Hola! esta es una historia escrita por mi amiga Catalina y por mi.

Espero que les guste y nos comenten que le parece :)

Siempre fuimos grandes amigos, muy buenos amigos, al cerrar un caso nos tomábamos una copa en el bar de siempre, era como nuestro ritual de cierre. Teníamos conversaciones que aunque muchos considerarían como de novios, amantes o cualquier otra etiqueta social, éramos amigos y nada más.

Sin embargo y a pesar de nuestra amistad, entre nosotros siempre existió una tensión sexual innegable. Y un día luego de reprimirla tantas veces nuestra tensión sexual se desbordó.

Booth me propuso ir a su apartamento luego de habernos tomado unas copas en The Founding Fathers, celebrando que habíamos atrapado al asesino fantasma, dijo que no era conveniente irme a mi casa pues ya era tarde, entonces accedí y nos fuimos juntos a su casa, al subirnos al taxi él posó su mano sobre mi pierna, al sentirla sobre mí, temblé, ese rocé me gustó, y me miraba de una manera distinta. Sus ojos me miraban de manera sensual, lo mire fijamente y para hacerle saber que estaba en sintonía con él, me mordí el labio de manera sexy y consciente, en ese instante el apretó más mi pierna, habíamos llegado.

Entramos e inmediatamente me abrazó y me besó tiernamente y me preguntó con voz ronca: -¿Estas segura de continuar con esto?

Yo le respondí susurrando: -No, no estoy segura, pero ¿quieres seguir tolerando eso? Le dije devolviéndole el beso.

Y así sin más que decir fuimos a su habitación, era sencilla, nos recostamos en la cama, él encima de mí. No tardamos mucho en despojarnos de nuestra ropa y dar inicio a una de las mejores experiencias de mi vida.

Él me beso, cada beso penetró en mi piel profunda y placenteramente, su boca me hizo sentir algo que nunca sentí con nadie, era la primera vez que me sentía tan plena, recorrió todo mi cuerpo con besos suaves pero cargados de pasión, yo también lo besé, lo rocé, lo sentí, completamente extasiada.

Luego de un momento pasamos de ser dos a convertirnos en uno, un solo cuerpo lleno de deseo pero también lleno de amor. Las caricias y los besos se hicieron cada vez más profundas, más delicadas, más íntimas, pero cargadas de pasión.

Mi cabeza me decía que debíamos parar, vino a mi esa horrible sensación, esa que me decía que entablar una relación no era bueno, que como ocurrió con mis padres, todas las personas me abandonarían, mi extrema racionalidad quiso dañar este momento perfecto, pero luego recordé todas y cada una de las cosas hermosas que Booth ha hecho por mí, y que a diferencia de todos, su apoyo a sido incondicional. Aparte todo lo negativo y seguí disfrutando de él.

Al cesar, nuestros cuerpos y rostros emanaban satisfacción.

No me importaban las consecuencias, claro que estaba demasiado asustada, me daba temor pensar en que lo que había construido con Booth a lo largo de los años podía dañarse, pero me basto ver cómo me miraba para dejar esos pensamientos lejos. Nos dormimos con la alegría dibujada en nuestros cuerpos.

Al día siguiente la luz del sol golpeó mi rostro, y cuando abrí los ojos lo primero que vi fue hermoso, era Booth aún dormido, irradiaba paz, tranquilidad, yo absorbí esas sensaciones.

Él abrió los ojos y me encontró mirándolo, me sonrojé, luego me dijo: -No puedo estar en mejor lugar.

Yo sonreí pícaramente.

-Nunca te lo dije pero tu sonrisa me hace feliz, me dijo.

-Gracias, pero si sigues elogiándome, no sabré como manejarlo, ya me conoces.

-Está bien, no te molesto más, pero ven por favor déjame abrazarte un poco más, ¿sí?

-Hazlo, no sé por qué pero quiero que lo hagas, me gusta que lo hagas.

Y estábamos así abrazados, éramos solo él y yo, si bien es cierto que era extraño yo estaba muy cómoda.

Pero sonó su teléfono y nos sacó del sueño.