Bueno, este es un AU que se me ocurrió hace algún tiempo. Originalmente la fan no iba a ser Bélgica pero al final me pareció buena idea. Este fic y todos sus capítulos van a ir dedicados a la Srta Honda en ff y Nekogorochan en twitter porque su cumple es dentro de nada y a ver si me da tiempo a terminarlo todo para la fecha o/

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Emma tenía un secreto...Bueno, más que un secreto, algo sobre ella no era lo que se esperaría. Era una muchacha ruidosa, energética y despreocupada, con un amor por los dulces y por música tan alegre que hacía que tus pies empezaran a moverse por si solos al compás, pero había algo que salía de esos esquemas y de la imagen que todo el mundo se había formado sobre ella. Emma era una amante de la música acústica (violines para ser exactos), en concreto de un prometedor violinista de origen noruego, Lukas Bondevik.

Todo había empezado meses atrás, durante un caluroso día de verano en el que había sido invitada por su hermano a un concierto al aire libre en un transitado parque al que se había negado a ir pero, tras un poco de presión por parte de su familiar, había terminado por dar su brazo a torcer a cambio de que este la invitara a una cena en un lujoso restaurante de cocina española al que le había echado el ojo un par de semanas antes. Y de esa forma había llegado a esa situación, sentada en una sábana de cuadros sobre el césped y más concentrada en las hormigas que iban atravesando lo que para ellas debía ser un bosque infinito con árboles que llegaban más allá de donde su propia vista llegaba y parecía que toda la velada iba a ser tan infinita como las briznas de hierba para esos insectos hasta que lo escuchó, Lukas Bondevik iba a actuar ahora. El nombre resonó en sus oídos mientras levantaba la cabeza para ver si era alguien que entrara en sus ínfimos conocimientos sobre música de este estilo y para que su hermano le pusiera al corriente con algún dato sobre su obra cuando lo vio.

Era alto, delgado y blanco, faltó de presencia como si se tratara de poco más que un fantasma que estaba flotando sobre el escenario y que venía a presentar al verdadero músico, con pelo de una tonalidad casi tan clara como su piel y de aspecto delicado y tan irreal como todo él. Pero lo que a ella realmente le llamó la atención fueron sus ojos, del azul más profundo que ella había visto, casi como si la tonalidad del mismo océano hubiera sido usada para pintarlos; de mirada fría como el hielo que hacía que se le pusiera la piel de gallina a pesar de que el clima era tan cálido que había estado abanicándose con el programa hasta hacía solo unos minutos. Y le parecía que la estaba mirando a ella, exclusivamente a ella de entre todos los ojos que había en el público, casi como si hubiera estado viendo su comportamiento durante el concierto y quisiera sacarla de su error, demostrarle lo equivocada que había estado al ignorar la música todo el tiempo.

Y le demostró que había cometido un error. Emma era una apasionada de la música pop, de los cantantes que convertían sus conciertos en auténticos circos mientras se movían por el escenario, pero nunca pensó que un hombre solo de pie en el escenario y sin moverse pudiera transmitirle tanta energía y calidez con su música. No había letra, pero dejaba muy claro el mensaje sin necesidad de usar ninguna palabra en su actuación. Ella no sabía nada más que su nombre, pero no podía apartar la mirada de él, como si la tuviera hechizada con solo el suave movimiento de su brazo.

Nada más terminar el concierto y con la melodía de Lukas todavía resonando en sus oídos, encendió su teléfono y buscó toda la información sobre él que pudo, memorizando cada dato, las canciones que había compuesto e incluso los conciertos en los que iba a participar. A partir de ahí, ella empezó a ir a todas y cada una de las actuaciones del joven, siguiéndole como muchos entusiastas siguen las giras de sus grupos favoritos, aprendiendo cada pequeña cosa que podía como las adolescentes memorizaban los detalles que sus ídolos decían en las entrevistas, empapándose de su música y convirtiéndose así en su primera y mayor fan.