AVISO: edición del 11/05/2017. Leer nota al final del capítulo.


Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.

Advertencias: AU, lenguaje soez.


Sueños de neón

Capítulo 1: La Ciénaga


—Es increíble —bufó Sakura—. ¿Cómo puedes comer tanto y no ganar ni un gramo?

Ino había pedido una segunda hamburguesa, con extra de queso. Sakura se reía mientras la acusaba con sus preguntas, pero Ino se guardó parte de la verdad.

—Sólo una palabra: sexo —contestó la rubia.

Ambas estallaron en carcajadas, llamando la atención de las mesas colindantes.

El principio de curso pintaba duro, principalmente por ser la antesala a la universidad. Los estudiantes debían aprobar los exámenes finales si querían entrar en alguna carrera universitaria, o correr el riesgo de que en la reválida ya no hubiese plazas libres. La gran mayoría sabía lo que haría al terminar aquel año; en el otro grupo estaba Ino Yamanaka.

—Pues ya me dirás de dónde sacas tú a tus candidatos... en Konoha apenas hay material —dijo Sakura mientras daba un sorbito a su refresco, con su amiga asintiendo.

Konoha era un pueblo más bien pequeño, de unos seis mil habitantes. Lo único que lo salvaba de una rutina insufrible era su situación geográfica, a apenas una hora en coche de la ciudad de la Arena. Gracias a eso, el pequeño comercio no se veía tan asfixiado por las grandes multinacionales, y siempre había alguna novedad con que animar las conversaciones de taberna.

Tras acabar de cenar, las dos jóvenes se adentraron en la noche otoñal buscando el rumbo de su aventura. Era el primer sábado tras el comienzo del curso, y por tanto, siempre resultaba interesante e impredecible ya que tras las vacaciones de verano siempre se solía echar en falta los brazos de algún conocido. A pesar de que los jóvenes de Konoha no eran muy especiales, Ino y Sakura habían constatado que al final la cabra tira al monte, por lo que resultaban más apetecibles que los guiris del período estival.

Y por supuesto, la vestimenta era un arma poderosa a la hora de hacer más interesante e impredecible aquella noche. Sakura iba ataviada con un vestido blanco muy ceñido, mientras Ino se había enfundado en unos ajustados pantalones negros una camiseta entallada de color blanco, además de unos tacones de considerables centímetros. Las dos eran conscientes de que ambos atrezzos llevaban colgado un cartel imaginario que rezaba "soy apetecible", y aunque no lo fueran, la ropa nunca les había impedido realmente abandonar los bares con las manos vacías.

Se dirigieron a su local preferido, La Ciénaga, donde solían comenzar la noche como rutina ya milenaria.

—Todavía no me lo puedo creer... ¡Tenten y Neji Hyuuga! —soltó Sakura—. ¿Quién se lo habría imaginado?

—Al parecer les va muy bien —dijo Ino torciendo una sonrisa—. Además, era un secreto a voces. La gente dice que ya llevaban juntos desde finales del curso pasado.

Sakura bufó sonoramente. La rubia la miró mientras hacía una mueca de desagrado.

—¿Acaso te arrepientes de algo? —le preguntó a su amiga, sonriendo ampliamente.

—¡¿Yo?! —preguntó indignada Sakura—. ¡Para nada! Es sólo que nos lo pasábamos bien en la cama... qué desperdicio.

Las dos estallaron en carcajadas, tan sonoras que la gente que paseaba por las calles de Konoha se giraba en torno a ellas para averiguar el motivo de semejante escándalo. Nada nuevo bajo el sol, claro, pues gozaban de fama de ser bastante escandalosas -quizás un poco justificadamente-.

Después de cinco minutos de agradable paseo, llegaron al bar. Ino se adelantó y abrió la puerta. El interior era cálido y apestaba a alcohol, pero eso era parte de su encanto. La barra estaba bastante concurrida por chicos de su edad; muchos de ellos eran sus propios compañeros de clase.

Tras advertirse observadas por al menos una veintena de pares de ojos, Hinata acudió a su encuentro. Las abrazó a ambas y las guió hasta la mesa, cerca de la pista de baile, donde estaba acompañada por Temari y Tenten que las saludaron cordialmente.

—¿Qué tal? ¿Lleváis aquí mucho tiempo? —preguntó Sakura.

—No, no —dijo Hinata, sonriente—. Acabamos de pedir las bebidas.

Ino no pudo evitar echar un vistazo a Tenten. La joven hablaba con Temari con el cuerpo girado de tal manera que en el sofá circular su rostro quedaba oculto para las recién llegadas. Suspiró. Esperaba que su amiga Sakura se portase bien, pues no valía la pena armar jaleo por un tío.

Después de unos minutos de cháchara banal, Kiba, el camarero de La Ciénaga, se acercó a tomar el pedido de las recién llegadas. Le guiñó un ojo a Ino, cosa que a Sakura no le pasó desapercibida, por lo que cuando se alejó se abalanzó sobre la rubia.

—¿Cuándo te lo vas a cepillar? —ambas se rieron, incluso a la tímida Hinata se le escapó una risita—. Espabila, Ino, que ese tiene una cola detrás que no te imaginas...

Ino fijó la vista en el suelo mientras pensaba en las palabras de su amiga. De repente una risa grotesca surgió de su boca, haciendo que se atragantara con su propia saliva. Sus compañeras se rieron a pleno pulmón tras observarla. Realmente, estar con aquellas chicas era partirse de risa día sí, día también.

Pero Sakura la conocía demasiado bien, por lo que no pasó por alto aquel detalle.

—¿Estás de coña? —preguntó, sorprendida—. ¡¿Cuándo?! ¡Serás...!

Ino sonrió para sí. Hinata también semejaba sorprendida, incluso se había ruborizado. La rubia habló al fin:

—No es lo que piensas. Solo fueron unos besos, que yo tampoco me tiro todo lo que se mueve.

Sakura sonrió. Sí, a pesar de su mala fama, ni ella ni su amiga eran tan frescas. A sus diecisiete años, estaban bastante orgullosas de su lista de conquistas, y los que podían asegurar haber llegado a tercera base con ellas eran menos de los que la gente creía.

Aquella noche pintaba bien, aunque Ino seguía desconfiando de la contención de su amiga de pelo rosa. La única que tenía novio del grupo era la propia Tenten, y Konoha no era lo suficientemente grande como para que dicho novio no hubiera estado antes con alguna chica conocida. En este caso, con Sakura. Pero aquello había ocurrido el curso anterior, y si ahora la novia era Tenten y no ella, era porque Sakura no quiso seguir con Neji. "Demasiado serio", había dicho la joven.

Ino suspiró. No podía describir las ganas que tenía de dejar atrás Konoha, de empezar una nueva vida en la universidad de la Arena el curso siguiente, si la nota de sus exámenes se lo permitían. En el pueblo todos la conocían, y todos murmuraban. Parecía no llegar nunca el día en que escapase de allí y comenzara una nueva aventura...

Pero quedaba un año más, e Ino debía esforzarse en aprobar todos sus exámenes. Pero eso podía esperar, al menos hasta mañana.


Ino llevaba tres o cuatro cervezas, no estaba segura. Quizás era eso, el alcohol, o quizás la euforia de saber que Sakura se comportaba cortésmente con Tenten. No lo sabía a ciencia cierta, pero de repente el tiempo pareció deternerse cuando un grupo de tres chicos entraron en el bar. Uno de ellos tenía un rostro desconocido para Ino, y llamó instantáneamente su atención, especialmente por el color bermejo de su cabello. Iba acompañado por Deidara y por Itachi, unos chicos de Konoha que habían comenzado aquel curso su primer año universitario en la Arena.

El chico vestía unos pantalones negros junto a una camiseta lisa de color blanco. Ino no pudo más que reírse por lo bajo, pues ambos iban vestidos prácticamente iguales. Se fijó además en que llevaba un aro en la parte lateral del labio inferior. Mientras Ino lo miraba con interés, sus ojos hicieron contacto por un breve instante, y la joven pareció entrever una sonrisa en la cara del chico. Sakura interrumpió sus pensamientos.

—Vaaaya —entonó, tras lo cual emitió un leve silbido—. Parece que hoy es nuestra noche de suerte.

—Mi noche de suerte —dijo rápidamente Ino, dando otro trago.

Sakura la miró enarcando una ceja, divertida.

—Tranquila, sabes que lo mío con el Uchiha es una relación monogámica; imposible, pero monogámica —dijo sonriendo—. ¿Cómo voy a liarme con un chico que vistiera igual que yo?

Esta vez fue Temari la que se rio. A pesar de que llevaba toda la noche hablando casi exclusivamente con Tenten, se dio cuenta del meollo de la situación, y se dirigió a Ino.

—Se llama Sasori —dijo mirándola de forma divertida—. Al parecer, sus padres se mudaron a Konoha este año, pero va a la universidad de la Arena.

Sakura frunció el ceño. Le preguntó por qué sabía aquello, y Temari respondió que se lo había encontrado la semana pasada en su casa junto a su hermano mayor, Kankuro. La pelirrosa pareció lo suficientemente convencida, pues no volvió a sacar el tema.

Ino lo observaba con interés. Si según Sakura Kiba tenía cola detrás, no quería saber la que tendría el joven pelirrojo.


Un par de horas después y dos tiramientos de tejos más por parte de Kiba, Ino estaba decidida a hablar con aquel tal Sasori. Tenten y Temari llevaban toda lo noche a su bola, mientras que Sakura estaba enfrascada en un extenso monólogo sobre la importancia del desodorante masculino como arma de seducción.

No le habría costado tanto decidirse de no ser porque apenas minutos después de la llegada de los chicos en La Ciénaga, la insoportable de Karin y sus vasallas se encontraban acosando al ya mencionado trío de ases. Karin iba en el mismo curso que Ino y sus amigas, aunque gracias a dios no compartían clase. Se llevaba muy bien con Itachi gracias a un antiguo rollo con su hermano, Sasuke, lo que sin duda ahora aprovechaba sin reparo para acercarse al chico pelirrojo. Incluso le había dirigido ciertas miradas de cuestionable ética a lo largo de la noche. "Tus ganas", murmuró para sí Ino.

Ino pidió una última cerveza. Por aquel entonces, el alcohol ya había hecho mucha mella en la rubia y no estaba segura de aguantar más. Se la bebió en cuatro sorbos rápidos y le dijo a su amiga Sakura que le aguantara la chaqueta. Sakura notó su deplorable estado, y trató de detenerla.

—Ino, vas fatal... déjalo estar, no te vale la pena —Sakura intentó agarrarla por una mano, pero su amiga rubia se soltó y se volvió a ella con cara de muy mal humor.

—¿Mrmeeeeh? —murmuró la joven de forma ininteligible—. Vas a veeer Sakura, vasss a ver... vas a ver cuómo se hacep.

Ino se dirigió hacia la mesa donde se encontraba Karin y el grupo de chicos. Tropezó un par de veces por el camino, pues si ya era algo difícil de por sí andar con tacones altos, bajo los efectos del alcohol la situación empeoraba notablemente. A mitad del camino, Karin se dio cuenta de que Ino se dirigía a ellos, a lo que le dijo algo al oído a una de sus también insoportables amigas mientras dibujaba una expresión repulsiva en su rostro.

Ino rio para sí. Alzó la cabeza y fijó la vista en el chico pelirrojo, que estaba sentado en la esquina de un asiento similar al de sus amigas. Karin abrió la boca justo cuando Ino acarició el cuello de Sasori. Éste se volvió sorprendido, escrutando a la joven con sus bonitos ojos castaños.

—Hola, cariiiiño —dijo Ino mientras levantaba el mentón del chico y lo besaba en los labios.

Ino recordaría más tarde las risas de Deidara y los comentarios horrorizados de Karin. Pero lo que más le dolería recordar, y esto durante largos años, sería haber vomitado en la mesa de su ligue.


Nota: ¡Hola! Ha pasado muuucho tiempo, lo sé. La verdad siempre me había quedado con ganas de continuar esta historia —aunque no tengo muy claro que tenga la constancia suficiente como para ponerle punto y final—. No obstante, aquí van unas breves notas sobre mis intenciones. Me habría gustado continuar directamente con el quinto capítulo, pero me he dado cuenta de que hay muchas cosas que debo retocar para que lo que yo entiendo como "calidad" en esta trama sencilla y sin atisbo de pretensión (más que de sacarle una sonrisa al lector) sea la adecuada. Para los que hayan leído o comiencen aquí este fic, se darán cuenta de que hay bastante OOC, de que la trama avanza muy rápidamente y que le falta bastante ambientación. Este primer capítulo ha sido retocado en lo mínimo, porque considero que como punto de entrada a lo que quiero contar está aceptable. No sé, sin embargo, lo que le pasará a los capítulos restantes (quizás cambie ligeramente la trama o sucesos, no estoy aún muy segura, ya que serán esta vez los personajes los que guíen la historia). Además, siempre he tenido un problema con el nombre de esta historia, pues el nombre original estaba en inglés, pero me empeñé en dejarlo en español y el resultado final nunca me ha resultado apropiado. Ahora "Vidas Radioactivas" pasa a llamarse definitivamente (espero) "Sueños de neón".

Así que ahora sí, me despido, me disculpo por las molestias, y le animo a todo aquel que alguna vez dedique unos minutos en esta historia a hacérmelo saber para que este viaje sea mucho más placentero.

Un saludo, y gracias por leer.