Saludos a todas y todos. Releyendo mis fics, llegué a este que fue la primer adaptación que hice de una película y me di cuenta lo mucho que he avanzado y crecido desde entonces. Y quise volverlo a escribir, corregir algunas cosas, redactarlo nuevamente y re subirlo.
Incluiré los comentarios a los reviews de esa época, pues corresponden a personas que se tomaron el tiempo de escribir, preguntar, etc. y merecen permanecer intactos.
Una vez manifestado esto, que empiece la historia y espero la disfruten, tanto si la leen por primer vez como si la están volviendo a leer.
CAPÍTULO 1:
"Puedo Hacerlo"
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Aquí estoy, en medio de un campo de baseball, antes de uno de los partidos más importantes. No se suponía que las cosas pasaran de esta forma, sólo intentaba hacer mi trabajo y todo sucedió casi sin darme cuenta y ahora heme en este lugar esperando con ansias al amor de mi vida, mi nombre es Kurt Hummel y ésta es mi historia.
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Kurt Hummel, un joven alto, buen físico, piel blanca como la nieve, ojos azules y cabello castaño. Era el editor más joven del "New York Times" tenía su propia oficina y hasta un asistente, que era más bien un dolor de cabeza porque era bastante flojo y altanero. No tenía idea de por qué lo habían contratado honestamente, suponía que era algún recomendado o familiar de alguien.
- ¡Buenos días Chandler! ¿Hay correspondencia? – el chico estaba hablado por teléfono, y no era una llamada de trabajo precisamente, al tanteo cogió unos sobres y se los entregó – Necesito que vengas porque hay varias cosas que debo explicarte – el asistente no lo tomaba en cuenta y seguía conversando – Chandler, ¿me escuchaste? – dijo un poco molesto ya.
- ¡Qué modales! ¿No ve que estoy hablando por teléfono? Cuando termine iré – contestó con aires de grandeza. Kurt sólo lo miró cansado de esa actitud y entró a su oficina.
Apenas se estaba acomodando cuando fue interrumpido por su mejor amigo y compañero de trabajo, Sebastian.
- ¡Hola Kurtie! ¿Qué tal? ¿Adivina qué hice anoche?
- Te acostaste con el chico de redacción.
- ¡Oh! ¿Y cómo sabías? – preguntó sorprendido.
- Porque tú me lo contaste anoche, aunque creo que habías tomado demasiado como para acordarte. Me llamaste y me dijiste que tenías una cita con este chico y que no se te iba a escapar porque hace tiempo le tenías ganas.
- ¡Rayos! ¿Todo eso te dije? Sí que debí estar bien tomado porque ni siquiera recuerdo haberte llamado.
El jefe de ellos entró de mal humor, como todos los días – Buenos días caballeros, Kurt – le aventó varios papeles al escritorio – necesito que revises eso ya porque debemos publicarlo sin falta. Y tú Sebastian, deja de estarte acostando con todos en este edificio, anoche fue con el de redacción, sabes que va contra la política de la empresa.
- ¿Quién le dijo semejante mentira? Yo soy muy respetuoso de las políticas de esta amada empresa.
- Lo dijo el de redacción, anda pregonando que durmió contigo. Ya no sé en qué forma hacerte entender que está terminantemente prohibido entablar relaciones sentimentales entre empleados.
- Yo no he entablado ninguna relación sentimental con nadie, sólo tengo sexo.
Kurt se rió apretando los labios y negando con la cabeza ante la desfachatez de su amigo. Las cosas que hacía y decía siempre eran tan inesperadas.
- No entiendo por qué no te he despedido todavía – decía el jefe ya exasperado.
- Sí lo ha despedido, com veces – dijo Kurt riéndose.
- De hecho son 10 veces – comentó Sebastian – pero siempre me termina suplicando que no me vaya porque soy imprescindible – se rió y salió de la oficina.
Kurt amaba el descaro de su amigo y deseaba ser un poco más como él. Cuando su feje salió de la oficina, se puso de pie enseguida y fue tras él – Sr. Fox, ¿ha pensado en mi petición? ¿Leyó mis artículos?
- Hoy en día todos creen que pueden escribir y no es así, se necesita mucho talento e ingenio para hacerlo. Kurt, eres un excelente editor, de hecho el mejor de todo el periódico y quiero que te dediques a hacer lo que sabes hacer. No te voy a mandar a cubrir noticias y luego escribirlas, no es lo tuyo, además para ser reportero hay que tener la personalidad y estar dispuesto a arriesgarse, hay que ser agresivo.
- ¿Me está diciendo que no tengo ingenio para escribir ni personalidad y que no puedo ser agresivo? Porque no es verdad.
- Kurt, la vida de un reportero es difícil, siempre tiene que estar de un lugar a otro y todo es frenético, y tú eres un amante del orden y el control. Simplemente no encaja contigo.
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- No lo tomes así Kurtie – decía Sebastian a la hora del almuerzo tratando de reconfortarlo – tal vez el Sr. Fox tiene razón, eres demasiado – hizo un gesto con la cara mientras agitaba las manos.
- ¿Qué se supone que significa eso?
- Que tienes que aprender a relajarte, a soltarte un poco, vive tu vida, eres demasiado rígido. Ya sé, salgamos esta noche, le diré al de redacción que lleve un amigo y tendremos una cita doble.
- Oh no Seb, no creo que…
- ¿Lo ves? Siempre estás negándote a la diversión. Y ahora que lo pienso, ¿cuándo fue la última vez que tuviste una cita?
- Estoy concentrado en mi carrera, no tengo tiempo para esas cosas, además cuando tenga que suceder, va a pasar y ya.
- Kurtie estás bien guapo, además eres sexy y tienes un cuerpo de tentación, si no fuera porque somos amigos, como hermanos, anduviera detrás de ti hasta conseguirte, eso te lo aseguro. Y sabes que mis estándares son altos. Ponte unos pantalones ajustados y sal a un club a divertirte, conoce algunos chicos.
- Mira Seb, yo sé que el hombre indicado para mí está ahí en algún lugar y no pienso ir besando sapos hasta encontrar a mi príncipe.
- A veces besar a los sapos es más divertido – soltó una carcajada.
- Bueno, yo no quiero que mi primer beso sea con cualquiera – dijo Kurt con mucha seguridad.
- ¡Whoa! ¡Whoa! ¿Cómo que tu primer beso? ¿Nunca has besado a nadie? Esto es del libro de los records.
- O sea, nunca nadie se ha interesado en mí y un día conocí a alguien que… eso no cuenta, porque fue algo tonto, fue un roce de labios nada más y por consiguiente nunca sentí lo que se debe sentir.
- Esa historia no me la habías contado, así que tienes que hacerlo, pero ahora lo que me interesa es que nunca has besado a nadie, o sea… ¿Y qué hay con eso de lo que se debe sentir? ¿Qué es lo que se debe sentir? No me digas que crees en lo de las mariposas en el estómago y los fuegos artificiales, porque entonces si estamos en un grave problema aquí.
- Bueno Seb, cada quien es como es y para mí un beso debe ser especial, porque en ese momento cuando besas a alguien, todo el mundo debe desaparecer pues sólo te enfocas a ti y a esa persona y te das cuenta de que es a la única a la que debes besar, con suerte, por el resto de tu vida.
Y quieres reír y quieres llorar a la vez, reír porque es como si te dieran un maravilloso regalo por el cual te sientes tan afortunado por haberlo recibido y quieres llorar porque sientes miedo de perderlo.
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En la oficina se había convocado una reunión con todo el personal, el dueño del periódico estaba buscando cosas novedosas que hacer, decía estar cansado de los mismos reporteros y los mismos reportajes que no aportaban nada nuevo.
- Los mejores son definitivamente los trabajos en cubierto y en eso nos vamos a centrar, son emocionantes, llaman la atención – De pronto se dio cuenta de que habían caras nuevas – ¿Cuál es tu nombre? – preguntó apuntando con el dedo – "Kurt Hummel" – bien Kurt, eres el nuevo escritor en cubierto – la sonrisa en el rostro del castaño era tan grande que parecía que se iba a romper.
Estuve pensando mucho en el tema del reportaje y por azares del destino, me encontraba anoche platicando con mi hijo – continuó el dueño – y me di cuenta de que hoy en día los adolescentes son tan complejos, todo un misterio la verdad, y sería bueno saber qué es lo pue piensan, cómo actúan en la escuela, así que de eso se tratará y el tema será "Mi Vida en la Escuela". Hummel el viernes empiezas, buena suerte y que te diviertas.
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Kurt estaba feliz, daba saltos en su oficina cuando de pronto entró Sebastian…
- Seb, Seb estoy tan contento, lo conseguí, mi primer trabajo como escritor y es en cubierto, aún no lo puedo creer.
- Kurtie, lo mejor será que lo rechaces, no puedes hacer esto.
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Tú también crees que no tengo el talento suficiente como para hacerlo?
- ¡No pongas palabras en mi boca! Lo que quería decir es que es demasiada presión para tu primer trabajo en cubierto y tú no sabes nada de hacer reportajes, creo que deberías empezar con algo más fácil.
- Kurt – entró su jefe a la oficina – no te preocupes, voy a buscar la forma de que le asignen a alguien más esto.
- Ustedes no creen en mí, no creen que pueda hacerlo. Esta es mi oportunidad, entiéndanlo, sé que podré con todo y quiero hacerlo. Por favor Sr. Fox, permítame demostrarle que sí puedo. La única forma de mostrar que tengo el talento para esto es llevándolo a cabo.
- Está bien – dijo algo inseguro – sigue adelante con el proyecto, cuentas con mi apoyo.
- ¡Gracias! ¡Gracias! ¡No se va a arrepentir!
- Por Dios Kurt, te das cuenta lo que esto significa, fingirás tener 17 años y estarás de nuevo en la escuela – dijo Sebastian con un tono de preocupación cuando el jefe salió de la oficina dubitativo.
La sonrisa de Kurt decayó instantáneamente al recordar lo terrible que fue su experiencia en la escuela y ahora tendría que volver a vivirlo. Eso era algo en lo que no había pensado.
