El angelito

Resumen: Quatre irá como cada año a buscar dulces, pero este año lo llevará su guardia personal.

Respuesta a la 6° convocatoria de fanfic del grupo de facebook Gundam wing yaoi

(26: Los niños buenos)

Personajes: Trowa - Quatre

Género: Romance.

Advertencias: Chan. AU.

Clasificación: NC-17

Disclaimers: Los personajes de Gundam Wing, no son míos.

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Quatre era el típico niño bueno que iba por dulces a las casas el día 31 de Octubre, cada año desde que tenía memoria y sus hermanas se esmeraban en que lo hiciera. Pero de una forma muy particular. Cada año, desde que tuvo uso de razón, sus hermanas lo disfrazaron de angelito. Y es que cada día que pasaba pensaban que su hermano se iba convirtiendo más en un querubín.

Pero ya tenía 15 años, no era posible que sus hermanas lo acompañaran a cada lado. Fue por eso que ese día peleo y pataleo porque lo dejaran ir solo a búsqueda del tesoro.

Sus hermanas, a pesar de que lo sobreprotegían de todo, estuvieron de acuerdo de que fuera, pero tendría que llevar guarda espaldas, después de todo, seguía siendo un niño rico.

Quatre no pudo hacer nada contra eso, por lo que ese día, a las 20:50 espero a que llegaran por él. La limusina paró frente a la casa y su guardaespaldas, quien sólo usaba un sobrio antifaz, abrió la puesta para que el "angelito" subiera. El camino a los barrios bajos era muy corto, por eso mismo se le hizo raro que su guarda espaldas-chofer-niñero, se desviara del camino.

-¿A dónde vamos, Trowa? –preguntó encaramándose en la ventanilla que lo separaba de la cabina del conductor.

-Tomaremos otro camino.

-¿Por qué?

-Los niños buenos no pregunta, Quatre – y así dio por terminada la conversación.

Quatre, como todo niño mimado, se amurró y cruzó de brazos en su asiento, mirando por la ventanilla, como el camino se hacía cada vez más despejado y sintiendo como se le hacía un nudo en el estómago.

El auto paró, estaban alejados, la puerta de su costado se abrió y fue sacado con fuerza de esta.

-¡Trowa!

-guarda silencio, angelito –le dijo poniendo un dedo en su boca y sosteniéndolo del brazos, para luego acercarlo y besarlo con fuerza, no era la primera vez que se besaban, hace mucho que lo hacían, a pensar de que Trowa ya tuviera veintidós años.

Las cosas se estaban caldeando y el aire les estaba faltando. Mientras las manos de ambos estaban en lo suyo. Las manos de Quatre ancladas en el cuello de Trowa. Mientras que una de las manos del mayor estaba en la cintura del niño y la otra se encargaba de bajar el cierre de su propio pantalón para luego sacar su miembro y alejar al chico de si, lo hizo ponerse de rodillas y restregó su miembro en las mejillas del niño.

-Chúpamela, Quatre.

Las mejillas del niño se perdieron como hogueras, pero no se negó. Él era un chico bueno, después de todo. Obediente y solicito.

El mayor se deleitaba con la boca del chico y luego de un rato no pudo más. Lo hiso pararse y apoyar las manos en el auto, le subió sin ceremonia la túnica blanca con todo y alas falsas y le bajó los calzoncillos. Restregó obscenamente el pene entre las prietas nalgas del muchachito y sin poder aguantar más lo ensarto de un solo golpe. El grito de Quatre hubiera alertado a cualquiera, pero no había nadie en los alrededores por lo que siguió penetrándolo con fuerza y velocidad. A medida que el tiempo pasaba, los gritos de dolor se sorpresa se volvieron en placer y lujuria.

No era la primera vez que se encontraban en esa situación, y estaban seguros que no sería la última.

Después de todo Quatre seguía siendo un niño bueno y obediente. Y Trowa… bueno, él era un perfecto pervertido corrupto de menores.