Disclaimer: Pucca no me pertenece, pero esta historia sí. Así que cuidadito con que vea esta historia en otra parte sin mi consentimiento. NO AL PLAGIO.

0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

.

Pucca abrió los ojos al sentir los rayos del sol que se colaban por la ventana e iluminaban su habitación en su rostro. No habia podido dormir en toda esa noche, y tampoco es como si lo hubiera intentado mucho que digamos. No tenía sentido, pues bien sabía que habría sido en vano. Soltando una risita, hizo las cobijas a un lado y salto de la calma para dirigirse a la pared donde tenía colgado su calendario. Tomando una pluma de color rojo puso una marquita sobre ese preciso día, donde ella previamente habia dibujado su cara y la de Garu con un montón de corazoncitos alrededor.

Ese era el día de su boda.

Volvió a soltar una risita, acercando el calendario para darle un beso y abrazarlo contra sí. Después comenzó a dar vueltas por toda la habitación cual adolescente enamorada, danzando e imaginando que el calendario era Garu vestido con su traje negro luciendo como todo un buen mozo ante la mirada fascinada de todos los invitados. Nunca se habia sentido tan inmensamente feliz como en esos momentos. El día que siempre habia esperado y soñado por fin habia llegado.

Esa misma noche, ella ya sería la mujer de Garu.

Su único deseo era que el reloj avanzara más velozmente, para poder tener la dicha de llamarse como tal. Pero el día era largo, y todavía quedaba mucho por hacer antes de eso. Aunque en esos momentos, nada de eso importaba para Pucca. Ella estaba perdida en su imaginación, soñando despierta y fantaseando con Garu y ella como marido y mujer, su boda y su vida juntos.

En eso, unos toques en su puerta la sacaron de su letargo.

― Pucca, ¿ya estas despierta? ¿Podemos pasar? ― pregunto su Tio Dumpling.

Dejando su calendario en la cama se acercó para abrirles la puerta, encontrándose con las miradas llenas de emoción y sentimiento de sus queridos tutores.

― ¿Dormiste bien, Pucca? ― cuestiono su tío Ho. Ella asintió, aunque era una total mentira. No habia dormido nada, pero no podía sentirse más despierta. ¡Ese día finalmente iba a casarse con Garu!

― Te hemos preparado unos fideos especiales para la buena suerte. Están riquísimos ― le dijo Linguini estirándole el plato humeante de olor sumamente agradable, que hizo que a Pucca le gruñeran las tripas. Con los ojos brillosos al contemplar la delicia hecha por sus tíos con mucho amor para ella, animadamente los tomo y comenzó a devorarlos a una velocidad impresionante.

Los tres hombres se limitaron a observarla con ternura y cierta melancolía. Aunque estaban muy felices porque su querida niña estaba a punto de cumplir el sueño de unir su vida con el hombre que amaba, no podían evitar sentirse algo tristes por el hecho de que ella ya no iba a vivir ahí junto con ellos en el restaurante.

Al principio habían intentado convencer y persuadir a Garu para que se mudara al Goh Rong con ellos y así poder vivir todos juntos como una gran familia, una idea que a ellos les pareció muy buena y adecuada. Ya que al fin y al cabo, ¿Qué iban a hacer ellos dos solos en el bosque cuando en el inmenso restaurante habia espacio de sobra? Además de que estarían más cerca del bullicio y la gente de la aldea, y no tan aislados como lo era estar en la casa de Garu. Pero para su gran sorpresa, el ninja respetuosamente no accedió. Y Pucca estaba de acuerdo con todo lo que el decidiera.

Ellos lo entendieron, pues sabían que los chicos necesitaban su espacio. Sin embargo, aun así era difícil dejar ir a su niña después de que habían jurado cuidarla de todo por el resto de sus vidas. Pero estaban seguros de que Garu podría darle lo que necesitaba, y que la protegería y la consentiría tan bien como ellos lo habían hecho todos esos años.

Claro está, eso no lo hacía más sencillo…

Pucca termino de comer y levanto su rostro sonriente para agradecerles a sus tíos por traerle el desayuno hasta su cama en un día tan especial, pero al ver el gesto ligeramente decaído que cada uno portaba en su semblante, su sonrisa también flaqueo. Imaginándose lo que los tres debían de estar sintiendo y pensando, dejo el plato a un lado y se levantó para acercarse a ellos, estirando sus brazos y envolviéndolos en un cariñoso y cálido abrazo que fue inmediatamente correspondido por ellos.

― Te amamos, Pucca ― le dijo Linguini al borde de las lágrimas.

― Y te vamos a extrañar ― agrego Ho.

― Pero queremos que seas feliz ― le aseguro Dumpling.

Pucca sonrió al escucharlos. Sin duda eran los mejores tutores que ella pudo haber tenido.

― Ejem ― los cuatro se separaron al escuchar a alguien aclarándose la garganta. Era Dada, quien estaba parado en la puerta ligeramente incómodo y temeroso al haber interrumpido un momento tan fraternal y emotivo entre ellos ― Pucca, Ching está aquí ― anuncio.

― ¿Y qué esperas Dada? ¡Hazla pasar! ― animo Dumpling separándose y rompiendo el abrazo familiar. Dada asintió, retirándose a hacer lo dicho.

― Bueno, te dejamos para que ustedes dos ah… am, arreglen lo que sea que tengan que arreglar. Nosotros también tenemos que preparar algunas cosas ― dijo Linguini mirando hacia el reloj. Este marcaba las siete de la mañana, y la boda no sería hasta las tres de la tarde ― Vaya, Ching madrugo hoy, ¿eh?

― ¡Pucca! Lo lamento tanto, ¡se me hizo tarde! ― se disculpó Ching entrando de golpe a la habitación, casi causando que Won se cayera de su cabeza debido a las prisas que llevaba. La pobre gallinita tuvo que aletear sus alas frenéticamente para balancearse y recuperar el equilibrio ― Es que ayer de los nervios y la emoción casi ni dormí nada. ¡Hay tantas cosas que hacer!

Pucca sonrió y asintió sintiendo como la efusividad volvía a resurgir dentro de ella. ¡Era el día de su boda con Garu!

― Hagan lo que tengan que hacer, chicas. Nosotros nos ocuparemos de lo nuestro ― dijo Ho saliendo de la habitación seguido de sus compañeros, dejando a las dos chicas eufóricas e histéricas en esta.

Una vez que cerraron la puerta, Ching se acercó a Pucca para tomarla de ambas manos ― Ay, Pucca, ¡Estoy tan feliz por ti! Todavía no puedo creer que te vayas a casar ― Pucca rio y asintió de nuevo, dándole la razón. ¡Ella tampoco! ― Me alegro tanto por los dos, de verdad que sí. Garu fue muy valiente al pedírtelo, realmente te quiere de verdad ― aseguro. Luego frunció el ceño levemente ― Me pregunto cuando Abyo se atreverá a dar ese paso conmigo…

Pucca levanto una ceja y ladeo la cabeza ante el repentino cambio de humor de Ching, pero su amiga se recuperó bastante rápido sacudiendo la cabeza y volviendo a sonreír ― No me hagas caso. Eso no importa ahora, es tu día y el de Garu. ¡Y tenemos muchas cosas pendientes por hacer! Así que hay que ponernos manos a la obra. Serás la novia más hermosa del mundo entero ― le dijo. Pucca le regalo una sonrisa gigantesca. Ella quería verse perfecta para Garu, y solo para él. Tendría que trabajar muy duro ese día para convertirse en una novia digna y honorable para su amado ninja.

No pudo evitar preguntarse que estaría haciendo Garu en esos precisos momentos. Seguramente el pobre tampoco habia podido pegar ojo en toda la noche de la emoción y la dicha. A esa hora ya estaría despierto y preparándose, igual de impaciente y ansioso porque la hora fijada se acercara. Preocupado y nervioso por estar impecable para ella en ese día tan especial para ambos…

.

.

En lo profundo del bosque de bambú, un gallo encima de un buzón canturreo al mejor estilo del Kung Fu anunciando las siete de la mañana. A unos cuantos metros en una aparentemente humilde, pequeña e inofensiva casita; un joven ninja de veinte años roncaba a sus anchas acostado cómodamente en la cama que hace poco una alma caritativa le habia regalado a vísperas de su boda.

"No querrás tener a tu esposa en el duro piso, eso no sería muy honorable. ¡Jo, jo, jo! " le habia escrito Santa en la nota. Si, con todo y la risa.

A pesar de los insistentes llamados del gallo, Garu seguía perdido en el mundo de los sueños. Y no porque fuera un holgazán irresponsable, al contrario. Era una persona muy madrugadora a la que le gustaba aprovechar las mañanas para entrenar y meditar debidamente como todo buen y honorable ninja. Sin embargo, este chico ejemplar tenía un mejor amigo que no lo era tanto, y este lo habia sonsacado el día anterior para tener una "tarde de chicos" que se habia prolongado hasta altas horas de la madrugada.

"Es tu última noche como soltero, y probablemente nuestra última salida de amigos en mucho tiempo. ¡Es el fin de una era!" le habia alegado Abyo. Así que a pesar de la resistencia de Garu, termino siendo arrastrado a los locos planes del artista marcial.

La alarma del reloj en su pared comenzó a sonar, diciendo leves y apenas perceptibles "Cu, cu", pero que eran suficientes para despertar a Garu. El ninja frunció el ceño y gruño, dándose la vuelta en la cama.

"Solo cinco minutos más" negocio consigo mismo. "Estúpido Abyo"

Pero esos cinco minutos se terminaron prolongando por media hora. Hasta que Mío, molesto y hambriento por la falta de consideración y de responsabilidad de su amo – quien hasta la fecha nunca se habia demorado tanto en darle de comer – fue a subírsele encima para intentar despertarlo con sus maullidos, reclamando sus derechos como mascota. Garu volvió a gruñir, enterrando más su cabeza en la almohada e ignorando los llamados exigentes de Mío.

Ya bastante exasperado de que su amo no le hiciera el menor caso, el felino decidió tomar medidas drásticas y desesperadas encajándole las uñas. El ninja se enderezo como resorte soltando un alarido ante el inesperado ataque de su más leal compañero. Diviso al gato a lado de la cama y lo fulmino con la mirada, recibiendo un gesto parecido de esos ojos amarillos. Dándose por vencido con su mascota, Garu resoplo y se puso de pie estirándose perezosamente, para después encaminarse para alimentar a Mío.

Una vez que le dio de comer, un gruñido salió de su propio estómago. Por lo regular siempre meditaba un poco antes de desayunar, pero aparentemente ese día tendría que hacer una excepción. Se estaba muriendo de hambre. No teniendo ganas ni ánimos de cocinarse algo, decidió ir a Goh Rong a desayunar. Seguramente Pucca se alegraría de verlo y le cocinaría algo bastante delicioso antes de comenzar a arreglarse, ya que aún era demasiado temprano. Después de todo ese día iban a contraer nupcias, por lo que su humor y sus ganas de consentirlo deberían estar al máximo.

Poniéndose sus típicas ropas ninjas de siempre y peinándose bien sus dos coletas salió de su casa para dirigirse al restaurante, sin sospechar que desde los arbustos y el ramaje era detenidamente observado por varias sombras.

― Esta es mi oportunidad perfecta para vencer y humillar a Garu. Estará tan ocupado y distraído por contraer matrimonio que seguramente no preverá mi ataque, ¡y yo, Tobe, saldré vencedor! ― exclamo el ninja de la cicatriz ― Prepárate Garu, que el día más feliz de tu vida está a punto de convertirse ¡en el más deshonroso! ― sentencio comenzando a reírse de forma malvada ante la atenta mirada de sus ninjas. Al notar que sus silenciosos secuaces no se unían a él, Tobe se detuvo en seco para mirarlos ceñudo ― ¡¿Qué?! ¿Acaso Mío les mordió la lengua? ¡Ríanse conmigo! ¡Es una orden! ― exigió, a lo que sus ninjas inmediatamente obedecieron acompañando a su querido jefecito en risas, deleitándose por su magnífico plan malvado.

.

.

Garu caminaba por la aldea, silbando alegremente y sintiéndose extrañamente relajado.

― ¡Felicidades Garu! ― lo felicito Chang, que en esos momentos caminaba por ahí. Garu asintió educadamente agradeciendo el alabo y continuo su camino.

Unos metros más adelante, se encontró con el padre de Abyo ― Felicitaciones Garu, cambio ― le dijo Bruce, escoltando en ese momento a un esposado Payaso por haber robado un paquete de galletas de una tiendita, mientras este murmuraba algo sobre "Chief y sus antojos". Garu repitió la misma acción.

― ¡Jo, jo, jo! ¡Hoy es el gran día, Garu! ― anuncio Santa deteniendo su trineo a lado del ninja ― No olvides pasar al rato por las argollas, ya están listas para ti ― le notifico. Garu asintió. Le habia pedido de favor que las ajustara, limpiara y adornara, puesto que él no tenía ni idea de cómo hacer ese tipo de cosas. Se supone que los que tenían que encargarse de esa clase de detalles de última hora eran Abyo o Ching, el padrino y la dama de honor respectivamente. Pero Ching iba a estar muy ocupada ayudando a Pucca; y si era honesto, no confiaba en Abyo lo suficiente para darle un encargo tan importante como lo era el recoger las argollas. Las podría perder, o algo peor. Así que el decidió encargarse personalmente de ese detalle, pidiéndole a Santa que lo ayudara y ofreciéndose el mismo para recogerlas.

― Bueno, debo ir a terminar unas cosas para alcanzar a estar listo para la tarde. ¡Nos vemos en la tarde, Garu! ¡Jo, jo, jo! ― se despidió el hombre, alejándose en el cielo con su trineo. Garu lo despidió con la mano, mirándolo alejarse para después quedársele viendo al cielo. Era un día precioso, y se respiraba una paz y una serenidad que no se sentía todos los días en esa caótica aldea. Inhalo y exhalo el fresco aire del ambiente, con una sonrisa serena en sus labios.

Tenía un buen presentimiento acerca de ese día.

Todo estaba bajo control, ¿Qué podría salir mal?

.

0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

Poooooooorfin

Ya me he demorado demasiado, y ya sus comentarios suenan demasiado insinuantes y demandantes con el fic de la boda xdxd así que decidí dejar de hacerme pata y traérselos ya. Este es el primer capítulo, claro está. Básicamente, tratara de todo lo que tuvieron que hacer Pucca, Garu y amigos en ese día tan esperado. Todos los preparativos, arreglos, improvistos y contratiempos. Sera cómico, obvio, pero también planeo hacerlo un poco emotivo. Porque así son las bodas.

Otra cosa, les recomiendo haberse leído el one-shot La importancia de un Te quiero, ya que sucederán acontecimientos y habrá algunas referencias a este mismo. Los que ya lo leyeron, ya saben de lo que hablo. También esta historia está relacionada con mi serie de historias Funny Love Next Generation que no es necesario que la lean para entenderle, pero los que si lo hacen ya se darán cuenta de porque se los digo capítulos más adelante.

Y bueno, no sé qué tan seguido estaré actualizando ya que también tengo que actualizar el fic de la nueva generación, subir uno que otro one-shot y combinar eso con mi vida laboral y social casi inexistente :v

Pero ya saben que yo no me demoro mucho, además de que hasta la fecha no he dejado ningún fic colgado y este no será la excepción puesto que ya está terminado. Solo cuestión de editar los capítulos. Así que descuiden.

Cabe recalcar que esto es un short fic, por lo que no tendrá muchos capítulos y tampoco serán muy largos. Eso si, será un poco más larga que Calumniado.

Espero que les haya gustado, y sigan al pendiente con las actualizaciones. No olviden dejarme sus reviews que son el Garu de mi Pucca *u* Los amo tanto xd

Los reviews que me hayan dejado en Sensaciones los contestare en el siguiente shot independiente.

Eso es todo (creo)

Besos, y ¡nos leemos después!