Holas :) Este es el primero de una serie de tres songfics muy trágicos llamada Daños.

Sumario: Aegon esta en el trono y como es natural comienza a perseguir todo lo que podría resultar una amenaza para su reino. Por supuesto su blanco principal es Daenerys Targaryen, quien debe huir de Poniente de nuevo, pero no huira sola.

Jon Nieve esta con ella y la ama hasta la eternidad.

Como descubrirán aquí, nada les sale bien.

Canción: Prometo hacerte daño- Nudozurdo

watch?v=SCZTELlVFKs (recomendado escuchar la canción mientras lees)

Si vas a ignorarme,
si crees en los milagros,
si buscas sin los guantes,

Jon no camina, arrastra el calzado sobre la acera ardiente. Ha sido un día duro, pero la verdad es que todos lo son. Cada amanecida es igual a otra y a veces se pregunta si está en el infierno, busca el látigo sin esperanza de encontrarlo, el fuego esta en rededor de él. Y lo espera en el hogar.

Irrumpe en la cabaña. Está construida de madera y es modesta, pero a Jon cree que no necesita más. Ojala ella lo creyese así. Un olor delicioso impregna las paredes, flota en el ambiente y se extraña pues está consciente que los dragones no cocinan.

Teme. Ya han gastado su sueldo de este mes, y lo único que tienen para sobrevivir son unos míseros ahorros que logro reunir de otros tiempos, tiempos mejores. Todo tiempo pasado fue mejor.

Dany lo espera en la habitación que comparten ambos. Le comunica que ha contratado un sirviente para que le ayude en las labores domésticas y aprovecha el tiempo para informarle que un nuevo comerciante ha jurado devolverle lo que es de ella.

Jon sabe que no vale la pena discutir con ella.

Prometo hacerte...
prometo hacerte daño.

Nieve se mueve sin rumbo por la ciudad. Trata de respirar hondo. Lento y profundo, profundo y lento. Una mujer apenas cubierta, mirada desafiante en los ojos y en los labios, espera en una esquina. Jon pega su cuerpo al de ella, introduce una moneda en la curva del escote.

Ella asiente, sabe lo que tiene que hacer.

Si el sol no te calienta,
si sólo quieres crucificarte,
si te equivocas con las palabras,

Dany llora y maldice su suerte. Golpea a Jon con los puños cerrados. El la observa casi con curiosidad, como si fuese una niña pequeña haciendo un berrinche, una "escena".

"Porque" es la única palabra que sale de los labios de la rubia. De seguro que aquel que le había prometido el cielo, la devolvió al mundo terrenal, a ese caos que llamamos vida. Y ella no soporta, no comprende que no tiene otra alternativa

Jon murmura:

-"Me han subido de grado"

Ella lo mira por unos momentos

-"¿Te han nombrado rey?"

Luego parece comprender el significado de sus palabras, desaparece de la vista de Jon.

Si nunca me proteges,
si no vas a adivinarme,
si todo son más problemas,
prometo hacerte...
prometo hacerte daño,
Prometo hacerte...
prometo hacerte daño
.

Jon se pregunta porque, porque sigue ahí. ¿Quién se queda en el infierno por voluntad propia? Solo un jodido tarado, como él que nunca supo ni va a saber nada. Se maldice en silencio, no necesita armar todo el show de Dany para sentirse miserable.

Sabe que no tiene el valor para suicidarse y también sabe que no tiene adonde más ir.

Solo le queda esperar la muerte, o quizás buscarla, darle un incentivo .Eso es lo que intenta hacer todas las noches.

Si crees que me conoces,
si nunca me has gritado,
si sólo buscas divertirte,
prometo hacerte daño.

Lo peor es que la mayoría de los días su esposa hace como si no pasara nada. No sube la voz cuando explota por dentro y habla con un tono cantarín y cínico. Como si todo hubiese resultado bien para ellos. Su esposo la conoce bien y está seguro que ella se comporta así siguiendo ese complejo de mártir que la ha rodeado toda la vida.

Que dentro de su mente delirante, ella es la que sufre más y la que saca adelante la relación. Que es su deber sacrificarse por la felicidad de ambos. Que él es un pequeño o uno de esos esclavos que alguna vez la siguieron a todos lados y que tan rápido la olvidaron.

Su comportamiento enloquece a Jon, y ella esta consciente. Le gusta hacerlo sufrir.

Si el amor no consigue
lo que ha conseguido el miedo,
no esperes que sonría,
prometo hacerte daño.

Muchas veces Jon siente miedo de llegar a su casa. No sabe que versión de Dany encontrara allí dentro. A la psicópata dormida, la máscara que se pone todos los días, a la virgen sufriente que tiene el mundo encima, a la rabiosa, a la loca.

Abre la puerta lentamente. Ahí estaba su esposa, frente a él, desnuda de pies a cabeza. Se abalanza hacia él, besándolo e intentando arrancarle la ropa. Jon lo intenta, lo intenta de veras. Pero ya no es capaz.

Si tienes tanta prisa,
si escondes lo que hay dentro,
si no has estado solo,
prometo hacerte daño.

Otro día, otra lucha. Otro encuentro.

Nieve irrumpe en el living de su hogar, ella al parecer no está en casa. Agudiza el oído.

En la habitación.

Dany está sentada en la cama y le sonríe. Jon sabe que las sonrisas no son gratis y se promete investigar un poco más.

Después se pregunta si realmente le interesa.

Si crees que eres muy guapa,
si crees que yo estoy solo,
si sólo crees en los botones,
prometo hacerte...

No tiene que esperar mucho. Sus sospechas se confirman poco después, cuando encuentra a la rubia de ojos violeta en la cama con otro hombre de tamaño descomunal y pelo de color verde.

Se queda mirándolos. Dany lo reprende.

-Vete Jon, ¿No ves que estamos ocupados?

Jon obedece.

Si nunca te cuidaron,
si nunca me cuidaste,
si miras de reojo,
prometo hacerte...

Cuando vuelve Dany ya no está. Se ausenta durante varios días, para volver más tarde. No da explicaciones. Y después de unos días vuelve a irse.

Jon no se preocupa. Su esposa jamás recibió verdadero cariño de nadie, excepto quizás de su esposo Dothraki muerto. Es como si su receptor de cariño, de empatía estuviese cerrado para siempre, con un gran candado de hierro. Alguna vez intentó darle a él la llave pero se les escurrió entre las manos y cayo a la alcantarilla.

Pero ya luego de dos semanas, no se siente tan tranquilo. El sacrificó todo por ella y no recibió nada a cambio.

Prometió hacerle daño. Y por hacerle daño a ella, estaba consciente que se refería a sí mismo.

Prometo...
prometo...
prometo...
prometo hacerte...
prometo hacerte daño...
prometo hacerte...
prometo hacerte daño...
prometo hacerte...