AVISO: Este fic participa del desafío de Septiembre de "Captura la bandera" del foro El Monte Olimpo.

Disclaimer: Ninguno de los personajes de Rick Riordan me pertenecen. Si no, ya estaría publicando mi novela en vez de hacer fanfics xD

Era un pacífico día de primavera, donde las aves trinaban desde lo alto de los árboles y las ninfas jugaban con los sátiros a perseguirse junto al río. Un grupo de campistas de la cabaña de Hefesto estaban forjando armas y todo tipo de objetos hermosos cerca de su día perfecto para. . .

-¡AAAAAAAHHHGG! -el líder de la cabaña de Apolo volaba sobre el Campamento agitando sus brazos como loco y a punto de perder el equilibrio. Sus pies se movían de una forma extraña, como si fueran éstos los que lo mantuvieran volando alto en el cielo, igual que un pescado gigante moviéndose sin sentido.

Los chicos de la cabaña de Apolo lo perseguían unos metros más atrás, apuntando sus arcos hacia Lee como si estuvieran tratando de acertarle a sus pies, y aún más atrás, venían tranquilamente los hermanos Stoll, riéndose a carcajadas de las extrañas brazadas que daba el pobre hijo de Apolo en el cielo.

De repente, un deportivo rojo surcó el cielo a toda velocidad, brillando tan fuerte que muchos campistas tuvieron que cubrirse los ojos antes de verlo pasar. Del coche surgió una mano tratando de agarrar a Lee, pero el chico pataleaba tanto que era imposible rozar la punta de su camiseta naranja.

-¡Sáquenmelas! -ah, claro. Las zapatillas, unas converse de color rojo con un par de alitas doradas en el talón, arrastraban al hijo de Apolo como si fuera un saco de papas por el cielo. Y, por eso, los hijos de Apolo temían apuntarle a las zapatillas, porque si les daban Lee Fletcher caería desde siete metros de altura directamente hacia el suelo. Entonces, un campista envió una flecha justo hacia el ala de la zapatilla, provocando que Lee perdiera el equilibrio y comenzara a caer en picada hacia el grupo que lo esperaba abajo.

-¡Ayudaaaaaaaaa! . . .-el cohe se lanzó hacia él, pero Lee iba muy rápido. Faltaban solo unos metros. . . la mano lo sujetó bruscamente por la punta de la camiseta y lo metió de un tirón en el coche. Luego, aterrizó, y de él bajó un hombre con una sonrisa deslumbrante y un par de lentes de sol.

-Esta reunión merece un haiku . . .La primavera/ Yo salvé a mi hijo/ Soy un héroe, ¿qué tal? -observó a sus hijos esperando una ovación -bueno, veo que no sabéis apreciar la magia de mis haikus. Hablando de magia, ¿qué le ha ocurrido a esta pobre ave?

-Oh, señor Apolo, mis disculpas -Quirón se abrió paso entre el grupo de campistas trotando -es solo que algún chico travieso ha robado las zapatillas mágicas de Hermes de mi estudio, y creo que las ha ocupado para gastarle una broma a Lee Fletcher.

-¿En serio? Ya creo que es gracioso -se rió por un instante- bueno, debo irme, ¡Manténganse fuera del cielo!

Mintras tanto,Travis y Connor no podían dejar de reírse escondidos tras los árboles, sin darse cuenta de que Quirón los observaba con el ceño fruncido.