscaba la manera de liberar su enojo.

–tiene razón– vio que la luz del semáforo que estaba por cambiar –si se encuentra bien, me despido–

–sí, sí, estoy bien, gracias–

Apresuro su paso, también estaba enojado con ese sujeto, pero la sensación de la ropa mojada le molestaba, quería llegar a la agencia para cambiarse, por suerte siempre dejaba ropa extra.

...

Al llegar a su lugar de trabajo saludo como de costumbre al vigilante, a uno de los conserjes que pasaba por ahí, las maquillistas que estaban en su sección y vio al publicista a cargo del proyecto.

–Ryouta-kun hubo un problema– Le tomo del hombro y lo jalo donde estaba una mesa con varias botella de agua y le paso una –la otra modelo ya llego esta en los vestidores pero el fotógrafo llegara tarde– Kise vio a lo lejos a su representante que estaba al teléfono, éste le sonrió con tranquilidad –¿a que huele?– el hombre bajito de cabello en tonos naranjas hacia una mueca de asco –¿eres tú?–

–¿eh?– afino su olfato –maldición, creí que solo era agua de lluvia– se dio cuenta que era su pierna de donde provenía el mal olor

–¿Qué te paso?– se alejo algunos pasos

–un tipo nos salpico agua–

–ah de haber tenido algo más esa agua, como tenemos tiempo vete a dar un baño–

–si claro Togarashi-sama– al menos algo bueno salió al tener tiempo de sobra.

Aunque no todo era bueno, no le gustaba bañarse ahí pues el agua caliente duraba escasos 5 minutos, tendría que ser rápido o seria su segunda ducha de agua fría.

Estaba recostado en el sillón del vestidor, jugando con su celular, el fotógrafo aun no llegaba y se le estaba haciendo tarde para todo lo demás que tenía planeado hacer.

–Ryouta-san– una de las asistentes entro –Okuda-sama, el fotógrafo ya llego– le entrego unas prendas cubiertas con plástico –váyase preparando–

–Gracias–

Salió vestido con un pantalón satín color beige y una camisa de muselina del mismo color, el estudio tenía detalles para aparentar un salón clásico, la chica con quien trabajaría de cabello azul bermellón con destello violetas y ojos rosas llevaba un vestido chiffon a juego.

Tras las rápidas presentaciones, el fotógrafo pidió que se movieran como si de un vals tratara.

–espera ¿Qué es eso?– el fotógrafo se acerco al rubio –¿es un moretón?– la transparencia de la camisa permitía ver su piel.

–¿Qué?– su representante, un hombre alto de cabello negro y ojos verde olivo se acerco –¿Cómo permitiste que sucediera?–

–fue un accidente– ahora hasta lo regañarían

–Mei-san– el ojiolivo llamo a una de las maquillista y logro desparecer todo rastro de moretón –sabes que es tu responsabilidad estar listo–

–sí, lo siento– no se desarrollo más la discusión para no tomar tiempo de los demas.

Y el baile comenzó.

–auch– un gesto de dolor del ojidorado

–lo siento– la chica se disculpaba por cuarta vez, no sabía bailar incluso algo tan lento como lo estaban haciendo, en parte para dar tiempo para hacer las tomas y otra porque ese era el ritmo.

–no te preocupes– Kise sonreía como todo un caballero, eran momentos como estos en que el rubio ponía a prueba toda su paciencia.

–ok, ahora pónganse románticos– Okuda seguía dando indicaciones –Kiki-san relájate– le costaba meterse en el papel y se sonrojaba rápidamente.

–lo siento–

–Ryouta-kun no presiones a Kiki-san–

¿Qué? Se pregunto mentalmente, él solo hacia su trabajo, no era su culpa que la chica no supiera hacer su trabajo ni que fuera incapaz de controlarse –si Okuda-sama– pero sabía que no ganaba nada con discutir. Aunque no podía evitar recordar que el retraso era por el fotógrafo.

Su pensamiento se lleno de una sola cosa: hoy no era su día.

...

Tras varias horas, para un trabajo que debió llevar menos tiempo, al fin terminaron. Kise se dio un tiempo en los vestidores para masajearse los pies y tranquilizarse un rato. Aunque el fotógrafo no agradeció su trabajo, el publicista y su representante si lo hicieron.

Suspiro resignado, había sido un mal despertar, una dolorosa mañana y un tedioso trabajo; pero como todo un optimista, se hizo a la idea de que el resto iría bien.

Reviso su celular.

..

De Aominechi:

Mas te vale dejarte ver

Un simple mensaje no me basta

..

Para Aominechi:

Lo siento, pero no llegare para jugar con ustedes

El trabajo termino mas tarde de lo que estaba planeado

Pero te veré pronto

...

Sin esperar la respuesta a su mensaje se marcho, hoy era el cumpleaños de su novio y quería estar con él, abrazarlo y hacerle sentir lo especial que era, y agradecerle lo bien que le hacía sentir cuando estaban juntos.

El padre de Daik, el señor Aomine Hidoki le había avisado que llegarían familiares de visita y que los quería incluir en la celebración de su hijo. Kise sabía que si había adultos la fiesta tendría que ser formal, pero no indicaba que fuera aburrida, así que se ofreció a ayudarlo.

..

–buenas tardes Aomine-sama– llego a una casa de dos piso, el mayor de la familia estaba en el patio trasero sacando algunas sillas

–buenas tardes Kise-kun– saludo tenso

–¿pasa algo?– lo noto claramente –mi hermano ya llego con su familia– miro al interior de la casa, se veían dos personas adultas por la ventana de la cocina –su esposa quiere preparar el pastel, le dije que tu ya te hiciste cargo– las voces del interior se escuchaba más claramente –creo que ahora quiere preparar algunos bocadillos–

Ambos adultos salieron de la casa –prepare algo para beber– una alegre mujer de cabellera castaña corta y ojos miel que brillaban de alegría, traían consigo una bandeja con una jarra llena con agua de sabor y algunos vasos

–eres tan terca– un hombre la seguía de cerca

–siempre hay que tener algo de bebida para ofrecer, nunca sabes cuando llegara un sediento–

–que ideas tuyas tan raras– ambos se acercaban rápidamente cuando la mujer tropezó

–oh lo siento– se disculpo al ver que empapo a quien la detuvo para que evitara que cayera.

El rubio recibía su tercer baño de agua fría –no se preocupe– respirando profundamente para evitar perder el control, eran demasiada cosas imprevistas en un solo día.

–¿estás bien?– la castaña tomo unas servilletas e intento secar al chico

–¿vez lo que casusa?– la regaño el marido

–no se preocupe– el ojidorado detuvo a la mujer en ese vano intento de secarlo

–por cierto él es mi hermano Kazuki– ambos morenos eran muy parecidos pero el invitado tenía los ojos marrón y el padre de Daiki de color terracota –y mi cuñada Amane, él es Kise Ryouta–

–mucho gusto Kise-kun y perdóname otra vez–

–no hay problema solo es agua– intento calmarla al verla tan nerviosa, al fin y acabo solo fue un accidente.

–es mejor que te cambies– el mayor de los Aomine sugirió –¿tienes ropa aquí?– aunque fue una pregunta inocente, a Ryouta le puso nervioso, agradecía que el padre haya aceptado la relación que tiene con su hijo, pero sabía que la presencia de su ropa en el cuarto de Daiki era por algo mas intimo.

–eh si– medito un poco, aun tenía algunas cosas planeadas –había venido para recibir el servicio de fiestas–

–yo los espero–

–claro, déjanos ayudar– la mujer quería involucrarse

–me iré a mi casa a cambiarme, de todos modos iba a regresar ya que deje ahí el regalo– saco su celular

–ok–

–le avisare a los organizadores que usted los recibirá, y me confirmen su llegada– esperaba el tono –ah por cierto, el servicio incluye los muebles, así que no son necesarias las sillas–

–ya veo– mirada cansada, aunque Hidoki las había sacado para no escuchar las discusiones de la pareja.

–incluye todo– repitió para afirmar –así que no se preocupen– sobre todo porque quería dejar indicaciones de lo que quería, había ordenado un estilo lounge, algo cómodo para los adultos, mesa bufete para comida y bebida a cargo de un par de meseros, Dj con la lista de canciones favoritos de Daiki, además de instalar una lona pues auguraba lluvia, junto con el juegos de luces; e incluía la limpieza del lugar al final para quedar bien con el suegro al no dejar desorden.

Kise caminaba a paso rápido ya que la sensación pegajosa se incrementaba como se iba secando su camisa, pero en eso recordó que la cancha donde estarían los chicos jugando no estaba lejos; tomo dirección hacia ese lugar, pasar a saludar no le llevaría mucho tiempo, o eso esperaba.

...

No tardo en escuchar las voces y los rebotes de la pelota, se oían animados, el rubio sonrió al saber que pronto abrazaría a su novio.

Sus pasos se detuvieron, ¡no puedes ser! pensó al ver tal escena.

Furioso, quería gritarle, golpearlo.

Daiki besando a una chica de cabello castaño.

–no está mal– Daiki su lengua recorrió sus labios con satisfacción

–genial– contesto ella, por la posición en la que estaba solo la veía de costado

–no creí que Aomine-kun fuera capaz– las palabras de Kuroko en complicidad

Ryouta estaba furibundo, como se atrevía Aomine a engañarlo, apresuro su paso para encararlo.

–¿pero qué pasa con Kise?– pregunto Kagami

–Kise no tiene nada que ver– el moreno sonrió sereno

–¿no es tu novio?– insistía el pelirrojo

–no lo va a saber–

El rubio detuvo sus pasos al escuchar como sus amigos no mostraban mucho interés en la infidelidad, como si fuera algo normal; sus manos se cerraron en puño, intentando contener algo que no entendía.

–ojos que no ven corazón que no siente, dice el dicho– fue la desconocida con actitud altanera

–pero tendrás que decirle en algún momento, seguro se entera– el peliceleste se veía tranquilo

–que se entere no me afecta, algún momento tenía que terminar su obsesión–

–que cruel puedes llegar a ser– logro escucho decir al pelirrojo tras salir corriendo de ahí.

Iba irascible por la traición, ya que a Daiki no le era importante él; se sentía triste porque las personas que consideraban sus amigos estaban ahí y tampoco lo apoyaban; la frustración llego finalmente, Aomine lo iba a terminar porque ya tenía a otra, y él… aun lo quería.

...

Corrió hasta que su pie se acalambro, las pisada de la modelo inexperta lo sensibilizaron.

Por un momento pensó en el sujeto que lo empujo esa mañana, a veces quiere correr para alejarte de todos y no te das cuenta de lo que hay a tu alrededor, como ahorita, que no estaba seguro de donde estaba. Se veía un vecindario tranquilo, cojeo algunas calles hasta llegar a una avenida principal, a unas cuadras se veía una zona con árboles, al acercarse reconoció el lugar, entro al parque donde se oían algunos niños, y se sentó en una de las bancas.

Quería llorar, gritar pero se controlaba por estar a la intemperie, se coloco unos audífonos y puso a reproducir su música favorita, no quería pensar, ni sentir; y le dolía mucho su pie como para ir a otro lado.

Siempre creyó que su relación estaba bien, que aunque Aomine no fuera bueno expresando, sus gestos y sus acciones de atención le indicaban que sentía algo por él, que sus sentimientos eran correspondidos. Estaba tan feliz por esta fiesta, por poder hacer feliz al moreno.

Si Midorima le hubiera dicho que hoy era un mal día no le hubiera creído, pero definitivamente era el peor día de su vida.

Se preguntaba que había hecho mal, que hubiera hecho para evitarlo, y que podría hacer ahora.

Se limpio una fugitiva lágrima, intentaba controlarse, varias personas pasaban cerca y no quería llamar la atención. Su pecho le dolía tanto que sentía que no podía respirar, y una repentina pesadez nublaba su mente y esperaba que le ayudara a no pensar más.

...

El celular vibro, lo saco de su ensimismamiento, un mensaje. En cuanto activo el aparato entrecerró los ojos, el cielo nublado y la poca luz del atardecer, oscurecían el lugar por lo que el brillo de la pantalla lo deslumbro.

..

De Kurokochi:

Ya vamos para allá

..

"Vamos para allá" repitió en su mente. Ya no le importaba, que disfrutaran de la maldita fiesta, no quería saber nada.

Espera.

Era su fiesta, él la organizo, ¿Por qué debería permitir que Aomine disfrutara? Se levanto dispuesto a exigir una disculpa, él era el ofendido porque tenía que estar ahí solo bajo la lluvia.

Lluvia.

No se había dado cuenta que empezó una llovizna, y corrió hasta una de las pequeñas glorietas que decoraban el parque, se recargo en uno de los pilares viendo como la lluvia subía de intensidad. Por suerte el calambre en su pie ya había pasado.

..

Su celular sonó, suspiro relajándose pues quería estar tranquilo para contestar la llamada.

–¿si Aomine-sama?–

–¿no tendrías que estar ya aquí?– se le oía nervioso

–voy a llegar tarde, me atrapo la lluvia–

–voy por ti–

–no, no es necesario; alguien tiene que recibir a los invitados, además Kuroko~chi– aun seguía enojado con ellos –me dijo que ya iban para allá–

–yo los espero–

–llegare tarde pero ahí estaré–

–ok– ambos colgaron

Suspiro nuevamente, dejaría que Aomine disfrutara de esa fiesta, que viera lo que era capaz de hacer por él y después frente a todos les mostraría lo traidor y cobarde que es, aun tenía que cambiarse de ropa para verse espectacular para que viera lo que se perdía, se oía infantil, pero no le importaba.

Tiritaba sentado en el piso de la glorieta, recién se dio cuenta que había dejado la chamarra en la agencia cuando se cambio de ropa, en ese momento el día estaba tibio como para percatarse de que lo olvidaba.

..

Al fin la tormenta se detuvo, ya era de noche, no se veían personas en las cercanías, pocos faroles alumbraban el lugar. Saco su cartera no llevaba mucho efectivo para tomar un taxi, lo volvió a guardar y saco su celular, pasaban de las 8pm.

¿Cómo perdió tanto tiempo?

Tenía que llegar a la estación más cercana del tren, su casa estaba algo lejos y ese medio era lo más práctico. Regreso a la avenida mirando para todos lados, se le hacía conocido el parque pero no recordaba qué camino tomar, aunque no tenia buena orientación, contaba con una buena memoria, de ahí que pudiera copiar los movimientos de sus contrarios, pero esta vez le estaba costando recordar.

No sabía si se sentía perdido por el dolor de su corazón, o por lo desorientado que termino.

Escucho unos ruidos lejanos, tomo rumbo a ese lugar esperando encontrar a alguien que le diera indicaciones.

Se veía a un hombre arrastrando una gran bolsa, empezó a sentirse inseguro, al acercarse escucho que el vagabundo balbuceaba palabras sin sentido, su interior le alerto, mejor se alejaba, sintió algo de tranquilidad al escuchar unas voces no muy lejos, cambio su dirección.

–¡dame!– no se dio cuenta de que el hombre sucio se le había acercado –comida– la mirada viciosa, el rostro avejentado por el descuido y completamente sucio lo hizo ponerse en alerta.

–lo siento, no tengo– le dijo lo más amable que podía tras la sorpresa inicial, aunque sabia defenderse la presencia intimidante del tipo le ponía nervioso.

–dame algo– las palabras del sujeto sonaron mas como una orden, se notaba que el raciocino de ese sujeto había sido dañado por llevar una mala vida.

–en serio, no tengo nada– con largos pasos logro hacerse distancia del tenebroso hombre.

–¡dáme!– corrió hacia el rubio.

Lo escucho acercarse, el miedo recorrió su cuerpo –ya le dije que no tengo nada– giro para verlo, caminado de espaldas para recuperar distancia y extendiendo sus mano en gesto de tenerlas vacías –auch– el sujeto le corto la mano izquierda con un cuchillo –¡aléjese!– al darse vuelta para correr, sintió otro corte en su hombro.

–¡dáme!– escucho gritarle, ya le había sacado distancia, pero aun seguía asustado, jamás había vivido algo parecido, como razonar con alguien así, ¿Qué se supone que tenía que hacer?

Pero al voltear para ver si aun le seguía se distrajo chocando con alguien.

–ey, fíjate–

–lo siento– eran tres jóvenes como de 20 años, las miradas narcotizadas que tenían aun no le daban seguridad, así que se apresuro a alejarse

–espérate– el sujeto con quien choco de cabello desordenado color marrón, lo sujeto del brazo –crees que con un "lo siento" basta–

–pues sí, no pasó nada– intentaba calmar su voz

–claro que sí, me dolió– los otros dos miraban burlones

–tienes que darnos una compensación– uno de cabello castaño claro

–lo siento, pero no tengo dinero– vio a lo lejos que aquel sujeto desquiciado se acercaba –además tengo prisa–

Como vio que Kise estaba distraído aprovecho para darle un golpe en el estomago –ite– se encorvo tras sentir el dolor, empezó a temblar.

–no nos importa, danos tu dinero–

–mira– el rubio mostró su mano ensangrentada, consiguiendo que aligeraran su agarre –el sujeto de allá es peligroso, me acaba de herir– los otros tres miraron hacia donde apuntaba –es mejor que nos alejemos– lo que más deseaba en ese momento era irse ahí.

–no, seguramente él se corto solo– el tercer sujeto de piel bronceada y cabello rubio; la mente alterada de esos sujetos solo les permitía ver lo que tenían enfrente.

–no te creemos–

–¡DAME!– grito aquel hombre viejo con el cuchillo en alto que destellaba por la luz del lugar, el cuerpo de Ryouta se sacudió al ver tal tétrica imagen.

Los tres sujetos reaccionaron igualmente dejando libre a Kise quien sin pensarlo se jaloneo para soltarse pero su pie trastabillo terminando en el piso.

El sujeto armado fue tras el castaño quien estaba más cerca –¡dame!– repetía

Sin esperar más, Kise se levanto y salió corriendo de ahí. Escucho las cuatro voces discutir a lo lejos, ya no les puso atención.

...

Pasaron varios minutos para que su carrera se volviera caminata, no tardo en escuchar barrullo cerca, camino hacia el lugar de donde provenían, se envolvió la sangrante mano con el borde de su camiseta, tenía que atendérsela. Con su mejor sonrisa logro conseguir referencias y llego a un hospital cercano, por suerte traía tanto la identificación de la escuela como la del trabajo, con cualquiera le darían servicio gratuito.

Una enfermera le estaba vendando el pie –así que tuviste un mal día– hubo un momento en que cojeo, así que la enfermera, coqueteándole al apuesto chico, aprovecho para estar más tiempo con él revisándolo.

–lo único bueno fue conocerte a ti, achu– y a éste que le encantaba la atención

–salud– contesto al estornudo –y gracias– un sonrojo de la pelivioleta de ojos rosas –listo– se puso de pie con una picara sonrisa

–achu– otro estornudo

–déjame ver– saco un termómetro, que puso bajo el brazo del rubio

–no creo que sea algo grave–

–ahorita lo veremos– se acerco un doctor –ya termine de vendarlo, solo le estoy tomando la temperatura– explico rápidamente al notar que éste la miraba con regaño al tardarse tanto con un solo paciente

–¿Qué temperatura tiene?– pregunto revisando el registro de ingreso

–37.8º – la chica vio al rubio preocupada

–entendido– volteo a ver a Ryouta –te quedaras para que revisemos tu temperatura, y recuerda avisarle a tus padres para que vengan por ti– antes de salir dio unas indicaciones a la enfermera

–ya termine– aun coqueta –si necesitas algo avísame, me llamo Ami–

–gracias Ami-chan– cerraron la cortina para darle algo de privacidad en esa área abierta.

Kise saco su celular, tenía varios mensaje

..

De Momochi:

Apúrate Ki-chan, Dai-chan pregunta por ti

..

De Kurokochi:

Donde estas Kise-kun?

..

De Akashichi:

Esperó que no sea una jugarreta tuya este molesto retardo

..

¿Tanto le importa tenerme ahí? Se pregunto al recordar lo sucedido en la tarde, aunque más fastidiado que otra coas.

Al llegar al hospital se sintió seguro, pero aun sentía un escalofrió por recordar el susto que acaba de vivir llevándole a dejar de lado su enojo; aunque su mente aun no estaba despejada, habían sido demasiadas cosas para un solo día.

..

Para Kurokochi, Momochi, Akashichi

Voy a tardar :)

..

Fue toda su respuesta, sus planes contra Aomine había desaparecido por el momento, temer por su vida dos veces te da una nueva perspectiva.

Su cabeza le punzaba, sospechaba que había terminado resfriado. De nuevo miro el celular, no le dejarían salir sin que viniera un adulto; en su casa sabían que se quedaría con los Aomine, y hablarle a éstos también estaba descartado, de echó todos los presentes en la fiesta de Daiki estaba descartada, no quería dar explicaciones.

Pensó en algunos de sus compañeros de trabajo mayores de edad, había uno en especial en quien confiaba pero seguramente no estaría en Tokio, solo quedaba su representante, pero conociendo lo mujeriego que era seguramente no le contestaría por andar tras una conquista y no quería molestarlo.

Lo pensó mejor, el trabajo de la mañana fue a petición de él, así que le marco.

–¿Qué quieres?– se escuchaba molesta la voz del teléfono

–Kisaragi-san necesito un favor– con voz alegre

–estoy ocupado– se podía escuchar música de salón en el fondo, sospechaba que estaba en algún restaurante

–es rápido–

–¿Qué es?–

–necesito que firmes la alta– el rubio lo dijo lo más tranquilo posible

–¿la que?– lo escucho sorprendido

–sí, es que me quisieron asaltar, y terminaron haciéndome unos cortes, pero estoy bien– aclaro rápidamente –solo es necesario que un adulto firme la alta–

–maldición, estoy con una chica– lo dijo mas para si

–tráela, así le doy el gusto bueno–

–como si necesitara que un mocoso me dijera con quien salir–

–vamos, le presentaras a alguien famoso–

–si aja– con ironía –de hecho ella es famosa–

–perfecto, quiero conocerla– un rubio emocionado

–no sabes quién es–

–si es famosa no importa–

–maldición– repitió frustrado el mayor

–no es bueno maldecir–

–hago lo quiero sobre todo cuando me meten en problemas–

–pero no estoy en problemas–

–¿por qué no hablas a tu casa?–

–no quiero importunar a mi mamá–

–pero a mi si–

–claro– una voz en exceso alegre de parte de Kise

El adulto tardo en contestar, pensaba que hacer –¿en qué hospital estas?–

–Hospital Q–

–ya me hago cargo–

–gracias–

–si, si– su voz sonaba molesta antes de colgar.

Le había costado muchas energías hacer esa llamada, su voz siempre era alegre, pero esta vez fingir que todo estaba bien lo agoto.

Guardo el celular y se recostó en la camilla, escucho que sonaba por un mensaje entrante y lo ignoro. Se sentía cansado y recordaba que por las prisas no había comido, y ahora ni cena iba a tener, pudo sentir como la fiebre incrementaba, se acomodo para dormir y dejar que la medicina que entraba por la intravenosa hiciera efecto, ignoro todo lo demás.

~~o~~

Continuara

~~o~~