DISCLAIMER: Los personajes usados aquí son propiedad de Fox, Marvel, Satn Lee y demás anexados, la historia es lo único mío. Esto se hace sin fines de lucro sólo de entretenimiento
Poniendo mi mundo de cabeza
–Tu vuelo está por salir así que alístate, recuerda que es sumamente importante mantener un perfil bajo.
–¿Tienen mi nueva identidad?
–Hill te las dará.
–Bien señor, si es todo me retiro– con ello se despidió de Fury para dirigirse a la oficina de María, al llegar tocó a la puerta
–Adelante.
–Hola María, vengo por mi carpeta.
–¿Acceso?
–Código 27-BXC, Polonia.
–Correcto– confirmado el código de la carpeta por meros usos de protocolo la pelinegra le entrego una carpeta azul –Ésta será tu nueva identidad por protocolo y para que puedas entrar a Polonia, una vez ahí debes mantenerte completamente encubierto.
–Mari, Fury ya me dijo eso. De verdad comienzo a pensar que son alter egos de sexo opuesto– la aludida lo fulminó con su mirada y Barton moría de la risa, al final la chica también rió porque era involuntario y no era el primer agente en decírselo –Bien, ten y lárgate de mi oficina.
–Gracias, nos veremos.
–Suerte.
–Gracias– ahora dirigió sus pasos a su habitación en la Torre, avisar que estaría ausente durante varios meses pero que trataría de volver pronto
–Cuídate mucho Clint, recuerda que tienes a alguien que te espera– dijo Natasha luego de darle un abrazo
–Lo sé, admito que me molestó que justo ahora me manden de misión, no he podido gozar del embarazo de mi tercer bebé.
–Entonces ve y termina pronto con ello, sé que puedes hacerlo en menor tiempo– Clint sonrió de medio lado
–¿Por qué me tienes tanta fe?
–Porque conozco al hombre con el que he trabajado millones de veces– ambos se sonrieron, se dieron una última despedida y tomó el taxi que lo llevaría al aeropuerto.
Horas de vuelo y arribó a Polonia, presentó su pasaporte italiano y se dirigió al hotel donde ya tenía asignada su reservación.
–Ave llegando a su nido– murmuró a la camarera cuando pasó a su lado
–Ave llegando a su nido– repitió ella por el trasmisor de su oído a la base cómplice donde se presentaría la mañana siguiente. Por ahora podía descansar e ir a cenar pero no podía llamar a su familia por seguridad, si quería que ellos siguieran siendo invisibles a los ojos de todos los enemigos ahora más que nunca debía mantenerse a raya, ni una fotografía podía llevar más que los recuerdos en su memoria.
A la mañana siguiente salió a desayunar, volvió a toparse con la misma camarera y por "accidente" chocó con ella
–Disculpe señor no lo vi.
–No, no señorita, fue mi culpa ¿Está usted bien?
–Claro, fue sólo un tropezón.
–Qué bien, me retiro y una disculpa más. – al ayudarle a ponerse en pie guardó una memoria flash en un escondite de la manga de su saco y salió del hotel tranquilamente inspirando el aire fresco de Polonia.
Siempre veía por dónde caminaba a los sujetos que se le acercaban, desde el vagabundo de la esquina hasta el señor que subía al taxi. Ya caída la noche caminó un largo trayecto hasta llegar a una zona industrial abandonada desde la Segunda Guerra Mundial, sintió un escalofrío porque según el anuncio de afuera decía que el famoso doctor Fissher, conocido como el Ángel de la muerte de Hittler llevó a cabo allí sus experimentos en los pobres prisioneros de guerra.
Entró con cautela, su arco tensado para cualquier ataque sorpresa pero nada, podía bajar la guardia un momento e inspeccionar el lugar, saltó las rejas y buscó lo que el mapa que le enviaron le indicaba
–¿Dónde estás? – se preguntó, de repente su fino oído escuchó unos pasos y fue rápidamente a esconderse, se sorprendió pues se supone que el lugar estaba vacío.
A unos metros suyos vio a tres científicos hablando en inglés sobre los resultados de los 60 niños que tenían en observación, su instinto paterno sintió rabiar ¿Seguían con sus malditos experimentos? y estuvo a nada de tensar una flecha y clavarla en sus cráneos pero de ser así ¿cómo obtendría información y cómo sabría qué están haciendo? Tuvo que calmarse y bajar su arco así que para dar reporte y saber cómo proceder decidió retirarse del lugar.
Así por semanas estuvo inspeccionando y mandando constantes reportes a SHIELD para saber qué hacer con los niños prisioneros y los aliados de Hydra que experimentaban con ellos, cuando por fin tuvo autorización de Fury para acceder a los laboratorios se preparó no sólo para ello sino para intentar sacar a la mayor cantidad de niños de ahí ya que su instinto de padre se lo pedía a gritos
–Seguiré en vela sino los saco de ahí– concluyó colocándose su arco
Arribó a la planta y siguió a uno de los científicos hasta que éste se dio cuenta de su presencia, lo sometió y lo amenazó para que lo guiara a las celdas donde estaban los pequeños, quedó petrificado.
Diez celdas con seis niños de diferentes edades cada una yacía frente a sus ojos haciendo que su sangre hirviera hasta estallar, los refuerzos de Hydra no tardaron en llegar y arremetió con ellos de forma heroica y personal, como Ojo de Halcón, Vengador y Clint Barton, padre de próximos tres hijos. Un intercambio de flechas y balas se hizo presente pero ninguno le dio a diferencia de él que a todos asesinó, el ejercito de Fury llegó para sacar a los niños de ahí pero mientras él esperaba en la puerta un francotirador esperaba en el techo el momento perfecto y lo encontró
–Atención, código rojo se escuchó una detonación– dijo el capitán de la operación y en la salida yacía el cuerpo de Hawkeye tirado en el suelo bañado en un charco de sangre
–Aquí Equipo Gama necesitamos un helicóptero de emergencia, soldado herido, repito, soldado herido.
–Recibido Equipo Gama, helicóptero en dirección– se escuchó por el otro lado de la radio, Clint trataba de mantener los ojos abiertos pero el disparo fue justo en el pecho, muy probablemente cerca de un pulmón o incluso muy cercano al corazón.
–Tranquilo agente, el helicóptero está en camino, no pierda contacto conmigo por favor, no cierre los ojos y escúcheme…– por el contrario Clint no pudo más y cedió
La camilla y los doctores corrían deprisa por el hospital, pedían suero, canalizaciones, catéteres, gazas e infinidad de material para poder ayudarlo, como creyó su compañero, el pulmón y el corazón fueron perforados y necesitaban sacar la bala y operar para poderlo salvar. La pérdida de sangre era inminente, ésta ya estaba derramada en el piso blanco del hospital a donde fue llevado
–¡Doctor lo estamos perdiendo!
–¡Desfibrilador ahora! Uno, dos ¡Despejen! – su cuerpo dio un espasmo pero no reaccionaba –Suban a 200, uno, dos, ¡Despejen! – otro espasmo y nada por el contrario el electrocardiograma dejo de tener pulso mostrando la temida línea recta y el sonido pitante… El doctor suspiró tendido y con desánimo miró el reloj y declaró –Hora de la muerte, 3:47 am.
Una enfermera salió a donde estaba María Hill fungiendo como su hermana, al verla salir con ése caminar lento y la mirada en el suelo supo que algo no andaba bien, se acercó a ella y con un perfecto inglés le dijo que su hermano, Clint Barton había fallecido.
Hill no se caracteriza por ser emotiva o emocional sin embargo esa ocasión se dejó caer en el sillón de espera y comenzó a llorar, Clint había muerto…
