CAPÍTULO 1: LOS "GLOBOS"

Gumball POV:

Todo comenzó una tranquila tarde de otoño. Darwin y yo estábamos aburridos en casa cuando se nos ocurrió una tontería como las de siempre: Husmear en la habitación de nuestros padres. Nunca lo habíamos hecho hasta ahora, pero eso sentíamos curiosidad.

-Eh, Darwin. ¿Qué te parece si nos colamos en la habitación de Papá y Mamá?- le dije desde mi cama, sin mover ni un solo músculo.

Él hizo girar la silla de escritorio en la que estaba sentado, tampoco sin demasiado entusiasmo, y me dijo:

-¿Por?- preguntó sin levantar la barbilla del respaldo de la silla.

-Emm... ¿Por qué no?- contesté levantando la cabeza.

-No lo sé...- dijo Darwin, demostrando una vez más su increíble inteligencia de pecera.

-Pues ya está. Venga, vamos.

Los dos nos levantamos y fuimos sigilosamente hacia la habitación de nuestros padres. Papá estaba mirando la tele sin prestar demasiada atención con las cosas que ocurrían a su alrededor, como siempre.

Al entrar encendimos la luz. No había nada fuera de lo normal, que aburrido...

-Gumball, ¿qué se supone que deberíamos encontrar?- preguntó Darwin mientras miraba a un lado y a otro.

-No sé. Igual encontramos alguna foto de Papá de joven, cuando iba disfrazado de Caballero Cola de Algodón- ambos nos pusimos a reír.

Los dos nos pusimos a mirar en los cajones, hasta que Darwin encontró algo:

-¡Mira, Gumball! ¡Mira, mira, mira esto!- gritó con entusiasmo.

-¿Qué has encontrado?

Darwin sacó una pequeña caja azul brillante del cajón. Parecía estar medio vacía. Cuando Darwin la abrió, vimos que solo había un par de pequeños sobrecitos de aluminio.

-¿Qué son?- pregunté inquietado.

-Jamie trajo una vez uno de estos al instituto. Son una especie de "globos".

-¿Globos? Bueno, a lo mejor con esto le gastamos una broma a Andie diciéndole que ha venido su primo, jejeje...- intenté imaginar la situación.

-Gumball, por última vez, nuestro amigo globo se llama ¡ALAN!

-Sí, lo que sea. Vamos a nuestra habitación.

Recogimos todo lo que habíamos desordenado con rapidez y nos encerramos en nuestro cuarto.

-Bien. Darwin, trae un rotulador negro. Yo inflaré el globo y luego le pintaremos una cara.

Yo empecé a soplar con todas mis fuerzas, pero aquel globo no se inflaba, parecía ser muy sólido. Aún así seguí soplando y eso comenzó a coger forma.

-Oye, Gumball. ¿Por qué este globo es alargado? ¿Y por qué tiene aceite dentro?- dijo Darwin toqueteando el otro "globo" que había en la caja.

-No lo sé- dije mientras cogía aire- Solo sé que no son nada fáciles de hinchar.

Mientras trataba de hinchar el globo, oí como llegaba Mamá del trabajo. Después de eso caí al suelo mareado de tanto soplar. Darwin se puso a mi lado, zarandeándome para que me despertase. Segundos después entró Mamá en la habitación.

-Hola, chicos, ¿cómo estáis?

-Sra. Mamá, Gumball se ha mareado de tanto soplar al intentar inflar un globo.

-Bueno, no pasa nada, solo es un mar...

En cuanto Mamá vio que clase de "globos" eran, se estremeció y nos pregunto cabreada a la par que asustada.

-¿¡De dónde habéis sacado eso?! ¿¡Os lo ha dado alguien de la calle?!

-No, Mamá. Los encontramos en un cajón de Papá- dije al recobrarme del mareo.

Mamá seguía cabreada, pero dejó ir un largo suspiro. Por un momento pensó que alguien de la calle nos había dado los "globos" y que al intentar inflarlos me había contagiado con algo.

-¿Y qué hacíais husmeando en nuestra habitación?

-Estábamos aburridos, Sra. Mamá. Solo queríamos entretenernos...

Mamá, más calmada, suspiró de nuevo, se agachó, y nos abrazó a los dos.

-Chicos, creo que ya va siendo hora de que sepáis algunas cosas de mayores...