Oraciones para Hylia.

I

-El diario de Link-


Zelda y Link, se encontraban de camino a ver al rey Zora. Ya que cuando todo volvió a la normalidad, pidió verlos para revelarles algunas cosas que Mipha había dejado pendientes. Pero la princesa no podía dormir. Admiraba con creces el hermoso espacio celeste que adornaba a la majestuosidad de Hyrule, las estrellas estaban hermosas en ese día.

Pero el frío le invadió de momento, por lo que busco entre sus cosas –equivocadamente, puesto que hurgaba en la oscuridad las del rubio– una cobija para calentarle. Fue que una libreta mediana cayó de par en par al suelo, dejándose ver el contenido, el cual Zelda no se limitó a mirar.


Hola diario…

Día X del mes X


-Observó aquellas palabras, tratando de detenerse en el instante, pero la curiosidad la llenó inmensamente-


Estoy aquí después de tanto tiempo, pues pensé que no necesitaría volver a desahogarme con un pedazo de papel. Tengo a personas que me escuchan, pero siento que no hay mejor reflexión que la de uno mismo al leer lo que escribimos. Bueno…

Después de hace unos meses, me he sentido muy mal con respectó a mi posición de campeón. La princesa Zelda, me mira con ojos furtivos, tristes y a la vez impotentes. Una combinación de sentimiento que genera los celosos, lo sé por qué también me ha pasado. Esa chica que admiraba tan sólo desde la lejanía, cuando el rey nos saludaba a todos, ahora estaba a mi lado. Para cuidarla como la dulce flor que llaman, princesa de la calma.

¿Cuántas veces no la vi rezar y fracasar en el intento? ¿Cuántas veces la escuche llorar sin poder hacer algo? Me postraron ante ella como su guarda personal, su protector y… sin embargo no he hecho más que causarle el daño. Yo y mi simple presencia, y la presencia de la espada maestra.

Qué es lo que debó hacer para confesarle que yo tampoco soy perfecto, que dependo de las críticas de todos al igual que ella misma.

Si tan sólo entendiera eso, no se sentiría decaída. Me siento tan culpable de su miseria, aunque sé bien que no soy culpable. -Pensaba en ese entonces-

Pero aún con esos problemas resueltos a medias… aun y sinceramente, duele verla rezar con desesperación y desconsuelo. No creó poder soportarlo un día más. No estoy cumpliendo con mi deber. Es otra cosa que me molesta, y encima, Revali me lo tira en cara como si de un balde con agua fría se tratara. No lo culpo. Él tiene razón aunque no lo quiera aceptar.


Día X del mes X

Ayer hablé con Mipha sobre la princesa. Me hizo preguntas extrañas acerca de cosas que no entiendo. Cosas como ¿Y qué piensas de ella? ¿Te hace sentir como si estuvieras en otro sitio al hablarle? Por supuesto que me siento extraño, si es lo que quería preguntar. Es como si cada vez que habló con ella, las cosas estuvieran distintas. Y lo que pienso de ella. Pues creo que es formidable que todo el tiempo quiera esforzarse por el reino. Es una mujer muy fuerte que no se detiene ni por un tonto como yo. Es agradable y amable, aunque yo no le caiga muy bien. Pero la respeto como la princesa que es y como lo que demuestra ser, una mujer responsable y persistente.

También me pregunto "¿Y le has dicho cómo te sientes al respecto?" pero no podría. Reprocharle a una dama es un gesto muy estúpido de alguien que se supone debe manejar cualquier situación. Sobre todo, reprocharle a una princesa es casi como pedir "Hey, rey, ¿le gustaría tener una cabeza más en la colección de idiotas que desafiaron a su hija?" Bueno, tal vez voy demasiado lejos, pero estoy seguro de que el rey ama a su hija tanto, e incluso más, de lo que amo a su mujer. Es lo único que le queda para recordarla. La reina se parecía mucho a su hija, bueno la princesa Zelda se parece mucho a su difunta madre… es una pena que se haya tenido que ir.

En eso somos parecidos. Mi madre falleció en cuanto nací, creo que mi padre a veces suele culparme de eso. Por eso es tan duro conmigo. Pero sé que él no quiere serlo. Sabe en el fondo que mi madre descansó en paz después de haberme tenido. El hecho de portar la espada maestra, es un orgullo entre la sangre de espadachines que corre por mis venas y la de mi familia.


Día X del mes X

Es algo increíble, pero la princesa me pidió disculpas. Siento algo de vergüenza, pero acepté con sumo respeto. Empezamos a hablar como cualquier persona normal, iniciando conversaciones con un pequeño "Hola"

Normalmente guardo silencio, lo cual parecía disgustarle y me contó por qué a veces se sentía furtiva conmigo. Ella pensaba que yo pensaba que ella era inútil o torpe, pero la verdad es que negué rotundamente sus ideas. Hice lo que Mipha una vez me dijo "Cuéntale lo maravillosa que tú crees que es" y ¡caramba!, funcionó. Parece que nunca me ha odiado. Urbosa tenía razón. Ella solamente estaba entristecida y presionada por el rey, pero no era mi culpa ni suya. Aunque sigo pensando que sólo empeoraba las cosas en ocasiones.

Ahora somos amigos y compartimos muchas cosas. Le he contado todo de mí, de mi pasado y lo que me gusta hacer, como comer cosas deliciosas hasta caer lleno. Parece una cosa barbará pero a ella le dio bastante gracia, y me sonrió tan tiernamente que no pude evitar avergonzarme. Le conté mis habilidades culinarias y aproveche para cocinarle su platillo favorito "Pastel de frutas"

Me siento realmente agradecido de poder compartir mi verdadero YO con una persona tan dulce como la princesa. Incluso me ha dicho "Ya basta Link, somos amigos, dime Zelda" con suerte me acostumbrare en unas semanas. Me causa nervios llamarle por su nombre… Zelda… es un hermoso nombre.

Últimamente… siento como si la princesa no me dejara pensar correctamente. ¿Por qué? Tal vez deba preguntarle a Mipha, después de todo, la princesa me ofreció a ir por la herida que tengo en el brazo de la otra vez.


-Parecen páginas anexadas – dijo Zelda al mover un poco las páginas.


Día X del mes X

¿Qué tal otra vez, diario...? Han pasado cien largos años.


Zelda entre abrió los ojos. Eran los pensamientos de Link después de su despertar. O bueno, después de encontrar su diario, seguro.


Después de encontrar todos esos santuarios y ayudar a mis difuntos amigos, me siento realizado. Los vengué derrotando a Ganon, con ayuda de Zelda, quien ha hecho el mejor esfuerzo de su vida.

Agradezco a Hylia de que este sana y salva, tras cien largos años esperando a un perdedor… esperándome luego de haberle fallado. Si tan solo no me hubiera hecho el valiente en aquel momento, huyendo de los guardianes, quizá Zelda no hubiera estado desconsolada durante tanto tiempo, esperanzada de volverme a ver con tal fuerza, que a mi despertar me guio.

Quisiera agradecerle como debó, pero quiero mantenerme como el guardia que soy, por qué en el pasado esa fue mi perdición. Perdí el camino de la convicción, y a pesar de no ser algo malo, fue un gran error. Me enamore perdidamente que mi vida no valía nada si ella no estaba, por eso en aquel momento, en lugar de correr, quería dar mi vida para que ella huyera, porque si ella no estaba ¿Qué sentido hubiera tenido existir? Fui tan egoísta al pensar eso…

Incluso, leí su diario por curiosidad, escuche las palabras de Nyel… no merezco que me quiera y ame, como en ese entonces lo hizo, porque le falle cual idiota que fui. Pero el error no volverá a cometerse. Si ella me confiesa su amor, no sé qué haré… en verdad creo que merece a alguien más atento y menos egoísta. Alguien que no la dejé por más que las cosas sean lo peor. Ella me pedía huir, igual que yo pedía que huyera… pero no tuve el valor de decirle "Huyamos juntos" sólo guardé silencio como siempre.

¿Todavía merezco una oportunidad?


Zelda cerró el libro abruptamente. Lo colocó dentro de las cosas del rubio, junto a la manta que había sacado. Link aun descansaba en su carpa, y ella también lo hizo posteriormente, aunque poco pudo dormir después de eso.

Continuará…