Hola;

Esta Historia, como dije en el summary, trata sobre mi version de como seria la batalla final entre Harry Potter y Lord Voldemort. Los personajes y el concepto general de la historia pertenecen a JK Rowling. En algunos capitulos hago referencia a escenas de sus libros, como por ejemplo "Harry Potter and the Chamber of Secrets", "Harry Potter and the Order of Phoenix" y "Harry Potter and the Half-Blood Prince". Tambien use como referencia la Enciclopedia de Harry Potter cibernetica; el resto es de mi imaginacion.

Hice algunas ediciones; entre las cuales se encuentra la eliminacion del primer capitulo (La carta de Lily) ya que si revivia a Lily, como pensaba hacer, tendria que revivir tambien a James, a Sirius y a Dumbledore, asi que perdonen los inconvenientes para los que ya habian leido la primera version...

Espero que les guste y por favor dejen reviews.

Att:

Anacahona

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Harry Potter

y el Último de los Horocruxes

-1-

El Secreto de la Tia Petunia

Harry se encontraba en su habitación de Privet Drive, había ido a visitar por última vez a sus tíos Petunia y Vernon y a su primo Dudley, ya que con su mayoría de edad no tenía por qué seguir viviendo con ellos, pero aun así decidió darles una última visita tal como le hubiera prometido a Dumbledore meses atrás. Aunque sus tíos no lo hubiesen extrañado para nada y les diera igual si Harry estubiese vivo o muerto; él sí queria cumplir hasta lo último con todo lo que Dumbledore le habia pedido en vida. "El siempre tuvo completa fe en mi y nunca le fallaré"- pensaba Harry para si cada vez que se preguntaba qué rayos hacía en esa odiosa casa.

Junto con él se encontraban Ron y Hermione, sus inseperables amigos. Habian llegado esa misma tarde, para gran asombro y alegria de Harry ya que estar en la casa de los Dursleys un día era una tortura, dos era un atentado suicida, más de eso era una completa locura… pero al menos con la compañia de sus dos mejores amigos los días en esa casa serian más soportables. Ambos jóvenes se habian aparecido en el comedor, mientras todos, excepto Harry, se encontraban sentados en la mesa comiendo. El tío Vernon se habia servido una gran porción de carne y habia comenzado a comerla justo cuando, de la nada, Hermione y Ron hicieron acto de precencia .

"PERO QUE RA... "- Decia el tío Vernon tratando de articular palabra entre la tos y la carne atorada en su garganta -"Me ahogo Petunia haz algo! "-

Petunia, muy nerviosa, se acercó a su marido y le daba palmaditas en la espalda a la vez que le acercaba un baso de agua, mientras el vomitaba todo lo que habia comido sobre la mesa. A todo esto, el gran Dudley parecía no importarle en absoluto lo que pasaba, sólo se dedicaba a mirar con poca curiosidad a sus padres a la vez que seguia comiendo con mucho entusiasmo su carne con papas majadas. Petunia trataba, inutilmente, de limpiarle la cara y los vigotes a su marido, pero este trataba de zafarse de ella y buscaba con los ojos a los dos chicos que habían irrumpido en su casa. Se habia puesto rojo, sus ojos echaban fuego y su nariz resoplaba como un toro furioso y con cada resoplido se retorcian los restos de comida en sus vigotes.

"Ahora entiendo porque para Harry es tan horrible vivir aqui…"- le decia Ron a Hermione por lo bajo mientras ambos miraban asqueados la escena.

"Eh dicho que qué rayos esta pasando aqui! Quienes son ustedes?"- Preguntaba Vernon con mucha furia.

"Somos amigos de Harry, señor..."- Comenzó Ron, un poco amedrentado por la actiud y apariencia de toro furioso que tenia el hombre- "Con mi pelo rojo, en cualquier momento se me hecha encima…"- Pensaba en su interior.

"Somos compañeros de Hogwarts, señor"- Dijo Hermione con tono valiente y rostro erguido.

"Le he dicho a ese granuja que no quiero magia en mi casa. HARRY VEN AHORA MISMO!"

Harry, que habia escuchado todo desde su cuarto en el segundo piso, bajó con una sonrisa disimulada en su cara. Llevaba puesto unos jeans gastados, una camiseta de un color oscuro que ya no se podía apreciar de tanto lavado y uso, y unas tennis grises que en mejores tiempos habian sido negras. Su alto y delgado cuerpo ya lograba llenar los pantalones que años atrás le quedaban como caseta de acampar ya que, al igual que la camiseta y las tennis, eran herencia de su enorme primo. Su pelo, negro azabache y un poco más largo que la última vez que estubo con Ron y Hermione, parecía todo desordenado y sus lentes redondos estaban torcidos.

"Seguro que se quedó dormido con todo y lentes, pobrecito…"- Penso Hermione.

"Te he dicho un millón de veces, mocoso, que no quiero que hagas magia en mi casa"- Dijo el tío Vernon mirando con cara de asco y desprecio al joven Potter.

"Lo siento tío Vernon…"

"Lo siento tío Vernon"- Repitió Vernon con tono de burla, mientras Dudley lanzaba una risotada a la vez que Hermione lo miraba con cara de desaprovación, a lo que este contestó con otra gran risotada.- "Dime mocoso, conoces a estos dos?"- Preguntó por último Vernon, pronunciando la última palabra con énfasis distinto; como si le costase tratarlos de humanos y fueran unos fenómenos.

"Claro, son Ron y Hermione; son mis amigos"- Dijo Harry.

"Qué vienen a hacer aquí?"- Preguntó el tío Vernon.

"Vienen a acompañarme"- Contestó Harry.

"Aquí no se pueden quedar, se van los tres"- Replicó Vernon

"Vamos tío, ya tengo 17, ya soy mayor de edad en el mundo mágico. Esta será la última vez que me tendrás aquí en tu casa, solo déjanos quedarnos aquí unos días y poder cumplir con lo que le prometí a Dumbledore…"- Decia Harry con tono suplicante.

"QUE NO ME MENCIONES TANTOS BRUJOS A LA VEZ!"- Gritó colerico el tío Vernon.

Petunia, que se había quedado callada mientras su marido discutía con su sobrino, notó un tono de voz triste en la voz de Harry cuando mencionó a Dumbledore, director del Colegio Hogwarts. Esto la alarmó un poco; recuerdos vinieron a su mente…

"Qué pasó con Dumbledore, Harry?"- Preguntó Petunia, insegura ante la mirada enojada de su marido.

"Fué asesinado"- Contestó un desafiante Harry, dispuesto a mandar a sus tíos al diablo, de ser neceario, si dirigían una sola palabra mal intencionada hacia Dumbledore.

Pero nadie dijo nada, Harry creyó ver en los ojos de su tía miedo y asombro al este darle la noticia de la muerte de Dumbledore, pero no le dió mucha inportancia al asunto; ella siempre andaba asustada con su tío.

"Entonces… nos podemos quedar?"- Preguntó Harry sin muchas esperanzas.

"Prometes que jamás te volveremos a ver? Que ya no tendremos que estar más a cargo de ti? Prometes que ya no sabremos más de ese estúpido mundo mágico tuyo?"- Preguntó Vernon.

"Lo prometo."

"De ser así, y espero que sea así, se quedaran aquí, pero solo hasta mañana en la mañana y luego no los quiero volver a ver nunca más en mi vida… ahora DESAPARECETE DE MI VISTA y ustedes tambien"- Sentenció Vernon.

Acto seguido, el molesto hombre se dirigió a su cuarto cerrando la puerta tras de si con tanta fuerza que las paredes vibraron. Dejando en el comedor a su nerviosa esposa junto con los tres jóvenes y su hijo, que seguia sentado en la mesa comiendo ahora las sobras que habia dejado su madre y su padre.

"Bueno… será mejor que vayamos a mi habitación, síganme"- Les dijo Harry a sus dos amigos.

Y así fue que Harry vino a parar a su habitación de Privet Drive junto a sus dos inseparables amigos. Estaba muy contento de poder estar una vez más con ellos, de tenerlos a salvo junto a sí en estos días tan horribles donde la muerte rondaba de cerca a todos. Harry los miraba a ambos mientras estos examinaban su habitación. Ambos llevaban puesto ropa muggle y cada uno cargaba con una mochila en la espalda. Ron alto, como siempre, lucia una cabellera rojiza más larga de lo habitual y llevaba una pequeña cola de caballo. Estaba más delgado, pero en general lucia igual que siempre; más adulto, claro… en esos meses todos habian madurado mucho, como si el tener a la muerte rondándolos día a día los hiciera vivir al máximo y madurar al máximo. Hermione era las más cambiada que estaba, su pelo castaño lucia más claro en las puntas y más ondulado y largo, esto le hacia resaltar sus grandes ojos café claro que ahora se encontraban ojeando una revista que Harry había dejado tirada en el suelo. Tambien estaba más delgada, al parecer todos habian perdido el apetito, pero esto hacía resaltar su cintura y su talle. "Si Ron no actúa, es un perfecto tonto..." Pensaba Harry sonriendo para sí.

"Y bien¿qué hacen aquí?"-Les preguntó Harry mientras Ron y Hermione se miraban extrañados.

"¿Cómo que qué hacemos aquí? -Preguntó Ron- "Estamos acopañandote como te prometimos¿lo olvidastes? En el funeral de Dumbledore…"

"Sí, claro que lo recuerdo…" -Dijo Harry bajando la cabeza al escuchar el nombre de su antiguo director y sentir una punzada de tristeza en su corazón.

"Además, la boda de Bill y Fleur es en unos días y todos debemos asistir"-Añadió Hermione. –"A propósito; Ginny te mandas saludos y besos. Dice que te quiere mucho y que te extraña… está muy triste ¿sabes, No acepta que le hayas cortado, dice que no es justo que el-que-no-debe-ser-nombrado tenga tanto control en nuestras vidas ya que por culpa de él tu decidistes terminar con ella para no ponerla en peligro…"

"Sí…"- Dijo Ron- "Sé que lo haces por su bien Harry, y eso hace que te valore más amigo mío, pero ella está completamente desconsolada y dice que no te perderá"

"Eso no va a pasar Ron, no me perederá porque yo la amo y…"

Harry no pudo terminar lo que iba a decir. Nada más de pensar en exponer a Ginny o en perderla lo hacian sentir el hombre más desdichado del mundo. Lágrimas bajaron por sus mejillas mientras Hermione con los ojos tambien llorosos trataba de secarlas y consolarlo y así terminaron los tres amigos abrazados entre sí, formando un pequeño círculo de amor y amistad, la magia más poderosa en el mundo. Las frentes de los tres se tocaban como si así pudieran cada uno comunicarse entre sí sin palabras, era una escena muy emotiva y tocante. Estuvieron así por unos minutos que para ellos fue eterno... pero luego Harry se alejó dándoles la espalda por unos segundos mientras trataba de secar sus ojos.

Cada vez que Harry pensaba en Dumbledore sentía un gran hueco en su corazón, como si un vacío llenara su cuerpo; se sentía incompleto. Poco a poco las personas que él apreciaba y valoraba se iban de este mundo: primero sus padres, luego su padrino y ahora Dumbledore y para colmo tambien debía privarse de estar junto a Ginny, esa niña que tanta felicidad le había dado. "Quién será el próximo?" Pensaba Harry mientras miraba a sus amigos. Ron miraba con extrañeza una bola de basketball; trataba de partirla en dos, como si de una fruta o comida se tratara, mientras que Hermione lo miraba poniendo los ojos en blanco y trataba de explicarle la verdadera función de la bola. Harry los observaba dibujando una sonrisa triste en su rostro, los quería tanto... ámbos eran como dos hermanos para él, los hermanos que nunca tuvo. Tambien pensaba en Ginny, tenía su imagen grabada en su mente y recordaba como si hubiese sido el dia anterior ese espectacular beso luego de la partida de Quidditch "Si algo les pasa juro que..."

"Me pregunto cómo será el traje de la grandiosa Fleur"- Dijo Hermione haciendo que Harry se sobrsaltara de lo distraído que estaba en sus pensamientos.

"De seguro será precioso.."-Dijo Ron con voz melosa a la vez que Harry soltaba una risa.

"Cállate Ron... no sé cómo rayos tu mamá la soporta, en serio. ¿Recuerdas lo que dijo en el hospital? No impoggta que ya Bill no sea guapo; mi belleza da pagga ambos"-Decía Hermione tratando de imitar el acento francés de Fleur- "Pero que creida..."

"Ginny será dama de honor Harry"- Dijo Ron abriendo y cerrando los ojos rapidamente haciendo una muy mala imitación de las clásicas pestañas encantadoras- "La verás encantadora con su trajesito rosita pastel"

Harry esta vez rió con más ganas a la vez que Hermione le tiraba a Ron la bola de basketball y este la miraba con expresión de perrito herido mientras se frotaba la cabeza.

"¿Por qué Ginny no vino?"-Preguntó Harry con pena.

"Ginny aún no cumple los 17 Harry; todavia no tiene autorización para aparecerse y como estan las cosas, es más seguro las apariciones que un viaje físico" - Afirmó Hermione.

"Sí, es cierto..." - Dijo Harry con tono triste.

"Pero ya la verás en la boda" - Le recordó Ron.

Luego de esto, los tres jóvenes decidieron a costarse ya que el próximo día sería muy largo. Como sólo había una cama en la habitación de Harry, este se la cedió a Hermione mientras que él y Ron se las arreglaron en el suelo con dos frazadas. A la mañana siguiente los tres se levantaron muy temprano y recogieron todas su cosas a la vez que ayudaban a Harry a meter todas sus pertenencias en su baúl. Tenía todos sus libros de Hogwarts desde su primer año y esto ocupaba mucho espacio en el baúl, así que Hermione decidió hechizar el baúl haciendolo parecer que este no tenia fondo de manera que metian y metian cosas y este nunca parecia llenarse.

"Vaya" - Dijo Harry satisfecho - "Parece que tengo mi propia maleta a lo Mary Poppins..."

"¿Mary quién?" - Preguntó Ron, sin recibir respuesta.

Ya acomododado todo, salieron al pasillo. Harry le dió una última mirada a su cuarto, la habitación que su tío le había cedido gracias a la incistencia de Dumbledore. Ahora estaba completamente vacía escepto por la cama desvestida y la mesita de noche "Este ya no es mi cuarto" pensó, luego cerró la puerta y sin mirar atrás se reunió con sus dos amigos que lo esperaban en el pasillo. Los tres comenzaron a bajar las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar al tío Vernon. Entre Harry y Ron bajaban el baúl mientras Hermione se encargaba de la jaula del ave de Harry y las mochilas de ella y Ron. Llegaron a la sala; ya se preparaban para desaparecer y aparacer en la Madriguera cuando escucharon pasos por las escaleras. Los tres se prepararon para ver la enorme cara somnolienta y malhumorada del tío Vernon y sus ya conocidos gritos, pero en vez de eso, una tímida y callada Petunia era quién bajaba las escaleras aún vestida en ropa de dormir y con el pelo cubierto por rolos y un gorro. La mujer se acercó hacia Harry mientras le mostraba una carta. Esta se veía reciente, como si hubiera sido escrita ese mismo día, o el día antes quizá. Harry miraba a su tía con recelo mientras acercaba su mano hacia ella para recibir la carta.

"¿Qué es esto?" - Preguntaba Harry a la vez que fruncía su frente extrañado.

"Es sólo una carta... léela más tarde ¿sí?" - Le dijo su tía con voz nerviosa.

Para desconcierto de Harry, Petunia se acercó más a él. Tomó la cara del chico entre sus manos y tanteó sus negros y desordenados cabellos a la ves que observaba directo a sus ojos. Harry notó una mirada triste y nostálgica en su tía, como si el haber observado y tocado su rostro la hubiera transportado a momentos pasados más felices.

"Tienes los ojos de tu madre..."

Dicho esto la tía Petunia se fué y subió las escaleras con mucha prisa para luego encerrarse en su habitación. Dejando a Harry más desconcertado aún; su tía, su fría y distante tía, esa que siempre le miraba con cara de asco y tensaba sus labios en una mueca de desprecio cada vez que le veía, de repente le había mirado y tratado de manera distinta.

"Debemos irnos antes de que tu tío despierte Harry"- Dijo Ron un poco nervioso al imaginar al enorme tío Vernon.

"Sí, vamos"- Dijo Harry desasiendose de sus pensamientos.

Volvieron a concentrarse y luego de un rato Harry sintió esa característica sensación, como si le estuvieran aplastando su cuerpo, todo se veía negro y de repente se encontraban en otro lugar. Una casa llena de artefactos mágicos con un familiar reloj que decia que toda la familia estaba en peligro; habian llegado a la Madriguera, la casa de los Weasley.

"¡Harry! Pero que delgado estás cariño, ven, vengan, han llegado justo a tiempo para el desayuno..."

La Sra. Weasley los encaminó al comedor en dónde estaban ya sentados Fred, George, Ginny, Fleur, Bill y el Sr. Weasley. Cuando Ginny vió a Harry fué corriendo hacia él y le dió un fuerte abrazo junto con un fuerte beso en la mejilla. Harry se sentía un poco inseguro porque allí estaba toda la familia, pero vió que Molly les miraba sonriendo y esto le dió más confianza dándole un fugáz beso en los labios a su adorada Ginny.

"No sabes como te he extrañado..."-Le decía al oído de la chica mientras se abrazaban.

"¡Bueno ya, suficiente tenemos con Fleur y Bill"-Decia George a la vez que Fred afirmaba lo dicho por su hermano haciendo gestos con su dedo y boca como si fuera a vomitar.

La familia comenzó a reir, escepto Fleur que miraba indignada a los gemelos. Luego de esto los tres recién llegados se unieron a la mesa y todos comenzaron a desayunar alegremente a la vez que hablaban entre sí sobre los últimos acontecimientos en el mundo mágico. Nada nuevo habia pasado: Snape seguía desaparecido junto con Draco; no habian capturado a nadie, los mortífagos seguian libres sirviendo a su Lord Voldemort. Harry observaba a Bill mientras hablaba; su rostro ya no era el mismo desde que fue atacado por el hombre lobo aquella noche en Hogwarts. Aunque por suerte no era un hombre lobo como tal, ya que este fue atacado cuando su atacante se encontraba en su forma humana y no habia luna llena, pero aun así tenia características lobunas: sus colmillos habían crecido, la expresión de su cara era más severa, tenia el olfato y la audición más agudas y tenia una fuerza física descomunal, y no mencionar su reciente obseción por las carnes rojas, cosa muy rara en él ya que siempre habia sido vegetariano. "Al menos su olfato, vista y fuerza servirá para capturar mortífagos..." Pensaba Harry para sí.

Ya por la noche los jóvenes se acomodaron todos frente a la vieja chimenea y hablaban entre si. Harry se habia recostado en la falda de Ginny mientras jugaba con la mascota de la chica; una Pigmy Puff miniatura que habia comprado en la tienda de maldades de los gemelos antes de comenzar el pasado curso escolar. Hermione hablaba con los gemelos mientras Ron jugaba ajedréz mágico. Al poco rato Ron dejó de jugar muy molesto: habia perdido tres veces corridas, y eso para él era una catástrofe, así que se unió a la conversación con Hermione, la cual parecía muy divertida hablando con Fred.

Cuando decidieron acostarse a dormir, ya Molly se habia encargado de acomodar todas las cosas de Hermione y Harry. Como siempre, la chica dormiría junto con Ginny, Fleur y Bill dormirían en la habitación de Ron, mientras que éste y Harry se acomodarían en una litera que habia en el ático, ya que el cuarto de los gemelos estaba ocupado nuevamente por los gemelos; habian decidido cerrar temporeramente su negocio de maldades mágicas debido al incidente de Draco con el "Polvo de la Oscuridad". Se sentian en parte culpables de la muerte de Dumbledore por haberle vendido ese polvo a Draco y, en muestra de pésame y respeto, decidieron mantener cerrado el negocio, al menos hasta que ellos consideraran conveniente volverlo a abrir.

Ya en su cama y a la luz de las velas, Harry recordó la carta que le había dado su tía esa mañana antes de irse. Se levantó, buscó su chaqueta y allí estaba. Volvió a sentarse en su cama y se dispuso a leerla.

Harry:

Se que no he sido lo que se dice una buena tia y menos amorosa; cuando se que tu lo mas que necesitabas era el amor de una madre... Pero quiero que sepas que, aunque nunca te lo demostre, yo te quiero y te admiro, te admiro por tu valentia, porque fuistes capaz dejar el mundo que conocias por el mundo magico y fuistes capaz de aceptar lo que eras; que eras diferente y unico. Yo nunca tuve ese valor Harry; por eso me perdi de todo eso, pero mas que nada, me prive de conpartir con mi hermana, nisiquiera pude despedirme de la pobre Lily...

Si Harry; yo tambien tengo magia en mi, pero la negue y por ello me negue a mi misma y negue a mi hermana, ahora estoy condenada a vivir una vida incompleta e infeliz. Se feliz Harry, vive al maximo y ama al maximo y recuerda que siempre estaras en mi corazon. Te pido que me perdones Harry, aunque se que es dificil para ti.

Perdoname...

Petunia Evans Dursley

Harry no pudo evitar que las lágrimas bajaran por sus mejillas "Pobre de mi tía..." pensó para sí. Ron escuchó a su amigo suspirando y le preguntó que qué le pasaba, mientras que Harry le pasaba la carta y este comenzaba a leerla.

"Después de todo, sí te queda familia Harry..."

Le dijo Ron sonriendo a la vez que le revolcaba su negra cabellera para luego subir a su cama y volver a acostarse. "Familia..." Repitió Harry para sí mientras cerraba sus ojos y entraba al mundo de los sueños con una pequeña y esperanzada sonrisa dibujada en su rosto.