Disclaimer:Digimon es propiedad de Toei y Akiyoshi. Por lo tanto no me pertenece.

Como dice allá arriba, esta recopilación de drabbles y/o viñetas estará basada en la interpretación de imágenes varias, por lo tanto, los personajes, el tiempo y universos variaran de acuerdo a dicha interpretación.


Para este capitulo:

Imagen propuesta por ChemicalFairy. Daisuke Motomiya.

Dirección: Me parece más sensato que entren en mi perfil y den clic en el link que los dirigirá al topic en donde se postean las imágenes.

Personajes: Daisuke, Hikari, OC.

Género: Hurt/confort.


La historia detrás de una pintura.

1. Perdido en tu recuerdo.

Le miro sonreír en medio de su sonrojo. Su pelo castaño y corto está revuelto, su pecho aún sube y baja agitado. Ella me mira como si en el mundo no existiera nada más que su mirada y la mía conectándose. Acaricia mi mejilla. No puedo evitar zambullirme en el mar de emociones que me causa su toque.

Aspiro de su aroma, queriendo perderme por completo en el sentimiento que me produce su compañía, pero, de repente, todo lo que pudiera estar sintiendo toma un rumbo diferente al deseado. Observo su rostro envuelto entre las sombras de la noche. Ya no le veo con los mismos ojos. No es ella. He vuelto a la realidad.

Luce como mi dulce ángel pero ya no lo suficiente como para mantener su recuerdo vivo en esta mujer.

Mi pena vuelve, el dolor se acrecienta. Ya no quiero mirarle, ni imaginar que pude, siquiera, compararle con ella.

Vuelve a sonreírme y luego toca mis labios con los suyos.

No tiene la culpa, y de hecho, reconozco que posee una sonrisa hermosa. Sin embargo, no es tan bella como la de ella, ni inspira inocencia ni timidez, tampoco irradia luz.

Vuelvo a compararles. Y vuelvo a decepcionarme: simplemente no es ella.

El efecto alucinógeno, causado por el placer de sus besos y caricias de hace unos instantes, ha acabado. Aquellas características que me atrajeron e hicieron hablarle, coquetearle y querer besarle ahora no son más que el recordatorio de que nadie podrá usurpar al ángel que se ha ido de entre mis manos.

Debo hacerme la idea de que mi querida Hikari no está, y de que nunca regresará.

La mujer a mi lado se acurruca dentro de mi abrazo. Y yo pierdo la mirada en el blanco y pulcro techo de mi habitación.

Es seguro que mañana encuentre a Hikari, una vez más, en otros ojos, en otra boca, en otra caricia… me embriagaré en su recuerdo para luego despertar como ahora: vacío y extrañándola. Es un punto sin retorno. Ya me he acostumbrado, como un adicto se acostumbra a burlar su realidad usando drogas. Imaginarla en otra piel… ese es mi vicio.


Notas de autor:

Es bien sabido por los que me han leído que no soy muy buena haciendo historias con menos de 2.000 palabras, por eso me disculpo en caso de que no haya mucha cohesión en este capitulo. ¡Estamos para mejorar, señores!

Besos.