Saint Seiya y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de Masami Kurumada.

Despedida entre amigos

Habían pasado algunos días después de que Atenea se había marchado de este mundo, no sin antes dejar instrucciones sobre lo que iban a hacer. Shion de Aries había quedado como patriarca del Santuario y Dohko de Libra se iría a las cascadas de Rozán a cuidar el sello de Atenea hasta la próxima venida de Hades. Eso significaba que pronto los dos amigos verían sus caminos separados.

A ambos les dolía esta situación, ya que prácticamente toda su vida habían estado juntos, como hermanos. Las separaciones entre ellos normalmente duraban unos cuantos días, no tanto tiempo como la que iba a durar esta.

—Sabes, Shion… perdón, Eminencia, esto no me parece fácil. Ya conoces que soy un fiasco para las despedidas, así que no nos despediremos. Solamente será un hasta luego— dijo el normalmente positivo Santo de Libra al recién nombrado patriarca.

—Tú sabes que no hay necesidad de que me llames Eminencia, Santidad o cualquiera de esos títulos. Somos amigos y eso es lo que importa. Volviendo al tema de la despedida, estoy de acuerdo contigo. Esto solamente será un hasta luego. Estoy seguro de que volveremos a vernos. Seremos un par de ancianos, pero no importa. Por lo demás, no te preocupes, siempre existe el cosmos o las cartas para mantenernos en contacto. No es lo mismo, pero es lo que hay.

El buen Dohko dio un abrazo a su amigo. Agradecía que él tuviese una mentalidad tan práctica y que estas cosas no lo impacientaran, como a él. Ahora comprendía bien por qué Shion de Aries era el nuevo patriarca. Atenea había demostrado por qué era la diosa de la sabiduría.

—Con el Santuario en tus manos, Shion, sé que todo estará bien. Serás un excelente patriarca. Nuestra diosa fue muy sabia al elegirte a ti. Si me hubiera elegido a mí, estaríamos todos en un grave problema. No me molesta ser el segundo al mando.

El joven patriarca rio de buena gana, aunque el tono de su amigo fuese serio. Debía aprovechar esos últimos instantes de camaradería… en unos días estos llegarían a su fin.

He vuelto con otra historia; esta historia se desarrolla poco después de la Guerra Santa de 1743 y los protagonistas son Shion y Dohko. Gracias por leerla.