La conocí en la calle, le pregunté qué hora era y sólo me apuntó hacia el gran reloj de la plaza central, seguro creyó que era una idiota por no fijarme antes en el, pero si lo hizo supo disimularlo muy bien, o tal vez era el hecho de que se encontraba ocupada acomodando sus pertenencias que ni siquiera prestó demasiada atención. Cualquiera que fuese el motivo lo agradecí, ella era demasiado atractiva como soportar que se burlara de mí. Me coloque a una distancia prudente para seguir observándola sin levantar sospechas y continuar a la espera de mi compañera. No pasaron ni diez minutos cuando la joven saltó hasta posarse en la orilla de la jardinera cercana, resaltando de inmediato.

"Mortales insulsos"

Definitivamente ese no era el tono de voz que había imaginado para ella, era demasiado fuerte e imponente.

"En esta tarde gloriosa" Rió suavemente, pero no entendí el motivo. "Yohane, el ángel caído los maravilla con su excepcional belleza; ¿Cuántos de ustedes caerán ante su hechizo de amor?"

Yo la miraba con ligera sorpresa, qué era ese discurso y lo más importante, ¡Por qué la gente se detenía a escucharla!

"Fufufu~ resistirse está de más, dejen que sus almas sean teñidas de la más negra obscuridad. ¿Lo escuchan? ¿Son capaces de oírlo ya? ¡Son las almas de mis pequeños demonios que vitorean por su señora!"

Lo más asombroso no era su discurso extraño, sino la gran cantidad de gente que había reunido alrededor. Desde niños hasta adultos le prestaban atención... no lo negaré, algunos reían y la apuntaban con el dedo, pero eso no afectaba para nada su hablar.

"Únanse a mi ejercito, sientan el poder de lucifer adueñarse de cada ápice de su ser, ¡No duden, entreguen sus almas y serán recompensados con las más gratas recompensas!"

Para ese instante varios habían seguido ya su camino dejando atrás un par de monedas, mientras otros estaban a la espera de algo más. Y como caído del cielo, pronto llegó.

"Sean los pequeños demonios de Yohane~"

Un guiño y un beso al aire fue suficiente para acelerar el corazón de todos los presentes, incluida yo. Era una persona extraña, pero aquello no le quitaba lo linda.

Acabado el 'show' como preferí llamarle, la chica entregó tarjetas de presentación a cada una de las personas que se encontraban ahí. Algunos llegaron al extremo de estrechar su mano y agradecerle sus palabras con lagrimas en los ojos. No sabía si hablaban en serio o únicamente deseaban tener contacto físico con ella.

"¡Riko-chan!"

Por fin, después de largos minutos de espera mi amiga hizo acto de presencia. Evite regañarla por su tardanza y me limite a saludarla con una sonrisa, comenzaba a andar en su dirección cuando una voz grave recién conocida me llamó.

"Mi pequeño demonio, ¿Te vas tan pronto?"

Me giré lentamente, ¡En verdad estaba hablándome a mí!

"¿Di-Disculpa?"

"Te disculpo"

Sin permitirme explicar extendió una de sus tarjetas ante mí, yo por simple inercia la tome.

"Tu mirada fue suficiente para saber cuanto deseas pertenecer a mi ejercito."

Y a mí su mirada me expresó algo diferente a sus motivos dichos y así, con elegante caminar desapareció entre la gente. Llevé la tarjeta hasta mi nariz, sonriendo ante la fragancia de fresas silvestres; tal vez había caído en su hechizo.


Hola, hola~ este drabble forma parte del 3er desafió de Es de fanfics. Es el primero que realizo y me ha parecido bastante entretenido, espero que sea de su agrado y tal vez termine por aportar algunos más~ ¿Comentarios, dudas, sugerencias? ¡Cualquiera será bienvenido!
PD: Intente hacer lo mejor posible a Yohane & Riko